|
|
Notícies :: educació i societat |
¿Se puede ser varón sin ser violento?
|
|
per MARCELO COLUSSI |
09 abr 2006
|
¿SE PUEDE SER VARÓN SIN SER VIOLENTO?
POR MARCELO COLUSSI
2 DE ABRIL DE 2006
DESDE CARACAS (VENEZUELA)
SER VARÓN, SER UN MACHO, ES SINÓNIMO DE “HOMBR�A�.
MARCELO COLUSSI
PSICÓLOGO Y LICENCIADO EN FILOSOF�A. ITALO-ARGENTINO, DESDE HACE 15 AÑOS VIVE Y TRABAJA EN EL �MBITO DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CENTROAMÉRICA. ENSAYISTA Y ESCRITOR, HA PUBLICADO EN EL CAMPO DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y EN LA NARRATIVA |
Ser varón, ser un macho, es sinónimo de “hombrÃaâ€?. Esta condición, a su vez, se define por caracterÃsticas consideradas positivas inherentes a la masculinidad (energÃa, fortaleza, coraje, honorabilidad, honradez), es decir, aquellas propias de un “caballeroâ€?, con lo que el cÃrculo vicioso se cierra en sà mismo: ser varón es ser fuerte y honrado, ser valeroso.
¿Puede una mujer participar de las propiedades de la hombrÃa? ¿Y un homosexual? Seguramente no. Nadie dirá que las mujeres son naturalmente no-honradas, pero no hay dudas que en Occidente el peso de la misoginia medieval sigue aún presente (los herejes eran habitualmente brujas, mujeres); y en culturas no occidentales incluso es legal la violencia masculina sobre el colectivo femenino. En cuanto a la homosexualidad, mientras en muchas partes del mundo ello es considerado delito aún hoy dÃa, en el mundo occidental hasta no hace muchos años hacÃa parte del listado de psicopatologÃas oficiales.
Los modelos culturales con los que se han construido todas las sociedades hasta la fecha se centran en la hegemonÃa varonil. El poder, la propiedad, el saber, en definitiva:
las “cosas importantes�, son masculinas, son varoniles. “El mundo de la mujer es la casa; la casa del hombre es el mundo�, reza el refrán. Las sociedades machistas han considerado siempre la fuerza como un valor en sà mismo:
entre esas “cosas importantesâ€? que hacen al desarrollo humano y que definen a la hombrÃa, está la fuerza. O si se quiere decir de otro modo: la violencia. Virilidad es sinónimo de fuerza.
“La violencia es la partera de la historiaâ€?; al menos hasta ahora, eso es innegable, y todas nuestras matrices culturales siguen haciendo de ella el destino mismo de lo humano. La guerra ha sido y continúa siendo una de las actividades más importantes en la dinámica social. Por cierto: cosa de varones, de machos (aunque recientemente quien dirigÃa las torturas en Irak fuera una mujer, una generala, que sin dudas “los tenÃa bien puestosâ€?). Es evidente, entonces, que la virilidad, aunque la ejerza una mujer, es cosa de hombres.
Nada es eterno, felizmente (todos los dioses inmortales… al final desaparecieron), y esos patrones patriarcales comienzan a ser cuestionados. Pero solos no han de caer, por lo que necesitan un importante esfuerzo para seguir siendo puestos en dudas y modificados. Buena parte de ese esfuerzo, además, debe venir desde los varones. El machismo es un problema social, de todas y todos, por lo que no son solo las mujeres las que tienen ante sà un desafÃo. Son las sociedades en su conjunto las que deben cambiar. BuenÃsimo que las mujeres hayan tomado la iniciativa en este cambio, pero para transformar y superar el machismo somos los varones quienes también debemos cambiar, quizá los que más que nadie debemos cambiar.
Estas breves lÃneas son apenas un aporte más en esta tarea de transformación que ya ha comenzado. Y las escribe un varón.
¿PUEDE UN VARÓN SER TAL SIN PARTICIPAR DE LA PROPIEDAD DE LA VIOLENCIA? ¿SE ES M�S Y MEJOR VARÓN PORQUE SE LE PEGA A UNA MUJER?
Quizá hoy dÃa en muchos paÃses occidentales ya dejó de ser tema tan dramático la violencia intrafamiliar; al menos, ya puede ser considerada un hecho delictivo y no un “derechoâ€? masculino. Aunque en modo alguno ha desaparecido, valga aclarar. En Europa, la culta y desarrollada Europa, por cierto la violencia masculina es la tercera causa de muerte de mujeres, por delante del cáncer y del VIH/SIDA.
Quizá la violencia, además de la brutal agresión fÃsica, va tomando otras formas (no queremos decir que los puñetazos y las patadas contra las mujeres hayan terminado. Baste leer el libro de denuncias de cualquier estación policial para constatarlo…, y sabemos que se registran cantidades infinitamente menores de agresiones masculinas de las que en realidad tienen lugar, por miedo, por ignorancia, por inercia social.
En otros términos: por la cultura machista dominante). La fortaleza masculina -si es que a eso se le puede llamar “fortaleza�- se puede ver también de otras maneras:
• De entre casi 200 paÃses en todo el mundo, no llegan a 20 los que están conducidos polÃticamente por una mujer.
• El 14.5% de los miembros de los parlamentos nacionales de todo el mundo son mujeres.
• El 7% del total mundial de gabinetes ministeriales son mujeres; las mujeres que son ministras se concentran en las áreas sociales (14%), comparadas con las que están en áreas legales (9.4%), económicas (4.1%), asuntos polÃticos (3.4%) y ejecutivos (3.9%).
• Dentro de las Naciones Unidas las mujeres ocupan sólo el 9% de los trabajos directivos de mayor nivel.
• El 99% de los tÃtulos de propiedad combinados de todo el planeta (acciones, tierras, bienes inmuebles, cuentas bancarias) está en manos masculinas.
• Las mujeres trabajan igual o mayor cantidad de horas y con similar o mayor esfuerzo que los varones por menor salario.
• El trabajo doméstico de las amas de casa -sin horario, continuo, perpetuo- no es justamente valorado.
• Los efectos no deseados de cualquier método anticonceptivo los padecen siempre las mujeres y no los varones (incomodidad, cambios hormonales, incluso esterilidad), debido a la forma en que están concebidos -es siempre la mujer la que tiene que “cuidarse�-, y el preservativo, único método con que se protegen los varones, puede causar en no pocos casos irritaciones y alergias a las mujeres-.
Dicho en otros términos: es más fácil, común y natural que sean las mujeres quienes salen perjudicadas en su relación con los varones, y no a la inversa. Ante este estado de cosas ¿por qué querrÃan cambiar los hombres esa situación?
Ser varón -cualquier varón, el “exitoso� triunfador de Hollywood o el hombre común de a pie a quien no le alcanza el sueldo- otorga una cuota de poder sobre la mujer. Ser varón, por tanto, implica en forma natural poder ejercer la violencia sin siquiera considerarla como tal.
Ser un macho hecho y derecho lleva implÃcita la violencia como su rasgo distintivo fundamental.
Por decir “me jodieronâ€? -me perjudicaron- suele emplearse la expresión “me cogieronâ€?. ¿Acaso el acto sexual perjudica a alguien, o se filtra ahà la ideologÃa patriarcal, machista, dominadora, donde el poder masculino siempre se ejerce a la fuerza y donde el ejercicio es siempre en detrimento de otro?
Por el contrario, para ser una mujer “que se hace valerâ€? (la Dama de Hierro Margaret Tatcher o Condoleeza Rice, la Mujer Maravilla o cualquier ejemplo de lideresa exitosa) hay que presentar una dosis de “durezaâ€?. Los sÃmbolos de la femineidad no se corresponden con una imagen violenta -lo cual puede llevar secundariamente al interrogante sobre si se “liberaâ€? más una mujer porque prescinde de su arquetipo de “muñecaâ€? no depilándose y dejándose el cabello corto-.
Lo que está claro es que, hasta ahora, todas las construcciones culturales de la masculinidad han apelado a la violencia, a la fuerza, a la agresividad como distintivo de su condición. Es decir: el triunfo se asocia con la superación sobre el otro, con su derrota.
¿Puede construirse una masculinidad sin necesidad de apelar a ese estereotipo? Pregunta que nos puede hacer pensar respecto a cómo construir un nuevo modelo de sociedad basado en la horizontalidad, en el compartir poderes y no en la imposición violenta y jerárquica del que está arriba.
Pensar hoy en si se puede ser varón sin ser violento es como pensar en una sociedad libre de fuerzas armadas: quizá suene quimérico, pero ahà está el reto. La construcción de una sociedad nueva, solidaria y no basada en la fuerza bruta, va de la mano de nuevas y superadoras relaciones de género donde nadie domine a nadie, donde “coger� a otro no sea perjudicarlo sino una de las cosas más bellas. |
This work is in the public domain |
Comentaris
¿Se puede ser varón sin ser violento?
|
per Filòsof |
09 abr 2006
|
[..] La identidad masculina se construye en torno al arquetipo de héroe. Sin embargo, el héroe no es más que un macho maquillado con cierta sofisticación simbólica. Y tanto en el macho como en el héroe, la incapacidad afectiva se correlaciona bien con un tipo de identidad masculina agresiva y violenta. En estos momentos, las transformaciones de la identidad masculina definen un escenario de crisis sobre el que las agencias de salud pública y la OMS deberÃan intervenir de inmediato. Respecto a la salud pública, la consigna a emitir de cara a prevenir el problema serÃa: “Ser macho mataâ€?. Y eso en un doble sentido. En primer lugar, las agresiones sexuales y la violencia doméstica plantean un problema sobre el que es preciso actuar con urgencia. En muchos varones se da la tendencia a competir entre sà de manera agresiva. Compiten por lograr el dominio y el sometimiento de los demás (son incapaces de llegar a acuerdos consensuados al respecto). Y ese ejercicio de dominio y control lo dan por supuesto en sus relaciones con las mujeres, hasta el punto de agredirlas cuando ellas pretenden ejercer algún derecho, por pequeño que sea. En un contexto social en el que las prácticas polÃticamente correctas han hecho de los espacios públicos lugares protegidos, algunos varones ejercen su poder de manera contundente en la esfera doméstica, que es el último reducto donde pueden seguir siendo poderosos.
En segundo lugar, queda claro que la identidad masculina clásica (que es la más extendida) es altamente nociva para quienes la ejercen. Una de sus peores consecuencias tiene que ver con un ejercicio de dramatización sobreactuada que implica estrés, tensión y ansiedad. Muchos infartos tienen que ver con ello. La masculinidad, que en la subcultura gay es una metáfora para la construcción erótica del deseo, se convierte en el universo heterosexual en algo real a lo que hay que adecuarse. Hay que ser macho de manera constante, todo el tiempo, sin descanso. Y lo que es más importante: Hay que hacer saber a los otros que se es macho. Hacerles saber que no se admiten intrusiones en su espacio ni en su zona de poder. Esos espacios y esas zonas de poder incluyen a las mujeres. Pero, curiosamente, incluyen también los aparcamientos para coches; hay varones que se pelean por ellos. Y tienen accidentes de tráfico porque no pueden soportar que alguien les adelante. Y tienen accidentes laborales porque entienden que respetar las normas de seguridad es poco masculino. Y padecen alcoholismo por que beber es de hombres. Y mueren por intentar demostrar que no son unos cobardes. Y pelean y matan si alguien menciona a sus madres, porque como varones entienden que deben proteger la honra femenina, por mucho que las mujeres insistan en que no es necesario. Y, por supuesto, se enfadan si su masculinidad es cuestionada; los varones (en especial los heterosexuales, pero no sólo ellos) soportan mal que se les llame maricas.[…]
EXTRET DE:
"LA CRISIS DE LA HETEROSEXUALIDAD"
OSCAR GUASCH
EDITORIAL LAERTES |
Re: ¿Se puede ser varón sin ser violento?
|
per Fenrir |
09 abr 2006
|
Los hombres, y las mujeres también, somos violentos porque el mundo es violento. Por cierto que la violencia no la ejerce quien quiere sino quien puede. |
Re: ¿Se puede ser varón sin ser violento?
|
per La crisis, es sobretodo del pensamiento |
09 abr 2006
|
"...Esos espacios y esas zonas de poder incluyen a las mujeres. Pero, curiosamente, incluyen también los aparcamientos para coches; hay varones que se pelean por ellos. Y tienen accidentes de tráfico porque no pueden soportar que alguien les adelante. Y tienen accidentes laborales porque entienden que respetar las normas de seguridad es poco masculino. Y padecen alcoholismo por que beber es de hombres. Y mueren por intentar demostrar que no son unos cobardes. Y pelean y matan si alguien menciona a sus madres, porque como varones entienden que deben proteger la honra femenina..."
¿Quiere decir esto que las mujeres que no quieren aparentar ni ser machos, no tienen broncas ni accidentes de tráfico; tampoco sufren accidentes laborales ni se ven afectadas por el alcoholismo o la violencia si les mientan a los suyos...?. Desde la imposición de la moralidad cristiana y con la aparición del pecado y los tabúes sexuales, sobre todo, tanto hombres como mujeres, preferentemente en las sociedades llamadas del bienestar, en algún(os) momento(s) de sus vidas han tenido dudas sobre su identidad sexual. En épocas que esa identidad no se ajustaba a "lo correcto" oficialmente, el espacio de la sexualidad estaba cubierto por la heterosexualidad porque era la única forma de sexualidad que se podía reconocer; de otra manera unx debía de verse sometido a la burla, el escarnio, el acoso, e incluso la agresión o la prisión. En estos tiempos que corren, en ese espacio de la sexualidad, la heterosexualidad debe de compartirlo con las otras manifestaciones de sexualidad, pero eso no significa que la heterosexualidad esté en crisis, sino que "lo correcto" sexualmente, abarca otras opciones y eso puede parecer que las que antes eran únicas, ahora son cuestionadas, pero, en mi opinión, nada más lejos de la realidad. Siguen siendo tabúes muchas prácticas sexuales, entre ellas la más temida por la cultura occidental cristiana, el incesto.
Todavía estamos muy lejos del reconocimiento que determinadas prácticas sexuales tenían en épocas tan lejanas como "clásicas", en las que se ha inspirado nuestra cultura y por ello nadie se plantea que la homosexualidad o la bisexualidad, estén en crisis. La apariencia de crisis de la heterosexualidad, en gran parte se produce, por la distorsión mediática que se está haciendo en todos los sentidos y sobre todo en resaltar que es un hosexual el que gana tal o cual programa basura y no una persona que, como casi todas, tiene una vida sexual. Esos mismos medios, siempre destacan estereotipos muy concretos de "machos", de "maricas", de "maricones" de "bolleras", de "todo terrenos", de "multiorgásmicas" o "polieyaculadores"...que han hecho de su práctica, una condición que airean de diferentes maneras, pero siempre siendo cómplices de esta sociedad del espectáculo como si fuesen "freakis" o "monstruxs extraordinarixs". Sin embargo las personas que viven y gozan su sexualidad con toda naturalidad y de la manera que desean, no cuentan. Esta es una de las condiciones por las que hay tanta gente que esgrime su sexualidad para conseguir la fama, y para ello hay que gritarmás que nadie y hacer pública la práctica sexual más increible e imposible y con más cicatrices de quirófano. Al ser noticia permanente todo este tipo de personajes, la sensación que se tiene es que lo heterosexual está puesto en entredicho, pero lo heterosexual sólo se pone en entredicho, cuando desde esa posición se niegan los deseos hacia otras manifestaciones sexuales, tanto ajenas como propias, de ahí gran parte de los conflictos... y muchas violencias. |
Re: ¿Se puede ser varón sin ser violento?
|
per También |
10 abr 2006
|
Esa Testosterona !!!! |
|
|