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Malestar en Le Monde diplomatique
07 abr 2006
El Monde diplomatique atraviesa una grave crisis que podría poner en tela de juicio por mucho tiempo su línea editorial. El redactor en jefe del periódico y su adjunto –ambos a cargo de la sección Cercano Oriente—fueron reemplazados en enero; el segundo grupo accionista del periódico es recriminado; un artículo del intelectual de origen palestino Edward Saïd ha sido censurado en algunos párrafos críticos con la ONU, Israel y los EEUU; algunos miembros de la redacción han intervenido directamente en un premio literario hasta entonces independiente. Esto se suma a los millones de euros prestados por la publicación mensual al grupo Le Monde, cuyas cajas se encuentran crónicamente vacías, mientras que la difusión del Dipló va en decadencia y que el equilibrio de las cuentas sólo reposa en los productos derivados. En nuestra condición de responsables de la asociación de Amigos del Monde diplomatique, nos alarmamos ante esta situación.
Por
Cyril Berneron, Administrador de la asociación Amigos del Monde diplomatique, responsable del premio de los Amigos del Monde diplomatique;
Bernard Dauphine, corresponsal de Amigos del Monde diplomatique en Carcassonne, Francia;
Claudine Faehndrich, miembro del Colegio de fundadores, ex corresponsal de Amigos del Monde diplomatique en Neuchatel, Suiza;
Halima Zouhar, Administradora de la asociación Amigos del Monde diplomatique


El premio de los Amigos del Monde diplomatique

Procedamos a un análisis de lo que sucede en el seno de la publicación mensual, comenzando por lo que podría ser considerado como los hechos más benignos.

Creado en 2002 por la asociación de lectores del periódico, (Amigos del Monde diplomatique – accionista del periódico en un 25%), el premio de los Amigos del Monde diplomatique correspondiente al año 2005 no ha sido otorgado. El comité de organización rechazó la concesión de este premio como protesta contra la injerencia de ciertos periodistas de la publicación mensual en la selección de los libros y su tendencia a la censura.

El premio estaba apadrinado por los premios Nobel Dario Fo y Jose Saramago así como por el cineasta Costa Gavras y el escritor Jose Luis Sampedro, todos de acuerdo con la decisión expuesta.

Inspirándose en el funcionamiento de Livre Inter, se estableció que el premio sería otorgado por los lectores del Monde diplomatique.

De acuerdo a estos fines, el comité de organización procedería simultáneamente a una preselección de los libros que competirían y a la de un jurado, que será el que finalmente dictamine a quien se otorga el premio.

Los libros serían elegidos entre las publicaciones del año precedente, siendo categorizadas como: ensayos, documentos, o análisis (políticos, históricos, económicos). Partiendo de una selección que comprendiera de treinta a cuarenta textos, el comité llegaría a través de lecturas y debates sucesivos a una selección de cinco libros. Simultáneamente, un llamamiento a candidaturas sería publicado en el Monde diplomatique.

El jurado había sido compuesto de acuerdo con los criterios de diversidad e independencia de pensamiento. Los jurados provenían en su mayoría de Francia, pero incluían también lectores residentes en otros países. A partir de 2003, siguiendo el objetivo de resaltar la diferencia entre los miembros del comité de organización y aquéllos del jurado, la elección de los miembros del jurado habría sido confiada al responsable del premio, Cyril Berneron –en aquel momento la única persona común a ambos grupos.

El jurado, constituido por nueve lectores, recibiría en septiembre los cinco libros seleccionados y se reuniría durante una jornada a finales de noviembre para debatir y premiar el libro escogido. Durante aquella jornada, los jurados actuarían con total libertad y el responsable del premio se contentaría con la organización del debate.

El premio había sido otorgado desde 2003 en la Asamblea Nacional, el parlamento francés, sitio elegido para resaltar que esta recompensa tenía como fin promover el debate de ideas. En diciembre de 2004, la Sorbona se había además asociado al premio invitando al galardonado a dar una conferencia el día del acontecimiento.

Desde su creación, el premio había sido dado a Michel Warschawski (Sur la frontière), Howard Zinn (Une histoire populaire des Etats-unis) y Raoul-Marc Jennar (Europe, la trahison des élites).

Presiones

En tiempos de la preparación del premio 2005, el comité de organización estableció una preselección compuesta por 29 libros. Como cada año, los miembros de aquel comité se abocaron a la lectura de los candidatos antes de reunirse para afinar la elección. Sin embargo, este año, fuertes presiones fueron ejercidas a fin de obtener, discreta y, ante la resistencia, públicamente, que se retirase un libro de la lista.

Durante los años precedentes, se habían ejercido presiones de vez en cuando y de forma discreta (en particular con respecto al libro de la periodista Florence Aubenas y del psicoanalista Miguel Benasayag, Résister c’est créer), pero el rechazo neto del comité había sido suficiente para cerrar la cuestión.

El libro que este año ha puesto en tela de juicio los valores y la transparencia y la libertad de expresión típicos tradicionalmente del Monde diplomatique es Le Mur de Sharon (El Muro de Sharon), de Alain Menargues, publicado por Presses de la Renaissance.

Ante la resistencia de los miembros del comité de organización a las presiones, el director de la publicación, Ignacio Ramonet, se sintió obligado a tomar posición ante el consejo de administración de la asociación el 18 de junio de 2005. Acto seguido a su toma de la palabra, el consejo votó una censura de este libro:

“Teniendo en cuenta la posición inaceptable asumida por Alain Menargues en su libro Le Mur de Sharon, el Consejo de Administración de los Amigos del Monde diplomatique decide retirar este libro de la lista de elecciones posibles para la atribución de su premio anual�.

Precisemos esta obra no ha sido ni atacada jurídicamente, ni mucho menos condenada.

Además, el consejo solicitaba al mismo tiempo a los corresponsales de la asociación (que cuenta con más de 60 grupos alrededor del mundo, organizando mas de 500 conferencias al año) que no recibiera al autor del libro incriminado. Se trataría de la primera vez en la historia de la asociación (nacida en 1996) en que el consejo intervendría en el funcionamiento hasta aquí totalmente libre e independiente de los grupos locales:

“El Consejo solicita a los corresponsales locales de los Amigos del Monde diplomatique que no se invite al autor de esta obra a conferencias-debates. Esto se decide a fin de no perjudicar la imagen del periódico y su línea sobre el conflicto de Cercano Oriente.�

Tres meses mas tarde, durante el consejo de administración del 21 de septiembre, éste resolvió modificar las reglas de funcionamiento del comité de organización a fin de evitar en un futuro las manifestaciones de independencia:

 Se decidió añadir al grupo un miembro de la redacción del Monde diplomatique cuya función sería la de validar a priori la selección de libros en las listas sucesivas. Anne-Cecile Robert, quien podría ser nombrada redactora en jefe adjunta, aceptó aquel papel.
 Se decidió añadir dos personas al responsable del premio para efectuar la selección de los jurados.
 Se decidió dejar de contar con los servicios del comisionado de prensa para el premio Amigos del Monde diplomatique.

Acto seguido a estas disposiciones, el comité de organización del premio se reunió para llegar a un acuerdo. Se decidió por unanimidad menos un voto (7 a favor, uno en contra) que esta censura era inaceptable, que el premio no sería otorgado en 2005 y que estas acciones contrarias a los valores del Monde diplomatique y la Asociación de Amigos del Monde diplomatique serían expuestas públicamente, ya que ambas instituciones deberían afirmarse “al servicio del debate de ideas�.

Siendo interrogado por Olivier Costemalle del periódico Libération, el secretario general de la asociación, Dominique Franceschetti, respondió “No podemos aceptar cualquier libro en el nombre del debate de ideas�.

La asociación belga de los Amigos del Monde diplomatique, presidida por el senador Pierre Galand, afirmó su apoyo al comité de organización en una carta a las instancias dirigentes de la asociación francesa y del periódico.

Malestar

Esta situación no es un caso aislado. Una crisis se gesta desde hace meses por el control de la publicación mensual –y asistimos actualmente a profundos cambios en el seno del Dipló y de su estructura accionarial.

Hacia el 1 de enero, el equipo de la dirección se modificó fundamentalmente. El redactor en jefe, Alain Gresh, y su adjunto, Dominique Vidal, fueron remplazados (respectivamente por Maurice Lemoine y Serge Halimi). Ignacio Ramonet, el director de la publicación, dejará el puesto este año.

En la sede del periódico, varias interpretaciones son manifestadas en lo concerniente a estos cambios. Públicamente se sostiene que Alain Gresh habría voluntariamente abandonado el puesto ingrato de redactor en jefe de este periódico influyente a fin de poder ocuparse plenamente del sitio Internet de la publicación. Pero en privado, ciertos redactores explican anónimamente que las tensiones en el seno de la dirección eran tan grandes que se habría vuelto imposible para el redactor jefe y su adjunto el trabajar en unas condiciones aceptables.

¿Cambio de línea editorial sobre Cercano Oriente?

Si la cuestión es conocer la causa de las tensiones, la primera respuesta concierne las conexiones entre la asociación Attac y el Monde diplomatique. Según confidencias hechas al periódico Canard Enchaîné y a Libération, Gresh y Vidal no habrían aceptado la intervención de Ignacio Ramonet en la crisis que sacude actualmente la dirección francesa de la asociación Attac.

Según nuestros informantes, el cambio a la cabeza del Monde diplomatique se debe en realidad a una cristalización entorno a la gestión de las cuestiones ligadas al Cercano Oriente en el periódico. Se habrían originado presiones en el sentido de un posicionamiento más condescendiente para con la política del Estado de Israel.

Además de solicitudes internas provenientes del accionista principal del Monde, la redacción ha sido objeto de presiones externas. El periódico, y en particular Dominique Vidal, así como su accionista Los Amigos del Monde diplomatique, se encuentran en la mira de l’Arche, la publicación del judaísmo francés.

Se asistió entonces a un debilitamiento de la línea editorial que impulsaría al Monde diplomatique a retomar en julio de 2005 un artículo del intelectual de origen palestino Edward Said (fallecido en 2003), publicada dos años antes en lengua inglesa, procediendo a recortes que cambiarían el sentido de lo expuesto, haciendo desaparecer sus críticas a Israel, la ONU y los Estados Unidos. Varias revisiones del artículo y de sus recortes circulan en Internet y probablemente perjudicarán por mucho tiempo la imagen del periódico.

Grandes maniobras en el seno de la Sociedad Anónima

Jurídicamente, el Monde diplomatique es una sociedad anónima cuyo capital es compartido por tres accionistas:

- el grupo Le Monde posee 51% de las partes,
- la Asociación Amigos del Monde diplomatique (lectores del periódico) posee 25% de las partes,
- la asociación Gunter Holzmann (personal del periódico) posee 24% de las partes.

La asociación Amigos del Monde Diplomatique es a la vez accionista del periódico y organizadora de conferencias-debates por intermedio de sus grupos locales presentes en Francia, Europa, América del Sur y �frica.

A partir de abril de 2005, varios sucesos han acaparado la opinión pública:

- En junio, la renovación de su consejo de administración fue objeto de intensas confrontaciones entre la dirección del periódico y la dirección de la asociación.
- En julio, la nueva oficina de la asociación fue impuesta al consejo como un golpe de fuerza.
- En septiembre, la oficina retomó cada actividad de la asociación y centralizó su funcionamiento.
- En diciembre, se decidió la modificación del funcionamiento de grupos locales de la asociación.

Además de la toma del premio de los Amigos del Monde diplomatique, la estructura descentralizada de la asociación, que permitía la organización de conferencias-debates, se ve manipulada. El objetivo es el control de la actividad de los grupos locales, en particular con miras a impedirles que hagan llegar conferenciantes no conformes a las orientaciones de las instancias dirigentes del periódico y de la asociación (lo que podría ser legítimo si esto último no fuera basado en la intención de desarrollar el debate de ideas).

La oficina decidió entonces modificar la difusión de las informaciones concernientes a las conferencias. El correo postal enviado mensualmente a los miembros residentes en un departamento activo del país debería ser reemplazado por correo electrónico. ¿Medida económica eficaz? Sin duda, pero presenta un problema cuando el número de socios con correo electrónico no excede el 10%...

Ciertas conferencias se anuncian ciertamente en el periódico, pero no todas –por falta de sitio—o, a veces, a fin de que no se publicite demasiado a un conferenciante que no entre perfectamente dentro de la “línea� del periódico.

En cuanto al sitio Internet de la asociación, las páginas que promovieran ciertos debates cuyo invitado disgustara al grupo dirigente han sido suprimidas antes de la conferencia (a veces incluso después, lo que significa una practica sorprendente de reescritura de la historia).

Ante reacciones negativas de los representantes de grupos locales, la oficina ha finalmente aceptado que se mantenga el envío de cartas a los adherentes y que no se utilice el correo electrónico más que para aquellos que dieran explícitamente su acuerdo.

¿Pero qué puede impulsar a una Asociación a querer liberarse de 90% de sus miembros? En el seno de la estructura, el malestar ante esta pregunta es imponente.

Durante la asamblea general de 2005, un episodio ya había llamado la atención de ciertos miembros y un administradora de Amigos del Monde diplomatique recientemente elegida, Halima Zouhar, había sentido la necesidad de publicar en Internet una serie de alegaciones referentes a propósitos xenófobos de los cuales había sido victima en presencia de miembros de la redacción que no habrían reaccionado ante ellos.

¿Puesta en tela de juicio de la estabilidad financiera?

Activos líquidos de varios millones de euros están en juego, al mismo tiempo que el control de un medio influyente.

Todo esto adviene, en efecto, en un momento cuando el Monde diplomatique conoce una importante baja de sus ventas en lengua francesa (-25% de ventas en los kioscos, -12% de ventas globales). El periódico anuncia 65.000 ejemplares mensuales vendidos en kioscos, 70.000 abonados y 70.000 ejemplares en francés vendidos en el extranjero. Mientras que su difusión continuaba a la baja en 2005, el director general, Bernard Cassen, confiaba a los accionistas a principios de febrero de 2006 que el periódico se encontraba en estado deficitario y no equilibraría sus cuentas de no ser gracias a sus productos derivados (CD-rom, agenda, atlas, ediciones extranjeras…).

La dirección del periódico decidió entonces en 2005 diversificar sus ingresos mediante la promoción de su marca a través de viajes organizados y a través de distintos tipos de experiencias culturales. Estas dos iniciativas han sido consideradas de manera más o menos crítica, en particular dado que el mercado para estos productos sería la franja de altos ingresos entre los lectores de la publicación, no siempre en acuerdo con las aserciones altermundialistas del periódico (la estadía de una semana en El Cairo “introducción al Islam� variaba de 1970 a 3050 euros, la jornada de cursos costaría 540 euros).

Otras críticas concernientes a los viajes pondrían en tela de juicio la cuestión de la pertinencia de la elección de las personas invitadas como ponentes y la utilidad de viajar a Egipto para escucharlas: ninguna personalidad egipcia estaría presente, ya que casi todos los ponentes serían originarios de Francia.

Préstamo de varios millones de euros

Más seriamente, en el momento de los cambios de accionariado en el seno del grupo Le Monde, crónicamente deficitario, y de la posibilidad de entrada al capital de Lagardère, un gigante de la industria de la defensa y de los medios de comunicación, varias preguntas se presentan. Por un lado, estos cambios, ¿tendrán consecuencias para la publicación?. ¿Para su línea editorial?. ¿Para su perennidad?. Por otro lado, el Monde diplomatique que prestó durante estos últimos años millones de euros al grupo Le Monde, ¿debe pedir una restitución?. ¿Modificaría esto el equilibrio entre su accionariado?.

La toma del segundo accionista, los Amigos del Mundo Diplomático, creado para asegurar la independencia de la línea editorial de la publicación, debe ser puesta en esta perspectiva… Lo que no deja de preocupar a quienes firman este texto.

Direcciones en Internet:

Postura de Alain Menargues:
http://www.oulala.net/Portail/article.php3?id_article=1864&var_recherche

Comunicado de presa conjunto, titulado Censura en la orbita del Monde diplomatique
http://www.agence-paf.net/article.php3?id_article=131

Los 2 artículos de Liberación
http://bellaciao.org/fr/article.php3?id_article=22052
Y
http://bellaciao.org/fr/article.php3?id_article=23408

Edward Said
http://www.oulala.net/Portail/article.php3?id_article=1869

Halima Zouhar
http://www.emarrakech.info/index.php?action=article&id_article=173305


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This work is in the public domain

Comentaris

Re: Malestar en Le Monde diplomatique
07 abr 2006
Está claro que no interesa un periódico de izquierdas de difusión mundial. Secretas y topos entrarán allí adentro y socavaran su difusión normalizada además de tergiversar su línea editorial.

Alerta!!
Re: Malestar en Le Monde diplomatique
07 abr 2006
Así los hermanos Sastre seguro que rondan por ahi, por lo de topos e infiltrados
Sindicato Sindicat