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Notícies :: immigració : amèrica llatina |
Testimonio de un excoyote en la frontera México-Estados Unidos
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per Stephanie Rauer y Rinaldo Pancera |
26 oct 2006
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Boletines de CIEPAC 20-Oct-2006 - num.522
"CHIAPAS AL DIA"
Producciones ERES-TV, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas |
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Resumen:
Los productores Stephanie Rauer y Rinaldo Pancera de Producciones ERES-TV elaboran actualmente un video sobre la migración de mexicanos y centroamericanos a Estados Unidos. Recientemente pasaron dos meses en la zona fronteriza Sonora-Arizona recabando entrevistas e imágenes insólitas. Pudieron conocer a "Juan", excoyote---guÃa que conduce a indocumentados hacia EEUU---y grabaron su impactante testimonio, extractos del cual presentamos a continuación. Juan tiene 27 años y dejó de guiar a migrantes al dejar de consumir drogas. Ahora considera que su misión es ayudar a los indocumentados en el desierto. Espera que otros se unan a su lucha por salvar a los migrantes. Fue entrevistado en julio 2006.
La primera vez que crucé para Estados Unidos me cruzó mi mamá ilegalmente. Mi mamá y mi hermana mayor ya vivÃan por allá. Después me pusieron en una escuela de Estados Unidos, cosa que no me gustó. Porque desde que yo estaba en la escuela recuerdo que me hacÃan menos mis compañeros de escuela. Me miraban como invasor, como alguien que no era de ahÃ. Y yo ya sentÃa eso y sentÃa ese tipo de rechazo. Estuve trabajando mucho tiempo en Estados Unidos. Aprendà muchas cosas, pero empecé a consumir drogas. Y ahà cambió mi vida totalmente. Mis planes que yo tenÃa, mis sueños de hacer algo, ayudar a mi mamá - se terminaron pues. empecé a consumir drogas y cada vez fue peor. TenÃa permiso para estar en Estados Unidos y llegué a conseguir mi residencia. Pero tuve problemas y me arrestaron. Después me acostumbré a ganar dinero fácil. empecé a cruzar drogas y gente a Estados Unidos. Era un trabajo muy fácil, muy rápido y dejaba mucha ganancia.
Después me arrestaron con indocumentados; cuatro chinos, dos de El Salvador y uno de Honduras. Y de ahà hice 18 meses de presión. Me dieron más prisión por trafico de indocumentados que por droga. En el transcurso de 18 meses volvà a salir y como a las dos semanas estuve de vuelta en Estados Unidos. Yo miraba a los Estados Unidos como una fuente de dinero. Yo nunca lo miré como un paÃs donde podÃa progresar si me portaba bien. Eso no caÃa en mi mente. Estuve cruzando y seguÃa regresando, iba y venÃa a Estados Unidos como ir a la tienda. Pues, eso era mi trabajo.
Yo conozco Tegucigalpa, Honduras, San Salvador, El Salvador, conozco la frontera de Guatemala. Pero no porque fuera de turista, porque iba a hacer dinero. Yo iba por gente, nosotros les cobrábamos en el ´97 4,800 dólares que para ellos son como unos 10 años de trabajo. Es lo que cobrábamos nosotros para traerlos a los Estados Unidos a cualquier parte. Te puedo decir que es mucho más duro, mucho más peligroso, mucho más difÃcil cruzar México que entrar a Estados Unidos. Cruzar México son 5000 kilómetros de Chiapas a la frontera. Cruzar México sin papeles es algo muy terrible.
En ese tiempo, yo no miraba a los migrantes como un ser humano. Yo no lo miraba como alguien quien tenÃa una ilusión a cruzar a los Estados Unidos. Yo no lo miraba como alguien que tenÃa un familiar allá que lo estaba esperando. Como alguien quien dejó todo, todo, todo. Que vendió su casa, sus animales, que tuvo que hacer cosas que a lo mejor queda con una deuda. Para mi eso era sólo dinero. Yo los miraba como material, como una mercancÃa no eran seres humanos. Yo los miraba como un signo de dólares y nada más.
Tuvo unas ocasiones donde estaba cruzando gente por el RÃo Bravo que llevaba muchÃsima agua. Iba cruzando unas personas que iban a Estados Unidos para cantar. Y llevaban sus guitarras. Pero no podÃamos lograrlo. En Ciudad Juárez hay unos túneles muy grandes, puedes entrar hasta en una bicicleta si quieres. Pero de repente abren una llave y sueltan agua, nos tocó esa ocasión que soltaron agua y nos trajo por el rÃo. Eran cuatro personas - yo y otros tres - y uno tuvo que morir. Tuvo que morir ahogado en el rÃo y nosotros mirando que se estaba ahogando. Mirábamos la guitarra, las cosas con las que cantaban ahà en el agua. Y tuve que vivir esa experiencia de mirar como una persona se le iba la vida. TenÃa que mirar y no podÃa hacer nada. Es una sensación de impotencia, de sentirse inútil. Y te sientes culpable también.
Ahora que tengo un poco de conciencia, me acuerdo de todo eso y siento tristeza porque me doy cuenta de como pude estar tan equivocado. Pero de hecho ya eso no lo puedo cambiar. Es como si no tuviera sentimientos, como si no tuviera corazón. El efecto de la droga no me dejaba pensar en eso. Yo no más querÃa conseguir dinero para consumir. Me acuerdo que cuando cruzaba gente la única manera de que yo podÃa cruzar era que fuera drogado. Porque si no tenÃa droga no podÃa ni caminar. La sustancia que consumÃa, heroÃna, es muy dura. Si no tienes, no puedes hacer nada. No puedes platicar, no puedes mirar a alguien en la cara. Me acuerdo que no podÃa ni levantarme de mi cama. TenÃa que inyectarme primero para poder levantarme y ponerme mis zapatos.
Entonces me tocaron ocasiones que a veces no llegaba de levantarme o a veces no alcanzaba a llegar a donde iba y se me terminaba la droga. Yo dejaba la gente. Y si sabÃan o no sabÃan cuál era el camino a mà no me importaba. Yo querÃa consumir droga. Entonces ahà los dejaba pues. Si podÃa les iba a robar. Lo hice varias veces. Tuve que engañar personas, decirles que por acá era y llevarlas por lugares desiertos donde yo sabÃa que si les robaba no podÃan pedir auxilio.
Hay muchas experiencias que pasé. Me acuerdo que una vez que llevaba a un grupo de personas y Ãbamos en un troque rentado en EEUU, en un troque cerrado. Ã?bamos y llegábamos a Dallas, Texas. Yo me fui con el trailero en frente. Pero en San Antonio se quedó el trailer parado. Murieron todas las personas adentro del trailer. Todas. Ã?bamos yo, otro muchacho y el trailero en frente. El muchacho perdió un hermano. Se ahogó un hermano adentro de la caja del trailer. En una gasolinera en San Antonio, Texas. Puedes imaginar lo que es lo que se siente que le hables a tu mamá y que le digas "Si, mami, estamos trabajando, yo y mi hermano estamos bien." Sabiendo que no es cierto, pues. Tu hermano se murió. Tu hermano se ahogó adentro de una caja de un trailer. "Y cuando viene? Pásamelo!" - "No está aquÃ, está trabajando." Tener que falsificar una carta, escribir por tu hermano. Porque no le quieres decir a tu mamá que en el viaje no alcanzó a llegar.
Eso es algo que muchas de las veces no se muestra. Pasan esos casos, asà sale: "Se han muertos muchos indocumentados - esto y otro. Es porque andan en la calle". Asà te lo ponen en EEUU: "Ellos tienen la culpa." Pero no se ponen a pensar que tu mamá está ilusionada porque sus hijos están en EEUU, me están mandando dinero, están bien. Pero no es cierto, es una mentira. Si tú piensas que eso es tristeza - no es nada. Puedes imaginar el dÃa que ese hermano regresó a su mamá y le preguntaron por el otro hermano. ImagÃnate que significa tener que reÃrte. Tener que contar mentiras a tu mamá. Decirle: "El está bien. Se casó y por eso no pudo venir" Tener que fingir para que tu madre no sufra. Todo eso nadie lo sabe. Personas como yo, que lo hemos vivido, que hemos estado ahÃ. Ese muchacho yo lo conozco, es de Monterrey. Y su mamá, hasta el dÃa de hoy esta pensando que su otro hijo sigue con vida, que está trabajando en EEUU. Pero no es cierto, murió hace años.
Ahora siento lo que vale la vida de un ser humano, de una persona. Ahora no pondrÃa en riesgo la vida de nadie. porque creo que traficar con indocumentados es poner en riesgo la vida de una persona. He estado en el borde de la muerte. Muchas de las veces estaba en el desierto sin agua, sin comida y sentÃa una soledad adentro de mà muy triste. Yo llegué a pedir a dios que me quitara la vida. Que yo no querÃa sufrir en el desierto. Es muy difÃcil sentir que tu piel se te cae en pedacitos. Sentir que te tocas y es como si traes un hierro caliente. Tuve que tomar mi propia orina para sobrevivir en el desierto, porque no habÃa agua pues. Me quedé tirado en el desierto por falta de agua, siendo yo el guÃa, siendo el coyote. Yo que conocÃa el terreno, que sabÃa que en el desierto no deberÃa tomar nada que sea con azúcar, que tengo que llevar sal, que tengo que caminar solamente cierto tiempo y descansar y otra vez y descansar. Conociendo eso, me pasó de quedarme tirado en el desierto. Desperté en un hospital, me deportaron. Estados Unidos es un paÃs grandÃsimo, bonito, lo que quieras - pero la migración cuando alguien, un indocumentado tiene problemas, está enfermo o le pasa algo en el desierto, se lavan las manos pues. No lo atienden, lo deportan, a mà me deportaron, yo tuve que firmar una salida voluntaria, me hicieron firmar que yo querÃa venirme para México voluntario, aunque no era asÃ.
Lo que me hizo cambiar verdaderamente fue algo que pasó en el desierto. Llevábamos un grupo de 39 personas. Ã?bamos tres guÃas. Y una señora un poquito gordita se espinó sus pies y se puso mal, era muy grave. Ya llevaba mitad del camino recorrido. Me faltaban como tres, cuatro millas donde me iba a levantar el troque. Entonces yo estaba entre la espalda y la pared porque 39 indocumentados para mà eran 45.000 dólares. Yo querÃa mi dinero. Y lo pensé, lo pensé, lo pensé. Y al último decidà que fueran ellos y yo me quedé con la señora. Dios me iluminó un poquito. Me dijo que no importaba lo que pasara, yo tenÃa que ayudarla. Yo ya estaba deportado y sabÃa que si me agarran en los Estados Unidos ilegalmente iban a ser mÃnimo cinco años de prisión. Si yo hubiera tenido eso en mi mente en ese momento habrÃa dejado la señora y me hubiera ido. Pero no lo pensé. pasó la patrulla fronteriza en contra de nosotros. Nosotros Ãbamos y ellos venÃan y yo les hice señales. Yo querÃa atención médica para esa persona. No se pararon. Pasaron. A los cinco minutos se paró un carro y nos dio un pasaje hasta donde Ãbamos: Phoenix. La llevábamos a atención médica, hablamos con su familia y todo estuvo bien. De ahà la llevábamos hasta Denver, Colorado. Donde iba ella. Ahà me sentà bien. O sea me sentÃa orgulloso de mà y me decÃa, si, hiciste algo bueno.
Regresé para Juárez y conseguà drogas. Seguà cruzando gente, cruzando una y otra vez la frontera. Y luego me arrestaron en Santa Rosa, Nuevo México, pero me arrestaron solo, yo ya venÃa de regreso, no me agarraron tomado, drogado, no me agarraron con arma, no me agarraron con gente. Fue la vez que hice más tiempo en prisión - cuando no hice nada. Me pusieron cargo de "reentry", que es reentrar ilegalmente a EEUU. Hice 33 meses en prisión. El 9 de abril murió mi hermana en EEUU, yo salà el 11 de abril. Entonces toda mi familia le dieron el permiso de cruzar a EEUU para ir. Yo fui para que me dieran permiso. Pusieron mis datos en la computadora, hizo biiip. 23 nombres diferentes tengo yo. Siete deportaciones y me dijeron tú no puedes pasar. Tú eres una persona indeseable, inadmisible en EEUU, tienes una deportación de por vida. Tengo un certificado de no-existencia, donde dice que no existo por tantos nombres diferentes. Y ahora que no puedo cruzar a EEUU quisiera, para hacer algo bueno.
Pero conocà el CRREDA (Centro de Rehabilitación y Recuperación de Enfermedades de Drogas y Alcohol), donde se me habló de dios. Entonces yo ya tenÃa un poco de conciencia. Pero aquà me dijeron como era. Conocà a mi compañera y dios nos mandó un servicio de ir a poner agua en el desierto o sea hacer todo lo contrario de lo que hacÃa durante años. Me sentÃa tan curioso, tan bien y tan triste a la vez.
Una ocasión nos tocó encontrar a un grupo de gente, doce, trece indocumentados. Entre ellos habÃa una mujer de 67 años, su esposo y sus dos hijos. Pero la señora estaba quebrada de un pie. Ya no podÃa caminar. Y lloraba del dolor. El guÃa no querÃa que se regresara. El querÃa agarrar su dinero como yo en su momento querÃa hacerlo. Pero no importaba, hablamos con la familia, hablamos con el grupo y al fin decidieron que la llevaran al hospital, perdió su viaje, perdió sus 1800 dólares que le habÃan cobrado, perdió todo. Es una experiencia que yo no voy a olvidar porque es muy triste que una familia se separa en medio del desierto sin saber si el hijo va a cruzar, si se va a quedar tirado. Pienso en el hijo que no sabe si su mamá va a regresar, tiene un dolor de un pie que no lo aguanta, pensar que la van a dejar sola pues, que las personas no la van a llevar a un hospital, y si la asaltan, y ¿si no es cierto que andan llevando a la gente? Me pongo a pensar en esos hijos y es triste, pues.
Ahora siento mucha tristeza y me siento culpable. Ahora mucha de las veces estando durmiendo sueño eso y me siento mal. Me siento como una persona que no vale, alguien que hizo algo malo y no la ha pagado. Pero yo creo que si no la he pagado, yo la voy a pagar algún dÃa. De eso estoy seguro. Volteo para atrás y veo en mi camino puro desastres, destrucción, muertes. Entonces eso ya no lo puedo cambiar. Pero si puedo hacer que no se repita. Ahora lo que me impulsa es ayudar a un migrante, no a detenerlo. Porque no vas a detener a un migrante que trae la ilusión de cruzar para Estados Unidos. Alguien que trae un sueño americano, no lo vas a detener.
Pienso que el sueño americano es falsedad. Si vas a Estados Unidos y te pones a trabajar honestamente, no teniendo papeles, algún dÃa te van a regresar a México. Y ahà se acaba tu sueño. Y si tienes papeles algún dÃa vas a pensar en lo que dejaste atrás y te vas a regresar. Se hunde tu sueño americano. Yo creo que un sueño americano es para alguien quien tiene una ilusión de quedarse en Estados Unidos a vivir para siempre. Y un mexicano sinceramente no va para siempre. Mucha gente mira el sueño americano como voy, me estoy un año, dos años, hago dinero y vengo y hago mi casa, compro mi carro. Pero ¿realmente vale la pena arriesgar todo? ¿Arriesgar la vida? Yo ahora no la arriesgarÃa [y] aún tengo ganas de entrar a Estados Unidos. Pero no puedo, pues. El sueño americano para mà no existe. Si dijeran que el sueño americano significa: que te puedas quedar tirado en el desierto, que el coyote te pueda asaltar, significa en caso de una mujer, ten cuidado porque del mismo grupo el coyote, el guÃa va a ir drogado y te va a violar. Si uno supiera realmente todo eso no lo llamarÃa un sueño. Es una pesadilla americana. Es triste, es muy triste. Pero mucha gente quiere hacerlo.
Muchas cosas que pasan a uno ni por la mente le pasa. Uno quiere llegar a EEUU, quiere llegar al sueño americano pero nunca te dicen las consecuencias. Ahora le doy gracias a dios porque tengo calor. Quiere decir que estoy vivo. Tengo una compañera y pienso que nosotros somos lo mejor de lo peor. Y estamos juntos pues. Tenemos un lugar dónde estar. Algo que no será un palacio, pero es de nosotros. Gracias a dios, algo de comer no falta. SÃ, hay limitaciones. Quisiéramos a veces hacer algo, pero no se puede. Pero yo estoy tan agradecido que me lo entiende, no me lo exige, entonces ahora entiendo ya, que estar sentados en un sillón viendo cualquier cosa en la tele estando tranquilo es el mejor pago que yo puedo recibir. Mi tranquilidad interior. Mi tranquilidad con dios. No necesito nada mas. Te digo muchas cosas que he tenido que vivir que hasta el dÃa de hoy me dan nostalgia, me dan tristeza. Pero tengo que seguir adelante, tengo que estar bien para que pueda ayudar a estas personas. Eso es lo que quiero este dÃa. Ayudar a alguien. No detenerlos, pues, pero sà prevenirlo de lo que puede pasar y ojalá que lo que estamos haciendo ahorita sirva un poquito para que personas que no saben, no se dejen engañar por polleros, por guÃas. Porque para ellos un migrante es dinero. Porque yo mucho tiempo asà lo tuve que vivir, asà lo tuve que sentir, asà lo tuve que ver.
Ahora te digo yo me siento privilegiado por dios, yo me siento una persona millonario por dios, alguien especial. Porque tengo personas que me apoyan con el simple hecho de estar aquÃ. Y eso nos hace a nosotros como una familia. Yo asà lo miro. Ojalá que esto crezca. Si vas a EEUU, aprovecha el tiempo que estás ahÃ, aprovecha el tiempo y nada mas. Porque lo único que vale para nosotros como seres humanos es la vida. Y eso es lo único que no se puede recuperar. Eso es todo lo que yo puedo decir.
Los videoastas Stephanie y Rinaldo de ERES-TV pueden ser contactados en eres_tv at yahoo.de
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