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Anàlisi :: criminalització i repressió : pobles i cultures vs poder i estats : guerra
Cuando los judios se comportan como nazis se transforman en nazis
08 ago 2006
Cuando los judíos actúan como nazis, se convierten en nazis
Khalid Amayreh
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Nadia Hasan y revisado por Juan Vivanco
Cuando los judíos actúan como nazis, se convierten en nazis

Khalid Amayreh

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Nadia Hasan y revisado por Juan Vivanco


El 23 de marzo de 1944 murieron tres soldados alemanes cuando un grupo de resistencia italiano hizo estallar una bomba al paso de una columna de tropas alemanas que marchaban hacia Rasella. Adolph Hitler se enfureció y ordenó que en las siguientes 24 horas, debían morir 10 italianos por cada alemán muerto. Herbert Kappler, el comandante alemán de la zona, rápidamente compiló una lista de 320 civiles sentenciados. El 24 de marzo las víctimas fueron transportadas a las fosas Adreatinas, donde fueron ejecutadas por las SS.


El ejército nazi perpetró muchas otras operaciones pacificadoras contra civiles durante la ocupación nazi de Europa; hombres, mujeres y niños fueron brutalmente asesinados para vengar la muerte de soldados alemanes atacados por la resistencia local.


Sé que es un tabú, especialmente en Occidente, comparar a Israel —dejando de lado a los judíos— con el Tercer Reich. Sin embargo, si hemos de mantener la verdad como un valor intríseco, supremo, es ineludible llamar a las cosas por su verdadero nombre.


Hoy, a la luz de las criminales agresiones israelíes en Líbano y Gaza, no hay duda de que Israel está pensando, actuando y comportándose como el Tercer Reich. Y cuando los judíos, o algunos judíos, se comportan y actúan como nazis, se convierten ellos mismos en nazis.


Los sionistas están actuando como nazis ya que están asesinando masivamente a civiles inocentes para vengar la muerte de unos pocos soldados israelíes a manos de miembros de la resistencia de Líbano y Palestina.


Está de más señalar que estos guerrilleros, ya sean de Hamás o Hezbolá, están luchando por librar a sus países de una brutal ocupación israelí, tal como los guerrilleros de la resistencia europea en Polonia, Francia, Grecia y otros muchos países lo hicieron para librarse de la brutal ocupación nazi.


No hay ninguna duda del sufrimiento de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Nadie puede negar ese hecho. Pero el sufrimiento de los judíos de hace seis décadas en Europa de ninguna manera les da derecho a cometer otro holocausto contra la población de Oriente Próximo. Es más, un holocauso judío contra la población de Oriente Próximo no es menos malvado (ni menos nazi) que el holocauto alemán contra judíos.


La maldad de los crímenes no se atenúa cuando son perpetrados por manos judías. No existe nada llamado genocidio kosher (permitido) u holocausto kosher o matanzas kosher.


De hecho, si los judíos realmente intentan vengar el holocausto, lo lógico, al menos desde una perspectiva talmúdica, es que los judíos dirijan su cólera contra los alemanes, los hijos y nietos de la Wehrmacht, la Gestapo y las SS, no contra los palestinos y libaneses inocentes, que no tienen los medios para protegerse a sí mismos ni a sus niños.


¿No es una muestra de criminalidad y cobardía apuntar contra civiles inocentes e indefensos usando los más poderosos armamentos de muerte?



Judaísmo-nazismo



Sé que muchos judíos ponen el grito en el cielo cada vez que se utiliza la analogía israelí-nazi, especialmente si quienes lo hacen son europeos y occidentales. Aducen que el holocausto fue un acontecimiento único, comparado con lo que Israel está haciendo en Líbano y Gaza.


Bien, nadie está señalando que Gaza se está convirtiendo en un nuevo Auschwitz. Sin embargo, nadie puede negar que la maquinaria de guerra israelí está exterminando a numerosos civiles indefensos. Al fin y al cabo, existen otros medios para evaporar a la población, no sólo mandándola a las cámaras de gas e incineradores (estoy usando la palabra evaporar, ya que un periódico israelí, el Jerusalem Post, utilizó esta misma palabra en una cita en internet haciendo referencia a la muerte de palestinos en un bombardeo aéreo israelí en una concurrida avenida de Gaza a mediados de julio).


En un análisis final, si el brutal castigo colectivo es un criterio para calificar a cualquiera como nazi, entonces el comportamiento israelí lo es, y sus líderes políticos y comandantes militares son indiscutiblemente los nazis de nuestro tiempo.


Basta con comparar el comportamiento de Israel en Gaza y Líbano tras la captura de tres soldados israelíes por guerrilleros de la resistencia durante una operación militar, con el comportamiento de la Gestapo y las SS en circunstancias similares en la Europa ocupada por los nazis, para descubrir la llamativa semejanza.


Cuando los guerrilleros palestinos capturaron a un soldado israelí en Kerem Shalom el día 25 de junio, el ejército israelí comenzó inmediatamente una campaña genocida de todo un mes contra Gaza, destruyendo casas, escuelas, universidades, centrales eléctricas, calles, huertos y plantaciones de cítricos y aniquilando a familias enteras mientras dormían en la intimidad de sus hogares.


De hecho, en el momento de escribir este artículo (29 de julio), al menos 183 palestinos, entre ellos 37 niños, han sido asesinados sin piedad en la Franja de Gaza, como resultado de un bombardeo aéreo persistente y un ataque de artillería contrapoblaciones civiles.


¡Sí, toda esta obscena matanza e insensible destrucción en respuesta a la abducción de un soldado israelí!


Y en Líbano... Bien, lo que está aconteciendo en Líbano desafía una descripción linguística. ¿Cómo puede uno describir la destrucción de un país completo y el bombardeo combinado de hogares, poblaciones, calles, civiles que huyen montados en coches y microbuses, todo en respuesta a la abducción de dos soldados israelíes de la ocupación durante una operación militar dirigida a liberar a cientos de presos políticos y miembros de la resistencia que sufren en los campos de concentración israelíes?


Si esto no es judeonazismo, entonces ¿qué es? (a propósito, el término judeonazismo fue acuñado por el escritor israelí Yisrael Shahak).


Y si los líderes israelíes, que ordenaron y supervisaron estas campañas genocidas contra civiles inocentes, no son considerados criminales de guerra, entonces ¿cómo los debemos ver?


Esta es una pregunta que la conciencia del mundo debe enfrentar ya que es inconsciente permanecer en silencio mientras este poder diabólico llamado Israel se está comportando de manera muy similar a como otro poder diabólico lo hizo hace sesenta años...

Nadia Hasan y Juan Vivanco son miembros de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft y puede reproducirse a condición de mencionar al autor, la traductora, el revisor y la fuente.

Comentaris

Re: Cuando los judios se comportan como nazis se transforman en nazis
08 ago 2006
Isn't it about time, stranger,
For us to meet face to face in the same age,
Both of us strangers in the same land,
Meeting at the tip of an abyss.....
In the shadow domain, let us share the light.

Mahmoud Darwish from "The Speech of the Red Indian"
Re: Cuando los judios se comportan como nazis se transforman en nazis
08 ago 2006
En lo que respecta a asesinatos contra rehenes y contra civiles el tema es muy largo y mas en un conflicto como la segunda guerra mundial tan exageradamente atroz.Y mas haciendo juicios de valores entre buenos y malos.No hubieron buenos y malos, no pueden sert los britanicos imperialistas, los americanos o los stalinistas la mejor vara de medir, delante de un crimen hay que ser apolitico y en el juicio de valores no se es neutral.
Re: Cuando los judios se comportan como nazis se transforman en nazis
11 ago 2006
MATANZAS DE PRISIONEROS POR LOS ALIADOS
En 1943, los alemanes convocaron a delegados de la Cruz Roja de países neutrales, para mostrarles las horrorosas fosa de Katyn, cerca de Smolensko. En dichas fosas se encontraban los cadáveres de unos 15.000 oficiales y suboficiales polacos, todos ellos ejecutados por el sistema del tiro en la nuca, clásico de la policía soviética. Pero el caso es que el titulado gobierno polaco en el exilio de Londres tenía serios indicios de lo que había sucedido, mucho antes de que los alemanes exhumaran las fosas de Katyn. Confírmalo Churchill:
"He almorzado con Sikorski, que me ha dicho que tiene pruebas de que el gobierno soviético ha hecho asesinar a unos 15.000 oficiales y suboficiales polacos, así como a otros prisioneros que tenía en su poder, y que se les había sepultado en enormes sepulcros abiertos en los bosques, principalmente en las cercanías de Katyn. Tenía superabundancia de pruebas. Le dije que, si de verdad estaban muertos, nada podía hacer él para devolverlos a la vida, y que no era el momento de buscar querellas con Stalin". [492]
El gobierno de Sikorski no se contentó con la inaudita recomendación de Churchill y rompió sus relaciones con la URSS, pero pocos días después Sikorski perdía la vida en un rarísimo accidente de aviación.
Recordemos que Inglaterra y Francia dijeron haber declarado la guerra a Alemania para defender a Polonia del ataque de aquélla. Pero Rusia atacó a Polonia dos semanas después, y no

sólo no le declararon igualmente la guerra, sino que buscaron tenazmente su alianza, prometiéndole -y concediéndole- infinitamente más territorios y prebendas que los que Stalin pidió a Hitler y éste le negó. Y cuando se demostró que los soviéticos asesinaron a la totalidad de la flor y nata de la oficialidad polaca, el gobierno británico mandó callar al llamado gobierno polaco en el exilio londinense y su titular, Sikorski, tuvo un misterioso y oportunísimo accidente de aviación.
Y cuando Arciszewski, el sucesor de Sikorski, se atrevió a pedir a Stalin, desde Londres, que permitiera la intervención de una comisión de la Cruz Roja británica en la URSS, para interrogar a los polacos que el Ejército Rojo capturó en 1939, así como a prisioneros de guerra alemanes para intentar obtener informaciones de primera mano sobre lo sucedido en Katyn y en otros lugares de Polonia, recibió una brutal negativa. A pesar de haber envuelto su petición con los oropeles de una retórica apaciguante...
"pues estoy seguro que los trabajos de esa comisión demostrarán que el señor Sikorski se dejó engatusar por la falaz propaganda alemana".
Pero Stalin hizo más. Negó toda virtualidad política al gobierno polaco de Londres y creó otro, con comunistas polacos residentes en Moscú, y presidido por un hebreo, Jerzy Rusinek.
En el juicio de Nuremberg el Fiscal Soviético, con audacia obscena, llegó a pretender que los victimarios de la oficialidad polaca en Katyn eran los alemanes. Ni siquiera aquél Tribunal, con tan descomunales tragaderas, pudo admitir esta acusación. Y hoy día está admitido, sin resquicio alguno para la duda razonable, que Katyn fue un crimen, -uno más- exclusivamente imputable a los soviéticos. El 22 de julio de 1971, la Agencia EFE daba la noticia de que Abraham Wydra, israelí que estuvo internado en un campo de trabajo ruso durante la II Guerra Mundial fue informado de las matanzas rusas en el campo de Katyn por oficiales judíos del Ejército Soviético que participaron en ellas o que las presenciaron. Incluso da los nombres de esos participantes correligionarios suyos: Alexander Suslov y Semyon Tichonow. Pero, esos, al fin y al cabo, eran unos simples comparsas. Por cuanto consta que los que ordenaron la matanza de Katyn eran Lev Rybak y Chaim Finberg. Y, en última instancia, la orden para un genocidio de tal magnitud sólo pudo salir del Comisario del Interior, Lavrenti Paviovitch Berkowitz (a) Beria.
Todos ellos, del mismo origen étnico que el ex-polaco y neo-israelita, Abraham Wydra quien, con 30 años de retraso, se sintió presa de remordimiento y confesó la verdad sobre la identidad de los asesinos. ¡Más vale tarde que nunca!
Aún quedaban, en Moscú, en un régimen oficialmente llamado "confinamiento", pero, prácticamente, de "detención" unos 300 oficiales polacos, cuya existencia fue reconocida por la URSS y que el General Anders -un polaco que luchó por Inglaterra en Oriente Medio, en �frica del Norte e Italia- reclamó repetidamente, apoyado por Churchill. Nunca fueron devueltos y todos fueron ejecutados [493]. Podrá acusarse a los soviéticos de lo que se quiera, pero no de falta de continuidad en sus ideas. Para Stalin era vital la derrota de Alemania, con la que sostenía un duelo a muerte, pero más aún lo era la destrucción de sus enemigos de clase, es decir, de los nacionalistas europeos, y no sólo de los alemanes. Así, mandó asesinar a los oficiales polacos porque debido a su preparación nacionalista eran reacios a dejarse absorber por el régimen comunista. En tales casos, y desde su instauración en Rusia, en 1917, el Bolchevismo utiliza la llamada "ingeniería social", que consiste en la eliminación física de elementos inasimilables por el Marxismo pontificalmente definido en el Kremlin.
Evidentemente, los soldados alemanes que cayeron prisioneros de los soviéticos no podían esperar mejor tratamiento que los polacos. Se sabe que en 1943 los bolcheviques organizaron festejos populares para ejecutar a oficiales de la Wehrmacht. En Kharkov se organizó una de esas macabras ceremonias. Un centenar y medio de prisioneros fueron ahorcados el primero de diciembre en la plaza principal de la ciudad ante una asamblea de miembros del Partido Comunista. La revista americana Time publicó un espeluznante relato de lo ocurrido [494]. El escritor húngaro, nacionalizado inglés, y de raza judía, Arthur Koestler, describe así la escena: y el sadismo hacían pareja con el mal gusto" [496]
"Cuando los vehículos sobre los que los condenados estaban de pie fueron alejados, haciendo que los cuerpos cayeran lentamente y se iniciara el procedimiento de estrangulación, surgió de la enorme multitud un gruñido ronco, bajo, de profunda satisfacción; hubo quien mostró su desprecio por los moribundo agregando silbidos al estertor de sus boqueadas; muchos otros aplaudían". [495]
Incluso se filmaron "close ups", es decir, primerísimos planos, de los gestos

de los agonizantes, que aparecerían, luego, en un film de Serge Eisenstein,
"en que la crueldad y el sadismo hacían pareja con el mal gusto" [496]
Podría escribirse, no un libro, sobre toda una biblioteca sobre las salvajadas cometidas por los soldados del Ejército Rojo. El Mariscal Von Manstein refiere [497] que varios de sus oficiales le habían manifestado que antes de dejarse capturar por los soviéticos se dispararían un tiro en la sien. En la Conferencia de Teherán, Stalin dijo que brindaba por el fusilamiento de 50.000 oficiales alemanes, conforme se les fuera capturando, o cuando terminara la guerra. Churchill, el hombre de los tapices de bombas sobre Alemania, en un fugaz acceso de humanidad, o tal vez hablando para sus biógrafos, dijo que se oponía, por ser, tales métodos contrarios a la tradición militar de Inglaterra.
Entonces intervino Roosevelt, quien propuso que se rebajara la cifra de fusilados a 49.500. Churchill se levantó de la mesa, pero Stalin fue a buscarle diciéndole que se trataba de una broma. [498]. Pero no era una broma, pues, como más adelante veremos, más de un millón de prisioneros alemanes -oficiales y soldados- se esfumaron en la URSS, sin dejar rastro.
Cuando, el 28 de abril, las avanzadillas del Ejército Rojo lograron abrir brechas en las defensas de Berlín, el Ministro de Propaganda soviético, Ilya Ehrenburg [499] lanzó la siguiente orden del día al Ejército Rojo:
"Los soldados rojos arden como si fueran de paja, para hacer de los alemanes y de su capital una tea encendida de su venganza; para vosotros, soldados del Ejército Rojo, la hora de la venganza ha sonado... Desgarrad con brío el orgullo racial de las mujeres alemanas; tomadlas como botín legitimo. ¡Matad! ¡Destruid, bravos y aguerridos soldados del Ejército Rojo!"
El mando soviético dio carta blanca a sus tropas para que cometieran toda clase de excesos. Un testigo nada sospechoso de nazismo, el capellán del Ejército norteameicano, Padre Francis Samson, refiere que
"los soldados rojos que entraron en Berlín, en su mayoría asiáticos, daban la impresión de estar enloquecidos y disparaban en todas direcciones. Habían recibido una ración especial de vodka. Por todas partes remataban a los heridos, asaltaban a los civiles, les robaban o asesinaban; la suerte de las mujeres era infernal, y muchas terminaban siendo muertas; incluso vi a una colgada de los pies, a quien le habían abierto el vientre" [500]
El mismo testigo presencial cuenta que
"... cuando llegué a donde un par de días antes se encontraba la hermosa ciudad de Neubrandenburg, me pareció como si estuviera contemplando el fin del mundo y el juicio final" [501]
En la plaza polaca de Glowno, el General Mattern, cercado, sin municiones, y sabedor de que no podía esperar ninguna ayuda de la Wehrmacht en retirada, se rindió con 2.000 soldados, la mayoría heridos. A los ilesos y a los
"heridos que en pocos días podían recuperarse les envió a limpiar minas, mientras que a los demás se les achicharró con lanzallamas.
[492]     Winston S. Churchill: "Memorias".
[493]     A. Wysocki: " Odisea Polaca".
[494]     "Time", New York, 15-XII-1943.
[495]     Arthur Kestler: "Soviet Myth and Reality".
[496]     William L. White: " My Report on the Russians".
[497]     Eric Von Manstein: "Victorias Frustradas".
[498]     Winston S. Churchill: "Memorias".
[499]     Judío. Premio Lenin de literatura (N. del A).
[500]     ".Y terminó en el Elba". por Jurgen Thornwald.
[501]     Ibid. Id. Op. Cit.

MATANZA DE REHENES POR LOS NAZIS EN FRANCIA
Algunos espíritus "fuertes" han pretendido, por otra parte, justificar los torpes crímenes de la "Resistencia" basándose en que no eran más que una reacción humana ante los crímenes del ocupante alemán. A tal efecto se ha hablado, a todo trapo, de Oradour-sur-Glane. Sobre Oradour sólo se ha dicho la verdad a medias. He aquí TODA la verdad y nada más. A principios de Julio de 1944, la II División SS Das Reich, en su marcha desde el Sudoeste de Francia, donde estaba acantonada, hacia Normandia, sufrió varios atentados de la Resistencia, que, sin causar pérdidas a la unidad, ciertamente la incordiaban. Pero un buen día el comandante Kempfe y cinco soldados, que se habían rezagado en un pueblecito, llamado Oradour, según parece para comprar unas vituallas, fueron apresados por el maquis. La unidad regresó a: Oradour y, tras ímproba búsqueda, halló los cadáveres de los seis hombres: les habían vaciado las cuencas de los ojos; habían sido mutilados y Kempfe tenía los testículos cortados, introducidos dentro de la boca. El comandante de la unidad -una compañía- ordenó que se apartara a las mujeres y a los niños y que los hombres fueran encerrados en unas granjas. El comandante ordenó luego a sus hombres, amenazándoles con la pistola, que dispararan sus armas automáticas y lanzaran
— 245 —
granadas de mano sobre los hombres encerrados. Según unas versiones perecieron 642 personas. Según otras, perecieron unos 1250. El Comandante en Jefe de la División SS Das Reich castigó a la unidad que llevó a cabo la matanza ordenada por su jefe, a expiar el crimen en el campo de batalla. El Jefe fue fusilado. En cuanto a su unidad, estuvo en primera línea hasta el final de la guerra.
Hay que tener presente que, según se demostró luego, por los propios franceses, el pueblo de Oradour era varias veces reincidente en el apoyo a las actividades de los maquisards. Y es que, en ningún caso, un ejército de ocupación puede, impunemente, permitir ser apuñalados por la espalda por tropas irregulares. Por tal motivo el artículo 358 del Código de Justicia Norteamericano tiene prevista la ejecución de rehenes como represalia contra los ataques de guerrilleros. Su cuota es de 200 rehenes por cada militar asesinado. En los artículos 453 y 454 del mismo código para el Ejército Británico, se prevé la ejecución de 20 rehenes por cada soldado inglés. La cuota de los franceses era de 25 a 1, mientras que la cuota alemana era, sólo, de 10 a 1. Por tal motivo, por haber rebasado tan ampliamente el cupo reglamentario fue fusilado por los propios alemanes el comandante que ordenó la masacre de Oradour y castigados los hombres del pelotón de ejecución [631].
Creemos, además, que debe hacerse hincapié en el hecho de que no hay constancia de que ningún tribunal, civil o militar, de ninguno de los países Aliados, condenará a un sólo criminal de guerra de los homologados como "buenos" por la hagiografía de los vencedores. Si la hay, como en el caso de Oradour de tribunales alemanes dictando penas contra crímenes y abusos cometidos por individuos aislados de la Wehrmacht o de las SS [632]. Otro sí. Ningún ejército de ocupación, en ninguna época y en ningún lugar de este Planeta, ha permitido nunca que le apuñalaran por la espalda los guerrilleros. Los Aliados fueron los primeros que pusieron en práctica esta ley -escrita o no en los códigos militares- al llegar a Alemania. El Mariscal Montgomery anuncio, nada más pisar suelo alemán, que por cada soldado inglés que fuera muerto por paisanos no uniformados, serían fusilados 100 rehenes, lo cual constituía una flagrante violación de las leyes militares inglesas que, como hemos dicho, autorizaban solamente el fusilamiento máximo de veinte rehenes por cada soldado inglés victima de tropas irregulares.
Los franceses, por su parte, dieron una muestra de su manera de entender la sumisión de la población civil en Stuttgart-Sillenbruch, el 28 de Octubre de 1948, tres largos años después de terminada la contienda. Aquél día un soldado de las tropas de Ocupación francesas -un argelino borracho que molestaba a una mujer alemana- fue muerto de un botellazo en la cabeza por un alemán que resultó ser el esposo de la mujer. Los "responsables", como rezaba el comunicado oficial francés fueron pasados por las armas. Seis alemanes fusilados, incluido el ma- rido de la mujer ofendida. Se impuso a la ciudad una multa colectiva de 200000 de Marcos y se dispuso el toque de queda, desde las seis de la tarde hasta la nueve de la mañana, durante tres meses [633].
[631]     Sólo ocho componentes de la unidad que llevó a cabo la matanza de Oradour fueron localizados por los franceses al final de la guerra, y condenados. Cuatro de ellos resultaron ser loreneses. ( del A].
[632]     El escritor francés Saint-Loup cuenta " Les Hérétiques "] que dos miembros de la VII División SS " Charlemagne " fueron condenados a muerte por haber violado a una chica, pese a que los dos acusados afirmaron que su "partenaire" había consentido. (N. del A).
[633]     Maurice Bardèche: "Crimes de guerre des Alliés "
Re: Cuando los judios se comportan como nazis se transforman en nazis
11 ago 2006
ya están dando la matraca. Qué obsesión. Estáis para el psiquiatra, y no sólo para el sillón. Para que os echen una camisa de fuerza y os encierren en una habitación acolchada atiborrados a inyecciones tranquilizantes.

Está mucho mejor la sección de "articles amagats". Allí sí que encuentras material interesante.

Qué desgracia, mijito, qué desgracia más grande. Pero ¿no os ven vuestras mamasitas?
Sindicato Sindicat