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Anàlisi :: corrupció i poder |
Ellos pasan, su mediocridad permanece
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per Vicente |
24 jun 2006
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Maragall es el político catalán mejor valorado según las encuestas y, salvo algunas declaraciones estridentes, suyas o de sus socios, no hizo nada en lo que Zapatero no le siguiera luego los pasos. Además, amar al idiota es muy español: véanse los ganadores en Operación Triunfo y Gran Hermano de los últimos años. No lo defenestran, pues, por el desgaste propio, sino por el eventual, de estadista blando y sin crédito, que a consecuencia suya pudiera sufrir Zapatero más allá del que ya ha experimentado. Que el PSC esté en la oposición es el único modo de no confundirlo con CiU y el único de movilizar el voto inmigrante -léase: catalán de segunda- en las generales. Es lo que interesa. Todos ganan mientras se arrincone al PP.
Pero las cosas se ven mejor en miniatura. Gracias al liderazgo sociata en la nacioncita hemos podido comprobar el alcance real de su política de reforma y su nulo interés bajo la nebulosa palabrería. Han querido convertir esta nación temática en un campo de experimentación para sesentayochistas decadentes y demás timadores de izquierdas. Pensad que España es el laboratorio social de Europa; y Cataluña, "la avanzada", lo es de España. Estamos destinados a consumir bodrios legislativos que conviertan a las minorías promocionables en modelo e hipóstasis y nos alejen de los auténticos problemas. A la burbuja inmobiliaria hay que sumarle una burbuja mental de tres pares de cojones.
Era muy fácil devolver ese Estatuto antes de recortarlo y llevar las negociaciones al límite. Estoy con el PP en este punto: Zapatero es el responsable máximo del desbarajuste. Todos los que criticábamos al Estatut, además de anticatalanes, éramos tildados de crispadores y de ver más de lo que había en ese inocente texto. Que el PP se oponga a algo convierte ese algo en bueno para muchos. Eso es tercermundismo político. Nos merecemos lo que tenemos. |
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