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La Universidad burguesa "indulta" a los estudiantes franceses
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per L |
17 mar 2006
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La Universidad, como ámbito de difusión del orden burgués capitalista, analiza las protestas francesas de estos días con la indulgencia serena de quien sabe que lo tiene todo bajo control, |
Aquí tenemos una excelente muestra de la suficiencia burguesa:
Francia, ¿mayo en marzo?
LA TENSIÓN ERA baja: cuando no se cierran ni tiendas ni cafés, los indicadores no son inquietantes
PERE VILANOVA - 17/03/2006
Por uno de estos azares de la vida, la semana pasada estuve en París desde el día de la gran manifestación contra el ya famoso proyecto Contrato de Primer Empleo (CPE), hasta el sábado, día del asalto policial y desalojo de la Sorbona. Además, estaba allí por razones académicas precisamente con colegas de esa universidad, en la que no se me permitió entrar, y me alojaba en un pequeño hotel a unos veinte metros del edificio. No tuve la impresión de estar asistiendo a un acontecimiento histórico ni, aunque me corresponda por edad, a un simple ejercicio de nostalgia excesiva. Pero sí que tuve la sensación, más allá del déjà vu,de que estaba sucediendo algo de cierta importancia, y que precisamente lo más útil sería separar los sentimientos y los recuerdos de lo novedoso y grave del caso. No fue fácil, desde luego, pero tampoco fue un ejercicio inútil, partiendo del juego de semejanzas y diferencias entre 1968 y el 2006.
Ante todo, los jóvenes tienen razón, se sienten preocupados, y el proyecto CPE es un contrato que consagra a nivel legislativo un grado de franqueza en la libertad de despido (hasta los 26 años) sin precedentes en una Francia donde las conquistas sociales tienen todavía una alta dosis de legitimidad. Por otra parte, el contexto nacional y global del 2006 no tiene nada que ver con el de 1968, ahora es mucho peor: la precarización del empleo, como las deslocalizaciones, es una variable decisiva del capitalismo contemporáneo. A la vez, había una especie de ritual en los modos de manifestación, de movilización y ocupación de las universidades (casi dos tercios de las de toda Francia están bloqueadas), e incluso de respuesta policial, que invocaban el pasado, pero, por suerte, mucho más (hasta hoy) moderadamente. La tensión era baja: cuando no se cierran ni tiendas ni cafés, los indicadores no son inquietantes. La ocupación (el miércoles) y desalojo (el sábado) de la Sorbona, vistos desde un café de la misma plaza, fue cosa de veinte minutos y hubo, en aquel desalojo, diez detenidos. Pero a la vez, si la semana pasada el movimiento parecía aislado, si los sindicatos, que son ahora mucho más débiles que en 1968, no se implicaban en serio, aunque formalmente mostrasen su apoyo a las movilizaciones, y si los profesores se miraban con autoindulgencia en el espejo de su juventud perdida, esta semana todo parece indicar que la cosa se extiende, horizontalmente en el movimiento estudiantil y cualitativamente a otros sectores sociales. El resultado no es una revolución ni nada parecido, desde luego, sino a primera vista una situación de dificultad para el Gobierno de Villepin, con un Chirac en final de mandato y con una izquierda con tantos candidatos a líder que no hay en verdad ninguno. Pero estructuralmente es una señal de considerables proporciones. A base de incitarlos a prolongar una vida de formación, en realidad se pide a los jóvenes que no incordien con sus prisas en integrarse en el mundo laboral. Los jóvenes de ahora son, en general, la generación con más formación académica y preprofesional que Europa ha conocido. ¿Qué les damos a cambio?Había más diferencias con el 68. Además de mucho más autocontrol en la calle, policías y estudiantes hablaban mucho (entre choque y choque) por el móvil, no vi ningún póster, foto o lo que fuera del Che, Ho Chi Minh o Mao Tse Tung. Sólo una simple pancarta en la fachada de la Sorbona: "No nos darán más que lo que consigamos con nuestra lucha". Menos ideología, más reivindicación concreta y, como telón de fondo, un problema muy real y que no debe ser tratado con ironía o condescendencia: la destrucción sistemática de la estabilidad laboral. La otra semana, aquellos chicos tenían razón, y ésta, también.
PERE VILANOVA, catedrático de Ciencia Política de la UB |
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Re: La Universidad burguesa "indulta" a los estudiantes franceses
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per Dr. Cogollo |
17 mar 2006
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Aquest Pere Vilanova, que va d'analista, el dia de l'11-M defensava a la TARDA en el programa de Julia Otero que l'atemptat era obra d'ETA, ni pensar en els islamistes deia. Així que ja podeu veure quina credibilitat té. |
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Re: La Universidad burguesa "indulta" a los estudiantes franceses
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per Sí |
17 mar 2006
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El problema es que, precisament, els que per nosaltres no tenen "credibilitat" son catedràtics i escriuen columnes a diaris amb centenars de milers d'exemplars de tirada.
Així, la nostra veritat es cada vegada mès minsa, i les seves mentides s'extenen arreu. |
