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Notícies :: globalització neoliberal : ecologia : amèrica llatina
L'Aigua, un dret
20 mar 2006
Las protestas contra la privatización llegan a la sede misma del encuentro
Lunes 20 de marzo de 2006

Las políticas que dominan la cumbre socavan el derecho humano al recurso, señalan

Las protestas contra la privatización llegan a la sede misma del encuentro
JOSE ANTONIO ROMAN, ANGELICA ENCISO, MATILDE PEREZ Y JOSE GALAN

Las protestas contra la privatización del agua llegaron hasta el interior de la sede misma de los trabajos del cuarto Foro Mundial del Agua. Más de medio centenar de representantes de organizaciones y movimientos sociales de varias regiones del mundo recorrieron lentamente, pero con firmeza, el vestíbulo y el pasillo principal del Centro Banamex. Llevaban una enorme manta blanca de unos ocho metros de largo que decía en inglés: "Derecho al agua, distinto al control corporativo".

Acreditados oficialmente ante el foro por sus respectivas organizaciones, que también tuvieron que pagar la cuota de 120 dólares diarios, los manifestantes llegaron de uno en uno al lobby de la sede del foro. Tras un breve mitin en la entrada y ante la mirada desconcertada de los elementos de seguridad y de muchos asistentes, subieron las largas escaleras eléctricas, que justo en ese momento dejaron de funcionar. Llegaron al pasillo principal, desde donde se puede ingresar a los salones y a la exposición oficial del evento.

Reunidos en el vestíbulo, cada uno de los manifestantes empezó a sonar una pequeña botella vacía de agua en cuyo interior habían colocado monedas, y gritaron las consignas contra el control corporativo del agua. "¡No a la privatización!", ¡El agua es un derecho, no una mercancía!", y "¡Agua pública para siempre!" fueron algunas de frases que gritaron.

Rodeados de las cámaras, se identificaron en diversos idiomas como participantes en las Jornadas en Defensa del Agua, foro independiente que se realiza de manera simultánea a este cuarto Foro Mundial. Dijeron ser representantes de comunidades rurales y urbanas, de pueblos indígenas, sindicatos, movimientos sociales, grupos de mujeres y otras organizaciones no gubernamentales, que llegaron hasta la sede del foro oficial para entregar un mensaje. "El agua es esencial para la vida. Por eso el acceso al agua potable, sana y limpia, es un derecho humano fundamental", decía el documento que fue leído en inglés y español, con varias intervenciones de representantes que hablaron en francés y portugués.

Apenas hubo incidentes menores cuando un elemento de seguridad despistado quiso bajar por la fuerza a uno de los manifestantes que sostenía, arriba de una silla, una de las puntas de la manta blanca con la leyenda. Sólo hubo jaloneos e intercambios de palabras y miradas nada amigables entre el manifestante de origen chileno y el vigilante mexicano. La oportuna intervención de un supervisor, con radio en mano, obligó al policía a alejarse unos metros. En tanto, los manifestantes alentaron aún más sus consignas.

"Estados Unidos quiere para otros países lo que no desea para sí"

Habían pasado ya 15 minutos. Uno de los representantes de las organizaciones estadunidenses señaló que en su país 85 por ciento de ese vital recurso es manejado de manera pública, y sólo 15 por ciento por la iniciativa privada. "Mi país quiere para otros lo que ni ellos mismos quieren hacer en Estados Unidos. Mi país quiere forzar la privatización en los países más pobres", señaló. Luego vendría una manifestante francesa y una canadiense, y también un brasileño y un mexicano. Todos contra la privatización del agua y con la exigencia de que ésta se vea como derecho fundamental del hombre, no como mercancía.

"El paradigma y las políticas que dominan el Foro Mundial del Agua, encabezados por el presidente de una compañía del agua, están socavando directamente este derecho. Esto ha sido demostrado muchas veces, por el impacto y los resultados de las políticas que entregan el control del agua del mundo a las corporaciones globales y permiten que intereses comerciales determinen quién tendrá acceso", señala otra parte del documento.

Luego, sorpresivamente, los manifestantes se dirigieron hacia las escaleras eléctricas, en medio de una nube de fotógrafos y reporteros. Las escaleras se paralizaron y la subida fue por propio pie. Arriba, donde empieza el pasillo central, otro mitin, las mismas consignas y más fuerte el ruido de las monedas en las botellas.

Calificaron de hipócritas las afirmaciones de las instituciones financieras internacionales y empresas multinacionales que pregonan un "supuesto" interés de llevar el agua para todos. Las organizaciones civiles hicieron un llamado a expertos independientes, periodistas y delegados a este foro a negarse a participar en un proceso ilegítimo que no puede cumplir sus promesas. Estas instituciones y multinacionales no deben tener injerencia en las políticas globales del agua, advirtieron.

"¿Pero cómo se metieron? ¡Todo está tan vigilado! ¡Cómo pasó esto!", se preguntaba una de las organizadoras, que pedía con insistencia a un grupo de elementos de seguridad, sin que le hicieran caso, que detuviera al grupo que avanzaba sobre el pasillo principal, precedido por otro nutrido grupo de fotógrafos. Los manifestantes caminaron lentamente unos 70 metros sobre el pasillo, se detuvieron tres veces, no dejaban de gritar consignas, tampoco de agitar sus botellas con monedas, pero todo pacífico. "Agua pública para siempre", fue la última frase de la manifestación.
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/043n1soc.php


Lunes 20 de marzo de 2006

Culmina encuentro alterno; presentan plan de acción en defensa del recurso

Activistas de unos 40 países se aprestan a crear movimiento mundial de lucha
MARIANA NORANDI Y LAURA POY

Activistas y organizaciones civiles de más de 40 países se comprometieron a consolidar una plataforma de acción común, en función de una estrategia global y simultánea, que permita articular las luchas regionales, nacionales e internacionales para conseguir que el agua sea un bien de todos y un derecho humano.

En la declaración conjunta y el plan de acción suscritos en la clausura del Foro Internacional en Defensa del Agua, que se realizó del 17 al 19 de marzo en las instalaciones del Sindicato Mexicano de Telefonistas, reiteraron su rechazo a cualquier expresión privatizadora y al desarrollo de megaproyectos impulsados por empresas trasnacionales en todo el mundo.

Con el lema El derecho al agua es posible: gestión pública participativa, acordaron impulsar entre septiembre y octubre de este año acciones locales
y nacionales para consolidar un movimiento mundial por el agua.

Con la participación de más de mil asistentes al encuentro, manifestaron su firme oposición al cuarto Foro Mundial del Agua, porque excluye las exigencias reales de los pueblos y por continuar buscando formas de mercantilización del líquido.

Además, rechazaron las políticas neoliberales y las acciones de grandes empresas que depredan, contaminan y agotan las cuencas hidrológicas.

Los cinco ejes fundamentales de la declaración final señalan que el agua debe ser considerada un bien común, garantizar su acceso como derecho humano y rechazar cualquier modelo en el que se le considere mercancía. Su gestión y control debe permanecer en el ámbito público, comunitario, participativo y sin fines de lucro.

Afirmaron que se debe garantizar no sólo una gestión sustentable de los ecosistemas y de la preservación del ciclo hidrológico mediante el ordenamiento del territorio y la conservación de los ambientes naturales, sino rechazar cualquier modelo "desarrollista y consumista" que promueva la sobrexplotación, "como un reconocimiento a la solidaridad que debe existir entre las generaciones presentes y futuras".

También exigieron que todo ser humano tenga acceso gratuito a líquido de calidad, independientemente de su condición social, geográfica, económica y de género, sin que ningún gobierno, institución internacional o empresa pueda interrumpir el servicio doméstico por falta de pago.

El agua, señala el documento, debe ser eliminada de los acuerdos internacionales de libre comercio, así como de las leyes del mercado, por lo que consideraron "ilegitimas" todas las demandas por ganancias e indemnizaciones de corporaciones y trasnacionales, y exigieron la abolición del Centro Internacional sobre Disputas Relativos a Inversiones.

Rechazaron cualquier crédito condicionado por instituciones financieras internacionales, y el modelo "predatorio y no sustentable del agua" por medio de megaproyectos hidráulicos, represas, construcción de puertos, minería y plantas embotelladoras de bebidas gaseosas.

Plan de acción

Activistas de Africa, América Latina, Asia y Europa se pronunciaron por promover la articulación de organismos de gestión pública de calidad que funcionen sobre bases democráticas, mediante el intercambio de experiencias, capacitación y conocimiento técnico, además de privilegiar el financiamiento con fondos de solidaridad para consolidar modelos de control público del agua.

Con el acuerdo de consolidar una red mundial en defensa del agua se concretó un plan de acción que parte del concepto del agua como derecho humano y se opone a cualquier expresión privatizadora.

Este plan exige marcos normativos locales, regionales, nacionales e internacionales que garanticen la gestión pública del recurso. Asimismo se comprometió a lanzar y promover campañas globales contra la apropiación privada y fortalecer los tribunales internacionales en defensa del líquido.

Una segunda línea de acción es combatir a gobiernos y empresas que fragmentan, depredan, contaminan y agotan las cuencas hidrológicas.

Para combatir las consecuencias negativas de la degradación en la calidad del agua, la red se propone promover un marco legal que obligue a las empresas y gobiernos a reparar los daños a la salud humana y a los ecosistemas, además de impulsar tecnologías limpias, plantas de tratamiento, reciclaje y campañas informativas integradas a la educación formal y popular para el buen uso del agua.

Otro acuerdo, en el cual se hizo hincapié a lo largo de estas jornadas, es la lucha por el respeto al valor cultural y espiritual que contienen las diferentes visiones ancestrales de los pueblos indios y autóctonos en su relación con el agua.

De igual manera, durante este foro se presentaron experiencias de la lucha cotidiana que muchas mujeres mantienen por acceso al agua, especialmente en los países en desarrollo. En estos planes de acción se acordó reconocer el papel femenino en la lucha por el derecho al agua y promover la equidad de género.

Por último se comprometieron a luchar por la democracia, el control y la gestión del agua contra las políticas excluyentes, neoliberales y antidemocráticas. Se decidió impulsar movilizaciones de organizaciones populares para exigir su participación efectiva en las políticas hídricas, así como la creación de observatorios regionales por el derecho al agua, que articulen la vigilancia y las denuncias de las organizaciones en los distintos niveles regionales de acción.


Operadores privados tratan de influir en la declaración final
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/043n2soc.php

Niega el BM haber planteado "en este foro" privatizar el recurso
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/042n1soc.php

El Banco Europeo de Inversiones financia planes de privatización
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/044n2soc.php

La movilización popular, clave en la defensa de recursos: Oscar Oliveira
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/045n1soc.php

En Jalisco, Marcos anuncia un inminente levantamiento nacional, civil y pacífico.
"El dolor que hemos venido recogiendo ya no tarda en estallar": delegado Zero.
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/020n1pol.php

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Comentaris


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La defensa del agua
20 mar 2006
Andrés Barreda
La Jornada/Ojarasca 107 marzo 2006

El culpable de la crisis del agua es el capital. El patrón técnico con que aborda la relación general de todos nosotros con la naturaleza, es la causa principal de esta crisis. Es el saqueo, depredación y distorsión de los flujos de agua en todo el ámbito rural mediante agroindustrias, desvío de cuencas, presas y minas. El agua es hoy también un arma que el capital esgrime como instrumento para la expropiación terminal de la tierra de los campesinos que hoy sobreviven en el mundo.

En las ciudades el capital lo disloca todo. Lo fragmenta, lo separa. Abrir la llave del agua nos corta la conciencia de su ciclo, de su flujo. Ni siquiera conectamos bien a dónde van las alcantarillas. El agua en las urbes es bebida por las industrias, los servicios masivos y los grupos de control privilegiados, mientras se le niega a grandes grupos hacinados en zonas marginales. Quienes sí reciben agua, les llega cada vez menos, cada vez más sucia y más cara.

El agua que las ciudades roban a las montañas se canaliza o entuba, se la contamina de mil formas (muchas de ellas irreversibles), se la desperdicia o depreda para finalmente regresarla de forma inmunda a los campos. Es la civilización de escusados ingleses y consumo que hace crecer los basurales.

El capital confronta al campo con la ciudad. Los escinde. Provoca que la ciudad viva saqueando constantemente los recursos del campo mientras expulsa a millones que agravan, al migrar a los cinturones de miseria, la escasez del agua en las ciudades en un círculo vicioso imparable.

El problema de la relación entre campo y ciudad no es sólo un problema de relación injusta. Sus luchas son diferentes. No se puede incriminar a los campesinos por un uso depredador del agua porque esto es mentira y está manipulado. No se puede plantear que la gente de la ciudad es la que se roba este bien común porque en las ciudades hay una injusta distribución y existen numerosos pobres en las ciudades que ni siquiera tienen acceso al vital líquido.


Sí existe una crisis real. Los acuíferos y los ríos se están secando. Hay cada vez menos agua. Sistemáticamente el poder, el Estado y el capital utilizan este hecho para propiciar enfrentamientos entre las comunidades y confrontar a pobres y excluidos del campo y la ciudad. Cómo brincar esa confrontación, cómo hacer del agua un instrumento de vinculación y unión de todas nuestras luchas
Debemos entender el carácter global del ataque. Ocurre en todas las regiones. Es un ataque puntual, sistemático. Sorprende el parecido entre el ataque en un lugar y otro. Sorprende la forma en que lo afinan y lo endurecen, lo perfeccionan y esconden conforme pasa de un país a otro. El ataque es global pero la gente lo sufrimos aislados, provincianamente. Esto tiene que terminar: tenemos que tener la visión global, completa, del ataque. Tenemos que socializar una visión integral de la lucha y la resistencia. Para aprender. Para inspirarnos unos en la lucha de los otros. Mirarnos como espejos, con nuestras experiencias mutuas. Las comunidades indígenas plantean la necesidad de enfocar el problema del agua con una visión integral, como una lucha territorial en donde concurra la totalidad de los problemas. Es la lucha por la vida, por la tierra, por el maíz, por los bosques, por una relación diferente con la ciudad, por la propia lengua, por las propias ideas, por la cosmovisión. Ese es realmente un espejo en que los citadinos deberíamos mirarnos.



Una respuesta de izquierda a la crisis capitalista del agua nos obliga a resolver los problemas generados por los lodos e inmundicias que el neoliberalismo sedimenta en todas partes. Fomentar las luchas por recuperar nuestras cuencas, emprender un equilibrio territorial que nos lleve al manejo colectivo de las microcuencas. Idear la descontaminación de nuestros ríos, crear micro infraestructuras para retener los flujos en las tierras de cultivo y en las ciudades, programas para recargar y proteger nuestros acuíferos. Recuperar nuestras tierras fértiles, limpiar las barrancas, crear --con inteligencia y sensatez-- sistemas colectivos que limpien las aguas sucias. Y muchas otras medidas de restauración ambiental al alcance de las comunidades.

Estos trabajos de resistencia permiten escapar de la estrecha celda que intenta crear en las mentes el catecismo de las instituciones del Foro Mundial del Agua: ahorro del agua en el grifo, como también vociferan las empresas transnacionales responsables de las grandes depredaciones de fondo y sus "ecologistas y ong corifeas", dedicadas a ocultar y maquillar el nocivo manejo capitalista del líquido.

No debemos hacer eco de la religiosa campaña de culpa y paranoia por la sed mundial del nuevo siglo. Contra estas trampas debemos promover la creatividad colectiva diseñando un mundo de nuevos valores de uso anticapitalistas. La actual sed mundial no es un destino inevitable para la humanidad. Tampoco es un destino el neoliberalismo, los gobiernos que entregan los recursos estratégicos nacionales, ni los gobiernos corruptos que toleran la destrucción ambiental de los ecosistemas.

La defensa anticapitalista del agua nos obliga a la comprensión crítica de su ciclo metabólico y sus problemas nodales. A defender, recuperar o a recrear (según sea el caso) la gestión comunitaria de los sistemas de riego, de los acuíferos y de la perforación de pozos, de los sistemas de almacenamiento y tratamiento de aguas. A desarrollar redes de distribución y a formas de consumo sensato del líquido. Una gestión colectiva nos empuja a recuperar o inventar instancias democráticas directas y nuevas en poblados, campos, municipios, barrios populares de las grandes ciudades, en las instituciones de manejo, en las grandes cuencas y los países.

Estamos obligados a recuperar nuestra memoria colectiva, a recuperar diversas formas indígenas y mestizas ancestrales, recientes o vivas de manejo colectivo ambiental del agua. Debemos gestionar integralmente los problemas de la tierra, las semillas tradicionales, los abonos, los saberes, el uso diverso de los bosques, el medio ambiente, la economía de traspatio y las relaciones comunitarias. No sólo es que las ciudades comiencen a pagar su deuda social y ambiental con las zonas rurales (reconociendo servicios ambientales, estableciendo mercados justos, etcétera), sino que promuevan lo antes posible formas modestas de agricultura urbana que minen desde abajo (y en la vida cotidiana misma) el abismo actual entre ciudad y campo.


Sin alternativas que paulatinamente comiencen a revertir el descomunal sometimiento del campo a las ciudades --lo que implica una crítica de la forma material en que el capital ha organizado los usos del campo y las ciudades-- resultará imposible escapar de las formas autoritarias y catastróficas con que el capital mundial ordena el uso global del agua. Debemos buscar un manejo transparente de la información. Generar mecanismos democráticos directos de gestión desarrolla formas confiables de discusión e inteligencia colectiva. Hay que desmantelar los escenarios ideológicos y "científico-técnicos" de chantaje por la supuesta crisis y escasez mundial del agua: son escenarios montados para legitimar la expropiación mundial de las infraestructuras y servicios, imponer tarifas por consumo cada vez más elevadas y sacralizar las nuevas propuestas científico-técnicas de los grandes capitales.
Hay que reconstruir los tejidos sociales comunitarios de forma flexible y plural. No asumir colectivamente el punto ya obliga a las mayorías a tener que escoger entre volverse animales de megagranjas, hacinados en las nuevas micro casas de las megaurbes --alimentados por goteo privatizado--, o volverse animales libres, pero habitantes del desierto, confinados a vivir entre la sed y el sol, bajo las pocas piedras disponibles. Tal es el prometedor futuro que hoy venden las empresas transnacionales y sus instituciones globales, promotoras del Foro Mundial del Agua.

Andrés Barreda es director del Centro de Análisis, Información y Formación Popular (Casifop)
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/20/oja107-agua.html
Sindicato Sindicat