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Notícies :: amèrica llatina
Bolivia: Constituyente, nuevo pacto y viejas mañas
15 ago 2006
Evo quiere, pide, que las masas organizadas reaviven el espíritu revolucionario de una Constituyente que él mismo se encargó de castrar
Bolivia: CONSTITUYENTE, NUEVO PACTO Y VIEJAS MAÑAS

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Econoticiasbolivia.com (La Paz, agosto 15, 2006).- Con una invocatoria a los viejos y más preciados sueños de los bolivianos, el presidente Evo Morales dio el empujón hacia adelante para que la Asamblea Constituyente comience a gestar un nuevo pacto social que hermane a la población empobrecida y pueblos indígenas con la rancia aristocracia oligárquica y las transnacionales.

Su gran objetivo es dar gobernabilidad y paz al país más inestable y convulsionado de Sudamérica de los últimos años, conciliando los intereses de las mayorías de indígenas y mestizos con las minoritarias pero poderosos élites blancoides, refundando el país en torno al “capitalismo andino y amazónico�, al que creen liberador, justo y muy humano.

“Esta Asamblea Constituyente no es para subordinar a nadie. No es para someter a nadie, solo queremos que seamos iguales en nuestros derechos. Igualdad, dignidad, libertad para todos los bolivianos, eso es lo que buscamos�, dijo el presidente Evo Morales al inaugurar este 6 de agosto las deliberaciones en Sucre.

“Hoy, a 181 años de la vida republicana de nuestro país, ha llegado este momento histórico para refundar a nuestra querida amada patria Bolivia (…) Cumplimos una tarea de garantizar esta Asamblea Constituyente para que ahora haya un nuevo pacto social en beneficio de esa gente marginada y humillada históricamente�, dijo al alentar las esperanzas de días mejores para dos terceras partes de la población, hoy sumidas en la pobreza, la exclusión y el hambre.

El pacto social anunciado por Morales busca generar nuevas bases de desarrollo, garantizando plena seguridad jurídica a las inversiones privadas, tanto nacionales y extranjeras, construyendo una economía que tenga como eje la alianza entre el Estado y las transnacionales. En este marco se inscribe su política de “nacionalización�, que en rigor es más ficticia que real, y que promueve, fomenta y legaliza la explotación transnacional de los recursos naturales de Bolivia (gas, petróleo, minerales, bosques y tierras) a cambio de un mayor pago de impuestos y tributos, mediante la firma de nuevos contratos que son negociados positivamente por ambas partes. Allí no hay expropiación, ni confiscación y menos expulsión de las petroleras que siguen operando ilegal e inconstitucionalmente en Bolivia y que continúan explotando una riqueza hidrocarburífera valuada actualmente en por lo menos 200 mil millones de dólares.

“Siento de verdad que aquí empieza a cambiar la nueva historia de Bolivia, una historia donde haya igualdad, una historia donde no haya discriminación�, sentenció Morales al abrir las deliberaciones de la Constituyente, que ha sido elegida y que funcionará tras el objetivo de lograr acuerdos entre las fuerzas indigenistas y de izquierda moderada alineadas en torno al gobierno y los representantes de la oligarquía petrolatifundista.

La forma de elección de los asambleístas (atando la participación ciudadana a los partidos políticos y eliminando la participación directa de las organizaciones sociales, sindicales y populares), la composición de la Asamblea (que da una representación privilegiada y mayor a su votación a las urnas para las fuerzas de la oligarquía y partidos neoliberales) y la modalidad de aprobación de la nueva Constitución (con el imprescindible apoyo de dos tercios de los asambleístas) obligan a este pacto que modera hacia el centro la orientación de la Constituyente, que pondrá un sello y aval indigenista a la explotación capitalista de Bolivia. Ese es el fondo de la Asamblea.


La forma, que esconde y viabiliza ese fondo conciliador, se presenta, sin embargo, estridente y conflictivo, tal como estila Morales, que siempre pone el guiñador a la izquierda, cuando quiere marchar a la derecha.

“Tengo información de que 11 millones de dólares serán utilizados en Sucre para financiar los intereses de las transnacionales en la Asamblea Constituyente (…) Quiero advertir, como lo sabe el embajador de Cuba, de Europa y Venezuela, que el capitalismo salvaje e inhumano, para defender los intereses de las empresas transnacionales, ha empezado a manejar plata, seguramente para dividir a la Constituyente. Me informan que tienen disponibles 11 millones de dólares para defender ese Estado colonial y capitalista", dice al mostrar los dientes al poder transnacional, con el que sin embargo busca afanoso un acuerdo, que ya lo siente cercano, como dijo recientemente en relación a Repsol.

Agitar el fantasma de la conjura transnacional le permite también al Presidente articular tras suyo a los sindicatos y organizaciones sociales y populares, que desconfían de la Asamblea y cuestionan las limitaciones de la política gubernamental, como es el caso de muchos de los sindicatos articulados a la unitaria Central Obrera Boliviana (COB).

Por ello, Morales urge a los movimientos sociales a dar mayor poder a Constituyente e instalar oficinas en Sucre para garantizar el carácter "originario" de la Asamblea, para presionar a los asambleístas para forjar un nuevo Estado "anticolonial, antiimperialista y antineoliberal, que tenga dominio sobre los recursos naturales".

“Quiero decirles de verdad, no es ninguna mentira, los sectores oligárquicos internos y externos van a usar muchos recursos económicos, seguramente para intentar dividirnos e intentar a dividir a nuestros constituyentes�, advirtió en la posesión de los 255 asambleístas, casi todos ellos hombres y mujeres de segunda fila, con pocas luces pero mucha ambición. Entre ellos no hay ideólogos ni políticos de buen nivel, muchos carecen de experiencia y se limitan a seguir las instrucciones de sus organizaciones partidarias. Sus aportes intelectuales y políticos son nulos y los más mentados por la prensa oficial son ilustres desconocidos.

Otra maña que usa Morales para tratar de centrar la atención popular en lo que hará la Constituyente es debatir si el carácter de la asamblea será “originaria o derivada�.

Tenemos que analizar “si estamos apostando por una Asamblea Constituyente originaria o sólo derivada; estamos apostando por una Asamblea Constituyente que tenga todos los poderes de cambiar el Estado colonial, neoliberal o sólo estamos buscando algunas reformas�, dijo el Presidente.

Todo ello no pasa, sin embargo, de ser otro fuego de artificio, ya que la propia ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente –-aprobada por Morales y formulada por el vicepresidente Alvaro García Linera-- establece que todos los cambios y transformaciones del Estado sólo emergerán con el apoyo de dos tercios de los congresistas, dando con ello un poder de veto a los sectores de la oligarquía petrolatifundista que pueden bloquear toda iniciativa revolucionaria. El gubernamental MAS controla sólo el 53,4 por ciento de la Asamblea y el resto se reparte entre agrupaciones que van desde la ultraderecha hasta la izquierda moderada.

Así, actuando para la platea, el presidente Morales exige a las organizaciones sociales y populares que apliquen fuerte presión por fuera para llevar a la Constituyente hacia la izquierda, rompiendo la resistencia de la oligarquía petrolatifundista que él mismo se encargó de potenciar en lo interno. Evo quiere, pide, que las masas organizadas reaviven el espíritu revolucionario de una Constituyente que él mismo se encargó de castrar.
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Bolivia subvencionará explotación transnacional del Mutún
16 ago 2006
BOLIVIA SUBVENCIONAR� EXPLOTACIÓN DEL MUTÚN

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Econoticiasbolivia.com (La Paz, agosto 15, 2006).- Bolivia subvencionará la explotación transnacional del yacimiento de hierro del Mutún suministrando diariamente cerca de 10 millones de metros cúbicos de gas natural a la mitad de precio vigente en la actualidad, según el acuerdo preliminar al que llegaron el gobierno del presidente Evo Morales y la compañía india de Jindall Power Steel.

Por esta vía, el Estado boliviano transferirá casi 100 millones de dólares al año a Jindal, que tiene previsto suscribir en un plazo de 30 días un contrato de riesgo compartido que le permitirá explotar por 40 años el yacimiento de hierro más grande del mundo, localizado en Santa Cruz, 27 kilómetros al sur de Puerto Suárez, fronteriza con el Brasil.

Según admitió el propio ministro de Planificación, Carlos Villegas, gestor del acuerdo, la futura industrialización del hierro de Mutún consumirá entre 7 y 10 millones de metros cúbicos por día de gas natural (mmcd), con un precio provisional de 2,50 dólares por millón de unidades térmicas británicas (BTU). Este precio es la mitad del vigente en la exportación de gas a la Argentina (5 dólares), a la que se suministra actualmente 7,7 millones de mmcd. El precio internacional del gas oscila actualmente por encima de los 7 dólares.

“Los ejecutivos de Jindal insistieron en este precio (2,5 dólares) para el energético�, dijo Villegas al explicar que este precio fomentará el desarrollo del Mutún y la industrialización del gas natural. El acuerdo fue hecho público en medio de la presión y emergencia del influyente y opositor Comité Cívico de Santa Cruz, dirigido por los sectores empresariales y oligárquicos que pugnaban por privatizar a como dé lugar el Mutún.

En este negocio, el Estado boliviano entregará a Jindal el 50 por ciento del Mutún y gas subvencionado por 40 años, a cambio de una inversión privada total de 2.300 millones de dólares que serían ejecutados en los siguientes ocho años. El contrato se firmará por 40 años, tiempo en el que podrá explotar el 50% de las 40.205 millones de toneladas de hierro del yacimiento que contiene hematita, magnetita, siderita y 10.000 millones de toneladas de manganeso.

Anualmente, la empresa adjudicataria tiene previsto producir 1,4 millones de toneladas métricas de acero laminado y utilizará 1,5 millones de toneladas de hierro.

Disminuidos los costos de operación (100 millones de dólares al año por la subvención estatal al precio delgas), el acuerdo preliminar establece que las ganancias de la explotación del Mutún se repartirán “en partes iguales�, según dijo el ministro Villegas.

“Hemos decidido recibir el 50 por ciento de la ganancia (…) queremos socios y no patrones y los socios implican la obtención de ganancias en la misma proporción, en este caso 200 millones de dólares por cada una de las partes (…) Los 200 millones de dólares se pagan a partir del tercer año, cuando empieza la producción y en los primeros años los ingresos serán menores y no quisiera aventurarme a dar esos datos porque no tengo los cálculos�, agregó.

La distribución de los ingresos del negocio deberá, sin embargo, ser refrendada y precisada en la firma del contrato. A principios de junio, una vez que la transnacional india ganó la licitación internacional para explotar el Mutún, los directivos de Jindal anunciaron, a través de su portal www.jindalsteelpower.com/news.asp, que “la compañía acordó pagar al gobierno de Bolivia entre el 8 y el 10% de regalías por exportaciones de mineral de hierro y concentrados (pellets) y un 5% de regalías por exportaciones de hierro�.

"Inicialmente, el gobierno de Bolivia había demandado una regalía del 54% por las exportaciones de hierro y concentrados. Los ejecutivos de Jindal, sin embargo, lograron reducir esa cifra a 10% en las negociaciones. Se dijo que esa fue la razón por la cual se demoró el anuncio de la concesión a Jindal, a pesar de que la compañía terminó siendo la única proponente para la inmensa reserva luego de que la propuesta de Mittal Steel fuera descalificada", señalaba la publicación referida.

Por ello, sólo con la publicación del contrato se podrá conocer la realidad de este negocio que inicia la era de la siderurgia en Bolivia. Según el ministro Villegas, “la cadena de la industria siderúrgica significa explotación de la mina, concentrados, telests, lo que nosotros consideramos materia prima, y la industrialización real es el hierro esponja o el dri y el acero en sus diferentes formas. El Estado participa como socio en toda la cadena productiva�, añadió.

“Si empezamos el año 2007, como año uno, tenemos tres años para que la empresa haga las instalaciones de las plantas correspondientes para la producción de concentrado y de telets, el cuarto empieza la producción y a partir del quinto año vamos hacía la genuina industrialización de hierro esponja y de acero�, señaló.

Las autoridades reiteraron que, en el caso del Mutún, las nuevas condiciones fijadas por el gobierno de Evo Morales impidieron que se adjudique el yacimiento por sólo 18 millones de dólares anuales y severos daños ambientales con la deforestación de los bosques.
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