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Notícies :: criminalització i repressió |
Testimonio de Daleo Graciela a 30 años y una semana del golpe en Argentina. La impunidad continua.
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per D.G.B. |
02 abr 2006
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Las leyes de "obediencia debida" y "punto y final" dictadas por los mismos jueces que habian estado ejerciendo en la dictadura(porque entre otras, no se depuro el sitema judicial,si no que continuaron ejerciendo los mismos )dejo impunes a cientos de genocidas militares y funcionarios de distinta ralea, que aún hoy, y desde sus altares, se atreven a golpear abuelas (de la plaza Mayo) , a seguir asesinando y a formar "patucas" en comandos paramiliKos como el "24 de Marzo".Eso y mucho mucho mas.
Testimonio de Graciela Daleo superviviente de la siniestra ESMA-(escuela mecanica de la armada).
Juicio a las Juntas, 18 de julio de 1985.
Que la memoria no... |
Daleo, Graciela Beatriz
Empleada - Juicio a las Juntas, 18 de julio de 1985
Dr. López: Se llama al estrado a Graciela DALEO.
Dr. Arslanián: ¿Hay alguna circunstancia personal que pueda perjudicar su imparcialidad?
Daleo: No, estuve secuestrada en la ESMA, pero eso no afecta la imparcialidad de mi testimonio.
Dr. Arslanián: ¿Puede decir al tribunal cuándo fue detenida o privada de su libertad.?
Daleo: El 18 de octubre de 1977.
Dr. Arslanián: Explique en qué circunstancias.
Daleo: El 18 de octubre de 1977, yo me dirigÃa de mi casa a mi trabajo. Iba a tomar el subterráneo en la estación Acoyte; y cuando estaba entrando al subterráneo, ya en la estación, yo me acercaba para subir al vagón, una persona que estaba vestida de civil, recuerdo que tenÃa una boina puesta, se acercó prácticamente contra mi cuerpo y me dijo: PolicÃa Federal, señorita, me va a tener que acompañar por drogas. Entonces frente a eso yo me puse a gritar, me eché atrás y se me tiraron encima varias personas de civil también, me golpearon, caà al piso, me siguieron golpeando; después me levantaron, yo seguÃa gritando, dije mi nombre, que me llamo Graciela DALEO, que me están secuestrando, que me van a matar, por favor avisen a mi familia; todo eso en medio de golpes que inclusive me sujetaron del cuello para que no me saliera la voz; alcancé a decir el número de teléfono del trabajo de mi padre, bueno me siguieron golpeando, me esposaron los brazos a la espalda...
Dr. Arslanián: ¿Entonces usted temÃa ser vÃctima de un acto de esa naturaleza, un secuestro?
Daleo: HabÃa dos cosas: yo milito desde los 17 años en la Juventud Peronista y en las circunstancias en que se estaba viviendo en la Argentina sabÃa qué era lo que estaba pasando, que habÃa persecuciones a militantes polÃticos y aparte porque semejante hecho, nunca he tenido nada que ver absolutamente nada con drogas, ni siquiera fumo cigarrillos corrientes.
Bueno, me sacaron, yo alcancé a ver que habÃa mucha gente, eran aproximadamente las once de la mañana; habÃa mucha gente en la estación, inclusive hubo gente que se acercó a decir qué pasa y estas personas armadas se ocuparon de echarlas y decÃan: es por drogas, es por drogas, mientras subÃa la escalera se me habÃan salido los zapatos. Me pusieron los zapatos, me llevaron prácticamente en el aire, me sacaron a la calle y en la calle mientras subÃa la escalera empecé a gritar de vuelta, me volvieron a agarrar del cuello para que no gritara; me dijeron: no vas a gritar más, yo decÃa que no con la cabeza, pero cuando llegué a la calle empecé nuevamente a gritar; cuando me volvieron a agarrar del cuello me llevaron hasta la calle Acoyte donde habÃa estacionado, yo alcancé a ver un Falcon de color beige claro, cuando me iban a meter en el coche me pusieron una capucha, me introdujeron en el Falcon y me tiraron en el piso del coche en la parte de atrás y subieron, creo que eran cuatro o cinco personas.
Dr. Arslanián: ¿Todas las personas éstas estaban de civil?
Daleo: Todas las personas que yo vi estaban de civil, entonces entraron, pusieron sus pies encima mÃo y yo estaba boca abajo encapuchada y con los brazos esposados a la espalda, entonces me dijeron: te llevamos a la Escuela de Mecánica de la Armada, entonces aparte de esto yo lo que supe después es que mi padre recibió dos llamadas telefónicas de dos personas que presenciaron el secuestro avisándole qué habÃa sucedido conmigo, entonces mi madre hizo la denuncia de mi desaparición, presentó un recurso de corpus corpus que tengo acá la documentación, ahora se la entrego...
Dr. Arslanián: No, no, luego.
Daleo: Bueno, donde la respuesta fue que no, es negativo, que no se sabÃa dónde estaba y que no me buscaba ninguna fuerza; bueno el auto iba rapidÃsimo, el trayecto a mi me pareció una eternidad, pero yo entiendo que al haberme dicho que me llevaban a la Escuela de Mecánica, me llevaron directamente hacia allá; me bajaron del coche, me llevaron prácticamente en vilo, también me hicieron entrar, subir unos escalones, después bajar unos escalones. Prácticamente yo no era la que subÃa ni la que bajaba, sino que me llevaban. Me introdujeron en un cuarto; todas esas cosas después yo las he podido identificar. Me introdujeron en un pequeño cuarto donde me sacaron la capucha y parte de la ropa, recuerdo que me dejaron la camisa, me sacaron la pollera, las medias, los zapatos, aparte de la ropa interior; me ataron a un camastro, un elástico que tenÃa encima un poco de espuma de goma, me ataron con unas sogas las piernas y los brazos abiertos y ahà unas personas entraron. Una se identificó como Duque, que después lo identifiqué como Capitán (R) Francis WASMAN, y otra persona que se presentó diciéndome que él era Trueno, que después identifiqué como el teniente de NavÃo PERNIA. Entonces me dijeron que bueno, estaba en sus manos, que si yo no querÃa hablar me iban a aplicar la picana eléctrica, en realidad según sus palabras fueron: “Te vamos a dar máquina y acá vas a hablar, entonces vas a contar todo, quiénes son tus compañeros, qué hacésâ€?. Me iban a interrogar sobre mi actividad polÃtica fundamentalmente; entonces , como yo dije que no tenÃa nada que decir, empezaron a aplicarme. PERNIA empezó a aplicarme descargas eléctricas, empezó por las rodillas, digamos, empezó fundamentalmente la parte del cuerpo entre las rodillas y el pecho insistiendo mucho en la entrepierna, en la vagina, en los pechos...
Dr. Arslanián: ¿La interrogaban a medida que era vÃctima de la tortura?
Daleo: SÃ.
Dr. Arslanián: ¿Sobre qué la interrogaban señora?
Daleo: Bueno, me interrogaron sobre varias cosas, o sea me interrogaban y me acusaban, me interrogaron desde sobre mi vida sexual y mis relaciones, con si salÃa o no salÃa, si tenÃa novio, si no tenÃa novio, qué tipo de relaciones tenÃa hasta dar con mi militancia polÃtica; como yo dije antes he militado en la Juventud Peronista desde joven, he hecho trabajos en villas, he estado inclusive en la Acción Católica, en el Movimiento Femenino Cristiano, me preguntaron absolutamente de todo y además me interrogaron también, mejor dicho, me acusaban de haber cometido, de haber participado en actos delictivos...
Dr. Arslanián: ¿Qué actos delictivos?
Daleo: Por ejemplo asesinato, asalto al cuartel de Formosa, a Monte Chingolo, haber puesto bombas y mientras me estaban interrogando, el interrogatorio se hacÃa estando yo encapuchada en parte, y en parte la capucha se me salÃa cuando las descargas eléctricas eran tan fuertes que mi cuerpo se contorsionaba, yo especialmente trataba de hacer lo posible para que se me cayera la capucha, porque digamos la tortura y las descargas eléctricas son espantosas cuando uno no sabe dónde se las van a aplicar, yo sentÃa que era todavÃa más dolorosa, y eso a PERNIA, que era el que me estaba aplicando la picana, lo ponÃa especialmente mal; hija de puta, perdón, pero éstas eran sus palabras, no te saqués la capucha; otra cosa que lo enfurecÃa mucho era que rezaba; yo rezaba a los gritos un Ave MarÃa tras otro y él me decÃa: “No recés, hija de puta, no recésâ€?. O sea como detalle contradictorio con esto recuerdo por las veces que se me cayó la capucha que PERNIA tenÃa en el cuello una o dos cadenas -no recuerdo cuántas- pero donde tenÃa colgado un crucifijo, una medalla de la Virgen Milagrosa y donde una de las cosas terribles que digamos que recuerdo que me decÃa es: “Acá no vas a venir a hablar de que estamos violando los derechos humanos, no te vas a venir a quejar de estoâ€?. Otra cosa que me decÃa era: “Acá tenemos todo el tiempo del mundo, el tiempo no existeâ€?. Y era muy terrible, porque uno sabÃa que era asÃ, que estaba en manos de ellos, mientras estaba en este proceso interrogatorio paró varias veces, salÃa a la puerta, le pedÃa al guardia que estaba afuera que le trajera agua; el guardia le traÃa agua, me la echaba sobre el cuerpo y seguÃa aplicando las descargas eléctricas.
Dr. Arslanián: ¿Dentro de este interrogatorio le preguntaban por el nombre de personas, por alguna persona?
Daleo: SÃ, me preguntaban con qué gente me veÃa, dónde vivÃa, a qué casas o dónde habÃa ido o dónde repartÃa volantes. Me preguntaron también sobre mi trabajo. Yo habÃa trabajado en la Bodega Calise en el año ’74 y mitad del ’75, sobre qué sabÃa sobre eso, y yo decÃa hace tiempo que no trabajo ahÃ; yo ya habÃa dejado de trabajar ahà hace tiempo y mientras me estaban entrevistando entraron en distintas oportunidades, hicieron entrar gente, a Anita BATMAN, que es una persona que yo conocÃa de afuera, que la habÃa conocido en la actividad polÃtica, no recuerdo si en una asamblea o en un acto polÃtico...
Dr. Arslanián: ¿También pertenecÃa a su agrupación?
Daleo: No exactamente a mi agrupación, digamos era de la Juventud Peronista, también que era algo más amplio digamos que una agrupación; entonces después supe, asà me lo comunicaron otros prisioneros, esta persona es la que yendo en un auto con ellos me habÃa visto en la calle y me habÃa lo que se llama, me habÃa marcado, y después entró otra persona, entre las otras personas que entraron, entró una persona de nombre Federico IBÃ?ÑEZ, yo quiero denunciar ante el Tribunal que hace dos dÃas recibà en mi casa una carta firmada por esta persona donde se reproducen también las acusaciones que se me hacÃa, que me hacÃa el teniente PERNIA cuando me interrogaba en las que me intentaba incriminar, si yo...
Dr. Arslanián: ¿Esta carta que usted recibió la mandaba Federico IB�ÑEZ?
Daleo: SÃ, está firmada, no sé si es su firma, si usa su nombre digamos o la carta la manda él...
Dr. Arslanián: ¿Esto tenÃa un propósito? ¿Usted lo ha interpretado como un propósito intimidatorio?
Daleo: Exactamente; como un propósito intimidatorio, además yo conocà a esta persona, a IBÃ?ÑEZ lo conocÃa, porque a él también lo conocÃa de la Acción Católica y también después trabajó en la Bodega Calise.
Dr. Arslanián: Este señor Federico IB�ÑEZ, ¿no sabe usted que fue de él, después; si recuperó su libertad o no?
Daleo: No; lo que sà supe, mientras estaba prisionera en la Escuela de Mecánica de la Armada, que él gozaba de un status especial , que entraba y salÃa de la escuela; según él mismo habÃa dicho, tenÃa lo que se llamaba un TIN, que es una Tarjeta de Identificación Naval, que tenÃa un coche asignado, un Peugeot 504 azul y que entraba y salÃa armado; yo nunca lo vi armado, lo vi en muy pocas oportunidades en la Escuela...
Dr. Arslanián: Pero su origen era un preso o...
Daleo: Preso, sÃ, preso...
Dr. Arslanián: Preso que tenÃa un status especial.
Daleo: Especial, exactamente, y después la otra cosa que digamos se sabÃa ahà adentro, que esta persona formaba parte de un grupo de prisioneros que colaboró con la Marina, que se encargaba de la administración de la inmobiliaria, que después tomé conocimiento, que el grupo de tareas habÃa montado para vender las propiedades que pertenecÃan a los prisioneros. Esto digamos después puedo explicarlo con más detalles...
Dr. Arslanián: ¿Todo esto fue en el primer interrogatorio, el primer dÃa que usted llegó?
Daleo: Bueno, las cosas que me enteré, digamos, me las vine enterando después, o sea, pero esto de esta gente que entraba eso sà fue el primer dÃa, le digo...
Dr. Arslanián: ¿Cuántas veces, señora, fue interrogada usted mediante tormentos?
Daleo: El primer dÃa mediante tormentos fÃsicos, solamente el primer dÃa.
Dr. Arslanián: ¿Luego fue sometida a otros interrogatorios?
Daleo: Interrogatorios que revestÃan otro carácter, digamos, y que tenÃan otra forma de expresión. En cuanto al primer dÃa, me falta agregar que bueno, ya eran aproximadamente las siete de la tarde, lo se porque PERNIA tenÃa un reloj puesto y yo pude ver la hora; yo habÃa sido secuestrada alrededor de las once de la mañana. PERNIA me dijo: “Bueno, como no querés hablar, yo ya te dije que te vas parta arribaâ€?. HabÃa varias expresiones con las cuales ellos se referÃan a la muerte, una te vas para arriba, la segunda es vas a ir hablar con Natalio, cosa que al principio no entendà pero después me explicaron qué era, hacÃa poco que habÃa muerto Bonavena y entonces la referencia de ir a hablar con Natalio era que el destino que me esperaba era la muerte.
Dr. Arslanián: Una pregunta, en ese momento, a raÃz del interrogatorio vinculado con su trabajo en las Bodegas Calise, ¡le preguntaron algo en especial sobre las Bodegas Calise, formación de su directorio, de los miembros que lo componÃan, etcétera?
Daleo: No, no señor, me preguntaban: “Decà qué pasa con la bodega, qué sabés de la bodegaâ€?. Y yo dije: “Hace dos años que no trabajo más allÃâ€?. Que no puedo informar nada. Entonces, bueno, le estaba explicando que después de las aplicaciones de las descargas eléctricas, también se combinaban con golpes, especialmente en el estómago con la mano ahuecada; entonces PERNIA me dijo esto: “Bueno, entonces te vamos a fusilarâ€?. Me vistieron, me desataron los brazos y las piernas, eso digamos que quedaba muy lastimado porque en las contorsiones las sogas me entraron bastante en la carne, me pusieron el saco que yo tenÃa cuando me secuestraron, me esposaron a la espalda y me sacaron. Me encapucharon nuevamente, perdón, no me encapucharon, en esa circunstancia me pusieron un anteojito -porque lo llamaban anteojito o tabique o antifaz-, me sacaron de la Escuela, del edificio donde estaba, me subieron a un coche; mientras me subÃan al coche yo sentÃa ruido de armas y ellos comentaban entre sÃ: Bueno, le vamos a pegar con ésta, le vamos a pegar con ésta; el coche yo estimo que dio unas vueltas dentro del predio de la Escuela, no puedo precisar a qué lugar me llevaron pero después de dar unas vueltas, me bajaron y entonces ahà PERNIA me volvió a decir: “Bueno, si no hablás te vamos a matar. ¿Cuál es tu última voluntad?â€?. Entonces yo pedà que me sacaran la venda de los ojos; entonces una persona que no sé quién es hizo un gesto como de sacarlo, yo lo sentà en el pelo y PERNIA, cuya voz yo reconocÃa, dijo no; qué está haciendo y entonces esta persona dijo: “Pidió que le sacaran la vendaâ€?; entonces PERNIA dijo no, y por qué querés que te saquen la venda; entonces yo dije: “Porque quiero ver cómo me matanâ€?. Entonces PERNIA dijo que no, que no me iban a sacar la venda, que cambiara, que dijera otro deseo, yo dije: “Bueno, que le avisen a mi familia que estoy muerta para que mi familia no se desespere buscándomeâ€?. “Bueno, acá se acabó todoâ€?, una cosa asà me dijo PERNIA y dispararon; entonces, después de disparar la primera vez hacÃan bromas entre ellos diciendo: “Uy, que mala punterÃaâ€?. Inclusive alguna de estas personas que intervino en el simulacro de fusilamiento en un momento empezó a tocar mi saco y decÃa: “Por qué no se lo sacamos, yo se lo quiero llevar a mi mujer, que es de buena calidad, es una lástima que se va a romperâ€?. Bueno, tres veces dispararon y después me dijeron: arrodillate, me hicieron arrodillar en el piso; el piso era césped, eso yo habÃa visto por la parte de abajo del tabique y aparte porque la arrodillarme me di cuenta; me pusieron un arma en la sien y volvieron a disparar, ahà me hicieron levantar. Después de eso me dijeron: vamos; me volvieron a subir a un coche, me volvieron a llevar al lugar donde habÃa estado antes, me volvieron a llevar a la habitación ésta, que después identifiqué como la número 13 y ahà siguió el interrogatorio, pero ya en esa circunstancia no volvieron a aplicarme descargas eléctricas, si no algunos golpes, y calculo que serÃa la medianoche; esa noción del tiempo la habÃa perdido. Me llevaron al tercer piso. Para llevarme al tercer piso sà me pusieron capucha; me llevaron al tercer piso y me arrojaron en un cubÃculo, lo que llamaban cuchas, que tenÃa dos tabiques a los costados y un pedazo de goma espuma en el piso y ahà bueno, ahà acostate; yo me quedé ahÃ, después me sacaron, al rato me llevaron ahà dentro de este mismo ámbito; me dijeron, tú número ahora va a ser el 008 y me volvieron a...
Dr. Arslanián: ¿Se le asignó un número?
Daleo: SÃ, el 008.
Dr. Arslanián: Luego de esta circunstancia que usted ha narrado, dijo que fue interrogada en otras oportunidades pero con un método, un sistema diferente o, por lo menos, no con la aplicación de picana. Los interrogatorios ¿nos podrÃa referir sintéticamente sobre qué basaban?
Daleo: SÃ, los interrogatorios posteriores en general no eran sobre hechos concretos o sobre nombres de personas, sino más bien sobre mis ideas, mi forma de pensar, mi educación, sobre cómo habÃa vivido antes, sobre mis relaciones personales, sobre cosas, digamos, no tan particularizadas, o sea, los interrogatorios ya después que esto fue, digamos que en algunos casos revestÃan formas de conversaciones con cómo fue la metodologÃa de la Escuela de Mecánica que no era solamente con el tormento fÃsico el intento de quiebre de la gente.
Dr. Arslanián: ¿Se le asignó alguna tarea a Ud. superada esta...?
Daleo: SÃ, pasé algún tiempo en la capucha, exclusivamente en la capucha, y después en el mes de noviembre no puedo precisar...
Dr. Arslanián: ¿La capucha en el piso tercero?
Daleo: SÃ, la capucha era en el piso tercero , en una de las alas del edificio que tenÃa forma de ele, donde habÃa, de un lado, una sucesión de cuchas, lo que se llamaban las cuchas, y en frente unos cuartitos a los que se llamaba camarotes; entonces ahà en las cuchas permanecÃamos esposados, perdón, lo que me olvidé de referir es cuando me llevaron arriba allá del sótano; me pusieron grillos en las piernas, hacia fines de, calculo que estuve asà octubre y parte de noviembre, antes que se me asignara una tarea más o menos regular. En varias oportunidades en horas de la noche, bastante tarde, me sacaban de la capucha y me llevaron al otro sector del tercer piso que era el que denominaban pecera; ahà me llevaron con el antifaz puesto, también encadenada, cuando Ãbamos a entrar ahà me llevó PERNÃ?A, cuando Ãbamos a entrar al lugar, la pecera, me hizo levantar el anteojito y habÃa un guardia sentado ante una mesa que anotó en un libro de entradas, 008 o no sé qué más ponÃa, ponÃa nuestro número para registrar el movimiento de los prisioneros; y ahà en la pecera en estas oportunidades lo que se daba eran conversaciones de las caracterÃsticas que yo le decÃa, en esas conversaciones participaban algunas veces PERNIA, el teniente ASTIZ, el capitán de corbeta Jorge ACOSTA y algunos otros oficiales que en este momento no recuerdo exactamente.
Dr. Arslanián: En cuanto a esa actividad que yo le pregunté recién si le habÃan asignado puede...
Daleo: SÃ, una noche me sacaron de la capucha de la misma forma que me habÃan sacado otras veces, me dijeron, me preguntaron si yo sabÃa escribir a máquina, dije que sÃ, que yo sabÃa escribir a máquina; me dijeron: Bueno, ahora vas a escribir. Me llevaron a la pecera, me introdujeron en una de las oficinas que habÃa en este sector, entonces me sentaron delante de una máquina de escribir, me dijeron que tenÃa que pasar un trabajo que me entregaron. Ese trabajo era una monografÃa, un estudio monográfico sobre la batalla de Verdún; yo empecé a pasar el trabajo a máquina estando esposada, PERNIA después ordenó que me sacaran las esposas porque entendÃa que eso dificultaba el trabajo, entonces me sacaron las esposas; pasé el trabajo sobre la batalla de Verdún, que después supe era un trabajo para el mayor ACOSTA, que era hermano del capitán de corbeta ACOSTA, que ejercÃa la jefatura de la Sección de Inteligencia de la Escuela de Mecánica del grupo de tareas...
Dr. Arslanián: ¿Eso lo copió de un libro?
Daleo: No, no era, estaba escrito en borrador a máquina con correcciones, yo lo pasé en limpio, era una monografÃa para presentar, según se me dijo después, en la Escuela de Guerra porque este mayor ACOSTA estaba haciendo un curso en la Escuela de Guerra. Bueno, después de esa vez me volvieron a llevar la capucha y ya más adelante me llevaban... ya empecé a ir regularmente, primero al sótano, al sector del sótano que se llamaba ‘cuatro’, que también se designaba como cuatro, que es el lugar donde yo habÃa sido torturada el primer tiempo, digamos... en los desplazamientos del tercer piso al subsuelo siempre me llevaban con el anteojito puesto y ya en esa época las esposas las tenÃa adelante, no las tenÃa en la espalda y después me sacaron las esposas y seguÃa asà estando engrillada...
Dr. Arslanián: Hay algo que no me quedó claro, ¿el trabajo ese sobre la batalla de Verdún, Ud. lo hizo en la pecera?
Daleo: En la pecera, sÃ...
Dr. Arslanián: ¿Qué otro tipo de trabajos hizo...?
Daleo: Bueno, estando en el subsuelo también he pasado, ahà habÃa una máquina, era una Composer...
Dr. Arslanián: ¿Una?
Daleo: Una Composer que yo no sabÃa manejar pero aprendà a manejar ahà adentro y ahà también he pasado artÃculos periodÃsticos o sÃntesis de artÃculos de revistas en el subsuelo, digamos como cosa caracterÃstica querÃa señalar que ahà pude identificar el cuarto 13, que es en el que habÃa sido torturada, que tenÃa dos carteles adelantes, uno decÃa “Silenciao Saludâ€? y el otro decÃa “Avenida de la Felicidadâ€?. Mientras estaba en el perÃodo que estaba en el subsuelo, durante el dÃa estaba en el subsuelo y a la noche me llevaban a dormir a la capucha, comÃamos también ahà con otros prisioneros que estaban en la misma situación que yo, comÃamos en el subsuelo, lo que querÃa señalar como cosa destacada del perÃodo que he estado en el sótano es que yo estaba en el sótano en “cuatroâ€? cuando fue traÃdo el grupo de la Iglesia de Santa Cruz de las Religiosas Francesas y bueno, toda la gente que desapareció en esa circunstancia, que eso lo sé porque era una cosa que fue vox populi digamos, adentro de la Escuela...
Dr. Arslanián: Antes de pasar a esto, ¿usted podrÃa precisar si los detenidos estaban clasificados de alguna manera en virtud de la función que cumplÃan, roles que tenÃan o grado de confianza que podÃan merecer?
Daleo: SÃ, ese tipo de cosas existÃan, por un lado estaban los prisioneros que estaban en la capucha, que estaban siempre ahÃ, que solamente los sacaban de las cuchas para ir al baño...
Dr. Arslanián: ¿Esos prisioneros que estaban en la capucha no colaboraban ni hacÃan trabajos?
Daleo: Digamos no hacÃan trabajos, yo tratarÃa de usar la palabra colaboración con cuidado, por las connotaciones que puede tener acá ¿no?, habÃa prisioneros que no eran sacados nunca de capucha, que simplemente estaban ahÃ, tirados, y después habÃa prisioneros, todo esto yo después lo fui visualizando, cuando pasó el tiempo habÃa prisioneros que colaboraban activamente con la Marina. Esa colaboración activa pasaba bueno, como esta Anita BATMAN que me señaló por la calle, que inclusive ellos también como esta persona Anita, yo tuve situación de vivirlo y venÃa a hablar conmigo y ella también tenÃa charlas del estilo de adoctrinamiento, no hacÃa ver que pensaba intentar lo que yo podrÃa calificar intento de cambio de valores en mi persona, de chequear cuál era mi situación, cómo me sentÃa yo, qué pensaba...
Dr. Arslanián: Vale decir que la diferencia entre los que colaboraban y los que trabajaban, los primeros estaban adoctrinados...
Daleo: Exactamente...
Dr. Arslanián: Convertidos, por asà decirlo...
Daleo: Exactamente...
Dr. Arslanián: Los otros no...
Daleo: Las personas como yo, que realizamos tareas, que hicimos tareas pero con caracterÃsticas de lo que se podÃa llamar mano de obra esclava o sea, escribÃa a máquina ahÃ, porque eso a mi me permitió en parte ir durando dentro del campo de concentración, sin que eso significara quebrar ninguno de mis valores, o sea no dar nombres, no entregar Inteligencia digamos. No pensar para ellos y no permitir que por mà nadie sufriera lo que yo estaba sufriendo, por eso querÃa hacer esa diferenciación. Bueno, después de estar en el subsuelo durante un tiempo, en enero o a fines de diciembre, me asignan directamente a la pecera, o sea ya no bajo más al subsuelo salvo en algunas oportunidades. Después me bajaron por algunas cuestiones de tipo circunstancial cuando lo que sà estaba yo en el tercer piso, cerca de la Nochebuena, nos llevaron a un grupo de prisioneros que estábamos en la pecera, gente de la pecera, en las que también yo me incluÃa; esto era antes de la Nochebuena del ’77 y vino el almirante MASSERA con otro grupo de oficiales, de ahÃ, de la ESMA; estaban uniformados con uniforme de verano y bueno, asà irónicamente, nos deseó Feliz Navidad; la mayorÃa de nosotros estábamos todavÃa con grilletes y seguÃamos siendo prisioneros de la Marina. Después, cuando fui asignada directamente a la pecera, como decÃa antes, ya prácticamente no bajaba al subsuelo, y estando en la pecera, recuerdo algunos de los trabajos que pasé a máquina, también para este mayor ACOSTA, que visitaba el campo y visitaba la pecera con frecuencia; era un trabajo sobre estructura económica de la provincia de Misiones. Ese trabajo estaba hecho sobre la base de un libro que no recuerdo el nombre. Ese trabajo se hizo con métodos de lo que podÃamos llamar tijeras y engrudo, porque habÃa pedazos marcados del libro y yo lo tenÃa que ir transcribiendo, según el orden que ahà estaba señalado. Otro trabajo que pasé , también para el mayor ACOSTA, fue una monografÃa sobre las Fuerzas Armadas peruanas, que un prisionero hizo también para que el mayor COSTA aprobara su Escuela de Guerra, y después otro trabajo que pasé en una oportunidad, esto recalcarÃa lo de la mano de obra esclava; el subprefecto CARNOT, que también formaba parte del grupo de tareas, me entregó unas cincuenta o cien estampitas, no recuerdo bien cuántas eran, de primera comunión con los datos y me dijo que eran de la primera comunión de su hija, y entonces una por una hice las estampitas, recuerdo, de la primera comunión. Esto es lo que me permitió saber el nombre del subprefecto CARNOT. Un trabajo similar hice para el teniente de infanterÃa Jorge SUAREZ, que trajo de modelo una tarjeta suya. El era encargado de Relaciones Públicas, o algo asÃ, de la Ford; entonces me pidió que le hiciera también una cantidad de tarjetas con su nombre y ya le digo no recuerdo si era jefe o encargado de Relaciones Públicas, algo por el estilo. Otro trabajo que pasé durante mi pertenencia en la Escuela de Mecánica fue un informe extenso, no sé quién lo hizo, sobre cómo realizar inversiones en el exterior, o sea recuerdo que habÃa... cómo realizar inversiones en las Bahamas, en Luxemburgo, en Panamá, en Suiza, en Liechtenstein, y habÃa indicaciones de tipo técnico que tenÃan también que ver con explicaciones sobre impuestos y todo eso. Y otro trabajo que pasé fue una encuesta que se elaboró dentro del campo y que fue enviada, por lo menos eso es lo que me dijeron a mÃ, a todas las embajadas argentinas repartidas por el mundo, con una serie de preguntas para chequear el estado de la imagen argentina en el exterior, entonces lo que pasé a máquina era, paÃs por paÃs, embajada por embajada, un informe que se habÃa elaborado sobre las respuestas que se habÃan dicho. Hubo, tengo entendido, esa encuesta es una encuesta que se hizo adentro del campo, que se fraguó una factura como si esa encuesta la hubiera hecho la empresa Burson Masteler, para el Ministerio de Relaciones Exteriores, eso y después he pasado otras cosas, otro tipo de informes, digamos los que recuerdo con más precisión son... |
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