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Aparece muerto un preso, el octavo en los dos últimos años.
13 mar 2006
Aparece muerto un preso, el octavo en los dos últimos años.
La situación de la cárcel de Langraiz no deja de sorprender. Ayer por la mañana, Salhaketa sacaba a la luz que los cuadernos de incidencias de los módulos de mujeres de la prisión de los dos últimos años recogían la muerte de una presa en enero de 2005, con lo que el número de fallecidos se elevaba a siete en dos años. Por la tarde, un preso común, natural de Bilbo, era encontrado muerto en su celda.
Colgado de un trozo de sábana de una de las rejas de su celda y junto a la silla tirada en el suelo. Así apareció ayer tarde el cuerpo sin vida del preso F.M.O.T, de 33 años y natural de Bilbo, en la cárcel alavesa de Langraiz, siempre según la Dirección de la prisión. El fallecido ­que cumplía una pena de 32 años por robos con violencia y hurto­ se encontraba de tránsito, ya que había sido trasladado al centro alavés el pasado día 2 por una citación del juzgado de Barakaldo, ante cuyo titular compareció sólo unas horas antes. Se encontraba solo en su celda, ya que su compañero había sido trasladado el mismo mediodía. Es el octavo muerto en sólo dos años en esta cárcel.
Se da la circunstancia de que por la mañana, la asociación de apoyo a presos y presas Salhaketa había dado a conocer una nueva muerte ­hasta entonces la séptima­ en el centro penitenciario de Langraiz que se produjo hace más de un año y de la que no se había tenido constancia. En nombre de Salhaketa, Carlos Hernández explicó que este fallecimiento se ha conocido mediante el análisis exhaustivo de los cuadernos de incidencias de los módulos de mujeres, a los que ha tenido acceso gracias a la judicialización de las presuntas coacciones sexuales y económicas del ex subdirector de Seguridad de la prisión, Mariano Merino, a varias personas presas.

Lamentó que en dichos cuadernos, que corresponden a los años 2004 y 2005, hay «bastantes informaciones» que en su día no se hicieron públicas por parte de la institución. La más significativa de ellas es la muerte de una mujer en su celda del módulo I de mujeres la mañana del 27 de enero del 2005. Se trata de una presa que había sido asistida por un médico esa misma madrugada, concretamente a las 3.45, y que, sin ser trasladada al hospital, recibió una segunda visita durante la cual el médico que la atendió sólo pudo certificar su muerte. Eso ocurrió a las 9.15. Cabe destacar que, con estos fallecimientos, son ocho las personas que han perdido la vida en los dos últimos años en Langraiz.

Los cuadernos de incidencias constatan también el número de intentos de suicidio o autolesiones que, posteriormente, acaban con la aplicación de un plan de prevención de suicidios. Hubo siete intentos.

Hernández subrayó, además, que «únicamente» estamos hablando de los módulos de mujeres. Y añadió que, tras analizar los datos aportados por los cuadernos, Salhaketa concluye que los problemas de intento de suicidio y muerte durante los citados años «probablemente hayan sido todavía más graves de lo que en un principio nos habíamos podido imaginar».

Recordó, en este sentido, que hace escasamente un año, cuando todavía no se había presentado la primera denuncia por acoso sexual contra Mariano Merino, ya se advirtió de que esa primera presa que iba a denunciar los hechos ante los juzgados podía ser tan sólo «la punta del iceberg». Casi un año después, son ya cinco la mujeres que han denunciado situaciones similares, reflejadas ya en los cuadernos de incidencias.

Más situaciones irregulares

El coordinador de Salhaketa en Bizkaia alertó también de la posibilidad de que todavía existan «situaciones irregulares que se hayan quedado sin denunciar y que no conocemos» e insistió en que muchas de estas informaciones sobre mujeres están saliendo a la luz pública gracias precisamente a los cuadernos de incidencias. «Pero «seguimos ­se lamentó­ sin saber muchísimas cosas de los módulos de hombres». Se mostró «especialmente» preocupado por las personas encarceladas en el módulo de aislamiento.

Según sus datos, en los últimos meses, concretamente desde que Juan Antonio Pérez Zárate tomó posesión de su cargo como director del centro, «al menos formalmente» no se ha presentado ninguna denuncia. Agregó, no obstante, que cuando el preso Miguel Penido fue trasladado a Langraiz para que declarase por la denuncia interpuesta contra Merino, el pasado mes de enero, dijo haberse sentido presionado. Solicitó, por ello, a la juez que, si en algún momento requiere volver a tomarle declaración, utilice algún método que no sea el ingreso en dicho centro penitenciario.

Denuncia presentada

Penido presentó el pasado mes de junio una denuncia contra el ex subdirector de Seguridad por coacciones económicas y por inducción al suicidio. Días antes de que tuviera que pasar ante el juez, fue trasladado a Valdemoro. Meses más tarde, remitió un documento a la juez en el que relataba las represalias recibidas tras interponer la denuncia.

Narró que, en un primer momento, fue trasladado de módulo y, después, se le impuso un aislamiento, motivo por el que el 5 de julio inició una huelga de hambre y sed. Ese mismo día se le impidió telefonear a personas autorizadas con auto judicial, se le prohibió hablar con abogados y esa misma tarde, «según él, por envío expreso del director», el entonces subdirector de Seguridad y otro funcionario entraron a su celda para «ofrecerle un arreglo si retiraba la denuncia».

Al reafirmarse en la misma, «le amenazaron de muerte diciéndole textualmente: “Recuerda los ahorcados... Es muy fácil colgarte o asfixiarte dentro del artículo 72, quedas enteramente en nuestras manos, porque no habrá nadie para que se entere de algo... Recuerda que aquí, en el módulo V, murieron dos, por lo que uno más no se va a notar demasiado’», explicó en su día Hernández.

Antes de concluir, Hernández quiso explicar la manera en la que la asociación suele recibir la noticia de una defunción en prisión. El canal habitual suele ser las propias personas presas. «Lo normal es que algún compañero de la persona fallecida nos llame», señaló. Recordó que muchas de las primeras muertes que se produjeron a principios de 2005 en Langraiz «no fueron informadas» desde las autoridades correspondientes.

Tras tener constancia de los hechos, los colectivos implicados emiten un comunicado denunciando la muerte y «es a posteriori, cuando hay una respuesta oficial».

La muerte que trascendió ayer se incluiría en la lista de los primeros casos. Hernández sostiene, en este sentido, que «probablemente, no nos habríamos enterado de no ser porque los cuadernos de incidencias se han judicializado».
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Nuevas declaraciones sobre el ex subdirector de Seguridad

El juzgado de instrucción número 2 de Gasteiz acogió en la jornada de ayer nuevas declaraciones sobre las denuncias interpuestas por personas presas contra el ex subdirector de Seguridad de Langraiz, Mariano Merino, por presuntas coacciones sexuales y económicas e inducción al suicidio.

Concretamente, fueron dos presas, un preso y una funcionaria quienes pasaron ante la juez, en calidad de testigos, por las dos instrucciones abiertas contra el imputado.

Una de las novedades de la jornada la protagonizó una de la presas, quien, alegando que estaba en prisión con su criatura, había solicitado declarar mediante vídeoconferencia en lugar de personarse.

El coordinador de Salhaketa en Bizkaia, Carlos Hernández, explicó que su petición responde a que, durante las declaraciones efectuadas el pasado mes de noviembre, una de las presas trasladada a Langraiz para declarar tuvo «series dificultades» con su hijo precisamente porque el departamento de mujeres de dicho centro penitenciario no cuenta con ningún espacio adecuado para hacer frente a este tipo de situaciones. La solicitud fue aceptada.

En el despacho con presas

Quienes declararon ratificaron ante la juez que instruye el caso de las mujeres denunciantes que vieron a Mariano Merino, cuando todavía era subdirector de Seguridad de la prisión, en un despacho en compañía de una mujer ingresada en Langraitz.

Aunque Salhaketa habitualmente celebra concentraciones cuando alguna de las presas declara sobre este tema ante el juez, ayer no lo hizo, porque el pasado miércoles había aprovechado la manifestación del Día Internacional de la Mujer. «También fue el día de las mujeres presas en Nanclares, como mujeres, presas y personas que están, ahora mismo, en una situación en la que aún seguimos esperando que se haga justicia».

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Comentaris

Re: Aparece muerto un preso, el octavo en los dos últimos años.
13 mar 2006
Gara > Azkenak > Gizartea     17:15 |     2006-03-10
SITUACION EN LANGRAIZ
El último preso muerto en la cárcel de Langraiz había presentado una denuncia por malos tratos
El preso bilbaino que ayer fue encontrado muerto en la prisión de Langraiz había denunciado malos tratos la primera vez que estuvo ingresado en esa cárcel, según ha revelado hoy Salhaketa. El fallecido denunció los hechos en el Juzgado de Guardia de Bilbo.
F.M.O.T., de 33 años y natural de Bilbo, fue encontrado muerto ayer por la tarde en su celda de Langraiz, colgado de un trozo de sábana de una de las rejas de la celda y junto a la silla tirada en el suelo.

Salhaketa ha revelado hoy que este preso estuvo por primera vez en la citada prisión en agosto de 2005, y que tras su paso por la cárcel alavesa presentó en octubre una denuncia en el Juzgado de Guardia de Bilbo por los malos tratos recibidos.

Según esta asociación, denunció que un funcionario intentó meterle una porra por el recto mientras permanecía desnudo y esposado en una celda de aislamiento. Además, los funcionarios le habrían introducido un cuter por la puerta de su celda diciéndole "lo mejor es que te cortes el cuello".

F.M.O.T. también denunció que su novia, ingresada en el módulo para mujeres, había sido objeto de agresiones sexuales.

En su denuncia, este prisionero, que tuvo que recibir ayuda psicológica en el hospital de Txagorritxu, relató que fue amenazado por Mariano Merino, entonces subdirector de Seguridad de la cárcel.
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