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Notícies :: amèrica llatina |
Carta del SCI Marcos a la familia de Alexis Benhumea. Atenco, México
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per rsc |
13 jun 2006
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A petición de la familia de Alexis, se da a conocer la carta que el delegado zero les envió. |
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EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
7 de Junio del 2006.
A la familia de Ollin Alexis Benhumea Hernández:
Compañera, compañero:
A media mañana nos avisaron. Supimos entonces que, después de enfrentarse a la empecinada trinchera que la fortaleza de Alexis le opuso por más de un mes, el asesinato iniciado la madrugada del 4 de mayo se habÃa consumado.
El gobierno mexicano asesinó a un joven. Ollin Alexis, su nombre; de apellidos Benhumea Hernández. Más de 30 dÃas tardó en matarle la vida. Por obra de la muerte con la que el gobierno mata, morÃa de madrugada este joven compañero.
Cuando el sistema cobra su cuenta cruel en la vida de un joven como Ollin Alexis, la muerte aparece como una absurda interrupción, como un sinsentido encajado en mitad del camino, cortándolo irremediablemente.
Dos décadas de vida inconclusa, arrancadas por una granada… de un arma… de un policÃa… de un gobierno… de un sistema.
Apenas unas horas antes, entre quienes allá arriba se atropellan para hacerse del botÃn de nuestra Patria, uno habÃa prometido el mortal destino de Alexis a todos los jóvenes de México,… y mejores sueldos y coartadas para los asesinos.
Otro olvidó refrendar el aplauso entusiasta que otorgó cuando todavÃa en las calles de Atenco corrÃa la sangre fresca, y Alexis agonizaba sin poder recibir la atención médica que le hubiera salvado la vida.
Uno más ratificó el silencio cómplice.
Y allá arriba apenas balbucean algunas torpezas y dicen que debaten ideas.
- “Después de todo - piensan allá en lo alto - “¿a quien le importa un joven de abajo y a la izquierda?� -.
Y respondemos:
A nosotras, a nosotros.
A nosotros, a nosotras nos importa.
Nos importa su muerte y nos importa su vida.
Y, con cuidado, doliendo, de su muerte tomamos nota en la larga cuenta de los pendientes que habremos de cobrar algún dÃa. De su vida y de su posición polÃtica sumamos a la decisión que hemos asumido.
El gobierno mexicano mató a Ollin Alexis. Empezó a matarlo la madrugada del 4 de mayo del 2006 y terminó de asesinarlo el 7 de junio del mismo año.
Lo asesinó porque le tenÃa miedo. Porque su presencia solidaria en San Salvador Atenco, el 4 de mayo del 2006, ponÃa en riesgo la legalidad, las instituciones, las inversiones extranjeras, el “Estado de Derechoâ€?, las buenas costumbres, la tranquilidad, la paz y la estabilidad. Ollin Alexis Benhumea Hernández, estudiante de la UNAM, era una amenaza y por eso lo eliminaron. Su juventud era un peligro. Ahora los mercados de valores y el flujo de inversiones y las campañas electorales y el gobierno de Fox y el del Estado de México y el de Texcoco y el PAN y el PRI y el PRD pueden estar tranquilos porque Ollin Alexis está muerto. Quienes lo asesinaron reciben condecoraciones, premios, felicitaciones.
“¡Orden! ¡Mano dura!�, ladraron los dueños de todo, y los perros de caza obedecieron.
A esto le temÃan y esto matan: 20 años de fresca existencia, un universitario estudiando dos carreras profesionales simultáneas (economÃa y matemáticas), un artista con 10 años de estudio de danza, una pasión por la historia y por el compromiso con los de abajo, un otro joven de la Otra.
Ahà está la imagen de Ollin Alexis en tierras zapatistas: de pie, erguido, joven, detrás del Comandante Gustavo (¿en una de las reuniones preparatorias de la Otra?), cuidando, mirando, aprendiendo, con nosotros.
Desconocido para muchos, Ollin Alexis adquiere ahora nombre y rostro por la brutalidad de quien no sabe gobernar como no sea intimidando, reprimiendo, violando, encarcelando, asesinando.
Esto, la muerte matada para los jóvenes, es lo que ofrece este gobierno.
Y ahora aprendemos a conjugar su nombre en la muerte, cuando querÃamos y queremos en la vida nombrarlo.
Una otra joven, condiscÃpula de Alexis y de tod@s quienes estamos en la gran escuela de la Otra, le escribió hace unos dÃas con la esperanza de que se recuperara y volviera a la lucha en un mundo donde la vida es injusta. “De nosotros va que deje de ser asÃâ€?, escribió ella en la carta.
Es cierto que Alexis ya no podrá leer esas lÃneas, pero también es cierto que es de muchas y muchos el compromiso que reflejan esas lÃneas:
Que Alexis no repose solo en la noche, que no solo lo encuentre la oscuridad de la tierra.
Que la voz colectiva que, con él, estamos construyendo para atravesar el silencio, plante el relámpago que, como árbol de luz, hiera de muerte a las tinieblas.
SÃ, de nosotr@s va… que el viento de abajo se levante, crezca, avance.
Compañera, compañero:
¿Qué podemos decirles a ustedes, quienes lo conocieron de toda su vida, a quienes duele su muerte como a nadie más?
¿Que nos hará falta? Lo hará, pero nunca como a ustedes.
Alexis ya no estará con ustedes pero estaremos nosotros, nosotras, la Otra que somos.
Según nuestro modo, que Alexis no esté solo es también, y sobre todo, que ustedes no estén solos.
Por eso les pido que acepten el abrazo que, en colectivo, los zapatistas les damos, que reciban el saludo de nuestro silencio como lo que es, es decir, dolor y rabia compartidos.
Con esa indignación levantemos juntos la mirada hacia los que arriba nos matan con la matada muerte, con el desprecio y con el olvido. De pie desafiémoslos y digamos:
“¿Qué puedes tú, maldito, contra el aire?
¿Qué puedes tú, maldito, contra todo
lo que florece y surge y calla y mira,
y me espera y te juzga?
(Pablo Neruda. Canto General).
Con la vida, con la dignidad, con la memoria, levantémonos, desafiémoslos. No tendrán ni paz ni tranquilidad.
Vale. Salud y rabia que pare mañanas.
Desde la otra Ciudad de México.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Junio del 2006.
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/350
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“Voy a entregar al padre de Alexis esto para que se use como prueba, no lo estoy tocando, recomiendo que busquen las huellas digitales de Vicente Fox y de Enrique Peña Nieto en él.�
Por Subcomandante Marcos
Palabras 35 años despues de una matanza de estudiantes en la Ciudad de México
12 de junio de 2006
Compañeros y compañeras de la otra campaña, 35 años después de que el grupo paramilitar llamado “Halconesâ€? entrenado, equipado y pagado por el gobierno atacara una manifestación pacifica de estudiantes, los policÃas asesinaron al joven estudiante Alexis Benhumea Hernández, militante de la Otra campaña.
Alexis estaba el dÃa cuatro de mayo de este año en San Salvador Atenco, solidarizándose con los pobladores cuando las fuerzas policiales del gobierno asaltaron el lugar. Cientos de hombres y mujeres fueron golpeados, detenidos arbitraria e ilegalmente, mujeres violadas, menores de edad prisioneros, casas saqueadas y un niño espectador de la brutalidad policÃaca fue asesinado.
Alexis fue herido de gravedad en la cabeza por un proyectil de gas lacrimógeno, un proyectil como este que muestro… en la casa donde se encontraba Alexis en el momento en que fue atacado por la policÃa. Voy a entregar al padre de Alexis esto para que se use como prueba, no lo estoy tocando, recomiendo que busquen las huellas digitales de Vicente Fox y de Enrique Peña Nieto en él.
Alexis permaneció muchas horas sin poder recibir atención médica, debido al estado de sitio que el gobierno mantuvo en Atenco. Más de un mes se conservó vivo Alexis, hasta que la muerte lo tomó la madrugada de este siete de junio. Alexis está muerto y el proyectil que lo mató fue hecho en Estados Unidos, disparado mediante un lanzagranadas por la policÃa que asaltó Atenco el cuatro de mayo del 2006.
Alexis está muerto y nos preguntamos ¿por qué? ¿por qué la policÃa asesina a un joven de 20 años, a un estudiante brillante, a un artista? ¿y por qué allá arriba los polÃticos hacen como si eso no importara? ¿cómo es posible que el gobierno asesine a un joven estudiante y para gobierno, partidos polÃticos y medios de comunicación, todo sigue igual? Ni siquiera se han tomado la molestia de insistir en que se investigará, apenas una tibia y débil insinuación y adelante con los comerciales que ofertan posiciones polÃticas como si fueran desodorantes que puedan disimular el mal olor que despide el sistema polÃtico mexicano.
El homicidio de este joven, compañero nuestro de la otra campaña, ha sido despreciado por la clase polÃtica mexicana, que no se digna siquiera mirar el dolor de la familia de Alexis, asà como no tiene ojos ni oÃdos para la injusticia que mantiene a nuestras compañeras y compañeros presos y presas en las cárceles del estado de México.
¿Por qué los candidatos no dicen nada de este asesinato? porque la muerte de Alexis no es rentable, no es una mercancÃa atractiva en el mercado electoral, por eso nada dicen, pero nosotros, nosotras, sà buscamos la respuesta al homicidio de nuestro compañero.
Alexis es asesinado porque era joven y rebelde, porque estaba en la otra campaña, por que habÃa optado por el camino de la transformación de un sistema que convierte la juventud en un delito que se castiga con la pena de muerte, cualquier joven de abajo, hombre o mujer sabe que es perseguido como delincuente por su forma de vestir, su peinado, su modo de hablar, su música. El grafitero, el banda, el eskatero, el darketo, el punk, el anarquista, el libertario, el hiphopero, el estudiante, el chambeador de la calle, el obrero, el roquero, el empleado, cualquier joven de abajo, es la presa predilecta de la policÃa, cualquiera que sea el signo partidario del gobierno que la manda.
Y el argumento gubernamental es que los jóvenes parecen drogadictos, ladrones, criminales, mientras que los que no parecen si lo son: empresarios, diputados, senadores, secretarios de estado, presidentes municipales y de la república, funcionarios de todos los niveles, jefes de policÃa, generales, esposas de presidentes de la república, es ahà entre ellos y no entre los jóvenes donde se encuentran los asesinos, los ladrones, los criminales. Por qué se espantan de que los jóvenes repudien a la autoridad, si es la autoridad quien los persigue, quien los encarcela, tortura, viola y asesina. ¿Qué respeto se puede construir sobre las armas que oprimen y las cárceles que encierran?
Alexis Benhumea Hernández está muerto, lo duele su familia, lo dolemos nosotros, nosotras, la Otra. Que lo lamenta dice el gobierno, que comprende, dice el que manda y saca la chequera y pregunta cuanto vale la muerte de Alexis, pero nosotros, nosotras, acá abajo y a la izquierda, no preguntamos el precio de su muerte, lo sabemos y hemos apuntado bien el costo en nuestro corazón.
En La Otra nos preguntamos ¿cuánto vale la vida de Alexis y con ella, la vida de nuestra Patria? ¿Cuánto por la vida de Alexis? Cuánto por la mujer, el niño, el hombre, el joven, el anciano, que es reprimido, violada, presa , asesinado todos los dÃas con la coartada de la ley y el Estado de Derecho y nosotros, nosotras respondemos, ¿cuánto otro paÃs?, ¿otro México?.
Un México donde el crimen no se premie con puestos gubernamentales, si no que se castigue con la cárcel.
Un paÃs donde los jóvenes no sean perseguidos, golpeados, violados encarcelados y asesinados por razón de su edad, de su cultura, de su modo, si no que haya para todos estudio, recreación, deporte, cultura.
Un México donde la polÃtica deje de ser un negocio, donde deje de ser el espacio donde se aplauden la hipocresÃa y la traición.
Un paÃs donde el que trabaje gane y viva con dignidad.
Un México donde no exista quien construya su bienestar a costa del malestar de otros.
Un paÃs donde la democracia no sea la patética disputa entre partidos polÃticos, que no son si no productos comerciales que defraudan en todos los sentidos al consumidor.
Un paÃs, un México con democracia, libertad y justicia.
Si allá arriba piensan que con el asesinato de Alexis van a sembrar el temor y la inmovilidad en nosotros, en nosotras, están equivocados, vamos a seguir, vamos a crecer y vamos a organizar ese crecimiento, vamos a seguir y vamos a levantarnos, y vamos a deponer no sólo a quien mandando manda, también a quien es el dueño de todo, a quien desde allá arriba decreta cárcel, dolor y muerte para quienes abajo somos los que somos y con los que abajo que somos habremos de conseguir la justicia que necesitamos, la libertad que merecemos y la democracia que anhelamos.
Cuando este dÃa llegue, cuando cumplamos nuestro trabajo, entonces las calles y los campos de nuestro paÃs ya no serán lugar de los sueños rotos, de las luces mal logradas del cinismo maduro, de la muerte para la vida.
Será ese dÃa nuestro paÃs, nuestro México, un camino de dignidad.
Será otro paÃs, otro México
Larga vida para Alexis
Que muera la muerte
Gracias compañeros
http://www.narconews.com/Issue41/articulo1885.html
http://enlacezapatista.ezln.org.mx
Narco News obtuvo el proyectil que alcanzó al estudiante en Atenco… y vio que fue hecho en Estados Unidos
http://www.narconews.com/Issue41/articulo1807.html |
Mira també:
http://www.narconews.com |
Comentaris
La brutalidad policial en Atenco. México
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per Al Giordano |
13 jun 2006
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La brutalidad policial en Atenco se oculta con nuevas violaciones de derechos humanos
En México, un mes más tarde, la brutalidad policial en Atenco se oculta con nuevas violaciones de derechos humanos
Los presos polÃticos, muchos de ellos aún gravemente heridos, están incomunicados y sin acceso a médicos, familiares o investigadores de derechos humanos
Por Al Giordano
El Otro periodismo con la Otra Campaña en México
8 de junio de 2006
Imaginen al presidente de México, Vicente Fox, hablando por teléfono con sus asesores polÃticos extranjeros (http://www.narconews.com/Issue41/articulo1817.html), pidiendo consejo sobre como “controlar los dañosâ€? que, desde hace un mes, han provocado el desastre de las relaciones públicas en las ciudades de Texcoco y Atenco, y que aún continúan creciendo. “Oye, Dick Morris, cuando yo fui a Los Ã?ngeles y Seattle me acusaron de ser un violadorâ€?. O si no, “Oye, Rob Allyn, fui a Chiapas y una multitud enojada rodeó el restaurante y me arruinó la comida con el gobernadorâ€?. Es un hombre tan ansioso por cambiar de tema en todo lo referente a Atenco que, en su regreso de California el pasado mes, equivocadamente expresó a los reporteros en su avión que un voto en el Senado estadounidense a favor del dudoso proyecto de reforma de ley sobre migración, significarÃa un paso adelante para la ley y una victoria para su administración. Dijo esto a pesar de que la medida debÃa pasar aún por la Cámara de los Representantes – donde sus posibilidades son nulas- y donde todavÃa languidece. Cuando se dio cuenta de su error, se encerró en la cabina de prensa con el ceño fruncido e hizo que se cortara la conferencia.
Fox, evidentemente, no está preocupado por el aspecto humano del problema que hay en el lado mexicano de la frontera: las detenciones ilegales, los cateos sin orden de registro y las torturas sexuales que los policÃas federales y estatales cometieron los dÃas 3 y 4 de mayo. ( ¿es de asombrarse el hecho de que muchos mexicanos, viviendo con un gobierno como el que tienen se vayan al norte). Para Fox y su pandilla es un problema polÃtico: con todo el poder de las armas y la fuerza empleada para acorralar a los disidentes, el Estado falló a la hora de silenciar a quienes se atrevieron a decir que México está gobernado por un régimen autoritario ilegÃtimo. DÃa tras dÃa, cada nuevo hecho que sale a la luz, prueba que Fox y otros que dicen que México ha hecho la transición a la “democraciaâ€? con “derechos humanosâ€?, están mintiendo de manera cÃnica con el mismo guión que definió las reglas durante los setenta años anteriores de partido único.
Un polÃtico, en momentos como este, pregunta a sus asesores cómo contar la historia. Y el consejo es siempre el mismo: intentar cambiar el tema y, guardar silencio si hay malas noticias.
A continuación, les mostramos algunos ejemplos de lo que Fox considerarÃa “malas noticiasâ€?, desde la perspectiva de las relaciones públicas, y lo que su gobierno ha hecho para ocultarlas, a pesar de que hacer esto ha traÃdo -una y otra vez, a lo largo de treinta dÃas y treinta noches- una cantidad más grande de “malas noticiasâ€?, tanto para las vÃctimas como para los victimarios.
Arnulfo Pacheco Cervantes: parapléjico en prisión
Hermann Bellinghausen informa en La Jornada: http://www.jornada.unam.mx/2006/06/02/013n1pol.php
"Arnulfo Pacheco Cervantes es, a casi un mes del operativo contra la población de San Salvador Atenco, la prueba mayor de que los derechos humanos han dejado de importar a las autoridades. Golpeado con saña (cinco costillas rotas y lesiones mayores en todo el cuerpo), está preso en Santiaguito acusado de delitos “gravesâ€?: “secuestro equiparadoâ€? y “ataques a las vÃas de comunicaciónâ€?. Lo más notable es que Pacheco Cervantes, además de su edad avanzada, tiene medio cuerpo paralizado desde tiempo atrás, y casi no puede hablar. Una persona en su estado no está ni para cruzar la calle, ya no digamos “atacarlaâ€?. Con el fin de aprehender a tan peligroso sujeto, las policÃas del estado de México allanaron su domicilio en Atenco el 4 de mayo, lo bajaron de la cama donde yacÃa, y mientras lo tundÃan a golpes lo arrastraron por el suelo hasta el camión donde lo echaron como costal y lo trasladaron hasta acá.
Su esposa, Floira Sánchez Valdez, quien trataba de explicar a los agentes la condición clÃnica de su marido, también fue golpeada y detenida. Actualmente don Arnulfo se encuentra, sin atención médica, con tres costillas rotas del lado derecho y dos del izquierdo; presenta graves traumatismos en la cabeza, la faringe y la pelvis, y no puede hablar. Amerita hospitalización urgente. Tras un mes en estas condiciones, las autoridades carcelarias han podido ofrecerle pastillas de paracetamol. Nada más. Y no permiten que lo revise (ya no digamos atienda) un médico externo al penal".
Entonces, ¿por qué -contra toda decencia humana- este hombre herido y minusválido no se encuentra en el hospital? ¿Por qué no ha sido liberado teniendo en cuenta que un parapléjico no puede ser culpable de cortar una carretera? La respuesta es simple. Sigue la lógica de los asesores polÃticos: si el público lo viera, con las heridas y todo, en los medios de comunicación, la imagen causarÃa aún una mayor indignación justificada. Por eso está retenido tras las rejas, para ocultar la evidencia del crimen que el Estado cometió en su contra. Sin embargo, amables lectores, gracias a nuestros colegas de Ce-actl y del Congreso Nacional IndÃgena (Arnulfo también es indÃgena), podemos mostrarle este póster con la fotografÃa que Vicente Fox y otros tiranos no quieren que ustedes conozcan. Hagan un clÃck sobre ella para verla en una versión más grande. ImprÃmanla. Cópienla. Este es el México que los de arriba están intentando ocultar, incluso si ello significa continuar perjudicando a este hombre un dÃa tras otro… treinta dÃas sin ir más lejos. Y ahora, ¿durante cuántos más?
Magdalena GarcÃa Durán: Fox trató de comprarla
En la mañana del 4 de mayo, Magdalena GarcÃa Durán vendÃa verduras en la calle. Según el corresponsal de La Jornada, Israel Dávila (http://www.jornada.unam.mx/2006/05/24/010n1pol.php), llegó una pick-up y se la llevó. Luego la pusieron sobre la pila de cuerpos en un autobús de la policÃa para llevarla a prisión. Es ella la que aparece en la foto de al lado, con la falda violeta tradicional de las mujeres indÃgenas mazahua. SÃ, esa es ella, el débil cuerpo a, al que el agente de la ley golpea entre las piernas.
GarcÃa Durán no es una presa cualquiera. Es una luchadora social organizada y una adherente muy activa de La Otra Campaña. El 29 de abril acudió al Encuentro Nacional de Trabajadores en la Ciudad de México y propuso que, en la marcha de los trabajadores del Primero de Mayo, a alguien del sector de los indÃgenas se le diera el micrófono. La asamblea decidió invitarla a ella a que diera aquel discurso. El primero de mayo, frente al Palacio Nacional, GarcÃa dijo ante decenes de miles de personas (http://www.narconews.com/Issue41/article1757.html): “Si ellos van a matarnos de hambre, mejor nos morimos por algo que merezca la penaâ€?.
Tres dÃas más tarde, el 4 de mayo, arrastraron a GarcÃa, de 48 años, hasta la prisión. Estaba vendiendo verduras. Pero la acusaron de secuestro equiparado y ataques a las vÃas generales de comunicación.
Ella relató más tarde lo que le habÃa ocurrido, bajo arresto, a investigadores de derechos humanos del Comité Cerezo:
Al llegar a la camioneta lo primero que hizo el granadero me jaló las cadenas con fuerza, se dio la vuelta y otro me bajó, agachándome la cabeza cubriéndomela con un gabán y los otros granaderos me daban de patadas, caminamos una gran distancia, llegamos a una camioneta pick up y me arrojaron como costal sobre las demás que venÃan, no caà bien por lo que me dieron de toletazos, sentÃa que me ahogaba porque nos encimaban y nos encimaban a mucha gente que subÃan y pesaban mucho. La camioneta se tardó un buen rato ahà y después arrancó hacia un camión, al llegar al camión nuevamente me sometieron con la cabeza agachada para subirme al camión, me gritaban, me insultaban, me apresuraban, querÃan que caminara encima de los que ya estaban encimados pero como no podÃa hacerlo, dos granaderos me empezaron a jalar mis trenzas, me empezaban a preguntar mi edad y me insultaron diciéndome que ya estaba “pinche vieja para andar en este desmadre “, que iban a matar como perro y me amenazaban con cortarme la cabeza, muchas veces me repitieron eso, me arrastraban de mis trenzas por encima de toda la gente hasta llevarme hasta la puerta trasera del camión. Me di cuenta que habÃa muchos heridos y ensangrentados pero terrible pidiendo que se quitaran gente de encima porque sentÃan que se iban a morir. Ya cuando llegamos al penal me bajaron con la cabeza agachada, por que los medios estaban presentes y no querÃan que se les vieran las caras. Al entrar al penal me empezaron a cuestionar, me quitaron mi celular y lo tiraron a la basura.
El testimonio fue tomado el 15 de mayo, 11 dÃas después de que fuera arrestada.
La primera vez que escucharon a Magdalena, tras ser básicamente secuestrada por el Estado, fue seis dÃas después, el 10 de mayo- DÃa de la Madre en México- cuando la llevaron a comparecer junto con otros presos polÃticos, lapicero en mano, en una celda atestada. A través de una valla y un agujero en la ventana de vidrio, habló con los reporteros, incluido el corresponsal de Prensa India, quien compartió con nosotros su grabación en video de ese momento. GarcÃa Durán explicó:
“Yo soy una mujer mazahua que realmente siento años de vida de pobreza extrema vendiendo por la calle… y ahorita como no tengo para pagar y como tengo para defender de que me acusan de delito que no hice… y no esta probado y como no tengo nada, tengo que vender mi burro flaco que se llama Filemón… para que yo puedo salvarme del pinche gobierno… no me gusta que nos deprime asÃ… después de que nos golpea nos fabrica…â€?
El arresto de Magdalena ha generado un problema particularmente difÃcil para las relaciones públicas del gobierno de Fox. Ella es una reconocida lÃder indÃgena. Otras personas de su etnia Mazahua se fueron a acampar enseguida fuera de la prisión y comenzaron, hace 29 dÃas, una huelga de hambre para pedir su liberación. El problema para el gobierno es que una vez que ella consiga su libertad, se va a encontrar con una organización que la apoya. Eso sin contar que teniendo un alto perfil público, y una forma especial de hablar y conectar con la gente, va a contar la verdadera historia de lo que pasó – las golpizas, las torturas sexuales, las violaciones- con una coherencia que demostrará, fuerte y claramente, que el estado mexicano es autoritario e ilegÃtimo.
Entonces, ¿qué intentó hacer Vicente Fox para solucionar este problema? Intentó comprar a Magdalena GarcÃa. Tan preocupado estaba sobre el inevitable momento en que Magdalena dejara la prisión y comenzara a contar su historia, como sólo ella puede hacerlo, que Fox envió a la prisión nada menos que a una miembro de su gabinete presidencial, la secretaria para Asuntos IndÃgenas Xochitl Gálvez, en misión secreta. Gálvez, para evitar ser vista por la prensa, entró en la penitenciarÃa a las 10, el sábado 19 de mayo en la noche (no precisamente en “horario de visitaâ€?. Aunque, en cualquier caso, estos presos polÃticos no tienen permitida ninguna visita, ni de familiares próximos ni de doctores, salvo, supuestamente, de secretarias del gabinete federal), para hablar con la presa polÃtica Magdalena GarcÃa.
Según La Jornada, Gálvez le ofreció proporcionarle un abogado para su defensa.
“Magdalena respondió que no. Que no creÃa en la buena fe del gobierno foxista, que tras detenerla arbitrariamente y golpearla hasta el cansancio, luego le tendió la mano. “Yo ya tengo quien me defienda. No necesito de ustedes.â€?
Al final, una mula llamada Filemón le resultó de más ayuda en la lucha a Magdalena que la directora del departamento federal Xochitl Gálvez y su intento de cooptar una presa polÃtica, sobornándola con la oferta una defensa legal. Gálvez se hizo asà cómplice del crimen en curso. Después de todo, una mula es una trabajadora. En cambio, la secretaria del gabinete de Fox no es más que una burra.
En cualquier caso, nuestros compañeros del Ce-actl y del Congreso Nacional IndÃgena, quienes hicieron el póster con la foto de la brutalidad hacia el parapléjico Arnulfo Pacheco, también crearon uno de la digna cara de Magdalena GarcÃa Durán, que aparece al lado de este texto. Una vez más, hagan clÃck sobre el gráfico para obtener una versión más grande, imprÃmanla, cópienla y distribúyanla de manera amplia, por la compañera que sujeta las llaves de su propia celda y quien simplemente podÃa haber vendido su alma a la secretaria del gabinete de violación de derechos humanos de Vicente Fox. Entre los dos caminos que se le presentaban, escogió el que va de abajo y a la izquierda.
Una tumba más profunda para Nacho y “los lÃderesâ€?
La mayor parte de las 217 personas arrestadas los dÃas 3 y 4 de mayo, fue llevada a la prisión del estado conocida como Santiaguito, donde -a pesar de todos los esfuerzos por mantenerlos en silencio, incomunicados, y bajo llave hasta que sus heridas visibles (y las evidencias ginecológicas de violación) desaparecieran- la ola de hechos reales hizo que 17 quedaran en libertad debido a la ausencia de evidencia y que otras 172 fueran liberadas bajo fianza por $1,400, mientras esperan a que se les dicten cargos por delitos menores (principalmente “ataques a las vÃas públicasâ€?, que, supuestamente, estos compañeros llevaron a cabo desde los hogares donde fueron arrestados).
De los restantes 28 presos polÃticos que aún permanecen entre rejas, tres fueron alejados de la vista pública, a la prisión federal de máxima seguridad conocida como La Palma. Tres presos que el Estado considera lÃderes: Ignacio del Valle (nosotros lo conocemos como Nacho, un compañero brillante que puede verse como realmente es, y no como los medios masivos tratan de mostrarlo, en el video noticiero del Otro Periodismo “Todos somos Atencoâ€?), Felipe Ã?lvarez y Héctor Galindo. Usted puede ver en la foto cómo la policÃa trató a Nacho cuando lo arrestaron el 3 de mayo en Texcoco.
A ningún familiar próximo, doctor o investigador de derechos humanos, se les ha permitido visitar a alguno de estos tres compañeros en La Palma. El primero de junio, representantes de la Asociación de Abogados Europeos Democráticos y la Comisión Civil Internacional de Observación de Derechos Humanos, intentaron ver a estos hombres. Les denegaron la entrada.
Los procesos judiciales (comparecencia, vista pública, etc) de acuerdo a los cargos contra los tres hombres, se han mantenido a puerta cerrada y sin acceso a la prensa. “Tanto la legislación mexicana como tratados internacionales indican que las audiencias deben ser públicas,� explicó el abogado español Jaime Azens a La Jornada, “pero, como vemos, estos juicios son secretos y esto representa una irregularidad grave�.
El pasado sábado, según la misma información, José Ã?lvarez, hermano del preso polÃtico Felipe, acudió a la prisión federal con todo el papeleo requerido para visitar a su familiar. Las autoridades pusieron una excusa para denegarle la entrada: tenÃa un hoyo en el calcetÃn.
Es más: las Fuerzas Armadas Mexicanas han colocado un retén en la carretera a La Palma, donde paran y registran a todos y cada uno de quienes tratan de hacer visitas o están cerca del lugar. Mientras Vicente Fox y sus funcionarios dicen que están investigando los abusos a los derechos humanos, las huellas dactilares federales se pueden encontrar en la campaña de miedo para mantener alejado a quien quiera que desee ver o visitar a estos hombres. En las verjas de la prisión: una brigada antimotines de la PolicÃa Federal Preventiva, en número superior a los pequeños grupos de personas que tratan de ver qué está pasando allá con estos prisioneros.
Anoche se emitió una información entre medios alternativos: está previsto que otros dos presos polÃticos de Atenco -Arturo Sánchez Romero y MarÃa Patricia Romero Hernández- serán trasladados a la prisión de alta seguridad de La Palma, una vez entrada la noche.
Nada de esto es normal, incluso para los estándares autoritarios mexicanos. Tal y como Hermann Bellinghausen observaba el jueves:
"Este reportero presenció ayer el traslado de “seis secuestradores peligrososâ€? de Santiaguito a otro penal. Cada uno viajó en una patrulla distinta (buen carro en todos los casos), escoltado por cuatro agentes. Sus ropas eran impecables. Estaban recién bañados. Hasta sonreÃan. Una banda peligrosa, según los propios judiciales. Al esposar a uno de ellos, un agente le preguntó con gentileza: “¿Te aprieta?â€? No le apretaba. Y se los llevaron en un ligero convoy rumbo a Toluca".
En una tierra -en que secuestradores, narcos, polÃticos corruptos, y otros prisioneros reciben, generalmente, una especie de trato de elite cuando son llevados a prisión-, algo muy diferente e inolvidable les está ocurriendo a Nacho del Valle, a Héctor Galindo, a Felipe Ã?lvarez y, esta noche, según parece, a Arturo Sánchez y a MarÃa Patricia Romero. Un mes después de su arresto se les mantiene apartados de la vista pública, de los doctores, de los observadores de derechos humanos y se les niega la visita de familiares.
Entonces, ¿qué está ocurriendo realmente con estos presos polÃticos?
Para entender lo que el Estado mexicano de Vicente Fox está haciendo a estos hombres- y pronto a una mujer- hay que entender que: La Palma es el nuevo Lecumberri. Y, ¿qué es Lecumberri? Fue conocido como el Palacio Negro. Desde 1900 hasta 1976, los presos polÃticos eran llevados al Palacio Negro en la Ciudad de México para ser torturados con todas las técnicas de los manuales del pentágono; electroshocks, asfixias, violaciones, torturas sexuales, torturas de un recluso frente a otro… Lea la entrada del Wikipedia sobre Lecumberri:
“A lo largo de sus 76 años de ocupación como prisión, sólo dos personas consiguieron escapar con vida. El primero, Pancho Villa, general de la Revolución mexicana. El segundo fue Dwight Worker, un americano condenado por contrabando de cocaÃna. Con la ayuda de su entonces esposa, Worker escapó el 17 de diciembre de 1975 disfrazado de mujer. Posteriormente escribieron un libro sobre sus experiencias, titulado Escape (ISBN 0-913374-76-8).â€?
“Me envolvieron en tela como a una momia, me ataron a un tablón y me sumergieron en una bañera de agua hasta casi ahogarmeâ€?, decÃa un antiguo recluso de Lecumberri.
En otro caso:
“... una mujer sin identificar se reporta describiendo cómo seis agentes de policÃa secretos secuestraron a su marido, la violaron a ella, y la obligaron a observar mientras infligÃan electroshocks a su hija de 14 meses y se mofaban de ella, diciendo: ‘Nos suplicarás que te matemos’â€?.
Ahora que el gobierno mexicano de Vicente Fox, guiado por los consultores polÃticos de Estados Unidos, Dick Morris y Rob Allyn, ha optado por regresar a las tácticas violentas de los años 60 y 70 en este paÃs, ¿es exagerado considerar la posibilidad – no, la probabilidad- de que las mismas tácticas de tortura están siendo utilizadas hoy contra Nacho del Valle y los otros compañeros de Atenco?
La carga de la prueba está en el Estado. Hasta que Nacho, Arnulfo, Magdalena y los demás caminen en libertad al aire libre y puedan contar sus historias, hay que suponer lo peor. Pero una cosa es cierta: si no fuera por La Otra Campaña, y el ruido que se está haciendo- a nivel nacional e internacional -por su libertad, estos amigos y vecinos ya habrÃan desaparecido y no se hubiera sabido de ellos nunca más.
Y eso aún podrÃa ocurrir si la gente buena no hace nada en estos tiempos de crisis moral.
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