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La colonización israelí del agua en Palestina
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per Palestina lliure |
24 nov 2006
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La distribución desigual se refleja en discrepancias muy marcadas en la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La población israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, pero su uso total de agua es siete y media veces más alto. En Cisjordania, los colonos israelíes utilizan mucha más agua por persona que los palestinos y más que los israelíes en Israel: consumen casi nueve veces más agua por persona que los palestinos. Desde cualquier punto de vista, las disparidades son amplias. |
La gestión de las aguas transfronterizas puede influir también de otras maneras sobre la disponibilidad del agua. Israel, Jordania y los Territorios Palestinos Ocupados están ubicados en una de las áreas con mayor escasez de agua del mundo y comparten una gran parte de su agua. La población palestina depende casi totalmente de las aguas transfronterizas, la mayoría de ellas compartidas con Israel. Pero los recursos comunes son compartidos de manera desigual. La población palestina es la mitad de la de Israel, sin embargo, en comparación, consume apenas entre un 10% y un 15% del agua. En Cisjordania, los colonos israelíes consumen un promedio de 620 metros cúbicos por persona al año y los palestinos, menos de 100 metros cúbicos. La escasez de agua en los Territorios Palestinos Ocupados, una importante barrera para el desarrollo agrícola y los medios de sustento, causa también una percepción de injusticia, ya que las actuales normas de utilización del agua les mantienen en un acceso desigual a los acuíferos compartidos.
Derechos relativos al agua en los Territorios Palestinos Ocupados
En ningún lugar se demuestran de manera tan contundente los problemas de la gobernabilidad del agua como en los Territorios Palestinos Ocupados. Los palestinos sufren uno de los mayores niveles de escasez de agua en el mundo. Tanto la disponibilidad física como la gobernabilidad política de las aguas compartidas contribuyen a esta escasez.
Si se considera la cifra por persona, quienes viven en los Territorios Palestinos Ocupados tienen acceso a 320 metros cúbicos de agua por año, uno de los niveles de disponibilidad de agua más bajos del planeta, muy por debajo del umbral de escasez absoluta. La distribución desigual del agua de los acuíferos compartidos con Israel, un reflejo de las relaciones de poder asimétricas en la gestión del agua, forma parte del problema. Con un rápido crecimiento demográfico, la disminución de la disponibilidad del agua impone limitaciones cada vez mayores a la agricultura y el uso humano.
La distribución desigual se refleja en discrepancias muy marcadas en la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La población israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, pero su uso total de agua es siete y media veces más alto. En Cisjordania, los colonos israelíes utilizan mucha más agua por persona que los palestinos y más que los israelíes en Israel: consumen casi nueve veces más agua por persona que los palestinos. Desde cualquier punto de vista, las disparidades son amplias.
¿Cómo se explican estas desigualdades? Los palestinos no tienen derechos establecidos con respecto a las aguas del río Jordán, principal fuente de aguas superficiales. Esto significa que las napas freáticas suplen casi todas las necesidades de agua en los Territorios Palestinos Ocupados. Las normas que regulan la extracción de estas napas influyen considerablemente sobre el acceso al agua.
El problema queda demostrado con la gestión de los acuíferos occidental y costero. El acuífero occidental, que forma parte de la cuenca del Jordán, es la más importante fuente de agua renovable para los Territorios Palestinos Ocupados. Cerca de tres cuartos del acuífero se suplen de nuevo dentro de Cisjordania y fluyen desde ésta hacia la costa de Israel. Buena parte de esta agua no es utilizada por los palestinos. ¿La razón? Los representantes israelíes del Comité Mixto de Recursos Hídricos regulan severamente la cantidad y profundidad de los pozos operados por los palestinos. Para los colonos israelíes se aplican reglas menos estrictas, lo que les permite cavar pozos más profundos. Con apenas el 13% de todos los pozos situados en Cisjordania, los colonos son responsables de cerca del 53% de la extracción de agua subterránea. El agua que no es utilizada en los Territorios Palestinos Ocupados fluye finalmente bajo el territorio israelí y es extraída por medio de pozos en la parte israelí.
Con las aguas de la cuenca costera se presentan problemas similares. Estas aguas escasamente llegan hasta la Franja de Gaza, debido a las altas tasas de extracción en la parte israelí. El resultado es el siguiente: las tasas de extracción de los acuíferos poco profundos ubicados en la Franja de Gaza sobrepasan con mucho las tasas de recarga, lo que conlleva una salinización creciente de los recursos hídricos.
Las limitaciones en el acceso al agua están impidiendo el desarrollo de la agricultura palestina. Si bien este sector representa una parte cada vez menor de la economía palestina (estimada aproximadamente en el 15% de los ingresos y el empleo, en 2002), se trata de un sector crucial para los medios de sustento de algunas de las personas más pobres. Actualmente, el desarrollo del riego es bajo y menos de un tercio del área potencial está cubierta debido a la falta de agua.
El bajo desarrollo de los recursos hídricos significa que muchos palestinos dependen de la liberación de agua por parte de compañías israelíes. Esta es una fuente de vulnerabilidad e incertidumbre ya que los suministros son frecuentemente interrumpidos durante los períodos de tensión.
La construcción del controvertido muro de separación (sic) amenaza con exacerbar la inseguridad de agua. La construcción del muro ha tenido como consecuencia la pérdida de algunos pozos palestinos y el alejamiento de los agricultores de sus campos, en particular en zonas de secano altamente productivas alrededor de las provincias de Belén, Jenin, Nablus, Qalqilya, Ramala y Tulkarem.
Las condiciones en los Territorios Palestinos Ocupados contrastan con los acuerdos de mayor cooperación que han surgido en otros lugares. Desde el acuerdo de paz de 1994, Israel y Jordania han colaborado en la construcción de instalaciones de almacenamiento de agua en el lago de Tiberíades, lo que ha mejorado la asignación de agua para los agricultores jordanos. La estructura institucional también ha contribuido al arbitraje de las disputas originadas por las variaciones anuales y estacionales del flujo de agua, a pesar de que esto no estaba contemplado inicialmente por el acuerdo. Ya en otro lugar, el Centro de Investigación para la Desalinización en Oriente Medio, con sede en Mascate, Omán, ha venido promoviendo con éxito, desde hace más de una década, la investi-gación multilateral sobre técnicas efectivas de desalinización. Su consejo cuenta con re-presentantes de la Comisión Europea, Israel, Japón, Jordania, la República de Corea, los Países Bajos, la Autoridad Nacional Palestina y Estados Unidos.
Tal vez más que en cualquier otro caso, la seguridad del agua en las relaciones entre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados se enmarca en problemas de conflicto más amplios y en las visiones de seguridad nacional. Con todo, el agua es también un fuerte símbolo de un sistema más amplio de interdependencia del agua que vincula a todas las partes. La gestión de dicha interdependencia con el fin de incrementar la equidad podría ser muy favorable para la seguridad de los seres humanos.
Fuentes: Elmusa 1996; Feitelson 2002; Jägerskog y Phillips 2006; MEDRC 2005; Nicol, Ariyabandu y Mtisi 2006; Phillips y otros 2004; Rinat 2005; SUSMAQ 2004; SIWI, Tropp y Jägerskog 2006; Weinthal y otros 2005. |
Mira també:
http://www.nodo50.org/csca/agenda06/palestina/informe-agua_24-11-06.html http://hdr.undp.org/hdr2006/report_sp.cfm |
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