Aún a la vista de tan reconocido aniversario, que tiene lugar cada 6 y 9 de agosto, la Industria Nuclear española sigue intentando tomar el pelo a todas las personas como si nada estuviera pasando a su paso. Ya se sabe que se puede tomar el pelo muchas veces a una sola persona, también que se puede tomar el pelo una vez a mucha gente, pero lo que no se puede conseguir es tomar el pelo a todo el mundo de forma permanente.
Millones de personas nos sumamos una y otra vez a rechazar la guerra, que tan íntima asociación tiene con la estratégica indústria nuclear, a través de sus desechos convertidos en armas mortíferas y de longeva contaminación. Y en su labor contaminadora, además, la industria nuclear también se dedica a insultar la inteligencia de las personas, con comunicados como el del día mundial del medio ambiente, para el pasado 5 de junio.
Brévemente es fácil responder dicho comunicado recordando que la indústria nuclear no se ciñe a las delicadas centrales nucleares, sinó que se extiende a la sucia extracción de minerales radiactivos y al sucio esparcimiento de los desechos a través de la industria militar; con lo cual parece una broma que hablen de la defensa del medio ambiente (no confundir medio con miedo) y de preocupación por el cambio climático.
La indústria nuclear habla de sí misma como salvadora ante la contaminación y tantos problemas de desarrollo de nuestra sociedad. A lo que nunca hace referencia es que la sociedad no puede desarrollarse ni aspirar a ningún futuro bajo el terror de las armas pesadas, ni bajo el espanto de una europa contaminada por las nubes radiactivas. Tampoco es posible un desarrollo social con la carga de tan multimillonaria inversión del estado hacia dos indústrias hermanas: la militar y la nuclear.
La energía nuclear no es esencial para nadie excepto para sus accionistas, ya que aparte de ni siquiera garantizar el suministro eléctrico a causa de sus monumentales desconexiones por avería, tampoco garantiza la tranquilidad: ni para los vecinos de tan monstruosas instalaciones, ni para las famílias que desean tener hijos en zonas contaminadas por los productos radiactivos, ya sea por accidente o bién por expreso bombardeo de nuestros ejércitos. Responder también que como modelo de competitividad ya hemos vivido mundialmente el de la guerra fría, y sus frutos no dan pié a ninguna celebración.
Y a la declaración de Eduardo González, presidente del "Foro Nuclear", podemos replicar fácilmente con que la amenaza de las fugas radiactivas por accidente, y de las armas fabricadas con terrible propósito, unida al incremento de la demanda de guerra y dinero y al bajo precio de las víctimas hacen que la energía nuclear resulte como un espantoso tumor de nuestra economía. hablamos de una indústria sucia en su extracción minera de combustible y en sus intocables desechos, que tanto emite CO2 en su primera parte, como la terrible contaminación invisible en su interminable salida.
Como último recurso, en el referido comunicado del "Foro Nuclear" incluso llega a poner la energía nuclear de lado con las energías renovables omitiendo, como es de esperar, los motivos por los cuales la energía nuclear no es renovable, con lo cual ni tan siquiera con su discurso de sostiene ninguna defensa de un futuro con garantías de suministro energético.
|