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Notícies :: especulació i okupació
¿Que pasa con el 13?
03 jun 2006
Gràcia presiona a los okupas.

El ayunta_MIENTO persigue a un propietario para que denuncie ante el juez la ´okupación´ de su finca.

La intervención del distrito de Gràcia abre una vía poco explorada, hasta el momento, por la administración local
La presión de los vecinos, del distrito de Gràcia y de los Mossos d´Esquadra podría terminar en breve con la pesadilla que, desde hace más de un año, se vive en la calle Santa Perpètua por culpa de un grupo de okupas. Todo dependerá de la resolución que el juez dicte en los próximos días en relación con la denuncia presentada por los propietarios de la finca número 13 de esta pequeña calle, que conecta la atribulada plaza Lesseps con la calle Verdi por debajo de la Travessera de Dalt. El caso, en apariencia uno más de la rica fenomenología del movimiento okupa, que tiene en Gràcia uno de sus feudos históricos, presenta una importante novedad. En esta ocasión, la denuncia de los propietarios, que durante muchos meses habían mostrado una absoluta pasividad ante lo que sucedía en la casa, fue formulada después de que el distrito que dirige el concejal de ERC Ricard Martínez abriera un expediente sancionador contra ellos por no colaborar con el Ayuntamiento.

La intervención del distrito abre una vía poco explorada por la administración local. Por falta de instrumentos legales, por la inacción de remitemuchos propietarios o por la actitud de algunos jueces, los ayuntamientos se las ven y se las desean para actuar con eficacia contra aquellos que, bajo el cada vez más amplio paraguas del heterogéneo movimiento okupa, confunden el legítimo derecho a disponer de un techo con las conductas más incívicas y la vulneración de los derechos de vecinos que han de soportar las molestias que generan.

El distrito de Gràcia constata la okupación del inmueble de la calle Santa Perpètua, una edificación de dos plantas y terraza, en marzo del 2005. Inmediatamente comienza la búsqueda de los propietarios de la finca. Según el informe del caso al que ha tenido acceso La Vanguardia, el edificio figura a nombre de la sociedad limitada Alprimer 21. El contacto resulta imposible al no encontrarse número de teléfono correspondiente a dicha empresa. A continuación, se envían cartas que piden la aportación de la noticia procesal sobre las actuaciones instruidas por el desalojo de los ilegítimos ocupantes en las dos direcciones que figuran en la base de datos del Ayuntamiento. En ninguna de ellas dan razón de la empresa.

El siguiente paso es dirigirse al Registro Mercantil para averiguar los nombres de los administradores de la sociedad. En octubre, se les envía notificación a las direcciones que figuran en la constitución de la empresa. Tampoco se obtiene respuesta alguna.

Mientras tanto, las reiteradas quejas de los vecinos por la suciedad de los entornos de la casa okupada y los malos olores producidos por sus moradores obligan al distrito a intervenir. En este sentido, se gestiona ante el servicio municipal de limpieza la posibilidad de incrementar el riego a presión de la calle Santa Perpètua, que pasa a realizarse una vez por semana. Se da la circunstancia de que la finca okupada es contigua al parque de mantenimiento y servicios de la empresa de limpieza BCNeta en Gràcia.

Una nueva consulta a la base de datos del Ayuntamiento permite, finalmente, descubrir la dirección de uno de los administradores de la finca. A principios de febrero de este año, la Guardia Urbana le hace llegar un requerimiento: al administrador se le concede un plazo de quince días para que aporte información sobre las actuaciones procesales para el desalojo de los okupas. La respuesta verbal a ese requerimiento remite toda la interlocución a una empresa de administración de fincas, que comunica al distrito de Gràcia el propósito de alcanzar un acuerdo antes de finales de marzo con los okupas de Santa Perpètua, 13, para no tener que llegar a los tribunales.

Mientras se efectúan estas gestiones, los vecinos continúan denunciando ante el Ayuntamiento el deterioro del entorno del edificio okupado y, sobre todo, el ruido que impide su descanso nocturno. El distrito se pone entonces en contacto con la compañía eléctrica Fecsa, que a finales de febrero decide cortar el suministro eléctrico. Para interrumpir el servicio y evitar que los okupas vuelvan a conectarse a la red, la compañía tiene que levantar el pavimento de la calle Santa Perpètua. Aun así, los okupas se las arreglan para no quedarse a oscuras y para seguir disfrutando de esa música a todo volumen que atormenta a los vecinos. Para ello instalan una pequeña estación autónoma, que tres meses después aún siguen utilizando. Así lo ha podido comprobar esta semana La Vanguardia en una visita a la casa okupada, en cuyo exterior es visible el pésimo estado de la finca. Una colonia de insectos voladores, atraídos por la basura y un hedor a orines que lo impregna todo, ha hecho nido en la entrada del inmueble, donde pueden leerse lemas del tipo "El 13 no se mueve". En el interior se entrevé la presencia de sacos de dormir y restos de ropa y comida tirados por el suelo que completan un panorama desolador. De cualquier modo, los vecinos consultados admiten que en los últimos meses, desde que se produjo el corte de electricidad, las molestias causadas por los okupas, sobre todo a causa de los ruidos, han disminuido.

Posteriormente, el distrito vuelve a informar al administrador de la finca de los problemas provocados por los okupas que habitan la casa en un número indeterminado que, según fuentes municipales y de los propios vecinos, oscila entre diez y veinte personas, algunas con residencia fija en Santa Perpètua, 13, y otras que parecen estar sólo de paso. La presión no da los frutos esperados y llega un momento en el que el administrador de la finca deja de responder a las llamadas y a los emails enviados por el Ayuntamiento.

Ese pasotismo aconseja al concejal del distrito de Gràcia dar una vuelta de tuerca más. Así, a finales de marzo, da el paso de instruir un expediente sancionador por desatención a los requerimientos de la autoridad municipal y resistencia a colaborar con ella.

Paralelamente, los Mossos d´Esquadra intervienen para resolver los incidentes que los okupas y sus amigos protagonizan a menudo en la vía pública y para dar respuesta a las demandas de mayor seguridad en la zona que hacen los vecinos. La policía autonómica identifica al grupo de alborotadores y hace gestiones con la propiedad para que, de una vez por todas, presente una denuncia judicial contra la okupación de la finca.

El cerco sobre los okupas, y en este caso sobre la propiedad de la finca, se estrecha de tal manera que, a principios de abril, trece meses después de la ocupación de Santa Perpètua, 13, el propietario presenta denuncia. La huelga de funcionarios de la administración de justicia ha retrasado unos días la resolución del juez, que está prevista para esta semana.
L.V.

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