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Notícies :: @rtivisme |
Censuren als EEUU una obra de teatre sobre Rachel Corrie
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per sabra i chatila |
17 abr 2006
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Els mateixos que critiquen les censures a les caricatures de Mahoma...sòn els censuradors,presionats,clar, pel "lobby" sionista americá.
Quina mena de democràcia volen exportar aquests feixistes "neo-zion-con" ? |
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El Cuarto Reich
17-04-2006
Censurada en Usamérica la obra teatral "Me llamo Rachel Corrie", basada en el diario de la pacifista de 23 años aplastada en Gaza hace tres años
Demasiado candente para Nueva York
Philip Weiss
The Nation
Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens, miembro del colectivo de traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüÃstica (www.tlaxcala.es] Esta traducción es copyleft
No fue fácil encontrar en Usamérica el delgado libro que se convirtió repentinamente en la obra más controvertida en Occidente a comienzos de marzo. Amazon dijo que no podÃa ser entregado hasta abril. La librerÃa Strand tampoco lo tenÃa. PodÃa ser pedido a Amazon en Gran Bretaña, pero tardarÃa una semana en llegar. Finalmente encontré un autor en Michigan que gentilmente fotocopió el libro británico y me lo envió por correo privado, pero para ir sobre seguro, visité el departamento de una activista en la Octava Avenida que me permitió que me llevara por media hora su tan solicitado ejemplar al lobby. En el ascensor, lo abrà al azar.
“No puedo enfriar agua hirviente en Rusia. No puedo ser Picasso. No puedo ser Jesús. No puedo salvar sola el planeta. Puedo lavar platos.�
El libro, es el drama “My Name Is Rachel Corrie.â€? [Me llamo Rachel Corrie]. Compuesto de anotaciones de su diario y de correos electrónicos de la mujer de 23 años del Estado de Washington que murió aplastada en Gaza hace tres años bajo una aplanadora operada por el ejército israelÃ, el drama tuvo dos exitosas temporadas en Londres el año pasado y luego se convirtió en un caso célebre después de que una compañÃa teatral progresista de Nueva York decidió postergar indefinidamente su estreno usamericano debido a preocupación por la sensibilidad de grupos judÃos (anónimos) inquietados por la victoria de Hamas en las elecciones palestinas. Cuando los productores ingleses denunciaron la decisión del New York Theatre Workshop [NYTW] por constituir “censuraâ€? y anularon la presentación, ni los medios dominantes pudieron ignorar las implicaciones. ¿Por qué no se podÃa escuchar las elocuentes palabras de una radical usamericana en este paÃs, – es decir, sin lo que el Workshop habÃa llamado “contextualizaciónâ€?, enmarcando el drama en discusiones polÃticas, tal vez incluso presentando una pieza paralela que de alguna manera “aplacaraâ€? a la comunidad judÃa?
“El impacto de esta decisión es enorme – es más grande que Rachel y más grande que esta pieza teatral,â€? – dijo Cindy Corrie, la madre de Rachel. “Hubo algo en esta obra que los hizo sentirse tan vulnerables. Vi en el programa del Workshop una pieza lesbiano. ¿Utilizarán el mismo enfoque? ¿Irán al segmento de la comunidad que se opondrÃa ardientemente?
De este modo, las palabras de Corrie parecen haber tenido más impacto que su muerte. El proyecto de ley en la cámara solicitando una investigación de su asesinato en USA fracasó en el comité, con sólo setenta y ocho votos y poca atención en los medios. Pero la admisión descarnada de un medio cultural de que subordina su propio juicio artÃstico a puntos de vista favorables a Israel ha servido como evidencia directa para los que han tratado impulsar la discusión de los derechos humanos palestinos en este paÃs. Por cierto, la admisión fue tan inquietante y embarazosa que el Workshop trató rápidamente de cubrirse y de retirar sus declaraciones. Pero el daño habÃa sido hecho; la gente formulaba preguntas que anteriormente habÃan sido consignadas a un área marginal: ¿Cómo puede Occidente condenar al mundo islámico por no aceptar las caricaturas de Muhammad cuando un escritor occidental que alza su voz en defensa de los palestinos es silenciado? ¿Y por qué Europa y el propio Israel tienen un debate más saludable sobre los derechos humanos palestinos que el que nosotros podemos tener en USA?
Cuando murió el 16 de marzo de 2003, Rachel Corrie habÃa estado en Medio Oriente durante cincuenta dÃas como miembro del Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM, por sus siglas en inglés), un grupo que recluta a occidentales para que sirvan de “escudos humanosâ€? contra la agresión israelà – incluyendo la polÃtica de arrasar casas palestinas con aplanadoras para crear una tierra de nadie más amplia entre Egipto y Gaza, ocupada en aquel entonces. Corrie murió aplastada cuando se paró frente a una aplanadora que se desplazaba hacia la casa de un farmacéutico palestino. Según los informes de testigos, Corrie, portando una chaqueta de un naranja brillante, era claramente visible para el conductor de la aplanadora. Una investigación del ejército israelà no encontró responsables.
La horrible muerte de Corrie se convirtió en un punto de referencia. Vinculó el sufrimiento palestino con el movimiento progresista usamericano. Y fue inmediatamente politizada. Voces favorables a Israel trataron de calumniar a Corrie como sirviente de terroristas. Dijeron que el ejército israelà simplemente intentaba bloquear túneles a través de los cuales se llevaban armas desde Egipto a los territorios ocupados – negando asà que Corrie murió como resultado de una destrucción indiscriminada. Correos electrónicos llenos de odio se multiplicaron pro doquier. “Rachel Corrie no consiguió 72 vÃrgenes, pero consiguió lo que deseaba,â€? decÃa uno.
Pocos sabÃan que Corrie habÃa sido una escritora dedicada. “Decidà ser artista y escritora,â€? habÃa escrito en su diario, describiendo su despertar, “y no me importaba si era mediocre y no me importaba si morÃa de hambre y no me importaba si toda la maldita escuela se daba vuelta y me apuntaba con el dedo para reÃrse de mi.â€?
La familia de Corrie sintió que era importante que sus palabras fueran conocidas por el mundo. La familia colocó varios de sus últimos correos en el sitio en la red del ISM (y fueron publicados completos por el Guardian de Londres). Esos materiales fueron electrizantes. Revelaron una mujer apasionada y poética que habÃa sido atraÃda desde hace tiempo a causas idealistas y que habÃa renunciado a su trabajo con enfermos mentales y por causas medioambientales en el Noroeste de la costa del PacÃfico para encarar una preocupación urgente: los derechos humanos palestinos. Miles respondieron a los Corrie, incluyendo a un representante del Royal Court Theatre en Sloane Square, Londres, que consultó si el teatro podÃa utilizar las palabras de Rachel en una producción – y, ¿existen más escritos? Cindy no pudo hacer otra cosa que sentarse y tomar té. Le pidió a la familia que dijera al Royal Court: Dennos tiempo.
Pasó otro año antes de que Sarah Corrie encontrara las cubas en las que su hermana habÃa guardado sus pertenencias y mecanografiara pasajes de diarios y cartas que databan hasta la escuela secundaria. En noviembre de 2004, los Corrie enviaron 184 páginas al Royal Court. Dos colaboradores, Alan Rickman y Katharine Viner, editora del Guardian, habÃan tenido la intención de completar los escritos de Rachel Corrie con otras palabras. Pero las páginas cambiaron instantáneamente su opinión. “Pensamos. Lo ha hecho sola. La voz de Rachel es la única voz que hay que escuchar,â€?, dice Viner. La familia Corrie, que posee los derechos de autor a las palabras, estuvo rápidamente de acuerdo. Rachel Corrie era la dramaturga. Todos los derechos de autor serÃan destinados a la Fundación Rachel Corrie por la Paz y la Justicia. Los “co-editoresâ€? londinenses se pusieron a trabajar en la selección del material, trabajando con una esbelta actriz rubia, Megan Dodds, que se parece a Corrie.
Hace un año la obra fue escenificada como una pieza unipersonal en un teatro de 100 butacas en Royal Court. Fue celebrada por la crÃtica, y la temporada de cuatro semanas fue totalmente vendida. Atrajo sobre todo a los jóvenes.
“Mi nombre es Rachel Corrieâ€? – el tÃtulo proviene de una declaración en el diario de Corrie – es dos cosas: un autorretrato de una mujer sensible luchando por encontrar su propósito, y una polémica sobre los horrores de la ocupación israelÃ.
La obra esta marcada por habla sobre muchachos al estilo de Sylvia Plath– “Terminé por convencer a Colin de que dejara de asfixiar mi vidaâ€? – y por pasajes sobre su creciente comprensión del compromiso: “Aprendà hace algunos años lo que es la insoportable levedad del ser, antes de leer el libro. La levedad entre la vida y la muerte… no existen dimensiones en absoluto… Es sólo un encogimiento de hombros: la diferencia entre Hitler y mi madre, la diferencia entre Whitney Houston y una madre rusa que contempla a su hijo que cae a través de la acera y bulle hasta morir… Y supe entonces que el encogimiento de hombros ocurrirÃa al final de mi vida – lo supe. Y pensé, ¿a quién le importa?-–– Ahora lo sé, a quién le importa… si muero a las 11.15 p.m. o con 97 años – Y sé, que soy yo, Es mi rol… “A medida que la obra continúa hacia la muerte, se impone la visión moral de Medio Oriente de Corrie. “Aquà pagamos por el auténtico mal… No es el mundo en el que tú y mi padre querÃan que yo viviera cuando decidisteis tenerme.â€?
El show volvió el otoño pasado a un teatro más amplio en Royal Court, y de nuevo se agotaron las localidades. La mayorÃa de los espectadores tendÃan a irse en un silencio estupefacto, pero algunas noches el teatro se convirtió en un foro para discusiones. Rickman, Viner o Dodds se presentaron para discutir la realización del espectáculo.
El Royal Court recibió ofertas de todo el mundo, hasta de un teatro en Israel, que querÃan presentar la producción. Pero la prioridad era presentarla en la “patria de Rachelâ€? como dice Elyse Dodgson, el director internacional del teatro. Esencialmente la historia de Corrie es muy usamericana. Está repleta de referencias que seguramente no eran entendidas por su público inglés – su trabajo en Mount Rainier, nadando desnuda en Puget Sound, bebiendo Mountain Dew, conduciendo por la I-5 a California.
El New York Theatre Workshop (NYTW) decidió presentar la producción en marzo de 2006. Pero en enero, el Royal Court comenzó a sentir aprensión de parte del Workshop. “Fui a Nueva York a reunirme con ellos, porque no me sentÃa cómodo con lo que decÃan,â€? dice Dodgson.
El Workshop estaba evidentemente asustado. Su director artÃstico, James Nicola, hablaba de tener discusiones después de cada presentación para “contextualizarâ€? el drama, de contratar a un consultor que habÃa trabajado con Salman Rushdie para que dirigiera esas discusiones y de contratar a Emily Mann, directora artÃstica del Teatro McCarter en Princeton, Nueva Jersey, para que preparara una pieza paralela de testimonios que incluirÃa a vÃctimas israelÃes del terrorismo palestino.
“Tuvimos algunas brillantes discusiones: les dijimos que el drama habla por sà mismo,â€? dice Dodgso. “Es caro e innecesario que se haga algo semejante después de cada actuación. Por cierto, conocÃamos algunas de las cosas horribles que dijeron sobre Rachel. No las tomamos en cuenta. La controversia se acabó cuando la gente vio que se trataba de un drama sobre una joven. Una idealista.â€?
A Dodgson le molestó también que una empleada de marketing del Workshop, a quien se niega a nombrar, usara la palabra “aplacar.â€? Fue una conversación muy difÃcil. Dijo: ‘No puedo encontrar la palabra exacta, pero “aplacarâ€? a la comunidad judÃa’ me escandalizó.â€?
La conexión de Corrie con el Movimiento Internacional de Solidaridad tuvo un fuerte contenido polÃtico. El ISM está comprometido con la no-violencia, pero trabaja con una amplia gama de organizaciones: desde activistas israelÃes por la paz, a grupos palestinos que han apoyado atentados suicidas, lo que ha sido aprovechado por los que quieren destruirlo.
En el centro del desacuerdo estuvo la insistencia de partidarios de Israel para que el asesinato de Corrie fuera presentado en el contexto del terror palestino. Y que especÃficamente la polÃtica de destruir casas palestinas en Gaza fuera mostrada como orientada hacia esos túneles – aunque la casa del farmacéutico que Corrie estaba protegiendo se encontraba a cientos de metros de la frontera y no tenÃa nada que ver con túneles. Una persona cercana a NYTW, que rehusó declarar en público explica: “El que los israelÃes trataban de arrasar esas casas no se debÃa a que estaban sólo contra los palestinos, sino contra los túneles subterráneos, la manera de llevar explosivos a esa comunidad. Al no mencionarlo, el drama no es tan objetivo como pretende ser.â€? Otra fuente anónima del NYTW dijo que los empleados se preocuparon después de leer un perfil de Corrie en Mother Jones de otoño de 2003, un artÃculo muy discutido que se basaba considerablemente en fuentes derechistas para describirla como una ingenua imprudente.
¿Pero a quién consultó el Workshop en sus deliberaciones? Se ha negado obstinadamente a decirlo. En el New York Observer, Nicola mencionó a “amigos judÃos.â€? Dodgson dice que en discusiones con el Royal Court, empleados del Workshop mencionaron la Liga Contra la Difamación y la oficina del alcalde como entidades que les preocupaban. (Abe Foxman de la ADL visitó Londres en 2005 y denunció la obra en el New York Sun como ofensa a las “sensibilidadesâ€? judÃas.) Una versión dice que el golpe fatal fue dado por la firma global de relaciones públicas Ruder Finn (que tiene una oficina en Israel) que dijo que no podÃa representar la obra.
En su última declaración el Workshop dice que consultó a numerosas voces comunitarias, no sólo a judÃos. No incluyó a árabes-usamericanos. Najla Said, directora artÃstica de Nibras, un teatro árabe-usamericano en Nueva York, dice: “Ni siquiera somos suficientemente ‘otros’ para ser ‘otros’. No somos el tema polÃtico que alguien considere que vale la pena mencionar.â€?
La temporada habÃa sido prevista del 22 de marzo al 14 de mayo. Las entradas fueron ofrecidas en Telecharge en febrero. Pero el Workshop no habÃa anunciado la producción. Según el Royal Court, Nicola finalmente les dijo que querÃa postergar la presentación por lo menos seis meses o un año para permitir que el clima polÃtico se calmara y preparar mejor la producción. El Royal Court lo consideró una cancelación. La noticia apareció el 28 de febrero en el Guardian y el New York Times.
El artÃculo del Times fue escandaloso. Dijo que el Workshop habÃa “retrasadoâ€? una producción que nunca habÃa anunciado, e informó que Nicola habÃa estado sondeando a “lÃderes judÃos locales y comunitarios en cuanto a sus sentimientos.â€? Citó a Nicola diciendo que la victoria de Hamas habÃa llevado a la comunidad judÃa a ser “muy defensiva y muy tensa… y eso me pareció razonable.â€?
El Mar Rojo se partió. O en todo caso el Océano Atlántico. La dramaturga inglesa Caryl Churchill, que ha trabajado con ambos teatros, condenó la decisión. Vanessa Redgrave escribió una carta exhortando al Royal Court a demandar al Workshop. Al principio la comunidad teatral de Nueva York se mantuvo tranquila.
Apareció la blogósfera, escena izquierda. Tres o cuatro autores de blogs indignados comenzaron a bombardear a la comunidad del Workshop con preguntas. ¿Con quién habló el Workshop? ¿Por qué la gente de teatro no protesta? Garrett Eisler, el blogger Playgoer, comparó la decisión con la que tomó el Manhattan Theater Club cuando anuló su producción de 1998 de Corpus Christi, una obra que presentaba a Cristo como gay – una decisión que fue cambiada después de que voces destacadas, incluyendo la página editorial del Times, denunciaron la acción.
El dramaturgo Jason Grote circuló una petición exhortando al Workshop a corregirse. Entre los firmantes estaba Philip Munger, compositor cuya cantata dedicada a Corrie, “The Skies Are Weepingâ€? (Los cielos lloran), también sufrió cancelaciones por motivos polÃticos. El joven dramaturgo Christopher Shinn se pronunció temprana y enérgicamente, diciendo que la postergación equivalÃa a censura. “Nadie conocido decÃa algo,â€? dice Eisler. “Y Chris Shinn no es una personalidad tan conocida, pero es un artista teatral activo cuyo nombre aparece en el New York Times."
Cuando visité el Workshop, una semana después del inicio de la controversia, era una institución herida. Linda Chapman, la directora artÃstica asociada, que habÃa firmado la petición de Grote, dijo que no podÃa hablar conmigo, por la “arena movedizaâ€? en la que se habÃa convertido toda declaración. El Workshop habÃa colocado y luego eliminado de su sitio en la red una torpe declaración que intentaba dar una explicación. Playgoer exigÃa que los oponentes a la obra se manifestaran y exigÃa una declaración de Tony Kushner, que ha montado dramas en el Workshop, y colocó su foto como si fuera una especie de criminal de guerra.
En una entrevista con The Nation, Kushner dijo que guardaba silencio por su cansancio ante argumentos similares respecto a la pelÃcula “Munichâ€?, en la que fue guionista, y porque seguÃa esperando que la decisión serÃa corregida. Dijo que Nicola es una gran personalidad del teatro usamericano. “Es uno de uno o dos de los teatros más importantes en esta área – comprometido polÃticamente, impertérrito, atrevido y experimental en la forma.â€? Al no haber recibido jamás una respuesta clara sobre el motivo por el que Nicola canceló la obra, Kushner lo atribuye al pánico: Nicola no sabÃa en qué se estaba metiendo, y sólo se dio cuenta más tarde de cuánta oposición a Corrie existÃa, cuánta confusión habÃa creado la derecha sobre los hechos. Nicola sintió que estaba enfrentando “una reyerta verdaderamente grande y aterradora y no una pieza teatral.â€? A pesar de ello, Kushner dijo, la decisión del teatro creaba una situación “espantosaâ€?. “La censura de un drama porque encara temas palestino-israelÃes no es de ninguna manera correcta,â€? dijo.
El Royal Court salió oliendo a rosas. Anunció triunfalmente que presentarÃa el show de Megan Dodds en el West End, el equivalente londinense de Broadway, y que no podrÃa ir a Nueva York hasta el otoño próximo.
Los peticionarios de Grote (519 y se siguen sumando) quieren saber lo que ocurrirá en el Workshop, que por su parte salió con otra declaración sobre el asunto, publicada la vÃspera del aniversario de la muerte de Corrie. “Sólo puedo decir que estábamos tratando de hacer lo que podÃamos por ayudar a que se escuchara a voz de Rachel,â€? dijo Nicola. La herida puede ser demasiado profunda para un ungüento parecido. Como dice George Hunka, autor del blog teatral Superfluities: “Esto es demasiado importante para que todos lo disimulen, que todos agiten sus manos por un fotógrafo New York Times. Es un retrato extraordinariamente raro de la manera como las instituciones culturales de Nueva York toman sus decisiones sobre qué producir.â€?
Hunka no utiliza la palabra “Jâ€?. Jen Marlow lo hace. Activista judÃa de Rachelswords.org (que escenificó una lectura de las palabras de Corrie el 22 de marzo en presencia de los padres de Corrie) dice: “No quiero decir que la comunidad judÃa sea monolÃtica. No lo es. Pero entre numerosos judÃos usamericanos que son muy progresistas y luchan profundamente por muchos temas de justicia social, existe una reacción de reflejo rotular que ocurre cuando se trata de temas relacionados con Israel.â€?
Las preguntas sobre la presión de dirigentes judÃos se transmutan rápidamente en preguntas sobre el financiamiento. Ellen Stewart, la legendaria directora del grupo teatral La MaMa E.T.C., que se encuentra al otro lado de East 4th Street frente al Workshop, especula que el lÃo comenzó con su consejo directivo “muy acaudaladoâ€?. El padre de Rachel, Craig Corrie, se hace eco de su opinión. “Realicen una investigación, sigan la huella del dinero.â€? Llamé a seis miembros del consejo y no obtuve respuesta. (Aproximadamente un tercio parecen ser judÃos, como yo.) Es, desde luego, un tema delicado: La escritora Alisa Solomon, que se mostró consternada por la postergación, advierte a pesar de todo: “Hay algo un poco demasiado familiar respecto a la imagen de judÃos manipulando los tÃteres tras la escena.â€?
Tal vez sea asÃ. Pero la declaración de Nicola sobre un canal oculto a dirigentes judÃos sugiere la presencia de un lobby cultural paralelo al tan cacareado lobby pro-Israel en thinktanks y el Congreso. Dudo que descubriremos si la decisión del Workshop fue “generada internamenteâ€?, como afirma Kushner, o más orquestada, que es lo que yo sospecho. Lo que ha mostrado el episodio es un clima de temor. No de daño fÃsico, sino de pérdida de oportunidades. “El silencio resulta del miedo y la intimidación,â€? dice Cindy Corrie. “No veo qué otra cosa podrÃa ser. Y daña no sólo a los palestinos. Pienso, sinceramente, que daña a los israelÃes y nos daña a nosotros.â€?
Kushner está de acuerdo. Después de pasar cinco meses defendiendo “Munichâ€?, dice que el miedo tiene dos fuentes: “Hay una maquinaria de ataque extremadamente bien organizada que te persigue si expresas algún tipo de disenso sobre las polÃticas de Israel, y es una experiencia muy desagradable sentirse en la mira. No se trata de palurdos de Kansas que aúllan que los gays se quemen en el infierno: son columnistas de los periódicos que son tomados en serio.â€? Esos atacantes imponen una especie de test de alfabetismo. Antes de que se pueda depositar un voto moral sobre los derechos palestinos, hay que recitar un millón de hechos dudosos, como ser qué porcentaje de los territorios estaban fuera de la LÃnea Verde en 1949. Luego viene el temor auto-generado de apoyar a antisemitas o a aquellos que quisieran destruir a Israel. En general, dice Kushner, puede dejar a alguien “abrumado y desesperado – uno se siente como si no debiera decir nada.â€?
¿Quién va a contar a los usamericanos la historia de Medio Oriente? Durante generaciones la historia ha tratado a los israelÃes como vÃctimas, y esto ha sido crucial para la polÃtica israelà en la medida en que Israel ha logrado desafiar las opiniones de sus vecinos basándose en una superpotencia extremadamente favorable. Los partidarios de Israel siempre han temido que si los usamericanos comenzamos a realizar la misma discusión franca de los temas como sucede en Tel Aviv, podrÃamos ser más objetivos en nuestro enfoque a Medio Oriente. Esa presión es lo que ha asfixiado un drama que muestra a los palestinos como vÃctimas (y cubierto con una manta una pelÃcula, “Munichâ€?, que muestra a ambos lados como vÃctimas.) Nunca he escrito algo semejante a este texto antes. Es emocionante que esa libertad nos haya sido posibilitada por una mujer de 23 años con dones literarios que no tuvo tiempo de revelar.
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Comentaris
Re: Censuren als EEUU una obra de teatre sobre Rachel Corrie
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17 abr 2006
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