|
Notícies :: dones |
CUBA y la Mujer...
|
|
per enviado por F Espinoza Correu-e: fernando19500109@hotmail.com (no verificat!) |
09 mar 2006
|
La Mujer Cubana y sus Derechos... |
|
|
|
|
|
|
Los derechos de las cubanas son sueños para otras.
Cira Rodriguez César
Redacción Central, 8 mar (PL)
Cuando en el mundo dos tercios de los analfabetos son mujeres, en Cuba las féminas constituyen el 66,4 por ciento de los profesionales y técnicos a nivel nacional y el 45,2 por ciento de la fuerza laboral.
Tales derechos, que para otras son sueños, constituyen argumentos suficientes para que las cubanas festejen este 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer.
Hoy las mujeres de esta pequeña Isla, otrora olvidadas, desempleadas, analfabetas, amas de casa sin otra opción y en muchos casos prostitutas por necesidad económica, aventajan a los hombres en la cifra de graduados universitarios en varias ramas.
Son mayoría en la cantidad de investigadores y en el personal docente de la educación superior y en la fuerza laboral del sector de la salud, por citar algunos ejemplos, además de representar el 35,96 por ciento de los integrantes del Parlamento.
La explicación de esta situación -diferente a lo que ocurre en otras naciones envueltas en crisis económicas y neoliberalismo, sin mencionar a las empobrecidas del continente africano- es el elevado nivel educacional alcanzado en Cuba y la igualdad con respecto a los hombres.
De ahí que medio millón de mujeres se desempeñan en actividades de altísima calificación técnica y profesional.
A pesar de que en el planeta se debate sobre la feminización de la pobreza, sufrida por siete mujeres de cada 10 personas perjudicadas por ese mal, en Cuba se discute cómo integrarlas cada vez más al constante proceso renovador de la Revolución.
El Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, celebrada en 1994 en El Cairo, reconoció las desventajas de las mujeres en la mayor parte del mundo, por lo que se propuso la igualdad y equidad para que realicen plenamente sus posibilidades.
En Cuba esos objetivos forman parte de la estrategia de desarrollo implementada en 1959, en correspondencia con su proyecto de justicia social en función de eliminar la discriminación y opresión por razones de clases, género y raza.
A tales efectos la Isla fue el primer país en firmar y el segundo en ratificar la Convención sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, y la Constitución de la República y el Código de la Familia recogen esos preceptos.
Asimismo, el Derecho sobre la Protección, Seguridad e Higiene del Trabajo y su Reglamento establecen el amparo especial de la mujer para el trabajo, al que se une su resguardo durante y después del embarazo y licencia no retribuida para el cuidado de un hijo con discapacidad hasta los tres años.
Cuando en 2001 se inició la revolución educacional y cultural conocida como Batalla de Ideas, la situación de las cubanas también nuevamente se transformó.
Hoy son el 70 por ciento del personal docente, el 72 de los trabajadores sociales y el 61,7 de los profesores generales integrales.
En las misiones internacionalistas protagonizadas por Cuba en diversos parajes la mujer está presente, pues del total de médicos que prestan sus servicios en el exterior ellas constituyen el 52 por ciento.
Testigos de ello son los damnificados por desastres naturales en Guatemala y Paquistán, las más recientes experiencias.
Así, en esta isla caribeña se evidencia un modelo más equitativo de relaciones entre hombres y mujeres que se transmite a las nuevas generaciones, hay una revalorización del llamado sexo débil y dentro de la familia goza de autoridad y respeto.
Para ellas ha sido arduo el camino en busca de su plena realización, siempre apoyada en la voluntad política del gobierno que en 1997 aprobó el Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la IV Conferencia Mundial de la Organización de Naciones Unidas sobre la Mujer.
La plena aplicación de sus derechos como parte inalienable, integral e indivisible de todos los derechos humanos y libertades no son una falacia, sino el resultado de la preocupación y atención por el mejoramiento de la condición de quien da vida y es vida. |
This work is in the public domain |