(L@s zapatistas y la Otra: los peatones de la historia. IV).
Cuarta Parte: Dos peatones en caminos distintos…
y con destinos diferentes.
1.- Los “modosâ€? de un dirigente.- El rechazo de la “pareja presidencialâ€? hacia López Obrador fue creciendo a la par de la candidatura del tabasqueño. Con sus conferencias mañaneras (y la amplia cobertura que le brindaban los grandes medios de comunicación –hoy enemigos declarados del perredista-), el jefe de gobierno de la Ciudad de México le iba marcando la agenda a Los Pinos… y al resto de la clase polÃtica. Aunque uno estuviera en el rincón más apartado del paÃs, sabÃa lo que habÃa dicho Fox (bueno, cuando lograba articular algo comprensible), lo que habÃa dicho AMLO, y, a lo largo del dÃa, cómo se pronunciaba el resto del elenco de la polÃtica mexicana sobre lo dicho… por el gobernante del DF. Para Fox eso no parecÃa representar mayor problema… por un tiempo. En un programa televisivo, López Obrador se decÃa desconcertado por la repentina animadversión del “señor presidenteâ€? (recuerden aquello de “hay que cuidar la investidura presidencialâ€?). “Si era mi amigo, no sé qué le pasóâ€?, dijo entonces AMLO. Bueno, lo que pasó es que la “investidura presidencialâ€? era ya de una pareja: la formada por Vicente Fox y Martha Sahagún. Y “la señora Marthaâ€?, como le dice su marido, querÃa y quiere ser, no la señora del presidente, sino “la señora presidentaâ€?.
Si suena a nombre de obra de teatro, no es accidental. En la comedia que se representaba dÃa a dÃa en Los Pinos, la señora Sahagún tenÃa siempre el papel estelar (aunque no siempre el más afortunado, no hay que ser exigentes). Doña Martha arrancó su larga, y por ahora, truncada carrera a la silla presidencial desde muy temprano. Precisamente cuando sólo López Obrador aparecÃa en el escenario como el más fuerte aspirante. Pero, mientras se iba deshaciendo de los personajes incómodos (para ella) del gabinete y del cÃrculo cercano a Fox, Martha veÃa con desesperación que AMLO se mantenÃa. No se necesitaba mucho seso (y de por sà no lo tienen) para darse cuenta de quién serÃa el rival de la señora Martha en caso de que ella fuera la candidata de Acción Nacional.
La maniobra de los “videoescándalosâ€? fue el primer indicio de un combate en serio para tratar de sacar a AMLO de la carrera presidencial. El combate pasó a la categorÃa de batalla con el intento de desafuero. Si en los videos se veÃa la mano del gobierno de Fox, en lo del desafuero el descaro fue total. Una movilización ciudadana creciente (que López Obrador desactivó) le propinó a Fox una derrota aplastante. Pero en polÃtica no hay batallas finales.
Mientras tanto, López Obrador se iba construyendo una candidatura, es decir, una imagen. Claro que para lograrla no bastaba el balcón privilegiado del gobierno de la Ciudad de México, en el PRD seguÃa pesando todavÃa mucho la figura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Pero el gobierno del DF no era sólo la posibilidad de acceder a los reflectores mediáticos, también era dinero, mucho dinero. Y esa tonada tiene mucho “ratingâ€? entre la clase polÃtica en su conjunto, y ni se diga en la dirección perredista. Con discreta habilidad, AMLO se fue “ganandoâ€? las simpatÃas (y el control) del aparato del Partido de la Revolución Democrática… y de un importante sector de intelectuales, artistas y cientÃficos. Para el primero, presupuesto. Para los segundos, interlocución y atenciones especiales.
En resumen, todo iba bien.
Fue entonces que algunos medios informativos soltaron un anzuelo que el lopezobradorismo se tragó con singular alegrÃa: las primeras encuestas. Como en ellas aparecÃa con una escandalosa ventaja sobre el resto de los suspirantes, AMLO les dio credibilidad y las avaló. Consentido y adulado por la prensa en ese entonces, López Obrador olvidó una ley básica del pantanoso terreno de los medios: lo fugaz e instantáneo. Los medios hacen héroes (“y heroÃnasâ€?, agrega Martita entusiasmada –si el diminutivo lleva “hâ€?, ahà les encargo-) y villanos (“y villanasâ€?, completa Elba Esther Gordillo) no sólo en las telenovelas, también en el escenario polÃtico. Pero como l@s hacen, l@s deshacen. El “maduroâ€?, “prudenteâ€? y “responsableâ€? jefe de gobierno de un principio, se convertirÃa después en el polÃtico “irresponsableâ€?, “mesiánicoâ€? y “provocadorâ€?; y las encuestas que lo daban arriba, después lo pondrÃan abajo.
En la movilización contra el desafuero, se vio el primer indicador del “modoâ€? de López Obrador. Aunque era evidente que no pocos de los que se movilizaron lo hacÃan contra la injusticia, y no porque lo apoyaran, AMLO usó ese movimiento para arrancar en forma abierta su carrera a la presidencia de México. Cuando la movilización se empezaba a convertir en movimiento (en algunos grupos empezó la inquietud de plantear problemas profundos como el lugar de la ciencia, el arte, la cultura, y, sobre todo, el del quehacer polÃtico) y el gobierno de Fox reculó, López Obrador mandó a la gente a su casa.
El objetivo: detener el desafuero y poner a AMLO en la parte más alta de la ola, se habÃa conseguido y él se habÃa comprometido a detener las movilizaciones. Asà lo hizo.
El mensaje de López Obrador hacia el resto de la clase polÃtica (de la que él forma parte, no olvidarlo) y los señores (y señoras) del dinero habÃa sido claro: “tengo no sólo la capacidad de convocar a una gran movilización, también de dirigirla, controlarla, dosificarla… y detenerlaâ€?.
2.- L@s intelectuales de AMLO.- En una parte del medio intelectual progresista empezó, desde entonces, a surgir lo que conocemos como el lopezobradorismo ilustrado. Esta tendencia iniciarÃa la construcción de una nueva clasificación para ubicar a quienes se movÃan o se asomaran al México polÃtico; el cual, a saber, se divide en dos: los buenos (los que están con AMLO –o sea los “simpáticosâ€? y “popularesâ€?-) y los malos (los que no están con AMLO –o sea los “envidiososâ€?, según Elenita-). Cualquier crÃtica o cuestionamiento a López Obrador, asà fuera tibio y quedo, era catalogado como un complot de la reacción, de Carlos Salinas de Gortari, de las fuerzas oscuras de la ultraderecha, del Yunque, de un conservadurismo embozado. Cuando ahora son un poco “tolerantesâ€?, las crÃticas al lopezobradorismo se tachan de “sectariasâ€?, “marginalesâ€?, “ultrasâ€?, “infantilesâ€?.
Con un empecinamiento digno de mejor causa, este sector fue construyendo un pensamiento sectario, intolerante, déspota y ruin. Y lo hizo con tal eficacia que este pensamiento es el que guió a “los espejos� intelectuales de López Obrador en la campaña electoral, después en el movimiento de resistencia al fraude y, ahora, en la CND de AMLO.
Cuando el periódico mexicano La Jornada, cabeceó una de sus ediciones de agosto del 2005 (en ocasión de la primera reunión preparatoria de La Otra): “o están con nosotros o están en contra de nosotrosâ€? (algo asÃ), se equivocó y no. La frase no fue dicha por Marcos. Pero fue y es dicha desde entonces por el lopezobradorismo ilustrado.
Este pensamiento (que empezó a consolidarse al pasar por alto el apoyo del PRD a la contrarreforma indÃgena) alentarÃa el cerrar ojos y oÃdos cuando los perredistas de Zinacantán, en Los Altos de Chiapas, atacaron a bases de apoyo zapatistas; y permitirÃa que los asesinatos de la defensora de los derechos humanos, Digna Ochoa y Plácido, asà como el del joven estudiante Pável González, fueran manejados por el gobierno perredista del DF con una ruindad que luego se convertirÃa en rutina. En los casos de Digna y Pável, frente al crimen agregado de humillar la muerte de luchador@s sociales, voces honestas guardaron silencio… “para no hacerle el juego a la derechaâ€?. El lopezobradorismo ilustrado tuvo entonces su primer triunfo, ilegÃtimo como todos los que ha obtenido hasta ahora.
Si los simpatizantes, militantes y directivos del PRD, este sector de intelectuales y el mismo AMLO, guardaron entonces silencio, era de esperar que nada dijeran cuando los asesinos de militantes perredistas ocuparan candidaturas bajo la bandera amarillo y negra.
Asà fue.
Cuando alguien calla ante algo asÃ, calla ante lo que sea. El fantasma del “innombrableâ€?, Carlos Salinas de Gortari, acechaba por todas partes y todo se valÃa para enfrentarlo. Todo, hasta reciclar a los salinistas discontinuados… en el PRD y en el cÃrculo cercano a López Obrador.
Con esa modalidad autóctona del “pensamiento únicoâ€?, vino un nuevo sistema de evaluación, una nueva balanza para medir: una misma cosa tenÃa una valoración diferente dependiendo quién la hiciera o propusiera. Si la hacÃa o proponÃa AMLO o un@ de sus simpatizantes, entonces el acto o proyecto adquirÃa todas las virtudes imaginables; pero si era alguien que criticara a López Obrador, entonces era un proyecto de las “fuerzas oscurasâ€? de la ultraderecha.
Cuando señalamos (en “La Imposible GeometrÃa del Poderâ€?) que el proyecto de AMLO era salinista, l@s intelectuales pusieron el grito en el cielo (todavÃa están allá arriba, histéric@s), pero cuando el encargado del plan económico lopezobradorista (el señor RamÃrez de la O, asesor de polÃtica económica –y, para algunos, el que serÃa el secretario de Haciendo si AMLO llegaba a la presidencia-) declaró, unos dÃas antes de las elecciones, que su propuesta era el “liberalismo socialâ€?, similar al de Carlos Salinas de Gortari, es@s intelectuales voltearon para otro lado.
A todo esto, la derecha realmente existente seguÃa tan campante. Algunos de sus pensamientos y propuestas estaban ya en el entorno perredista: el “malvadoâ€? (y malogrado) Plan Puebla Panamá de Vicente Fox encontrarÃa su “purificaciónâ€? en el Proyecto TransÃtsmico de AMLO; la aprobación de la llamada “ley Televisaâ€? por la bancada perredista en la cámara baja fue otro “error tácticoâ€?; las leyes menores y reglamentos, aprobadas también por ese partido, que le dieron legalidad al despojo de tierras indias no eran “tan gravesâ€?; la relación promiscua entre López Obrador y el empresario Carlos Slim era “polÃtica de alturaâ€?; la privatización del Centro Histórico de la Ciudad de México era “modernidadâ€?; la colosal inversión en un segundo piso del periférico que comunica con una de las zonas más ricas del DF, al mismo tiempo que bajaba la inversión en transporte público, era un ejemplo de “buen gobiernoâ€? (y no una omisión en aquello de “primero los pobresâ€?); el golpeteo al movimiento urbano popular era “poner ordenâ€?… y el caudillismo que se gestaba y cultivaba era… “el surgimiento de un nuevo liderazgoâ€?.
Sin ningún indicio siquiera de que lo fuera, se decretó que López Obrador era de izquierda porque… porque… bueno, porque él lo dijo (bueno, a veces, a veces no, depende de a quién se lo dijera).
En el calendario se llegó al 3 y 4 de mayo, y la muerte y el dolor llegaron a San Salvador Atenco y Texcoco, en el Estado de México. Las encuestas dijeron que habÃa que apoyar la represión o quedarse callados. Fecal dijo que bien, que magnÃfico, que eso era lo que habÃa qué hacer. Igual un Madrazo cada vez más débil. Por el lado de la “izquierdaâ€?, la bancada perredista en el congreso mexiquense aplaudió la actuación de la policÃa y apoyó a Peña Nieto. Por su parte, López Obrador… guardó silencio. Atenco serÃa útil si servÃa para influir en las elecciones, pero las “medicionesâ€? en los medios señalaron que no. El lopezobradorismo ilustrado se quejó levemente, sin convicción alguna, y a lo que sigue.
Se olvidó también que, durante todo el trayecto de su candidatura, AMLO se esforzó por ser agradable al sector empresarial. Si se revisan los discursos y declaraciones de su precampaña y campaña electoral, no tienen nada que ver con los que ha emitido después del 2 de julio. Una y otra vez les insistÃa a los polÃticos: “no va a haber venganzaâ€?. Y al sector empresarial le decÃa, textualmente: “no me tengan miedoâ€?. Es decir: “no voy a afectar sus propiedades, ni sus niveles de ganancia, ni los usos y costumbres de la clase polÃticaâ€?.
Para no ver eso, se necesitaba una miopÃa muy grave. Pero para verlo y luego quedarse callado, se necesitaba un cinismo que no dejará de asombrarnos.
Tiempo después, ya en la movilización contra el fraude, López Obrador dijo, en el Zócalo de la Ciudad de México, que con el triunfo de Juan Sabines en Chiapas se habÃa detenido ¡el avance de la derecha! Que AMLO promoviera la balanza ésa que “purificaâ€? (y hace de izquierda) a quienes lo apoyan, vaya y pase, después de todo él la creó. Pero que el lopezobradorismo ilustrado aplaudiera entusiasmado una estupidez de esa envergadura, era incomprensible… o una muestra palpable del grado de cretinismo alcanzado. El “detener el avance de la derecha en Chiapasâ€? habÃa significado reciclar al Croquetas Albores y al finquero autor de aquella famosa frase de “en Chiapas vale más un pollo que un indioâ€? (Constantino Kanter). Quien se traga eso, se traga todo. Y si algo abunda en el lopezbradorismo ilustrado, son las ruedas de molino de ese tamaño.
En este “sanoâ€? ambiente de discusión y “altoâ€? nivel de análisis, se llegó al primer dÃa de julio con el lopezbradorismo ilustrado enarbolando no un programa progresista de participación ciudadana (es decir, pelearle a los partidos el terreno del quehacer polÃtico), o una propuesta novedosa en el arte, la cultura y las ciencias, sino una consigna llena de soberbia y altanerÃa: “sonrÃe, vamos a ganarâ€?. No, no llamaron a detener a la derecha (claro, ahora van a decir que sà lo hicieron). Llamaron a prepararse a celebrar el triunfo (eso sÃ, con mesura y madurez).
¡Ah! Iba a ser todo tan fácil, tan sin movilizaciones, tan sin represión, tan sin choques, tan sin confrontaciones polÃticas e ideológicas, tan sin debate, tan sin pugnas internas, tan en paz, tan en calma, tan estable, tan equilibrado, tan sin radicalismo, tan sin fuga de capitales, tan sin caÃda en la Bolsa de Valores, tan sin presiones internacionales, tan sin que nadie se diera cuenta, tan sin lucha de clases, tan- tan.
¿La represión? Bueno, para padecerla estaba La Otra Campaña, Atenco, l@s, es@s sÃ, “nac@sâ€? y “vulgaresâ€?. Y nada de bloqueos de calles principales, asà fuera por la legÃtima demanda de la libertad y la justicia para l@s pres@s de Atenco. Cuando La Otra bloqueó calles en solidaridad con nuestr@s compañer@s, la policÃa del DF arremetió para “garantizar el libre tránsitoâ€?. Decenas de jóven@s, estudiantes de la ENAH y del CCH Sur en su mayorÃa, fueron golpeados y gaseados en el periférico sur, y fueron perseguidos hasta dentro mismo de las instalaciones de la Escuela Nacional de AntropologÃa e Historia.
El lopezobradorismo ilustrado dijo que bien, que bravo, que la calle, que los autos, que el bando número 13 (expedido por AMLO cuando fue jefe de gobierno), que la libre circulación, que los “ultrasâ€?, que el orden, que la estabilidad. Después de todo, eran sólo un@s chamac@s (y probablemente no votarÃan o ni siquiera tenÃan credencial de elector). O sea que, como dirÃan Alaska y ThalÃa, “a quién le importaâ€?.
Tiempo después, la movilización en contra del fraude bloqueó, haciendo uso del legÃtimo derecho a la libre expresión, la avenida Reforma (creo que asà se llama). Cuando los empresarios y la “gente bienâ€? protestaron (pese a los apoyos fiscales) y pidieron la cabeza del jefe de gobierno del DF, Elenita Poniatowska entrevistó al asediado Alejandro Encinas. Él declaró que debÃa respetar y proteger la libertad de manifestación.
Tal vez conmovida por los sufrimientos de Encinas, Elenita “olvidóâ€? preguntarle por qué las libertades valÃan y eran respetadas cuando se trataba de los simpatizantes de AMLO y no cuando se trataba de La Otra, o del movimiento de rechazados de educación superior, o de los movimientos que recurren a esas acciones para hacerse ver y escuchar. En el “olvidoâ€? de entrevistado y entrevistadora se escuchó claramente: “hay una ley para un@s (l@s que están conmigo) y otra para l@s otr@s (quienes no me apoyan-siguen-obedecen)â€?.
Pero la noche del 1 de julio, el lopezbradorismo ilustrado soñó que, con sólo acudir a una urna, el paÃs cambiarÃa. Y ell@s soportarÃan con modestia, faltaba más, las muestras de agradecimiento del pobrerÃo (“mira mija, ahà va el doctor, él le dio clases al señor presidente y a su hijo; y allá van ésos que vimos en el templete, salúdalos porque son los que dirigieron nuestra liberaciónâ€?), de los indios (de l@s zapatistas no, porque es sabido que son un@s desagradecid@s), de los obreros, de los campesinos, de las mujeres, de l@s jóven@s, de l@s ancian@s, de México pues. Y en el extranjero habrÃa conferencias y mesas redondas. Y el lopezobradorismo ilustrado, eso sÃ, con modestia y mesura, contarÃa lo que hizo por México… manque sólo hayan estado arriba del estrado.
Pero llegó el 2 de julio y, con él, la Gordillo. Y con ella,… el fraude.
3.- La movilización contra el fraude.- Pero, después del desconcierto inicial y de que ya estaba listo el cadalso para aniquilar a Marcos, al EZLN, a La Otra Campaña, y a quienes se resistÃan a ser “purificadosâ€?, est@s intelectuales se dieron cuenta de que pasó lo que pasó. AMLO demostró, una vez más, que es más intuitivo e inteligente que el lopezobradorismo ilustrado. Supo medir bien que una movilización en contra del fraude dependÃa de lo que él dijera e hiciera,… y dijo e hizo. Se levantó entonces una movilización popular, auténtica, legÃtima y justa: la movilización contra el fraude y, por consiguiente, contra la imposición de Felipe Calderón.
Se ha dicho que la movilización no fue ni es lo que se dice. Se habla de acarreos, de la descarada e impertinente intromisión del gobierno del DF y de la estructura del PRD, de que no eran ni son tantos como dicen que son. Puede ser. Lo que no tiene duda, al menos para nosotr@s l@s zapatistas, es que habÃa y hay ahÃ, en esa movilización, personas honestas que estuvieron y están ahà por convicción y principios. Ellas merecen y tienen nuestro respeto, pero su camino lleva a un lado al que nosotr@s no queremos ir.
No compartimos con ell@s ni el camino ni el destino.
Y nuestra forma de respetarl@s es no meternos en su movilización, ni para disputarle a AMLO el liderazgo indiscutible que ahà tiene, ni para sabotear, ni por oportunismo, ni para “desengañarâ€? a las masas (que son algunos de los argumentos y razones de organizaciones y grupos para estar ahÃ, aunque no están de acuerdo en la conducción de la movilización).
Las personas honestas que hay ahÃ, lo sabemos, piensan que es posible que la movilización se convierta en movimiento (con la CND), y que no dependa de un lÃder y de la estructura de control que se impuso a l@s convencionistas. Puede ser. Nosotr@s pensamos que no, y además pensamos que no serÃa ético “montarnosâ€? o “aprovecharnosâ€? de una movilización por la que no hemos hecho nada, como no sea mantener un escepticismo crÃtico.
Ahora bien, sobre la movilización contra el fraude y el intento de convertirlo en movimiento con la CND, decimos lo siguiente:
1.- La “concienciaâ€? de AMLO respecto a la ilegitimidad de las instituciones aparece porque se desconoció su triunfo con un fraude. Otra cosa serÃa si se hubiera reconocido que ganó la presidencia.
2.- La Convención Nacional Democrática no estaba en el pensamiento lopezobradorista al arranque de su movilización. Si asà hubiera sido, el plantón se hubiera aprovechado para analizar, discutir y debatir las diferentes propuestas que luego se votaron por aclamación el 16 de septiembre del 2006. La CND fue y es una forma de darle salida al plantón, y una forma legÃtima de empezar a construir un movimiento para llegar a la presidencia en el 2012… o antes, si se consigue la caÃda de Fecal.
3.- En la CND se impuso una dirección que, más que conducir el movimiento, se propone controlarlo. No hay ahà el mÃnimo germen de participación democrática en las discusiones y en la toma de decisiones, mucho menos de autoorganización. Esa dirección tiene sus propios intereses y compromisos (aunque la CND acordó el boicot a algunas empresas y productos, algunos de sus dirigentes declararon que no lo cumplirÃan -véase lo que Federico Arreola escribió en Milenio Diario, al dÃa siguiente de la CND-).
4.- El movimiento en formación del lopezobradorismo no apunta a una crisis de las instituciones (las que fraguaron y perpetraron el fraude). Si asà fuera, se hubiera decidido que ninguno aceptara los cargos que obtuvo en las elecciones, lo que sà hubiera provocado una ruptura difÃcil de manejar. La CND no apunta hacia su autonomÃa e independencia. Por el contrario, sigue sujeta a la vieja clase polÃtica (hoy convertida a la “izquierdaâ€?).
5.- La mayorÃa, no tod@s, de quienes están en la dirección de la CND brillan por su corrupción, oportunismo y tendencia a la transa.
Si, por un lado, se mandan “al diabloâ€? las instituciones fraudulentas, por el otro se participa (dineros incluidos) en ellas. Las negociaciones están a la orden del dÃa y faltan por venir algunas importantes: el presupuesto federal y el de la Ciudad de México.
6.- El lopezobradorismo ilustrado está dirigiendo sus ataques ahora hacia sà mismo, hacia quienes sà apoyaron a AMLO pero ahora lo critican. Las descalificaciones internas y purgas irán creciendo.
7.- La movilización tuvo y tiene destellos y brillos indudables: por ejemplo, la creatividad e ingenio en las acciones de denuncia contra algunas de las empresas cómplices del fraude (bancos, Wall Mart, etcétera); la participación convencida de gente de abajo; la justa y legÃtima rabia en contra de la prepotencia del PAN y del gobierno de Fox, asà como contra el insultante desprecio que algunos medios de comunicación electrónica (Televisa, TV Azteca y las grandes cadenas radiales) dispensan a quienes participaron y participan en la movilización.
4.- Abajo… Y, mientras tanto, en el México de abajo…
La gente honesta.- Abajo se encuentra la mayor parte de los que se movilizaron en contra del fraude electoral. Los que querÃan que AMLO fuera presidente porque ellos votaron por él y ganaron. Los que defienden el derecho a elegir democráticamente al gobierno. Los que no querÃan que se repitiera otro 1988. Los que tenÃan, y tienen, una sana desconfianza de los aparatos partidarios de la Coalición. Los que retan al poder existente y quieren que cambie el sistema neoliberal que ha estado rompiendo el tejido social y hundiendo al paÃs.
Oaxaca.- El abajo también irrumpió en Oaxaca y tomó forma y camino con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). La capacidad de veto de ese movimiento ha sido digna de tomarse en cuenta. No importa si los que ahà participan, votaron o no (o si lo hicieron por la Coalición o cualquier otra fuerza partidaria). Eso no es lo trascendental, sino que tienen una confianza en sus fuerzas que va más allá de sus dirigentes y de las coyunturas. Esa confianza les ha permitido, hasta ahora, decidir por sà mismos sus tácticas sin ceder a las presiones externas y a los consejos de las “buenas concienciasâ€?. Como EZLN apoyamos este movimiento y tratamos de ver y aprender a través de l@s compañer@s de La Otra que ahà luchan. Nuestro apoyo no va más allá por dos razones: una es que es un movimiento de por sà complejo, un apoyo más directo podrÃa provocar “ruidoâ€?, confusión y recelos; la otra es que varias veces el movimiento del pueblo oaxaqueño ha sido acusado de tener ligas con grupos armados, nuestra presencia directa harÃa crecer la campaña mediática que ya tienen en contra.
L@s Otr@s.- Y fuera de los dimes y diretes de la polÃtica de arriba, otra rebeldÃa se ha venido construyendo en lo más profundo de la sociedad: en los pueblos indios, entre los jóvenes maltratados por el poder (incluido el del PRD), entre los trabajadores de las maquilas, en l@s trabajador@s sexuales, entre las mujeres insumisas que viven con la angustia de que sus maridos emigraron hacia el norte, en las organizaciones polÃticas de izquierda que están convencidas que existe algo más allá del capital y de la democracia representativa, entre tod@s es@s que componen La Otra Campaña, que en todo el paÃs existen, y que se están organizando e inventando otra forma de hacer polÃtica y de relacionarse con sus iguales-diferentes.
La Otra Campaña no es lo que ha salido en los medios de comunicación, tampoco lo que algunos de sus participantes dicen de ella, bueno ni siquiera lo que la Comisión Sexta del EZLN ha comentado de su andar. Es mucho más que todo eso. Es un torrente que sigue abajo, que todavÃa no se expresa del todo, que existe y se reproduce en el sótano de México.
Pero también abajo, existen millones, la mayorÃa, que no votaron. Que no creen en las elecciones (muchos de ellos, como nosotr@s l@s zapatistas, nunca han votado por convicción). Los que forman parte del México despreciado y humillado (y ahora el lopezobradorismo ilustrado los quiere despreciar y humillar más, achacándoles una supuesta derrota). Muchos de ellos son parte del México de los pueblos indios, que hace solamente unos años eran elogiados por su voluntad de lucha y resistencia.
Con éstos últimos, con l@s que no miran hacia arriba, estamos l@s zapatist@s. Y pensamos que es con ell@s que debe estar La Otra Campaña.
Porque algun@s de abajo, quienes estamos en La Otra, ya identificamos nuestro dolor y al enemigo que lo causa: el capitalismo.
Y sabemos ya dos cosas centrales: Una, que para librar esa lucha se requiere de la construcción de un movimiento social-polÃtico autónomo e independiente. Y la otra, que arriba no hay solución de fondo ni para los problemas económicos y sociales que aquejan al pueblo de México, ni tampoco frente al secuestro que la clase polÃtica ha ejercido en contra de la participación y organización del pueblo.
Nosotr@s, l@s zapatistas del EZLN, desde hace un año optamos por impulsar un movimiento nacional anticapitalista, y de abajo a la izquierda, que pasara por encima de la coyuntura electoral -en el que se podÃa estar independientemente de lo que cada quien decidiera sobre las elecciones-. Ahora hemos visto y aprendido muchas cosas. De los de arriba, de La Otra, de nosotr@s mism@s.
Pensamos que, se esté de acuerdo o no en la legitimidad o popularidad del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, ése no es el camino de La Otra, y, sobre todo, no tiene el mismo destino de quienes somos compañer@s en La Otra.
Nosotras, nosotros, La Otra, no buscamos quién nos dirija, ni a quién dirigir. Y no buscamos conseguir de arriba lo que se construye desde abajo.
Y es a ustedes, a nuestras compañeras y compañeros de La Otra, que les queremos hacer una propuesta…
(Continuará…)
Por el Comité Clandestino Revolucionario IndÃgena-Comandancia General del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Comisión Sexta.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Septiembre del 2006.
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/467
L@s zapatistas y la Otra: los peatones de la historia. Introducción y Primera Parte: los Caminos a la Sexta
Este escrito está pensado para y dirigido especialmente a l@s adherentes a la Sexta y a la Otra Campaña. Y, claro, a quien pudiera simpatizar con nuestro movimiento.
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/456
Segunda parte de L@s zapatistas y la Otra: los peatones de la historia
LOS CAMINOS DE LA OTRA
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/459
L@z zapatistas y la Otra: los peatones de la historia. Parte 3.
TERCERA PARTE: EL DIA MAS LARGO DEL AÑO MAS LARGO.
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/463
Cuarta parte de L@s zapatistas y la Otra: los peatones de la historia.
CUARTA PARTE: DOS PEATONES EN CAMINOS DISTINTOS… Y CON DESTINOS DIFERENTES.
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/467 |