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Notícies :: criminalització i repressió
Testimonio de detención y torturas en el momento de la detención del prisionero olítico vasco "suicidado" en la cárcel española.
27 feb 2006
El momento de la detención fue muy violento y debido a los golpes que le propinaron perdió el conocimiento y le tuvieron que dar cinco puntos de sutura en la parte trasera izquierda de la cabeza. Nada más recobrar la conciencia fue objeto de un fuerte golpe en la cabeza con la culata de un arma larga de fuego y patadas en el estómago. Durante los dos días y medio que permaneció en régimen de incomunicación y durante los constantes interrogatorios sin asistencia letrada a los que fue sometido recibió golpes en la cara, parte de atrás de la cabeza y cuello con las manos
APELLIDOS/NOMBRE-------= Angulo Iturrate, Igor Miguel

POBLACION--------------= Santurtzi

SEXO-------------------= H

LOCALIDAD-DETENCION----= Iruñea

FECHA-DETENCION--------= 29-11-96

HORA-DETENCION---------= 04.00 h

TIEMPO-DETENCION-------= Dos días y medio

TIPO-DETENCION---------= Incomunicada

CUERPO-POLICIAL--------= Guardia Civil

TRASL-MADRID/PARIS-----= 29-11-96

PASO-JUEZ--------------= 01-12-96

MAGISTRADO-------------= Carlos Divar; JCI Nº 4

SITUACION--------------= Prisión 01-12-96


TESTIMONIO-------------= Cuando me detuvieron me encontraba en la cama durmiendo. De repente me encontré en el suelo, desconozco cómo llegué hasta allí. Me encontraba tumbado de costado y tenía las piernas aprisionadas. La cabeza la tenía tapada, supongo que con la camiseta que llevaba puesta, por la cantidad de sangre que había en la parte trasera de ésta. Veía luz, e intentaba levantar la mano izquierda. Entonces vi como se acercaba la silueta de una persona que me empezó a golpear en la cabeza con algo que supuse era un fusil, concretamente creo que me golpeaba con la culata y luego me dio alguna patada en el estómago. Antes de empezar a golpearme oía voces que decían "se está moviendo". Durante estos instantes recuerdo que pensé en tensar el estómago para aguantar mejor los golpes, pero no sé si llegué a hacerlo, pues no recuerdo nada hasta que pasó un rato.


Al de un rato, no sé cuánto tiempo sería, desperté sentado en la cama, esposado con las manos atrás y con un pantalón puesto que no llevaba antes. Me encontraba mareado. Había una chica en cuclillas delante mío que me acariciaba la cara y me preguntaba a ver qué tal estaba y cuál era mi nombre, esto mientras me explicaba que había perdido el conocimiento. Yo le decía que estaba mal y que no quería decir mi nombre. La chica esta, era de la DYA. Sentados a ambos lados de mi se encontraban dos guardias civiles vestidos de paisano, que me decían que estuviese tranquilo, que no pasaba nada y que dijese mi nombre que total lo iban a saber. Me decían que no levantase la cabeza y que no mirase a nadie.


La chica de la DYA me decía que tenía un golpe en la cabeza, quesangraba mucho y que había perdido el conocimiento. Me preguntó a ver si sabía cómo me había hecho el golpe y por miedo le dije que no sabía, contestando acto seguido, un guardia civil supongo, que me había resistido durante la detención, cosa que desconozco.


Seguido de esto dijeron que me iban a llevar al Hospital, me quitaron las esposas, me dieron una chaqueta y me volvieron a poner las esposas. Acto seguido, me colocaron unos zapatos y me levantaron.


Mientras salía de la casa vi que había mucha gente y la puerta de la casa estaba esparcida por el pasillo. En la entreplanta había muchos guardias civiles de uniforme. Me bajaron en el ascensor y el portal estaba también lleno de guardias civiles hasta la calle. Al llegar allí me metieron en una ambulancia con dos guardias civiles que me llevaron al Hospital.


En el Hospital me quitaron las esposas en una habitación donde estuve en todo momento con dos guardias civiles. Una chica del Hospital me pidió mi nombre, a lo que me volví a negar. También me preguntó por cómo me había hecho la herida de la cabeza y por la misma razón que antes le dije que no sabía. Aquí, en el Hospital, me llevaron a hacerme radiografías porque les dije que me dolía mucho el cuello. En la parte izquierda trasera de la cabeza me dieron cinco puntos de sutura. Una vez hecho esto, me sacaron del Hospital, el cual se encontraba lleno de guardias civiles de uniforme. Me sacaron esposado, con la cabeza agachada y con los ojos cerrados. Así fue como me movieron de un sitio para otro durante toda la estancia en comisaría.


Me montaron en un coche en la parte de atrás con un agente a cada lado mío y con la cabeza entre las piernas. Al llegar a un sitio, que desconozco puesto que en ningún momento se me informó de donde me encontraba, me quitaron las esposas y volvieron a preguntar mi nombre, que de nuevo me negué a decirlo. Entonces se acercó alguien y dijo que como no dijese mi nombre me iba a dar una patada en los testículos, ante lo cual se lo dije. Seguido se acercó más y puso su mano contra mi pecho, a la altura del corazón, preguntándome si tenía problemas con el corazón. Contesté que no y me pusieron contra la pared.


Luego me llevaron a una sala donde se encontraba un hombre, el que me llevó y una mujer que dijo ser la Forense. Esta última me realizó una inspección ocular y me preguntó por cómo me había hecho la herida en la cabeza. Le dije, como en todas las ocasiones que me preguntaron, que no sabía, pero que me dolía mucho la cabeza y el cuello. Cuando terminamos, me volvieron a sacar y a ponerme contra la pared. Al de muy poco tiempo, me llevaron a otra habitación, donde me sacaron fotos y me tomaron huellas. En esta habitación había tres guardias civiles, uno de los cuales iba con la cara tapada con una bufanda. De aquí, otra vez contra la pared.


Acto seguido, me cogieron y me llevaron a la habitación donde había estado con la Forense y me dieron una hoja donde se me notificaba la ley que se me aplicaba, la firmé y se la quedaron. También me dieron otra donde designar a mi abogado de confianza.


De aquí me llevaron a otra habitación donde cerraron una puerta tras de mí. Cuando noté que no había nadie abrí los ojos y vi que me encontraba en una celda con un colchón y la luz encendida. Me encontraba cansado y me tumbé en el colchón, hasta que llegó un guardia civil que dijo en tono amenazante que me pusiese de pie frente a la pared. Me coloqué y se fue.


Calculo que al de diez minutos de esto, entró alguien, que tras colocarse detrás de mí empezó a golpearme con las manos en el cuello y en la cabeza mientras me hacía preguntas. Debido a los golpes empecé a gritar, tras lo que aparecieron dos o tres guardias civiles que se llevaron al que me golpeaba y me volvieron a colocar contra la pared.


Más tarde vinieron y me colocaron las esposas con las manos atrás, y con el cuerpo encorvado y los ojos cerrados me llevaron hasta introducirme en un furgón que se puso en marcha.


Aquí, me decían que mirase siempre para la parte de atrás y hacia abajo. En ningún momento me dijeron a dónde me llevaban.


El trayecto duró bastante tiempo. En un sitio pararon y por lo que hablaron, iban a comer el bocadillo. Mientras todos estaban fuera, entró un guardia civil en la parte del furgón donde me encontraba yo empezando a insultarme y a darme puñetazos en la parte derecha de la cara hasta que me puse de espaldas, golpeándome entonces en ésta y en el costado izquierdo durante uno o dos minutos hasta que se fue. No hubo más paradas hasta llegar a un sitio, donde me sacaron del furgón de la misma forma que me introdujeron. Me llevaron hasta un sitio donde dijeron que abriese los ojos, que me quedase allí de pie y que no se me ocurriese tumbarme. Al abrir los ojos, me encontraba frente a una pared dentro de una celda.


Me sacaron de aquí, como he dicho hasta ahora con la cabeza agachada y los ojos cerrados, hasta un habitación donde se encontraba una mujer que me presentó su carné de Forense. En la habitación había una ventana con cristal ahumado, por lo que pienso que todas las visitas con la Forense eran presenciadas por la Guardia Civil. La Forense me reconoció y me preguntó a ver si me habían interrogado. También dijo que pasaría todos los días que permaneciese allí por las mañanas y tardes. Cuando terminó esta visita eran las 5.30 h. ya que le miré el reloj a la Forense. Tras esto, me volvieron a llevar a la celda, donde al de un rato, me dieron un bocadillo y un vaso de agua que a penas pude probarlo. Cuando dije que había terminado, me volvieron a poner contra la pared. Más tarde, entró alguien que me preguntó qué tal estaba, contestándole que mal. Entonces me dijo que si me portaba bien no me pasaría nada. Me cogió del brazo y me llevó a una habitación, colocándome mirando hacia una esquina. En ese momento, el que me llevó y dos personas más, empezaron a interrogarme mientras una chica decía que pronunciase mejor, que no podía coger notas.


Durante este interrogatorio se dedicaron a golpearme en la cara, parte de atrás de la cabeza y cuello con las manos. Cualquier respuesta que les daba era objeto de golpes. Tras una de estas respuestas, el que parecía que dirigía el interrogatorio dijo que me llevaran a la celda, que iba a comprobar lo que les había dicho y que sino era cierto que me fuese preparando. Me llevaron a la celda y me pusieron contra la pared, sacándome más tarde hasta una habitación donde me colocaron contra una esquina.


Colocaron la chaqueta que llevaba puesta, dándole la vuelta de abajo hacia arriba, tapándome la cabeza, mientras me decían que ahora iban los electrodos y uno de los que se encontraban detrás mío me tocaba con las puntas de los dedos a la altura de los riñones mientras se reía. En la habitación había tres o cuatro guardia civiles hombres y una mujer. Uno de ellos, tras bajarme la chaqueta se apoyó a mi izquierda sobre mi hombro, otro se puso sentado detrás de mí con su pierna entre las mías y un tercero, el que dirigía el interrogatorio, iba de un lado para el otro mientras me iba haciendo preguntas. Durante todo el tiempo que duró este interrogatorio se sucedieron los golpes en la cabeza y cuello con las manos y con botellas de plástico vacías. Cualquier excusa les valía para pegarme, desde decir un nombre en euskera hasta nombrar a alguien por su apodo.


En un momento, el que dirigía aquello dijo que iba a comprobar una respuesta, amenazándome con que sino era cierto lo que le decía que me preparase. Cuando volvió empezaron a golpearme seguidamente en el cuello y en la cabeza. El que estaba sentado detrás de mí intentó darme una patada en los testículos, cosa que no pudo ser al echarme hacia delante. Mientras esto ocurría yo empecé a gritar. Entonces entró alguien en la habitación dando un portazo. Este empezó a chillar a los que me golpeaban diciéndoles que no quería interrogatorios, que estaba la Forense en el edificio y que tenía al Juez encima suyo. Este agente salió y todos fueron detrás de él, excepto una chica que dijo que no me moviese. Volvieron y el que había dirigido el interrogatorio me cogió y me llevó a la celda dándome puñetazos en la cara y espalda. Al llegar a la celda me dio dos o tres puñetazos más y me dijo que a la noche no había nadie y que entonces me iba a enterar. Me puso contra la pared y se fue.


Acto seguido, abrieron la puerta y me sacaron llevándome a una habitación a lado de la celda. Allí, un agente me dijo que habían pedido un Habeas Corpus. También me dio una hoja para que firmase argumentando que eran las leyes que se me aplicaban. Yo me negué a firmar, introduciéndome, acto seguido, de malas formas en la celda. Al poco tiempo, entró alguien que me preguntó si quería ir al servicio, diciéndole que sí. En el servicio me preguntó a ver si sabía qué era un Habeas Corpus. Le contesté que no, que sólo lo había visto en las películas. Entonces, él me dijo que película era lo que iba a tener a la noche, pero de terror. De aquí, me cogió y me puso de pie contra la pared en la celda. Así estuve un buen rato, hasta que el cansancio pudo conmigo y me tumbé debiéndome quedar dormido a pesar de la luz que no quitaron y el constante ruido de los quisquetes de la puerta. Después de un buen rato de despertarme, se debió ir la luz en la parte del edificio que me encontraba. De vez en cuando venían y me preguntaban cómo estaba. Yo decía que bien y se iban. Luego, me llevaron donde la Forense que me reconoció y me preguntó a ver si había sufrido algún interrogatorio, diciéndole que sí y que durante éstos me habían golpeado. También le comuniqué que me tenían todo el tiempo con la luz encendida y que a penas podía comer. De aquí otra vez a la celda, donde ya me permitieron tumbarme de espaldas a la puerta. Al de un rato, me llevaron algo de comer que a penas pude probar, el miedo a nuevos interrogatorios no me lo permitía.


Más tarde, me volvieron a llevar donde la Forense, que realizó el mismo ritual que en las anteriores visitas y me dijo que al día siguiente me pasarían por el Juzgado. De aquí a la celda, donde ya había luz y me dieron algo de comer.


Un tiempo después, entró alguien que me llevó a una habitación donde había tres hombres.


Uno, el único que habló, me dijo que el queestaba a su izquierda era el abogado de oficio. Tras esto me leyó mis derechos, acogiéndome yo al de no declarar. Me realizó unas preguntas, que otro iba mecanografiando y al término mandó que me sacasen. Aquí, yo me fijé en los relojes y vi, creo recordar, que era la 1.15 h. Entonces pensé que era ya el domingo al mediodía pero no debía ser así porque la Forense vino la mañana del domingo a verme.


El domingo a la mañana creo, se fue otra vez la luz. Entonces entró alguien que me dijo que me pusiese contra la pared, que le habían dado cinco minutos para estar conmigo. Me efectuó tres o cuatro preguntas y tras contestarle se marchó.


Más tarde me sacaron para estar con la Forense que tras reconocerme y preguntarme por interrogatorios me dijo que a la tarde me llevarían a la Audiencia. De aquí de nuevo me llevaron a la celda.


Al de un rato entró alguien que me llevó a una habitación. En el transcurso de este recorrido me dio un fuerte golpe en la cabeza. Al llegar a la habitación, me sentó en una silla y me dio unas hojas donde venía un cuestionario sobre mi y mi familia, que fui contestando. Este guardia civil me dijo que no quitase la vista del papel, pero en una ocasión pude ver que llevaba la cara cubierta con un pasamontañas.


De aquí me llevaron a la celda, donde ya había luz, hasta que me sacaron y me metieron en un furgón junto con la otra persona con la que me habían detenido, llevándonos a la Audiencia Nacional donde se nos levantó la incomunicación.



Igor M. Angulo Iturrate

En Carabanchel, a 5 de diciembre de 1996
Mira també:
http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=16011
http://www.gara.net/

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Comentaris

Re: Testimonio de detención y torturas en el momento de la detención del prisionero olítico vasco "suicidado" en la cárcel española.
27 feb 2006
La familia acude con un abogado para recabar datos de lo sucedido y Alonso anuncia una investigación
Igor Angulo aparece muerto en una celda de la prisión de Cuenca
·El santurtziarra era el único preso político vasco en esa cárcel, a la que fue trasladado en 2001

Igor Angulo, el único preso vasco encarcelado en Cuenca, apareció ayer ahorcado en su celda. Salvo la versión ofrecida por la dirección de la cárcel, no hay más datos sobre lo sucedido. Mientras en Euskal Herria se extendía la conmoción por esta nueva muerte de un preso político en la cárcel ­segunda en cuatro meses­, que se tradujo en llamamientos a terminar con la actual política carcelaria, familiares acudieron a la ciudad castellana con un abogado.

IRUÑEA

Cuando no han pasado ni cuatro meses desde que el vecino de Bera José Angel Altzuguren apareciera muerto en la cárcel de Soria, Igor Angulo Iturrate, santurtziarra, fue encontrado muerto ayer en la prisión de Cuenca. Las circunstancias en las que estaba encarcelado complican sobremanera la posibilidad de esclarecer los detalles de los últimos momentos de su vida, ya que era el único preso político vasco que estaba encarcelado en Cuenca. Su muerte sorprendió a quienes le cono- cían más de cerca, y provocó una intensa conmoción en toda Euskal Herria.

Según las informaciones difundidas citando fuentes penitenciarias, Angulo, nacido en 1973, fue encontrado «ahorcado de los barrotes de la celda, con los cordones de las botas». Asimismo, añadían que el preso santurtziarra «tenía un cordón enredado en las manos y una silla al lado del cuerpo». Y agregaron que no se halló ninguna carta ni ningún papel escrito en su celda.

Siempre según estas fuentes, el cordón con el que tenía las manos atados era empleado por Angulo para fabricar pulseras en su celda. Asimismo, añadieron que la distancia que había entre ambas manos era grande, «lo que hace suponer que dejó flojo el cordón para poder pasarlo por detrás de los pies una vez que se había atado».

Igor Angulo era el único preso político vasco encarcelado en la prisión de Cuenca ­situada a 600 kilómetros de Euskal Herria­ y se encontraba en primer grado penitenciario. Por ello, según informó Askatasuna, Igor Angulo sólo podía recibir dos cartas a la semana y únicamente podía realizar dos llamadas telefónicas a sus allegados cada siete días.

Pese a ello, fuentes penitenciarias citadas por Efe señalaron que «no se trataba de un preso conflictivo» y que «no se tenía conocimiento de que tuviera problemasdepresivos».

Estasmismas fuentes relataron que el cadáver de Angulo fue encontrado en el recuento de las 8.00 de ayer y consideran que la muerte debió producirse unas pocas horas antes.

Autopsia en Cuenca

En cualquier caso, la hora exacta de la muerte y otras circunstancias tendrán que ser determinadas en la autopsia que será realizada en el tanatorio municipal Nuestra Señora de La Paz de Cuenca, situado junto al cementerio de la ciudad castellano-manchega a donde fue traslado el cuerpo de Angulo desde la prisión.

Los allegados del preso fallecido se desplazaron desde Santurtzi a Cuenca nada más conocer la fatal noticia para realizar los trámites para repatriar su cuerpo a Euskal Herria y dar su autorización para que se realice la autopsia. Llegaron entrada ya la noche a Cuenca, por lo que la autopsia será realizada hoy.

Según confirmaron los familiares de Angulo a GARA, un médico de su confianza estará presente en la autopsia que se realizará hoy en Cuenca. «Hemos hechola petición y nos la han aceptado», indicaron.

El ministro español de Interior, José Antonio Alonso, por su parte, señaló, tras inaugurar una base aérea de laGuardia Civil en Torrejón de Ardoz (Madrid), que se ha abierto una investigación «para determinar las causas del suicidio» de Igor Angulo.

Denuncia de torturas

El joven santurtziarra había sido detenido en Iruñea en 1996 por la Guardia Civil y denunció haber sido torturado durante el periodo de incomunicación al que fue sometido, llegando a tener que ser atendido en un centro hospitalario de los golpes que recibió.

Según el testimonio que escribió desde la cárcel de Carabanchel y que fue recogido por Torturaren Aurkako Taldea (TAT), Angulofue golpeado en la cabeza en repetidas ocasiones con la culata de un fusil y recibió patadas en el estómago en el momento de la detención hasta llegar a perder el conocimiento.

Tras ser atendido en el hospital, Angulo fue llevado, siempre según su testimonio, de nuevo a un centro de detención de la Guardia Civil, donde le golpearon en los testículos con el objetivo de hacerle confesar su identidad. Refirió, junto a todo ello, que le golpearon durante un traslado a un lugar que no pudo precisar porque en ningún momento le comunicaron dónde se encontraba ni qué hora era.

En este nuevo lugar volvió a ser interrogado y golpeado en repetidas ocasiones, tanto con los puños como con botellas de plástico vacías. Además, le amenazaron con aplicarle electrodos si lo que había declarado durante estos interrogatorios no se correspondía con lo que los agentes buscaban.

Tras comparecer en la Audiencia Nacional española, Igor Angulo fue encarcelado en la prisión madrileña de Carabanchel.

Desde entonces, ha permanecido en prisión siempre alejado de Euskal Herria debido a la política de dispersión. En este periodo ha conocido las cárceles de Carabanchel, Soto del Real, Curtis, Aranjuez y Cuenca, donde falleció ayer.

A Angulo le imputaron pertenencia al «comando Nafarroa» de ETA, aunque fue detenido antes de que cometiera ningún atentado, nada más llegar a Iruñea. Fue condenado a un total de 34 años de prisión.



Doce muertos en prisión, tres en los últimos 20 meses
La muerte de Igor Angulo eleva a doce el número de presos políticos vascos fallecidos en prisión desde 1985; los tres últimos casos se han registrado en menos de dos años.

26 de junio de 1985 - José Ramón Goikoetxea Bilbao, preso de ETA-pm, apareció muerto, colgado de las duchas, en la cárcel de Alcalá-Meco. Llevaba cuatro años presosy tenía una condena de doce.

8 de junio de 1986 - Joseba Asensio, vecino de Bilbo, fue encontrado muerto en la cárcel de Herrera de la Mancha. Padecía tuberculosis y no fue atendido de esta dolencia de manera adecuada por los servicios médicos de la prisión.

2 de marzo de 1988 - El cuerpo de Mikel Lopetegi apareció colgando de una sábana atada a la cisterna de su celda de la cárcel de Herrera de La Mancha. Estaba cumpliendo una condena de 30 años.

15 de junio de 1988 - Juan Carlos Alberdi fallece, también en Herrera de La Mancha, después de sufrir un ataque al corazón. Un compañero preso, médico, trató de reanimarlo, sin conseguirlo.

30 de noviembre de 1990 - Mikel Zalakain fue encontrado muerto en la prisión donostiarra de Martutene.

20 de enero de 1991 - El ciudadano bretón Jean Groix apareció ahorcado en su celda de Fresnes. Groix fue encarcelado acusado de colaboración con ETA y antes de su fallecimiento fue objeto de una intensa campaña de injurias y difamación.

15 de mayo de 1993 - Peio Mariñelarena, vecino de Etxarri-Aranatz, muere en un hospital penitenciario de París después de sufrir la desasistencia sanitaria en la prisión de La Santé.

7 de febrero de 1997 - José María Aranzamendi, Katxue, es encontrado muerto en la cárcel de Alcalá-Meco. Estaba colgando de un conducto de ventilación con los pies sujetos y las manos atadas a la espalda. Había sido detenido cuatro veces sin ser condenado. Llevaba dos años como preso preventivo.

20 de julio de 1997 - Juan Carlos Hernando aparece muerto en el baño de la cárcel de La Torrecica (Albacete). Estaba preso desde 1994 para cumplir una condena de seis años por «colaboración con banda armada».

7 de julio de 2004 - Oihane Errazkin, vecina de Donostia, fue encontrada muerta en la cárcel de Fleury-Mérogis. Estaba en prisión preventiva.

31 de octubre de 2005 - José Angel Altzuguren fue hallado muerto en la cárcel de Soria, después de ser encarcelado de nuevo paracompletar la condena y ser dispersado.

27 de febrero de 2006 - Encuentran el cadáver de Igor Angulo en la cárcel de Cuenca, colgado al parecer de los cordones de las botas y con las manos atadas.



«Igor estaba muy animado e ilusionado. No nos creemos lo del suicidio»
Oscar LORENZO | Cuñado de Igor Angulo

La familia de Igor Angulo se desplazó desde Santurtzi hasta Cuenca nada más conocer la noticia del fallecimiento. GARA habló con Oscar Lorenzo, cuñado de Angulo, mientras viajaban hasta la ciudad castellano-manchega por las inmedia- ciones de Madrid.

­¿Qué opinan de la versión del suicidio que las autoridades penitenciarias han difundido?

En la familia no tenemos ninguna duda de que Igor no se ha suicidado. No nos lo podemos plantear ni como hipótesis. No puede ser un suicidio sabiendo cómo era él y cómo se encontraba de ánimo en estos últimos tiempos. Hace dos semanas tuvimos una visita con él y este pasado fin de semana le acababan de visitar dos amigas y acabábamos de recibir una llamada. Todo el mundo le veía muy bien de ánimo y muy ilusionado con el hijo que tenía. Por eso, repito que no podemos contemplar ni como hipótesis la posibilidad de que Igor se haya suicidado en la cárcel.

­¿Cómo recibieron la noticia del fallecimiento?

La primera noticia que hemos tenido es una llamada telefónica que le han hecho a Idoia, su compañera, desde la cárcel. Creo que era la subdirectora de la prisión. Ha sido en torno a las diez de la mañana cuando nos han comunicado la muerte de Igor.

­Han solicitado que un médico de su confianza esté presente en la autopsia. ¿Han recibido ya respuesta a este requerimiento?

Le van a hacer la autopsia mañana [por hoy] y nuestro médico de confianza va a poder estar presente. En principio, no nos han puesto ningún problema para que pueda ser así. De hecho, ya lo han aceptado y así nos lo han notificado. En el momento de la autopsia estará nuestro médico. Los abogados ya nos han dicho que cuando lleguemos al tanatorio de Cuenca también podremos ver el cuerpo de Igor, pero que no le podremos tocar hasta que se haga la autopsia. En cualquier caso, nos quedan por hacer un montón de trámites para que le podamos ver. Tenemos que ir a la Policía Nacional para que el forense nos dé esa autorización.

Martxelo DIAZ
Re: Testimonio de detención y torturas en el momento de la detención del prisionero olítico vasco "suicidado" en la cárcel española.
04 abr 2006
haber si entre los demás gudaris cunde el ejemplo, y limpiamos este pais de totos como este.Y vosotros, jetas, que bien se vive haciendo porpaganda de tontainas como este.
Sindicato Sindicat