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Comentari :: globalització neoliberal
Homenaje in memoriam a J. K. Galbraith
06 mai 2006
Desde luego Galbraith no era de los que esconde la cabeza debajo del dinero como comentaba El roto el otro día
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Homenaje in memoriam a JOHN KENNETH GALBRAITH

Un gran economista y sobre todo un gran hombre, un aliado y un patriota americano de la paz y la libertad ha muerto el pasado sábado en USA: John Kenneth Galbraith, merece la pena que lloremos su ausencia y recordemos sus valiosas enseñanzas, abajo aporto uno de sus últimos textos: “la economía manipulada con la mentira� que él publicó autocensurándose como: “la economía del fraude inocente�; en la cita que sacamos, de un amplio resumen que haré en cuanto pueda, resalta nuestro economista ausente el necesario control y supervisión al que hay que someter a todos estos gigantes empresariales y sus máximos dirigentes...

--Las grandes empresas (particularmente en los sectores de la energía y las comunicaciones, aunque no sólo en ellos) llegaron a dominar las noticias. En todos los casos, la situación era la misma, así como el resultado. La dirección lo controlaba todo; los propietarios eran irrelevantes; algunos auditores se mostraron dóciles. Las stock options servían para enriquecer a los implicados y ocultar ligeramente el golpe.

--A lo largo de mi vida profesional, ya fuera como profesor, escritor o funcionario público, he leído docenas, tal vez centenares, de estados financieros. Que algunos pudieran ser un disfraz para un silencioso latrocinio fue algo que nunca se me pasó por la cabeza. [Como se ve la codicia infinita tiene esta consecuencia: han llegado a falsear con absoluta indecencia hasta los estados financieros]

-- No hay ninguna duda de que la influencia corporativa se extiende hoy a los legisladores. Se necesita, por tanto, una regulación independiente, honesta y profesionalmente competente. Esto es algo difícil de conseguir en un mundo de supremacía corporativa, y es por ello que ésta debe ser conocida y contrarrestada: es menos fácil defender el comportamiento corporativo ante una opinión pública negativa. Ahora bien, debe quedar claro que no existe ninguna alternativa a la supervisión eficaz. El comportamiento de los directivos también puede mejorarse si existe la posibilidad real de que los infractores vayan a parar a la cárcel, una experiencia que no les resultará precisamente agradable.

--Más importante todavía es que se comprenda que un buen comportamiento corporativo y una regulación eficaz benefician en gran medida el interés público, mientras que la apropiación indebida no. Esto no debe entenderse como un ejercicio retórico o una amenaza, sino como una afirmación sobre al realidad. Nadie debe dar por hecho que la supervisión llevada a cabo por consejeros y accionistas es suficiente. Los remedios y las salvaguardias deben poseer la fuerza de la ley.

--La autoridad de la dirección corporativa, los abusos y el enriquecimiento personal continuarán. Nuestra principal esperanza reside en el pleno reconocimiento por parte del público y de las autoridades de que el poder de los directivos les proporciona una oportunidad para comportamientos socialmente indeseables. Una vez entendido esto, resulta evidente la necesidad de vigilar la conducta de las empresas por más respetables que éstas sean, y también la de prestar especial atención a las recompensas que la dirección corporativa se concede a sí misma. Esto es algo que beneficiará al público en general y al propio mundo corporativo.

--La corporación, repitámoslo, constituye un rasgo esencial de la vida económica moderna. Debemos conservarla, pero ésta tiene que ajustarse a los patrones socialmente aceptados y a las restricciones públicas indispensables. La libertad para la acción económica benéfica es necesaria; esta libertad, sin embargo, no tiene por qué ser una tapadera para la malversación, legal o ilegal, de renta y riqueza ajenas. La dirección corporativa debe tener autoridad para actuar, pero no para el robo aparentemente inocente.

--Controlar el poder corporativo es uno de nuestros mayores retos y, dadas sus dimensiones, una de nuestras necesidades más urgentes. Una sociedad de desventuras económicas y crímenes corporativos no sobrevivirá ni será útil.

El legado y la sabiduría económica de J.K. Galbraith es labor de todos mantenerlo vivo, in memoriam.

afc euroimmersion.com 4Ma6
Mira també:
http://usuarios.lycos.es/euroim/apaga.htm

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