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Trabajador de Telmex, otra víctima de la brutalidad policiaca en Atenco
19 jun 2006
Demandará a Fox, Peña y Robledo, entre otros; los policías, "chivos expiatorios", dice
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EMIR OLIVARES ALONSO
Foto

Jorge Salinas, trabajador de Telmex, al ser detenido en Atenco, el 4 de mayo Foto Mario Antonio Núñez

Jorge Salinas tiene prácticamente inmovilizados los brazos con yeso. Tomar un café o llevarse un vaso de agua a la boca no son para él tareas sencillas. Sus muñecas están destrozadas; los dedos anular y meñique de la mano derecha, rotos, y el hueso cúbito del brazo izquierdo, fracturado. Una herida en la cabeza apenas termina de cicatrizar, y tantos moretones en las espinillas parecen una plaga.

Salinas llegó a Atenco "para formar parte de la resistencia", es trabajador de Teléfonos de México (Telmex), integrante del sindicato de telefonistas y adherente a la otra campaña. Fue uno de los detenidos tras el operativo en ese municipio. Goza de libertad bajo fianza, ya que se le acusa del delito de ataques a las vías de comunicación.

A mes y medio del asalto policiaco aún no se recupera de la golpiza que recibió. Los médicos le piden paciencia, "pero es desesperante tener las manos atadas". Afirma que mientras estuvo recluido en Santiaguito lo único que recibió para el dolor fue Tempra; al salir se sometió a una cirugía y ahora dos clavos unen sus dedos, tan indispensables en su trabajo como técnico en telecomunicaciones.

Es uno de los detenidos que más golpes recibió. La imagen de su aprehensión circuló por varios medios de comunicación. En ella se ve su rostro cubierto de sangre. "Los policías sabían dónde pegar, pero los golpes se sintieron sólo al principio, después los pensamientos divagaban".

Como sindicalista se ha confrontado fuerte con la dirigencia de Telmex en defensa del contrato colectivo de trabajo. "Hemos dicho que lo defenderíamos hasta con la vida, hasta morir si es preciso".

Durante la golpiza que sufrió en Atenco, asevera, "sentí que me había alcanzado rápido esa promesa de morir por una causa, pero no me arrepentía".

Comenta que dejó de sentir los golpes cuando en su mente aparecieron las imágenes de su familia, sus compañeros de trabajo y de lucha. "Ya me daba por muerto, pero me esforcé por no perder el conocimiento, porque me descubriría el rostro y entonces sí que me acababan".

Su esperanza para retomar fuerzas se las dio un periodista, quien se acercó a él cuando era conducido hacia las camionetas en que amontonaron a la gente y le preguntó su nombre. "En ese momento sentí posibilidades de que podía seguir viviendo, porque se haría público lo que pasaba".

Con la asesoría de su abogada prepara una demanda contra los autores intelectuales "de la represión: Vicente Fox, Enrique Peña, Wilfrido Robledo, Carlos Abascal y el alcalde de Texcoco, Nazario Gutiérrez". Aclara que la exigencia de justicia no se resolverá con la sanción a los policías, quienes sólo son "chivos expiatorios".

Salinas intenta una sonrisa al mostrar, a través del yeso, que puede mover un poco sus dedos. No desea que queden "inservibles", no sólo por lo necesarios que son para su trabajo, sino porque se alejaría de uno de sus grandes gustos: tocar la guitarra.
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http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/013n1pol.php

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Re: Trabajador de Telmex, otra víctima de la brutalidad policiaca en Atenco
19 jun 2006
El delegado zapatista participa en encuentro por la liberación de los presos políticos

Atenco y Oaxaca son las heridas más recientes de una larga lucha: Marcos

MARIANA NORANDI Y HERMANN BELLINGHAUSEN

"Dos indignaciones marcan nuestro calendario actual: por un lado, la que nos provoca el asalto policiaco a San Salvador Atenco, la agresión sexual a las mujeres y la ilegalidad en la que mantienen en prisión a nuestras compañeras y compañeros; por el otro lado, la que nos nace al conocer el salvajismo de la policía del gobierno de Oaxaca al atacar al magisterio democrático y al pueblo de esa entidad", expresó el subcomandante Marcos al participar en el primer Encuentro por la liberación de todos los presos políticos, la presentación con vida de los desaparecidos y la cancelación de órdenes de aprehensión contra luchadores sociales, celebrado este fin de semana en el auditorio del Sindicato Nacional de Trabajadores de Uniroyal.

Al realizar "algunas reflexiones sobre la lucha y la libertad y la justicia", el delegado Zero reconoció: "tenemos muchas más en todos los almanaques del México de abajo", y enumeró "las conocidas en México y el mundo", como el 2 de octubre, el 10 de julio, la guerra sucia, Aguas Blancas, Acteal, El Charco y El Bosque, así como "otras que no son tan sabidas en los medios de comunicación pero sí en nuestra piel, en nuestra sangre, en nuestra memoria". Mencionó los esfuerzos realizados en décadas recientes "para rescatar nuestra memoria", en los que sin embargo "han prevalecido la dispersión y la fragmentación", donde organizaciones, grupos y familias luchaban por separado.

"En la larga y silenciada historia de lucha de los de abajo por democracia, libertad y justicia, heridas recientes nos convocan. Pasta de Conchos en Coahuila, Lázaro Cárdenas en Michoacán, San Salvador Atenco en el estado de México, Oaxaca en la entidad del mismo nombre, las presas y presos políticos en todo el país, los desaparecidos políticos de ayer y hoy, las amenazas que disfrazadas de averiguaciones se ciernen sobre quienes luchan socialmente."

El delegado zapatista sólo estuvo presente en la reunión para dirigir su mensaje la tarde del domingo, pero ofreció un análisis de las condiciones sociales y políticas que prevalecen bajo el capitalismo y hacen posible "un sistema de despojo, explotación y racismo", donde no existe igualdad, ni siquiera ante las leyes, entre los propietarios y las clases trabajadoras, y "la justicia también es una mercancía".

Entre las diversas propuestas al encuentro, sobresale la enviada desde prisión por Jacobo Silva Nogales y Gloria Arenas, adherentes de la otra campaña, que se pronuncian por una "coordinadora nacional por los nuestros, un verdadero puente que enlace las diferentes luchas en una práctica común", que se abra también a los no adherentes, se articule de manera autónoma de las instituciones oficiales y los partidos con registro, y evite caer "en la búsqueda de recursos económicos y políticos", como sucede con frecuencia en la difícil y dolorosa lucha por arrebatar al Estado los presos y desaparecidos políticos.

En otro mensaje, América del Valle, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, quien es perseguida por la justicia, señaló: "hablar de presos políticos se ha convertido en una constante; la tiranía a la que otros hermanos han enfrentado por años".

El encuentro nacional trabajó en la realización de un diagnóstico sobre la situación de los presos políticos en el país, la elaboración de un censo general de los presos políticos, desaparecidos y exiliados, así como la creación de una coordinadora nacional permanente por la liberación de todos los luchadores encarcelados. El segundo día de la reunión comenzó con la instalación de mesas de trabajo por regiones, en la que se presentó el diagnóstico de cada una y se diseñaron propuestas de acción.

Aunque cada región -norte, centro y sur- presentó particularidades, se llegó a ciertos puntos de acuerdo, como crear comisiones de trabajo: de prensa, que difunda información veraz de la situación de los presos y contrarreste el embate informativo de los medios masivos; de enlace con organizaciones internacionales; financiera, para recaudar fondos; jurídica, la cual invite a abogados comprometidos a asumir la defensa, y de contacto con los presos políticos por medio de visitas o cartas, así como una comisión de la verdad que informe a la sociedad sobre la situación de estos presos, subraye que son luchadores sociales y contrarreste la imagen criminal que les han creado.

Se planteó denunciar la situación en los ceferesos (cárceles de máxima seguridad), donde es constante la violación a los derechos humanos y en los cuales no deberían encontrarse los presos políticos. Se expresó la necesidad de erradicar estos centros penitenciarios y se hizo hincapié en la urgencia de que estos prisioneros sean trasladados a cárceles cercanas a sus hogares. Se creó una página de Internet (http://www.sitio.de/presospoliticos) que vinculará las coordinadoras nacional, regionales y estatales, así como la sociedad en general, y se diseñó un plan de acción para los próximos meses.
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/014n1pol.php


La falta de "imputaciones categóricas" es el principal argumento de la defensa

Juez de Toluca analiza desde hoy otorgar amparo a 28 detenidos

El magistrado tiene un plazo de 10 días para emitir su decisión: Hernández Monge

EMIR OLIVARES ALONSO

Este lunes en el juzgado segundo de distrito en materia de amparo en Toluca, estado de México, se realizará una audiencia constitucional en la que se abordará el recurso legal contra el auto de formal prisión dictado contra 28 personas arrestadas en San Salvador Atenco.

El recurso, presentado por la defensa de la mayoría de los detenidos en el penal de Santiaguito, busca la libertad de los 25 arrestados en esa cárcel y los tres recluidos en La Palma.

El abogado Juan de Dios Hernández Monge explicó que el amparo intenta sentar un precedente sobre la base de que no existen "imputaciones categóricas", es decir, las acusaciones son generalizadas, por lo que el proceso que se les sigue por secuestro equiparado no tendría sustento legal. Señaló que a partir de mañana, el juez tendrá un plazo de 10 días para decidir si otorga el amparo.

El magistrado de Toluca desahogará las pruebas que la defensa ha presentado en torno al expediente 556/2006, y en caso de otorgar el amparo en contra del auto de formal prisión "se les volverían a brindar todas las garantías a los acusados, por lo que en estricta justicia podrían quedar en libertad".

Por otro lado, agregó que a pesar de que el Código de Procedimientos Penales del estado de México establece que en un proceso judicial los primeros que tienen que ampliar su declaración son los denunciantes, testigos de cargo y aprehensores (en este caso los la autoridad pública), el juez penal que entiende en el caso de Atenco citó en primer lugar a los acusados, "lo que evidencia todavía más las irregularidades.

"Es irregular que el juez esté ordenando el desahogo de las ampliaciones de los procesados en lugar de las ampliaciones de los policías. Esto es muy delicado porque hay dilación en el procedimiento. Se trata de alrededor de 550 ampliaciones de declaración entre todos los actores a este ritmo que está imponiendo el juez nos vamos a llevar años en el desahogo de pruebas", subrayó Hernández Monge.

Informó que hoy comienzan a ampliar de nueva cuenta los procesados su denuncia, pero que ante las "irregularidades" judiciales sólo la emitirán los que aún no han ampliado su declaración, ya que los demás se reservarían su derecho a la ampliación, "y así se hará hasta que no se desahoguen las declaraciones de los policías".
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/015n1pol.php


Atenco: burla perversa

Carlos Fazio

El gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, insistió el 15 de junio, en Nueva York, en que la acusación sobre la violación de mujeres durante el operativo Atenco, por parte de elementos policiales, es una "táctica" de grupos radicales cuyo objetivo es "la fabricación de culpables" (David Brooks, La Jornada, 16/6/06). Peña siguió el mismo libreto utilizado por su subordinado, el comisionado de la Agencia de Seguridad del Estado (ASE), vicealmirante Wilfrido Robledo Madrid, quien, interrogado acerca de si sus policías habían violado mujeres, respondió: "No, no (...) Los policías no son tontos. Es falsa la versión de las violaciones (...) Sus abogados tienen que salir a la ofensiva (...) A veces dicen que hubo tortura. Ahora sacan lo de las violaciones. Es parte de su estrategia (...) No hubo ninguna violación" (Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, Milenio, 8/5/06).

Peña y Robledo no son estúpidos. Admitir que sus muchachos violaron y torturaron mujeres en el marco del operativo represivo sería ponerse una soga al cuello. Por eso, ambos usan la ley como impostura. Buscan revestir sus actos de barbarie con dispositivos seudo legales. No es novedoso que los regímenes de fuerza pongan tanto acento en la legalidad: el viejo régimen de partido de Estado y las dictaduras de Centro y Sudamérica también disfrazaban su brutalidad con una mascarada de ley. Hay una sagacidad perversa en la lógica del orden instituido que utiliza los efectos sicológicos y sociales de la impostura. La eficacia de esa impostura permite encubrir la represión de Atenco bajo un manto de seudo legalidad. Fachada jurídica que no sería necesaria si no buscara otra eficacia, más allá de la que puede lograr la violencia brutal y desnuda. El pasaje de la brutalidad a la legalidad busca la apropiación de instancias interiores de control y vigilancia.

En ese contexto, la tortura es un instrumento político de la dominación violenta ejercida a través del Estado. La causa del mal es de origen humano, intencional y calculado. Su eficacia es más importante que el horror que produce. Basados en esa rentabilidad, quienes la aplican -verbigracia el vicealmirante Robledo- reducen al ridículo nuestras posiciones éticas, profesionales o militantes. Los sistemas que promueven la tortura lo hacen con lúcida conciencia. Como estrategia de poder. Como engranaje o eslabón imprescindible de un sistema de gobierno. Hay que desterrar la idea común de que la tortura es expresión de un arcaísmo bárbaro. Al contrario, es una práctica rutinaria del sistema; quizá una de las condiciones de su funcionamiento. En ese marco, la tortura sexual es un acto sádico motivado por una situación de naturaleza política, que tiene como fin agredir y causar daño físico y sicológico en la víctima, para castigar determinadas conductas, reales o supuestas. Como forma agresiva, deshumanizada y sádica, la tortura sexual busca humillar, degradar, perturbar la sexualidad del hombre o mujer privado de su libertad y sometido a una condición extrema de pasividad e inermidad. El objetivo es la destrucción de su identidad como persona. Y, también, generar un miedo aterrorizante en la población.

El uso de la tortura es una actividad clandestina de la acción policial o militar. Es decir, del Estado. Dado que es necesario ocultar ese procedimiento, la tortura es aplicada por una minoría especializada del aparato represivo. Como es una acción ilegal, la tortura está tipificada como delito. Y debido a su ilegalidad, no puede contar con infraestructura estable y ostensible ni dejar huellas en el detenido que puedan ser detectadas por un médico forense eventualmente designado por un juez para la revisión sicofísica del prisionero. Por eso se les negó asistencia médica a las detenidas de Atenco, para que con el paso de los días se desvanecieran las huellas visibles de las agresiones físicas y sexuales.

Los testimonios dados a conocer por organismos de derechos humanos dieron cuenta, no de un caso aislado, sino de una "estrategia de agresión sexual". Entre los captores-violadores de Atenco hubo un mismo patrón de conducta sádica y lasciva. Si en México se aplicara la justicia podría acreditarse que se trató de una violación generalizada o sistemática, intencional. Esto, a su vez, permitiría establecer la responsabilidad criminal no sólo de los elementos policiales que materializaron el hecho, sino también la de los mandos que ordenaron a sus subordinados proceder así. Es decir, se podría fincar responsabilidad a quienes ocupan los niveles altos y medios de la cadena de mando, y participaron por acción u omisión en los acontecimientos.

Los policías destituidos, suspendidos y consignados por "abuso de autoridad" y por "tolerar la violencia" de sus compañeros contra los prisioneros/as de Atenco son chivos expiatorios. Las seudo investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México son una burla macabra que desnuda la genial impostura del gobernador Peña y su sabueso Robledo y exhibe la red de complicidades enquistada en las estructuras del gobierno mexiquense.

Si en México existiera estado de derecho, ambos, junto al procurador Abel Villicaña y el secretario de Seguridad Pública federal, Eduardo Medina Mora, deberían ser investigados. Los primeros por ordenar y ejecutar el operativo escarmiento. Villicaña y Medina Mora por ser los superiores jerárquicos de los encargados de desplegar el uso excesivo de la fuerza pública en Texcoco y Atenco.

Medina Mora es el primero en la cadena de mando de la Policía Federal Preventiva, cuyo comisionado, general Alejandro Martínez Aduna, es el superior inmediato del general Ardelio Vargas Fosado, quien coordinó con Wilfrido Robledo la toma de Atenco. Todos son responsables y no deben quedar impunes.
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/023a2pol.php


Sobre la "cultura" policiaca del gobierno

Hermann Bellinghausen

El ataque de la policía al plantón de maestros en la ciudad de Oaxaca demuestra varias cosas, además de la ineptitud de quienes lo planearon y ejecutaron. La principal, sin duda, es la ausencia absoluta de conciencia en cuanto a los derechos de los seres humanos en los gobernantes de esta vasta República que ya no es bananera, y no porque el Estado nacional haya evolucionado (al contrario, padece de una involución casi clínica), sino porque la población madura políticamente a fuerza de palos y carcelazos.

Seis semanas atrás, policías federales y del estado de México realizaron en San Salvador Atenco un ataque aún más brutal y sangriento, con el aval entusiasmado de los medios electrónicos y no pocos diarios. Lo que pareció un clímax podría ser un adelanto. El poder político de la "transición democrática" alcanza nuevos límites de intolerancia contra el descontento popular. De inmediato se le criminaliza, se arman rápidas teorías conspiratorias y se "deslegitima" a la gente.

No parece importar en el gobierno ni en los partidos políticos de donde emanan los gobernantes, que vivamos en un mundo más interconectado, y que las atrocidades de Atenco le dieran la vuelta al mundo, indignaran a ciudadanos de muchos países, y las censuras al Estado mexicano no se hicieran esperar. Una inusual actitud de los afectados, en especial las mujeres ultrajadas, volvió candente el tema. No obstante, no se castiga a nadie, no se reconoce el exceso criminal de los policías, no se despide a ningún funcionario.

Se castiga, en cambio, a las víctimas, pues para las autoridades son las únicas culpables. Y poco después se recicla el procedimiento en Oaxaca. Lo nuevo no son los desmanes del orden público, ni que las acusaciones y denuncias de la población se minimicen, o de plano se nieguen "de oficio", sino que sean espectáculo.

Extrañamente, el rompecabezas de lo que sucedió el pasado 14 de junio en el Centro Histórico de Oaxaca resulta difícil de armar. Se atacó a personas inermes, dormidas e inocentes. Mujeres, niños y maestros de primaria, muchos de ellos indígenas. El ingenio oficial fue tanto que agregó a la infantería de los garrotes y no pocas armas de fuego el recurso del bombardeo aéreo con gases lacrimógenos. El abuso fue tan desordenado que por supuesto afectó también a los policías actuando en la plaza. Los testigos describen una situación de caos que duró varias horas, donde los perseguidos huyeron, pero también se defendieron. Y luego regresaron.

Como se sabe, los plantonistas capturaron algunos policías. Un maestro contaría después cómo le tocó ver lo fácil que resultó a los mentores reducir a algunos de sus atacantes. "Parecían muy drogados", afirma. "Como si no supieran ni dónde estaban". No sería noticia que las tácticas perfeccionadas por los marines en Vietnam (surtir enervantes a las tropas antes de una operación) se apliquen en nuestro país; lo nuevo fue que se les pasara la dosis, o no se calcularan los efectos secundarios.

Un manejo apresurado e irresponsable de la información por parte de los afectados los llevó a hablar de un cierto número de muertos sin evidencias definitivas. Ese error dio un arma más al gobierno. Como el policía pateado en Atenco. El gobernador y sus voceros pudieron desmentirlo tranquilamente, ganando puntos mediáticos. Pero como en Atenco, les duró poco esa ventaja. Los maestros recuperaron la plaza, ganaron la simpatía popular, y sobre todo la solidaridad de otras organizaciones y de comunidades indígenas en todo el estado, las cuales sufren ataques así y peores constantemente, cuentan por decenas sus muertos y, posiblemente, por centenares, sus presos políticos, astutamente acusados por el gobierno de delitos del orden común.

Los organismos de derechos humanos han tenido dificultades para documentar muertes, heridos de bala y violaciones sexuales durante el desalojo. Pues al parecer sí los hay. Se sabe del fallecimiento de una mujer de Cuacatlán, que en medio de la confusión y el miedo fue llevada a enterrar por sus familiares. Y una doctora del IMSS relató en Radio Universidad (actualmente tomada por estudiantes que apoyan el paro magisterial) cómo vio morir a un niño, a quien sus padres también habrían trasladado a su comunidad. Sin cuerpo del delito no hay pruebas, se regocijan los agentes del Ministerio Público.

También se presume al menos un caso de violaciones a mujeres refugiadas en un aula de la escuela primaria Pestalozzi de la capital oaxaqueña, pero las mujeres se dispersaron y no han aceptado atestiguar "su vergüenza", mucho menos someterse a un estudio ginecológico. La Red Oaxaqueña de Derechos Humanos ha confirmado al menos un herido de bala (un comerciante que se encontraba en la plaza), lo cual es rarísimo, porque como en Atenco, oficialmente los policías iban desarmados.

El rigor policial incluyó robo o destrucción de las modestas pertenencias de los plantonistas. ¿Eso es parte de la aplicación normal de la justicia? Una vez más se oculta o minimiza la violencia oficial. Una vez más, los analistas y escritores que "se ocupan del tema" prefieren no ocuparse del tema; esto es, se aferran a las versiones de que los inconformes son los "violentos", y que el estado de derecho y la paz social deben salvaguardarse. Están llegando tarde. Los pobres, inconformes con sus condiciones de vida y el trato que reciben (o sea, los "culpables") ya no aguantan, y saben que nadie los defenderá si no son ellos mismos. ¿Cómo hablar de paz social si para ellos eso no existe?
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/a19a1cul.php


El Fondo de Cultura publica en tres tomos las obras del pensador austriaco
Las ideas de Iván Illich podrían dar sentido a propuestas del EZLN: Sicilia
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/a18n1cul.php

El subcomandante Marcos defiende su visita a Televisa
http://www.milenio.com/guadalajara/milenio/nota.asp?id=92366
http://chiapas.mediosindependientes.org/index.php?category=11
Sindicato Sindicat