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Notícies :: mitjans i manipulació |
"Salvador", de Joan de Sagarra
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per Equips de Boikot a Mediapro. |
04 oct 2006
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Salvador, de Joan de Sagarra en La Vanguardia |
El jueves fui a ver la pelÃcula Salvador. Cine Bosque, cuatro de la tarde, doce espectadores. La pelÃcula no me gustó. Me parece que el director ha confundido el cine con la televisión. Hay un exceso de primeros planos y el guión es confuso. Uno no sabe muy bien qué es lo que le están contando. ¿La historia de un chico que quiso ser libre, que no tenÃa miedo, que empuñó una pistola y al final le salió mal la jugada y fue condenado a muerte y ejecutado? ¿El retrato de un posible icono de la lucha antifranquista? ¿La historia del MIL, Movimiento Ibérico Libertario - o Movimiento Ibérico de Liberación-, aquel grupo armado con un cierto aire anarquista que se mofaba de la lucha antifranquista sin pistolas y del nacionalismo, del catalán y del que fuese? ¿Una historia sentimental con horóscopo incluido? ¿Un drama familiar con un padre de derechas y una madre que aparece y desaparece como un fantasma? ¿Un alegato contra la pena de muerte? PodrÃa ser "todo eso y más", como decÃa Alfred Hitchcock en los anuncios publicitarios de Marnie la ladrona. Pero en Salvador ese más es menos.
Creo que los guionistas se han hecho un lÃo y el resultado es un producto sobrecargado y un tanto contradictorio, incluso desde un punto de vista estrictamente estético, sin imaginación ni talento cinematográfico, en el que los malos son demasiado malos, hasta rozar la ridiculez. Si algo salvarÃa yo de esa pelÃcula es la interpretación que Daniel Brühl - un actor con ángel- nos ofrece del personaje de Salvador, de Salvador Puig Antich, un personaje contradictorio - pero, ojo, no hay que confundir las contradicciones de Salvador con las de la pelÃcula-. Una muy buena interpretación.
No lloré, aunque soy de lágrima fácil, en la interminable escena en la que las hermanas de Salvador se despiden de éste, momentos antes de su ejecución en la cárcel Modelo, la mañana del 2 de marzo de 1974. Y creo que no lloré porque todo aquello ya me estaba cargando, cinematográficamente hablando. La escena de la ejecución, por garrote vil, es brutal, como tiene que ser, aunque no tan brutal como el grabado de Goya. Y luego, al final, la voz llorona de LluÃs Llach, mientras los créditos desfilan por la pantalla junto a imágenes de Bin Laden, del atentado contra las Torres Gemelas, de la prisión de Guantánamo... Me hubiese gustado ver una buena pelÃcula sobre Salvador Puig Antich, sobre el MIL o sobre la pena capital, una pelÃcula como Quiero vivir,o Nous sommes tous des assassins (que aquà titularon No matarás, como podÃan haberla titulado Viva la Virgen).Pero, para mÃ, Salvador no es, ni de lejos, una buena pelÃcula. Otra vez será.
Me acuerdo muy bien del dÃa que ejecutaron a Salvador Puig Antich. Yo trabajaba entonces, marzo de 1974, en una empresa publicitaria de la calle Tuset. En mi despacho trabajaba también un periodista, Enric Bastardes, que era uno de los responsables del API,un boletÃn clandestino que informaba de lo que no podÃan (o no querÃan) informar los medios de comunicación del paÃs. Fue Bastardes quien me dijo aquella tarde del 1 de marzo que habÃa llegado de Madrid el enterado del Consejo de Ministros que daba luz verde a la ejecución de Puig Antich, salvo que Franco lo indultase. Todos sabÃamos que Franco no lo indultarÃa, que Puig Antich y el entonces apátrida llamado Heinz Chez habÃan de pagar por el asesinato de Carrero Blanco.
Aquella noche habÃa una cena en el restaurante La Oca. Se presentaba la revista Por favor y yo estaba invitado a esa cena. Llamé a mi amigo Jaume Perich y le dije que habÃa llegado el enterado, que Puig Antich estaba en capilla. Perich me dijo que lo sentÃa mucho, pero que no podÃa desconvocar la presentación de la revista y por consiguiente la cena. Le dije a Perich que me disculpase, que no me veÃa con ánimos de ir a esa cena. La cena, dicen, fue un éxito. A Forges, llegado expresamente de Madrid, le preguntó un colega qué sensación le producÃa Barcelona y Forges respondió: "¡Cinco a cero!" (la reciente victoria del Barça frente al Real Madrid). Fue entonces cuando Manolo Vázquez Montalbán dijo que aquella no iba a ser una alegre velada y comunicó a los presentes que Puig Antich habÃa entrado en capilla. Y la cena siguió.
Yo me fui a la calle Entença y me situé en la barra del bar Modelo, enfrente mismo de la cárcel. Confiaba en que la gente, un buen puñado de gente, acudirÃa a la Modelo, si no a solidarizarse con Puig Antich, sà a mostrar su rechazo a aquella muerte. Pero ese buen puñado de gente no vino, y a eso de las dos de la madrugada un policÃa me conminó a que abandonase el local y me marchase a casa. Al parecer estaba algo borracho y decÃa "tonterÃas". Me fui a otro bar, luego a otro...
Yo conocÃa a algunos miembros del MIL. Los conocà gracias a Ramon Barnils, muy buen amigo mÃo, que a veces los habÃa albergado, escondido en su casa. Uno de esos miembros del MIL me dijo que un dÃa, bromeando, Salvador Puig Antich habÃa planteado atracar el Boccacio. "Entraremos con las pistolas, nos llevaremos la caja y le diremos al Sagarra que nos señale a un par de los más ricos para luego robarles la casa", parece ser que dijo Puig Antich.
Jamás coincidà con él en casa de Barnils, ni en ninguna otra parte. Su muerte me afectó, porque su juicio habÃa sido una chapuza, una chapuza y una venganza, y porque yo estaba, y lo sigo estando, en contra de la pena de muerte. El garrote vil es algo horrible, pero la guillotina también. Y en Francia, la Francia democrática, se siguieron cortando cabezas hasta que llegó a la presidencia de la República François Mitterrand, seis años después de la muerte del general Franco. "No puede haber una justicia que mate", dijo entonces el ministro de Justicia francés, Robert Badinter, el padre de la ley contra la pena de muerte (que acaba de publicar, en Fayard, un nuevo libro sobre el tema: Contre la peine de mort).
A Puig Antich le acusaron, al parecer sin pruebas, de haber muerto a un policÃa, el subinspector Francisco Anguas. Al dÃa siguiente de la ejecución de Puig Antich, el periódico La Prensa publicó una entrevista con la madre del policÃa en la que ésta decÃa que su hijo habÃa sido novio de una sobrina del señor Samaranch. Por lo visto, el policÃa Anguas habÃa formado parte de la escolta del señor Samaranch y allà conoció a una sobrina de dicho señor. Ante el posible enamoramiento de la sobrina y el policÃa, éste habÃa cambiado de destino y, cuando ocurrieron los hechos de la detención de Puig Antich, debÃa prestar servicio en la misma comisarÃa que dirigÃa el padre del escritor Marcos Ordóñez. En su libro Una vuelta por el Rialto,Ordóñez habla de Paquito Anguas: "Aquel chaval pelirrojo y timidÃsimo que tenÃa la mejor biblioteca de cine que yo habÃa visto hasta entonces, que dos semanas atrás (antes de su muerte) me habÃa llevado a un cine club de la última puñeta donde daban Viento en las velas"."Ya verás, es la obra maestra de Mackendrick", le dijo Paquito Anguas al hijo del comisario Ordóñez.
Hoy, Puig Antich ya tiene su peli, con la indignación harto comprensible de algunos antiguos miembros del MIL, que hablan de "mortalla de luxe per a un producte de misèria", y con la alegrÃa, también harto comprensible, de las hermanas de Salvador, que luchan por que se revise el juicio y se rehabilite a su hermano. El supuesto apátrida, el falsamente llamado Heinz Chez, no tiene pelÃcula, pero tiene La Torna,el espectáculo de Els Joglars, y un interesante libro del periodista Ribenbauer. En cuanto a aquel chaval pelirrojo y timidÃsimo, que tenÃa la mejor biblioteca de cine que Marquitos Ordóñez habÃa visto jamás, no tiene pelÃcula, ni obra de teatro, ni libro, ni nada de nada. Paquito Anguas sigue siendo "un hijo de puta menos", como le oyó decir Marquitos a un compañero de colegio.
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Comentarios.
Hay que quitarse el sombrero ante Joan de Sagarra. Ha desmitificado en una página lo que venimos tratando en muchos artÃculos y denuncias.
Una lección de cine a los tele noveleros Huerga y Roures que nos quieren imponer cine a base de efectos especiales, millones y actores de primer rango.
Una lección de historia a los crÃticos oficiales que van repitiendo como loros que es una lección de historia y recuperación de la memoria histórica.
Una lección de memoria histórica a los amnésicos progres que abandonaron a Puig Antich y hoy elogian su figura y se las dan de recuperar su historia.
Una lección de periodismo al miserable y mitómano Ordóñez, que desde el PaÃs sigue desinformando, y que ahora pretende seguir la veta de Escribano de dignificar y humanizar a carceleros, comisarios y funcionarios de la maquinaria asesina de la dictadura, y pretende hacernos llorar con la muerte del policÃa Anguas. Todo vale para estos miserables periodistas para dignificar a la dictadura. A Marcos Ordoñez le dan dos páginas en el PaÃs en el dÃa de mas audiencia, porque cuenta que estuvo en una fiesta que de un amigo de un amigo de una amigo donde llegó un tal Salva, y que según este mitómano, ahora después de 30 años, recuerda que era el Salvador Puig. No conocÃa nadie, ni nadie le conocÃa, ni habló que el tal “Salvaâ€?, pero sabe que se trataba del Puig.
Al mitómano Ordóñez le dan su espacio en el desinformativo el PaÃs, cuando se niega cualquier insignificante espacio a los que conocieron, vivieron y lucharon con el Salvador Puig Antich. Y lo aprovecha para dignificar a su padre comisario, “franquista hasta al tuétanoâ€? y al policÃa muerto de la secreta, que formaba equipo que torturaba y asesinaba en Barcelona con total impunidad.
Joan de Segarra los pone en su sitio a todos estos impostores que están reescribiendo la historia a su manera. Y los decapita porque además lo hacen sin arte ni gracia.
Los que no lloramos en el film, porque sabÃamos ya de antemano por la lectura del guión, que era un engaño, nos emocionamos al leer que Joan de Segarra en la ultima noche del Salvador Puig no fue a la fiesta de los progres, se fue a un bar, enfrente de la prisión, y empezó a beber hasta que un policÃa lo echó y siguió bebiendo en otros bares mientras mataban al Salvador Puig Antich.
Nos quitamos el sombrero por su valiente crÃtica y le deseamos que siga por muchos años. |
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Comentaris
Re: "Salvador", de Joan de Sagarra
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per sou imbècils? |
04 oct 2006
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Que us passa? Us heu begut l'enteniment. Los enemigos de mis enemigos no son mis amigos. I el Sagarra acaba la seva reflexió reivindicant que el poli no te ni pel·li, ni llibre, ni obra de teatre.. Sou imbècils, definitivament. Si el poli no era un poli normal, que hagés currat d'una altra cosa, com fem la major part de la gent.
Podrieu pensar abans d'escriure |
Re: "Salvador", de Joan de Sagarra
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per Jaime |
04 oct 2006
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Paquito Anguas sigue siendo "un hijo de puta menos"
pues eso |
Re: "Salvador", de Joan de Sagarra
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per tio pep |
04 oct 2006
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Vaya articulo... tipico revisionista de la transicion, hijo de la "reconciliacion nacional"...
Me quedo con la peli pues, que les den a los intelectuales de la vanguardia (que intentan ser mas autenticos que nadie explicando q se emborracharon la noche de la muerte de puig antich!) y a los jubilados talibanes de los restos del ex-MIL que van buscando asilo por casas okupas (cuya unica mision en la vida para cambiar el mundo es boicotear una peliculilla...). |
Re: "Salvador", de Joan de Sagarra
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per xavi |
04 oct 2006
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INSALVABLE SALVADOR
Confesso que la polèmica de què ha estat precedida l’estrena de la pel·lÃcula Salvador m’havia posat en guà rdia abans de veure la pel·lÃcula, però el que vaig veure a la pantalla ultrapassà totes les previsions. En primer lloc, cal remarcar que Salvador és un bon exercici de la tècnica (cinematogrà fica) posada al servei de la banalització. De fet, és una aproximació al tema des de l’antÃpoda dels pressupostos culturals, polÃtics i estètics de què es reclamava el MIL. I tant s’hi val que el guionista se serveixi de “fets reals rigorosament documentatsâ€?, car la qüestió és, precisament, el tractament (cinematogrà fic) que se’n fa per a la construcció d’un “sÃmbol d’una generacióâ€? (!), segons paraules de M. Huerga en el fullet de presentació. Sigui ignorà ncia o mala fe, o ambdues coses alhora, els autors de la pel·lÃcula han incorregut en el lloc comú de confondre l’acció estètica amb l’estètica de l’acció.
Ara bé, Salvador s’adiu perfectament amb l’estètica del mercat audiovisual perquè es tracta d’una mercaderia canònica (una mica d’acció, uns minutets de sexe, un rajolà de crònica sentimental d’aquells temps i quatre frases fetes de polÃtica de sobretaula, tot ben sucat de llà grima) capaç de satisfer una certa demanda de consum audiovisual. I molt capaç, a més, de satisfer la demanda de la generació beneficià ria de la transició, sempre disposada a emocionar-se (ah, que n’érem de joves quan érem joves!) i auto-homenatjar-se, l’antifranquisme de la qual -ves per on les paradoxes- no sembla estar en contradicció amb la seva contribució a perpetuar la “crostaâ€? franquista fins avui. Per això, perquè aquest producte dóna el nivell estètic, polÃtic i intel·lectual dels autocelebrats antifranquistes, sens dubte tindrà la seva recompensa en el reconeixement públic i, per suposat, en el compte de resultats de la productora. En aquest sentit, el comentari aparegut en el bloc del president del Parlament de Catalunya és ben il·lustratiu dels parà metres estètics i de la capacitat d’anà lisi de la generació “esquerranaâ€? promocionada amb la democrà cia.
“No pensis, plora�
La tècnica del poti-poti, la barreja d’imatges heteròclites i estereotips de tota mena entorn del 68, del Vietnam, d’Allende, del pop, de les manifestacions, fins i tot el Bin Laden, etc., en comptes d’aportar elements per a la contextualització i la comprehensió del relat, tenen l’efecte contrari: distreure i confondre mitjançant un reguitzell de cromos per tal de tocar la fibra sentimental de l’espectador. El que sobra de telefilm i de simplificació (el tractament dels integrants del MIL és de tebeo), i de fotonovel·la animada a Salvador, hi manca a l’hora de donar consistència a la narració (conèixer antecedents i matisar circumstà ncies, quines eren les tradicions culturals, polÃtiques, militants que inspiraven aquells joves, etc.).
D’altra banda, l’abundà ncia de recursos sentimentals és ben significatiu de la manera com els fabricants de la pel·lÃcula entenen el retrat psicològic del personatge. Es cert que la posada en escena i l’esforç dels intèrprets aconsegueixen a algunes seqüències cert grau de versemblança, però una cosa és la versemblança i una altra ben diferent l’autenticitat, per això la pantalla traspua regust de succedani. I ni tan sols es pot dir que sigui una pel·lÃcula veritablement antifranquista, com pretén la publicitat promocional, car ens mostra un franquisme tòpic i reduït al lloc comú de la brutal policia polÃtica, però s’hi troben a faltar els franquistes de coll blanc i formes “suausâ€?, val a dir, els eficients professionals civils de la maquinà ria criminal de la dictadura (una concessió als socis de la transició democrà tica?).
Per bé que el tractament del drama demana contenció, mesura, equilibri i, sobretot, honestedat, a Salvador, però, hi ha el seu contrari: èmfasi i melodrama, cercant la llà grima tot furgant en la intimitat de l’espectador que, precisament, per això, per la seva posició dins l’espectacle, està inerme. En aquest punt, trucs d’ofici com ara la dosificació de primers plans, d’esquematismes i obvietats, disposen la subjectivitat per al segrest emocional de l’espectador, sotmès a un únic imperatiu: “no pensis, plora�. I d’això se’n diu manipulació.
La pel·lÃcula Salvador no mereixeria cap més comentari que qualsevol altra mercaderia del mercat de l’entreteniment audiovisual si no fos per les seves pretensions de testimoniatge històric. L’aproximació a unes circumstà ncies (personals i socio-polÃtiques) com les que pretén descriure la pel·lÃcula exigeixen, si més no, rigor estètic i intel·lectual; altrament dit, una comprehensió dels fets abordats per tal de donar-los l’expressió fÃlmica adient. No és tracta d’imposar tabús a la “creació artÃsticaâ€? (déu me’n lliuri!), sinó d’exigir-los estar a l’alçada del repte que comporta un afer com ara portar a la pantalla l’assassinat de Salvador Puig Antich. Perquè, malgrat que vivim en un món en què amb diners i agosarament s’hi val tot, encara hi ha lÃmits, si més no, estètics, i en aquest punt els artÃfexs de Salvador han estirat més el braç que la mà niga. Al cap i la fi, la naturalesa del tema triat condiciona el tractament (cinematogrà fic en aquest cas), quant al to, al ritme, la mesura, fins i tot la llum, etc. Per això, l’esbiaxament trivialitzador que du a terme Salvador, amb tot el seu desplegament de recursos audiovisuals, de la història en fa historieta.
Banalització, falsificació i recuperació
La construcció d’una mercaderia audiovisual amb pretensions polÃtiques antifranquistes no podia romandre simplement en la banalització, per això la instrumentalització tècnica realitza, en tota la dimensió semà ntica del terme, i a mesura que avança la pel·lÃcula, l’objectiu de falsificació i recuperació històrica que persegueixen els autors. Recursos cinematogrà fics i interpretatius no hi falten: edificant, per exemple, el camà de redempció del carceller i encara més les ganyotes -suggeridores de la seva imminent reconversió democrà tica?- del militar, mestre de la macabra cerimònia.
S’ha de reconèixer que quant a la tasca de recuperació els artÃfexs de Salvador hi juguen fort fins el punt que, per si de cas no estava prou clar per a l’anomenat gran públic, han cregut necessari reblar la falsificació amb una maniobra de recuperació sense embuts. Consumada la mort a la pantalla, un afegitó (la carta d’una germana del protagonista al germà de Nova York) ens il·lustra sobre les mobilitzacions de l’oposició antifranquista i de l’església catòlica que seguiren l’assassinat de Salvador Puig Antich (on eren abans?). És aquÃ, precisament, calculat clÃmax “polÃticâ€? -subratllat, amb ampul·lositat per la cançó de LluÃs Llach- que segueix el precedent clÃmax sentimental, on la manipulació tècnica i narrativa d’aquest producte audiovisual esdevé palesa ignomÃnia.
Carlos GarcÃa. Barcelona, 27 de setembre, 2006 |
Re: "Salvador", de Joan de Sagarra
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per Boicot a Media Pro i Prisa |
05 oct 2006
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No em perdut l’enteniment.
Diem que Joan de Sagarra dona una estocada de mort a la propaganda de Media Pro al film “Salvador� en els diaris que no ens han donat la paraula i ens silencien.
Nomes han publicat les apologies dels llepaculs institucionals dient maravelles del film. L’influencia del Joan de Sagarra en el mon de la cultura és innegable, i ara ja s’atreviran a parlar els indecisos. En Joan de Sagarra és un lliure pensador i nosaltres no juguem a amics i enemics, ni a etiquetes, ni a partits. Si ens ho volen explicar mil.lor.
Desprès de llegir l’article vomitiu del Marcos Ordoñez al PaÃs, interpretem que l’Anguas, descrit per en Joan de segarra com “un hijo puta menosâ€?, (un de la policia secreta que torturava i perseguia els politics) no es merexia cap llibre, i que la prova que tots tenen llibres, obres de teatre, menys “el fill de putaâ€?.
El Marcos Ordoñez explicà en les dues pà gines al PaÃs d’aquest diumenge, que ell vol fer un llibre apologètic, hagiogrà fic sobre el policia oblidat, (“el fill de putaâ€? menos), assassinat pel Salvador Puig, que també va veure fa trenta anys en una reunió imaginaria, on no coneixia a ningú, ni ningú al coneixia a ell. I ara trenta desprès l’ha recodat. Vol seguir el filó de l’Escribano de dignificar els franquistes, aprofitant la mort a garrot del Salvador Puig Antich.
Aquest mitòman és el que ha donat informació a l’Huergas sobre el policia Anguas, sobre el Puig Antich. Ordoñez, escriptor al PaÃs i fill de comissari franquista, vol escriure sobre l’Anguas, que va rebre grans honors durant el franquisme i fou tractat com heroi “muerto por la Patriaâ€?, ja que ara no se’n parla i se l’oblida. Un altre que s’apunta a dignificar els assassins (polis, carcellers, torturadors, militars).
Ordoñez ens explica que va estar donant informació a l’Huergas. Aixì han fet el guió, a base d’històries de qui la diu més grossa.
Nosaltres hem criticat per les webs, sobretot a Indymedia, aquest film sense guió, amb personatges no creïbles i arreglats perquè està descontextualitzat, etc,, etc, i en Joan de Sagarra li ha donat una estocada final, a nivell dels mitjans nacionals, que ens silencien.
Us copio una primera reacció a l’article de Marcos Ordoñez
CARTAS AL DIRECTOR
Fraude no inocente: el policÃa "atÃpico"
Joan Bové Maeztu - Barcelona
EL PA�S - Opinión - 04-10-2006
En la edición del domingo 2 de octubre aparecÃa un artÃculo a doble página de Marcos Ordóñez titulado El otro muerto referido al policÃa supuestamente asesinado por Salvador Puig Antich que él conoció y que nos describe como un policÃa "atÃpico" por su sensibilidad cultural y ser un amante del cine y en especial de Buñuel, ¿también de Viridiana que estuvo prohibida hasta la muerte del dictador? Pues bien, yo también conocà a Francisco Anguas Barragán y la imagen que conservo de él es bien diferente: lo conocà la noche del 26 de septiembre de 1972 en los despachos de la comisarÃa central de VÃa Layetana de Barcelona, de doloroso recuerdo para todos los demócratas que por allà pasaron, estando yo detenido tras una manifestación y lo conocà "trabajando", es decir, torturándome (yo de rodillas brazos en cruz, él detrás apalizándome con una toalla mojada para no dejar huellas) con especial sadismo, ¿quizá lo aprendió en el cine francés que, según Ordóñez, tanto le gustaba? No lo creo. Ahora que se está hablando de la necesidad de recuperar la memoria histórica, no se deberÃa pasar por alto que Anguas Barragán no era efectivamente un policÃa "normal", era de la Brigada PolÃtico Social cuyos miembros tenÃan como único fin perseguir, reprimir y encarcelar a las personas que luchaban por las libertades democráticas, aspecto que Ordóñez "olvida" mencionar, y que en otros paÃses que salieron de una dictadura fueron depurados e incluso encausados por los delitos que cometieron contra la libertad de las personas. Es hora de verdades no de fraudes y mentiras exculpatorias. |
A su familia le gusta la pelÃcula
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per Kraken |
19 oct 2006
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http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idn
Desde luego fueron unas muertes estúpidas las de este alocado chico de 26 años y las del otro chico de 23 años policía. |
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