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Notícies :: globalització neoliberal : laboral
"Sociedad para la neutralización de los tiburones"
05 gen 2006
"Sin ninguna duda y en forma absolutamente evidente, los piqueteros se han convertido en los representantes más legítimos de nuestra democracia"
Osvaldo Bayer, escritor argentino.

“El piquete no es solamente una organización para alcanzar un objetivo,
también es la construcción de una cultura de vida solidaria y diferente.�
Víctor De Gennaro


1. Introducción. Los movimientos de desempleados como “novísimo� actor social.

1.1 Entre los países desarrollados del entorno de la OCDE, la percepción respecto a los desempleados ha sido convencionalmente la de una subclase con escasa capacidad de movilización, una masa desorganizada, socialmente visible pero inactiva, restringida a los márgenes de ese 6% que constituye, en términos de Dahrendorf la "tasa natural de desempleo" (1). En efecto, durante las décadas gloriosas de crecimiento sostenido del capitalismo, el desempleo no representó un problema. Las cosas cambiaron cuando el paro estructural masivo, hasta entonces poco significativo, vino para quedarse. A partir de ese momento el desempleo pasó a convertirse en un problema social que afectaba a sectores crecientes de la población y que requería urgente atención por parte de los poderes públicos y, consiguientemente, la figura del parado comenzó a aparecer como actor social, capaz de desplegar una acción colectiva a través de organizaciones informales, pero también a partir de estructuras propias. El surgimiento de movimientos de desempleados es, por tanto, un fenómeno reciente para unas sociedades en las que el mito del pleno empleo empezó a naufragar hace 30 años.

Otra certeza caduca desarbolada por el movimiento es que rompe con el mito del parado vegetativo. Como afirmaban los propios desempleados franceses:

"rompemos la imagen del parado que la ideología dominante intenta imponer, alguien que ficha y calla y que por la noche se queda ante el televisor" (2).

1.2 Los casos seleccionados permiten concluir, por el contrario, que el letargo social de los parados obedece a circunstancias precisas y diferenciadas, entre las que destaca un clima social que desincentiva la participación y la movilización o una estructura de representación sindical poco permeable a la integración de la subclase. Esta es la coyuntura que se dio en el Estado español, con excepciones entre las que destacan las Asambleas de Parados de Euskadi. En Francia, en cambio, una regeneración organizativa y la aparición de nuevos grupos contó a su vez con el apoyo social mayoritario, lo que condujo a obtener resultados desde los poderes públicos. Argentina y el movimiento de los piqueteros es un proceso aún en fase caliente cuya evolución no obstante sugiere que la acción de los parados oscila entre la presión para restituir programas asistenciales mínimos a la construcción de un contrapoder con sus propias estructuras en la periferia del Estado.

1.3 ¿Qué nos permite caracterizar al los movimientos de desempleados como "novísimos" movimientos sociales? A través del estudio de tres casos concretos (la Asamblea de Parados de Sestao en Euskadi, el movimiento piquetero argentino y el movimiento de los sin-trabajo en Francia) se presentarán rasgos básicos comunes que inducen a pensar en afinidades metodológicas, con independencia de los resultados obtenidos por la acción colectiva desplegada. Así, aspectos como el cariz asambleario, la participación horizontal, la utilización de repertorios de actuación basado en prácticas de acción directa ("escraches", cortes de ruta, "txapadas" de obras u ocupación de edificios gubernativos) y la crítica respecto a las estructuras de representación tradicionales (especialmente de partidos y sindicatos) nos servirán como hilo conductor que permite categorizar a estas experiencias como facetas de un "novísimo" movimiento social. En efecto, el carácter descentralizado de los casos escogidos, el rechazo a la delegación de autoridad y la incidencia en reivindicaciones innegociables (derecho a un trabajo o a una renta básica que asegure la subsistencia). A su vez, el movimiento de parados, y esto es particularmente perceptible en el caso francés, es portador de un discurso que transciende los límites de la democracia representativa y que irrumpe en las poliarquías "como un actor político colectivo de carácter movilizador (y, por tanto, un espacio de participación) que persigue objetivos de cambio a través de acciones (generalmente no convencionales), y que para ello actúa con cierta continuidad, a través de un alto nivel de integración simbólica y de un bajo nivel de especificación de roles, a la vez que se nutre de formas de acción y organización variables. Por lo tanto, un movimiento social es un agente de influencia y persuasión que desafía las interpretaciones dominantes sobre diversos aspectos de la realidad". (3)

1.4 Pero lejos de incurrir en caricaturas generalizadoras que simplifiquen la diversidad intrínseca a cada caso, ha de tenerse muy en cuenta la heterogeneidad, a veces contradictoria, de los movimientos de desempleados observados. Así, a modo de ejemplo, las diferencias son notables si comparamos el caso francés, en el que se trata fundamentalmente de pedir a los poderes públicos que cumplan su función de adoptar políticas contra la exclusión social, con el contexto de un país periférico como Argentina que atravesó momentos de disolución institucional y en el que ciertos sectores del movimiento piquetero (como veremos en el caso del MTD de Solano) se esfuerzan por construir un contrapoder con su propia estructura productiva autónoma al margen de la intervención estatal. En el propio movimiento piquetero (tal como quedará reflejado al analizar la diversidad de sus organizaciones de movimiento social) cohabitan tendencias desde las de talante más "reformista-negociador" a las de carácter más "radical", lo que da lugar a serios enfrentamientos internos. Para eludir las simplificaciones y abordar con cierto rigor el estudio de los casos propuestos se requiere, según señala Laraña "extraer cinco dimensiones de caracterización de los movimientos sociales: a) un ámbito temático transversal: ni global como el de los partidos ni sectorial como el de los grupos de interés; b) un objetivo de transformación por medio del conflicto y de la acción adversativa; c) una estructura flexible y fluida, tendente a la horizontalidad y a la baja especialización; d) un repertorio de prácticas no institucionales, y e) la puesta en juego de recursos de movilización de ciudadanos-activistas, confuertes engranajes simbólicos". (4) En el curso de esta pequeña investigación se intentará cubrir las diferentes dimensiones para aprehender lo esencial de cada caso y establecer a partir de ahí las afinidades y diferencias más significativas.

1.5 Por otra parte, también resulta fundamental relacionar cada caso concreto con su eficacia a la hora de introducir sus demandas en la agenda política. En este sentido los escenarios son igualmente muy diversos. Las políticas para afrontar el problema del desempleo han oscilado entre las soluciones neoliberales y las de corte social. Así, la fórmula neoliberal de "más mercado y menos Estado" se tradujo en la implantación de traumáticas reformas del mercado laboral (destregulación, flexibilización, nuevas modalidades de contratación...) adoptadas en nombre de la lucha contra el desempleo. En el caso español, la política laboral del PSOE continuada después por el PP representa un ejemplo paradigmático de la línea neoliberal en el ámbito europeo. Por el contrario, otros países como Francia buscaron fórmulas que reforzaran el papel del Estado social que no pasaran tan bruscamente por la desregulación laboral. La Ley de las 35 horas y los diferentes medidas presupuestarias para la creación de empleo impulsadas por la "izquierda plural" gobernante bajo la presión de una ciudadanía que desde 1995 venía movilizándose contra el recorte de los derechos sociales y laborales constituye, por tanto, el reverso del caso español. Cabría de este modo concluir que el movimiento de parados que se movilizó en Francia en 1997-98 cumplió con la función de radicalizar la democracia que caracteriza a los "novísimos" movimientos sociales, que han introducido nuevos repertorios de acción colectiva y se conforman como "redes críticas creadoras de agenda y no sólo portadoras de contenidos alternativos en el marco de agendas vigentes y dominantes". (5) En cambio, el caso del movimiento piquetero es diferente: surgió inicialmente para asegurar a la población desempleada unos recursos materiales básicos, en una estrategia que incide en la urgencia por satisfacer la supervivencia material antes que en la deliberada intención de crear una democracia participativa. Pero al mismo tiempo, resulta evidente que su experiencia de democracia directa que reúne en asambleas a afectados que determinan las acciones a realizar supone, de facto, un cuestionamiento de los fundamentos de la democracia estrictamente representativa-electoral.

1.6 Es preciso rastrear otro factor explicativo del porqué en unos casos se han alcanzado moderados éxitos políticos (Francia) como consecuencia de una acción colectiva eficaz en tanto que en otros casos (España) ésta ni ha llegado a desencadenarse, atendiendo a los diferentes ciclos o "ritmos" en curso. En el caso español, tras la huelga general del 14-D de 1988 los sindicatos más representativos se concentraron en la defensa de los derechos de los trabajadores en activo sin integrar con el necesario vigor las demandas de los desempleados. Este sector creciente de parados aumentó sin que el tándem UGT-CC.OO. pudiera o supiera asumir su representación. El desgaste sindical se tradujo asimismo en una fértil colaboración con la socialdemocracia y la derecha para negociar sucesivas reformas laborales que aseguraran un clima de paz social prolongado. En cambio, el equivalente al 14-D en Francia llegó en 1995 en forma de una oleada de huelgas y manifestaciones con gran adhesión popular contra las reformas laborales y reaparecería sólo dos años más tarde en forma de un movimiento social de desempleados de 1997-98 que demostró una enérgica (aunque fugaz) capacidad para movilizar a los sectores más vulnerables de la sociedad, contando con el apoyo de una mayoría significativa de la ciudadanía.

1.7 Lo paradójico de la situación, y se trata ciertamente de un aspecto que llama poderosamente la atención es que fuera el movimiento de parados en Francia, que estalló a finales de 1997 y que se extendió por todo el país el que se desarrollara de una manera rápida y contundente en tanto que en el Estado español, con una tasa de desempleo mucho mayor (6), no se vivieran protestas ni movilizaciones semejantes. ¿Porqué entonces no se desarrolló un movimiento de parados cuando el problema del desempleo representaba un problema de mayor gravedad en España? Esta es una de las cuestiones cuya explicación intentará abordarse, acudiendo para ello a las diferencias existentes entre ambos casos en relación a la estructura de oportunidad política (EOP) esto es, "las dimensiones consistentes –aunque no necesariamente formales, permanentes ni nacionales- del entorno político que fomentan o desincentivan la acción colectiva entre las gentes (...) el concepto de EOP pone énfasis en los recursos "exteriores" al grupo que reducen los costes de la acción colectiva, descubren aliados potenciales y muestran en qué son vulnerables las instituciones" (7). Ya se ha aventurado que el declive sindical y su atrofiamiento inauguró una época de paz social entre 1995 y 2002 que contrasta con el caso francés. Pero se trata de algo más que de desajustes en el calendario movilizatorio. La razón de fondo quizás haya que buscarla en umbrales de tolerancia social relativos muy diferentes: la ciudadanía francesa apoyó el "novísimo" movimiento de los parados ante la evidencia de que se había rebasado el límite y que urgía la correspondiente acción colectiva para hallar soluciones al paro en tanto que, en el caso español, la solución al paro se hacía recaer en exclusiva en los actores institucionales e interlocutores sociales válidos. Gobierno, asociaciones patronales y sindicatos mayoritarios acordaron pactos sociales que constriñeron el paro a una cuestión técnica cuya superación dependía de la eficaz aplicación de los pactos y reformas adoptados. Las escasas experiencias de autoorganización de desempleados supervivientes quedaron encarnadas en las Asambleas de Parados, o en el apoyo dispensado desde un minoritario sindicalismo revolucionario. Por su parte el escenario de la EOP en el caso de los piqueteros es bien diferente: el joven movimiento ha tenido que afrontar episodios de violenta represión estatal que se han cobrado decenas de víctimas en un intento por minimizar el impacto social del movimiento y atemorizar a los parados piqueteros y a cuantos les apoyan. En estas condiciones el coste de la participación implica riesgos que no intervienen (al menos con la rotundidad del caso argentino) en los casos estudiados en Euskadi y Francia, a pesar de verificarse igualmente un claro hostigamiento policial.

1.8 Las semejanzas en cuanto a metodología (repertorio de acción colectiva, funcionamiento asambleario y horizontal, carencia de "apadrinamientos" de los partidos tradicionales que dominaban la arena política...) que vinculan a las Asambleas de Parados con el movimiento de los sin-trabajo en Francia desde mediados de los '90 contrastan con los resultados: en tanto que las Asambleas de Parados han sufrido una recesión progresiva hasta quedar reducidas a experiencias puntuales que han dejado paso a experiencias de lucha contra la exclusión social (plataformas amplias que no se limitan a la autodefensa mediante la acción directa de los parados, rasgo que caracterizó a las Asambleas), el movimiento de los sin-trabajo consiguió involucrar a amplios sectores sociales de la población y conseguir la adopción de medidas de urgencia que atajaran la precaria vulnerabilidad de los desempleados. En definitiva, en Francia el tema del paro engrosó la agenda política merced a una movilización exitosa promovida desde un movimiento de desempleados autoorganizados. En apenas unos meses (desde diciembre del 97 a la primavera siguienete) el ciclo movilización/acción colectiva-reacción gubernamental tuvo efectos prácticos. En cambio, las Asambleas de Parados, surgidas en el Estado español al calor de la transición política y de las que apenas unas pocas sobrevivieron hasta los '90, contaron con cierta incidencia local pero que no llegó a formalizar propuestas y menos aún a conseguir que éstas fueran satisfechas por los poderes públicos de ámbito estatal, a pesar de contar a priori con un nutrido "ejército de reserva" que hubiese podido respaldar sus demandas, y contando además con una opinión pública que otorgaba al paro el rango de "preocupación nº 1" en la lista de prioridades. Las razones de esta espectacular disonancia en cuanto a la obtención de resultados y efectividad social serán objeto de análisis en el presente trabajo a partir de la visualización de los casos concretos de la Asamblea de Parados de Sestao (Euskadi) y de AC!-Action contre le chomage (Francia). No obstante podemos lanzar la hipótesis de que la menor incidencia social de los movimientos de parados en el caso español guarda relación con el peso del estigma social asociado al paro. Así como los parados franceses no veían devaluados sus derechos de ciudadanía por el hecho de carecer de trabajo, el marco cognitivo -esto es, "los significados compartidos y los conceptos por medio de los cuales la gente tiende a definir su situación" (8)- varían sustancialmente entre la clase trabajadora del Estado español. Siguiendo la argumentación de Fillieule (9), el paro tiene una dimensión trágica que entraña una seria desvalorización identitaria y que a su vez repercute negativamente en la capacidad de acción para que el colectivo de parados se afirme en el espacio público.

1.9 Antes de abordar el estrudio de casos, es preciso hacer constar la singularidad del movimiento piquetero argentino, dado que la comparación con los casos francés y vasco es un poco desigual: las movilizaciones de 1997-98 en Francia o las acciones de la Asamblea de Parados de Sestao a lo largo de sus años de existencia parecen un apacible paseo si se contrasta con la efervescencia social que agita a la sociedad argentina, especialmente desde diciembre de 2001. La experiencia de los piqueteros y su resonancia ha sido enorme en un contexto de desmoronamiento económico social e institucional que tuvo su momento culminante en las jornadas cuasi-insurreccionales del 19 y 20 de diciembre del 2001 y que expulsaron del gobierno al presidente De la Rúa, en medio de un clamor popular contra la corrupción, la privatización de la riqueza nacional, el endeudamiento del país, y la extensión rampante de la pobreza crónica y del paro. Todo ello en un contexto en el que el establecimiento del corralito financiero y la proclamación del Estado de Sitio hicieron que hasta las clases medias más pasivas se lanzaran a la calle para derrocar a un gobierno radical que continuó la política económica del peronismo. Los piqueteros no surgieron en ese momento, sino años atrás, desde mediados de los '90, como reacción a las consecuencias sociales del programa ultraliberal del justicialista Carlos Saúl Menem, bajo cuyo mandato se privatizaron las grandes empresas públicas y se destruyó el tejido industrial del país que afectó fundamentalmente a las pequeñas y medianas empresas. Fueron los parados que quedaron en la calle los que desde entonces protagonizaron los cortes de ruta para reclamar ayudas sociales, vivienda y trabajo. para contener la pauperización de Quienes hasta entonces eran empleados en empresas solventes se hicieron "piqueteros" ante el abandono de un precario Estado del Bienestar definitivamente desmantelado que les dejó en la estacada, lo cual estimuló a la acción colectiva para salir del callejón sin salida de la crisis del sistema.

1.10 El crecimiento de las organizaciones piqueteras ha sido asombroso, llegando a extenderse por todo el territorio nacional, y agrupando a cientos de miles de personas en iniciativas de presión directa que implicaban un coste militante permanente. En este caso, la irrupción de los piqueteros como actor social novedoso tuvo una clara correspondencia con una situación de penuria insostenible que lanzó a las calles a los sectores populares más golpeados por la desastrosa gestión peronista. La situación Argentina ofrece un escenario social que tiene poco en común con los casos español o francés: la diferencia en cuanto a cultura política, sistema de partidos y estructura de oportunidades es abismal, así como una estructura de clases en la que la pobreza alcanza en la actualidad a más del 50% de la población (10). Otro rasgo que será abordado es la ausencia de los sindicatos tradicionales como la oficialista CGT (vinculada al aparato peronista) en lo que es una de las características más emblemáticas compartidas por los 3 casos estudiados: el rechazo a las organizaciones sindicales mayoritarias criticadas por inoperantes, acomodaticias y afines a los intereses de las élites gobernantes. Por otra parte, el movimiento piquetero no puede desvincularse de otras nuevas experiencias sociales que han surgido en la Argentina contemporánea, como el movimiento de las Asambleas Populares, los clubes de trueque, la ocupación de fábricas y empresas en quiebra gestionadas por cooperativas... Todos estos movimientos han convertido el caso argentino en un verdadero laboratorio de movimientos sociales cuyo análisis, aunque brevemente, no puede pasarse por alto.




NOTAS DEL CAPÃ?TULO 1.


(1) Dahrendorf, 1988:176.

(2) "Charla-debate con dos miembros de ñla Asamblea de Jussieu", en Los parados felices, 1998:22.

(3) Ibarra,Martí, Gomà (coord), 2002:29-30

(4) Laraña, 1999.

(5) Ibarra,Martí, Gomà (coord), 2002:18

(6) El índice de paro en Francia en 1997 era del 12,3%, en tanto que en España ascendía al 20,8%, el más alto entre los países de la Unión Europea. Fuente: Anuario económico geopolítico mundial. 2000, Madrid, Akal.

(7) Ibarra,Martí, Gomà (coord), 2002:32

(8) Ibarra,Martí, Gomà (coord), 2002: 43


(9) Fillieule, O.: Sociologie de la protestation. L'Harmatan, Paris, 1993 (citado por Neveu, 2002:129)

(10) Los indicadores oficiales consideran "pobres" al 57,5% de la población argentina, unos 20,8 millones de personas sobre un total de 37 millones. Fuente: Carlos Ares, "La crisis económica planea sobre el nuevo Gobierno". El País, 28/4/03.


2. "Si quieres curro, cúrratelo". La Asamblea de Parados de Sestao: ¿�agencia de colocación alternativa� o experiencia de democracia directa en la lucha contra el paro?

2.1. La formación de las Asambleas de Parados
2.1.1 Las Asambleas de Parados son una realidad en Euskadi desde que, a finales de los años 70, surgieran varias experiencias a partir de la puesta en marcha del Movimiento Unitario de Parados (M.U.P.) impulsado por grupos de la izquierda revolucionaria -P.T., O.R.T., L.K.I.- y abertzales –H.B., E.M.K.-, y que llegó a organizar una de las primeras "Marchas contra el paro" en enero de 1978 y que concitó a una columna de caminantes contra el paro que se dirigieron a Madrid. Asimismo el M.U.P. introdujo un repertorio de acción colectiva muy extenso, que incluía las ocupaciones de edificios públicos vinculados a instituciones del franquismo y para los que se reclamaba un uso social y popular; las "expropiaciones a supermercados" tras la que se repartían alimentos entre las familias de los trabajadores/as en paro; los piquetes día-y-noche en las empresas en las que se realizaban horas extraordinarias; la concurrencia a la celebración del 1º de Mayo aportando un cariz combativo, etc. Esta experiencia pionera surgida en un elevado clima de agitación social y política, dejó paso a su vez a la Coordinadora Nacional de Trabajadores en Paro de Euskadi Sur, surgida en torno a una tabla reivindicativa de 12 puntos entre los que figuraban el subsidio indefinido para los parados y paradas, la bajada del precio de alquiler de las viviendas, la apertura de comedores municipales y de guarderías, la institucionalización del euskera, la abolición de tasas municipales para los parados, etc. La Coordinadora organizó asimismo la ocupación simultánea de diversos centros del INEM en Euskadi, y mantuvo un fuerte enfrentamiento con la UGT durante el 1º de Mayo de 1984, año en que acabó disolviéndose. (1).
2.2 ¿Buscar curro o luchar contra el paro? La disyuntiva estratégica entre la urgencia de lo inmediato o la transformación estructural a largo plazo.
2.2.1 En cualquier caso hay que detallar que, según señalan los propios militantes de la Asamblea de Sestao, “al principio las Asambleas no nacieron para buscar curro, sino para luchar contra el paro� (2), lo cual evidencia que ha habido una evolución hacia el asociacionismo de desempleados concentrado en la realidad local que prioriza la obtención de trabajo sobre objetivos de carácter estructural. La emergencia de lo inmediato –salir del desempleo- orienta la dinámica a adoptar sobre otros objetivos estratégicos de mayor alcance o dimensión. Es lo que ocurrió con la Asamblea de Parados de Barakaldo, la primera que adoptó la metodología de “txapar para conseguir curro� que más adelante veremos. Tras su recomposición en 1984, la Asamblea de Barakaldo determinó concentrarse en objetivos más concretos y eficaces y evitar convertirse en correa de transmisión de cualquier formación política o sindical. La influencia en el seno de la Asamblea de corrientes abertzales, trotskistas o radicales afines a diversas organizaciones políticas habían provocado quebraderos de cabeza e incluso asaltos policiales para efectuar registros. Fue así como desde ese momento el grueso de parados sin partido decidió operar evitando manipulaciones por parte de parados con doble militancia (esto es, en un partido de la izquierda abertzale o en un sindicato y en la Asamblea al mismo tiempo), marcándose distancias con todo el espectro político para asegurarse un espacio autónomo e independiente desde el que operar asambleariamente. Como se verá en el caso de las Asambleas Populares y del movimiento piquetero en Argentina, los movimientos sociales que aspiran a la plena autonomía organizativa han visto a menudo intervenida su actuación por estrategias de carácter partidista que pretendían atraer su actividad hacia la órbita de influencia de diferentes formaciones políticas.
2.3. Sestao y su Asamblea de Parados. Características y repertorios de movilización.
2.3.1 En el caso de estudio concreto que nos ocupa, la Asamblea de Parados de Sestao, asentada en uno de los municipios vizcaínos con mayor índice de desempleo desde los años ‘80 y seriamente golpeado por los efectos de la reconversión industrial emprendida por el Gobierno socialdemócrata, es un caso paradigmático de agrupación de base, sin estructuras sofisticadas ni líderes permanentes, cuya finalidad es la autoorganización de los propios parados como medio para conseguir empleo mediante la presión directa y superar así una potencial amenaza de exclusión social. De hecho, el artículo nº 1 de los estatutos de la asamblea de Parados de Sestao establece que "el fundamento de la Asamblea es la lucha contra el paro; esto incluye tanto la lucha por la consecución de un puesto de trabajo digno, como otra serie de reivindicaciones: por un subsidio digno indefinido, contra las horas extras, contra los recortes sociales, por conseguir mejoras para las paradas y parados (transportes gratuitos, etc) y otras". (3)
2.3.2 Aun cuando el objetivo de la Asamblea de Parados es conseguir trabajo mediante la presión directa, sin delegacionismos ni intermediación, sus miembros están normalmente inscritos en los servicios de colocación públicos del Gobierno Vasco. No se rechaza explícitamente la función de la Administración Autonómica en cuanto suministradora de trabajo, pero se la critica por inoperante. En este sentido puede sostenerse la hipótesis de que fue una inadecuada o poco eficaz política pública para atajar el paro uno de los elementos clave que convirtieron las Asambleas de Parados en una alternativa viable para que muchos desemplados accediesen a paliativos de emergencia en forma de empleos rotativos cada seis meses autogestionados desde las propias Asambleas (4). Es, por tanto, la ineficacia de las bolsas de trabajo públicas a la hora de facilitar el ingreso en el mercado laboral a los parados de Sestao lo que ha llevado a estos a mantener una estructura asamblearia que se mantiene en pie –aunque cada vez más precariamente- desde los años '80. La A.P.S. es una opción complementaria a la búsqueda de empleo que se sale de los cauces normalizados y que exige un compromiso militante a la hora de asumir los riegos derivados de su acción colectiva, a pesar de lo cual ha generado una cultura asamblearia de clase que previsiblemete persistirá mientras existan elevados índices de desempleo en la zona.
2.3.4 Los orígenes de la A.P.S. se remontan a mediados de los años 80, después de un largo conflicto por conseguir que la empresa Hispano-Alemana, S.A, constructora de la depuradora de aguas de Sestao, contratase a parados de la localidad. Los parados que se movilizaron en aquella ocasión ocuparon las obras durante 3 meses para hacer valer sus demandas. Este fue el primer gran conflicto en el que participó la Asamblea de Parados, contando para ello con el apoyo de otras Asambleas semejantes que ya venían funcionando con anterioridad en las localidades próximas de Barakaldo y Santurzi. El Consorcio de Aguas se avino finalmente a firmar un acuerdo con las Asambleas de Barakaldo y Sestao para contratar a sus parados-militantes. Durante los 4 años que duró la construcción de la depuradora cerca de 400 parados integrados en ambas Asambleas obtuvieron trabajo como peones de construcción en periodos rotativos de 6 meses. Este episodio proporcionó credibilidad social a la Asamblea de Parados de Sestao, pero es recordado como un "hito" de difícil repetición.
2.3.5 El único requisito para formar parte de la Asamblea de Parados es carecer de trabajo y abonar una cuota para el sostenimiento de la sencilla infraestructura de la organización (alquiler del local de reuniones, electricidad, teléfono). De ninguna manera se permite que ningún miembro de la Asamblea quede "liberado", esto es, que perciba un salario abonado por la Asamblea. La única función permanente (aunque igualmente rotativa) es la que ostenta el "listero". La persona que ocupa este cargo tiene el mandato de "pasar lista" diariamente para comprobar la asistencia a las actividades de la A.P.S. y asignar así los puntos que corresponda a cada asambleísta. (5)
2.3.6 La presión directa para conseguir empleos se ejerce a través de la movilización: la actividad principal de la Asamblea de Parados de Sestao consiste en solicitar puestos de trabajo a los empresarios de la construcción de la localidad o municipios próximos. El mecanismo es muy simple. Una comisión visita cada nueva obra que se inicia y reclama la incorporación de miembros de la Asamblea. En caso en que, aun existiendo posibilidades de contratación, el empresario no acceda, los miembros de la Asamblea proceden a "txapar" temporalmente la obra hasta que se acuerda la contratación de miembros de la Asamblea. Las "txapadas", según las denomina la Asamblea, pueden durar incluso varios días y en numerosas ocasiones ha acabado con la intervención de la Ertzaintza para disolver el piquete de la Asamblea de Parados. Pero la persistencia reiterada acaba por convencer a los empresarios de la conveniencia de contratar a miembros de la Asamblea ante los numerosos paros consecuencia de las "txapadas". Sin embargo hay que señalar que la Asamblea no protege incondicionalmente a sus propios miembros una vez que éstos han quedado colocados. Si la Asamblea tiene constancia de uno de sus “currelas� no cumple con una serie de requisitos mínimos de competencia en el trabajo debido a negligencia del trabajador, la Asamblea de Parados le retirará su apoyo, pudiendo ser despedido sin que se le preste auxilio. Tal como lo expresan los miembros de la Asamblea de Sestao,
“dependemos mucho de que sigamos pillando curros y no nos interesa que las empresas piensen que los de la Asamblea somos cuatro vagos que no queremos dar el callo� (A.P.S. 1997:130)
2.3.7 El procedimiento estrella de la A.P.S. para proporcionar empleo a sus miembros es considerado por los empresarios de la construcción como una actuación de carácter mafiosa y delictiva, en tanto que para la Asamblea de Parados no es sino un mecanismo de autodefensa: un medio legítimo para conseguir trabajo –y por tanto satisfacer un derecho fundamental de la persona- y paliar así una situación crítica. El trabajo obtenido se reparte en función de una lista permanentemente actualizada en la que se asignan a cda participante una serie de "puntos" por acudir regularmente a las reuniones de la Asamblea, por participar en las comisiones de "txapada" o por asistir a las reuniones de la Coordinadora de Asambleas de Parados de Bizkaia. Los asambleístas con más puntos obtienen los empleos obtenidos, en los que permanecerán por un periodo máximo de 6 meses, tras los cuales se cede el puesto al compañero/a de lista que en ese momento tenga más puntos. Completados los seis meses de trabajo, el asambleísta retorna a la lista con cero puntos. Este método vincula eficazmente la participación activa de los asambleístas con el derecho a acceder a los trabajos conseguidos a partir de la acción colectiva de la Asamblea. Al mismo tiempo, la rotatividad al cabo de 6 meses garantiza el reparto equitativo del trabajo que, al fin y al cabo, se ha conseguido gracias a la movilización entre todos. Si algún trabajador/a se niega a ceder su puesto de trabajo a otro compañero al cabo de estos 6 meses, es fulminantemente expulsado de la Asamblea. (6) Los comportamientos considerados "insolidarios" o que perjudiquen a cualquier componente de la Asamblea son por tanto duramente penalizados.
2.3.8 En el día a día, la actividad prioritaria consiste en la formación de comisiones que sistemáticamente recorren la localidad a la búsqueda de trabajo y que supervisan la no realización de horas extraordinarias. La preferencia por el sector de la construcción se justifica por el hecho de que casi no se precisa experiencia para trabajar como peón de obra, lo cual da una mayor igualdad de oportunidades a todos los asambleístas de la lista. Así lo expresan los militantes de la Asamblea de Parados de Sestao:
“en la Asamblea no aceptamos ninguna discriminación, aquí todo el mundo tenemos el mismo derecho a un currelo, da igual que seas ingeniero de telecomunicaciones con un máster en los Estados Unidos o que no sepas leer ni escribir: todo el mundo tenemos derecho a comer, a vivir, y por eso repartimos los curros de forma que podamos currar todos y no sólo los que “valgan� (A.P.S., 1997:138).
No obstante, las comisiones de búsqueda no se limitan tan sólo a la construcción, ampliándose las expectativas a otros sectores (hostelería, limpieza, servicios varios). No obstante el grado de presión desplegado es flexible y en absoluto indiscriminado, por lo que las "txapadas" se realizan principalmente ante las empresas constructoras más solventes que con mayor facilidad pueden absorver mano de obra. Por otra parte, los conflictos entre trabajadores de la construcción y la Asamblea de Parados también existen. Aquéllos culpan a ésta de perjudicar sus intereses, pues uno de los criterios fundamentales de la A.P.S. es velar por la no ejecución de horas extras en las obras. Ha surgido así una corriente de opinión entre los trabajadores de la construcción que cuestiona la labor de la Asamblea, la cual ha mantenido a su vez conflictos con los sindicatos mayoritarios de Sestao, pues los asambleístas acusan a éstos de mostrarse muy tolerantes con las empresas y de permitir que la realización de horas extraordinarias o la incorporación de Empresas de Trabajo Temporal (ETTs) destruya puestos de trabajo.
2.4. La Coordinadora de Parados: un esfuerzo por salir del aislamiento local.
2.4.1 Un aspecto organizativo a tener en cuenta es el esfuerzo por coordinar acciones con otras Asambleas de Parados del entorno, aunque la concreción de un frente de parados común es problemático, porque cada Asamblea atraviesa por ciclos de actividad no siempre coincidentes en intensidad y resultados con el de otras Asambleas, incluso próximas goegráficamente. Para mejorar el apoyo mutuo necesario para subsistir como movimiento activo, se constituyó la Coordinadora de las Asambleas de Parados cuya función principal fue impulsar el movimiento de las Asambleas de Parados en Euskadi y darlo a conocer mediante actos públicos. De este modo la Coordinadora intentó superar el aislamiento en que a menudo quedaban encerradas las Asambleas de Parados, que en ocasiones habían de soportar el estigma de ser acusadas de ser refugio de chantajistas laborales. El esfuerzo por transmitir a la sociedad civil el discurso social que encarnaban las Asambleas, consistente en que para superar la exclusión hay que comenzar por afrontar el problema directamente a través de la movilización, tuvo una expresión concreta en la “Marcha contra el paro, el desmantelamiento industrial y por un subsidio digno indefinido� que tuvo lugar en marzo de 1988, y que fue apoyado por numerosos colectivos sociales de Euskadi, desde asociaciones vecinales a comités de empresa. Igualmente se celebraron en Gasteiz unas “Jornadas Internacionales contra el Paro� que tuvieron cierta resonancia. Con estas iniciativas, las Asambleas de Parados quisieron dejar constancia de que son algo más que agencias de colocación alternativas que utilizan la intimidación socialmente legítima como respuesta a la exclusión social. Sin embargo, lo cierto es que estas iniciativas no tuvieron excesiva continuidad y que cada Asamblea se concentró casi en exclusiva en proseguir con la estrategia de acción colectiva de las “txapadas�, las concentraciones y la presión pública para conseguir puestos de trabajo para sus integrantes.
2.4.2 Hay que señalar no obstante que la existencia de una Coordinadora –ciertamente con funciones mínimas y sin poder ejecutivo alguno- no impidió que con el transcurso de los años surgieran enfrentamientos entre las propias Asambleas, principalmente a raíz del reparto de beneficios obtenidos a partir de la acción colectiva, esto es, los empleos que se arrancan a las empresas constructoras. Así, tras la participación en "txapadas" conjuntas entre la Asamblea de Barakaldo (mucho más numerosa y con un talante aún más acusadamente militante que la de Sestao) y la A.P.S., el acuerdo es repartir a un 50% los empleos logrados, pero la desigual participación en las movilizaciones y la debilidad relativa de Sestao respecto a Barakaldo provoca roces entre ambas Asambleas.
2.5. La lógica de pertenencia. Identidades construidas desde el antagonismo: ni sindicalismo vendeobreros ni Admininistración inútil. Valores antisistémicos y solidaridad social.
2.5.1 Puede afirmarse que la participación en la Asamblea es un recurso disponible para aquellos trabajadores/as en paro que, ante la falta de perspectivas inmediatas de colocación, ingresan en ella para disponer de mayores opciones de salir de una situación indeseada, pero sin renunciar a obtener un empleo por los medios convencionales. Ello implica la existencia de miembros flotantes que participan en la Asamblea temporalmente en tanto no disponen de otros recursos, con lo que el número de miembros activos es muy variable. (7). La capacidad de movilización de la asamblea de Parados es, por tanto, irregular, pero sorprende el hecho de que haya mantenido una actividad prolongada durante años. A pesar de la irregularidad de recursos humanos, la cohesión interna de los participantes en la A.P.S. viene reforzada por el hecho de que los mecanismos de participación en los plenarios generales donde se adoptan las decisiones participan tanto los trabajadores en activo –los que han conseguido un empleo a través de la Asamblea- como los inactivos que aguardan obtenerlo, así como a la ausencia de liderazgos formales que orienten o predeterminen los acuerdos adoptados. En es te sentido, la Asamblea de Parados se presenta a sí misma como una pequeña escuela de movilización y compromiso, donde se parte de la base de que el paro no es un fracaso individual, sino social, y que superarlo requiere soluciones colectivas que pasan por la organización, la movilización y la lucha. Frente a los valores individualistas de productores aislados y expuestos a las fluctuaciones del mercado de trabajo y a la incertidumbre, desde las Asambleas de Parados se fomentan valores como la solidaridad o el apoyo mutuo horizontal, valores que a su vez generan la autoestima necesaria para no caer únicamente en alternativas individuales al margen de la acción colectiva:
"participar activamente en una Asamblea (de parados) ayuda a crear personas independientes, maduras, dueñas de su propio destino, seguras de sí mismas...Ayuda a aumentar nuestra autoestima y nuestra confianza para resolver nuestros problemas, pero no de una forma individualista y egoísta, sino colectiva, solidaria, compartiendo vivencias e ideas con gente como tú, que tiene tus mismos problemas, tus mismas necesidades e inquietudes" (A.P.S., 1997:214)
2.5.2 Las críticas de las Asambleas de Parados se extienden a la tibieza demostrada por la Administración Pública a la hora de implementar políticas decididas de lucha contra el paro. Se enfatiza por consiguiente la negligencia de los organismos oficiales encargados de velar por el cumplimiento de las condiciones de trabajo. Así, la inoperancia de la Inspección de Trabajo se convierte en una de las dianas preferentes de los parados de la Asamblea de Sestao. Según asegura un militante
“(...) lo que pasa es que la Inspección de Trabajo no hace nada contra alas horas (extras), si hiciera lo que debería hacer, no tendríamos que ser los propios parados los que castigáramos a nadie. Además, el mejor castigo contra las horas extras no es una multa de mierda que muchas empresas no tienen mucho problema en pagar, sino obligar a contratar a peña� (A.P.S. 1997:89).
2.5.3 Los vínculos establecidos entre los asambleístas son de diferente nivel, según hayan sido las vivencias comunes: los miembros más activos en esta Asamblea de Parados (cuya composición es casi totalmente masculina) han forjado lazos de unión tras haber vivido múltiples "txapadas", haberse enfrentado a desalojos violentos y a hostigamiento por parte de la Ertzaintza, o haberse dispensado un apoyo mutuo que es al fin y al cabo el eje central de la actividad de la Asamblea de Sestao. Un aspecto que une a los miembros de la Asamblea es su rechazo hacia el sindicalismo oficial representado por CC.OO., UGT y ELA-STV, a quienes corresponsabilizan de haber permitido la paulatina degradación de las condiciones de trabajo y de haber permitido la extensión de la precariedad laboral, así como de "cruzarse de brazos" ante el problema del paro. El carácter autónomo e independiente de la A.P.S., crítico respecto a las burocracias sindicales, representa igualmente un problema para las centrales más representativas, pues su legitimidad queda dañada y su capacidad de negociación ante el empresariado vasco mermada en tanto subsistan núcleos críticos con dinámicas movilizadoras autónomas que escapan al control sindical. Un ejemplo emblemático fue la dura condena que CC.OO., UGT y ELA-STV expresaron tras los incidentes registrados entre la Ertzaintza y centenares de parados que pararon las obras de remodelación de Altos Hornos de Bizkaia en julio de 1987 en protesta contra la realización de masivas horas extras. Los principales sindicatos vascos acusaron a la Coordinadora de asambleas de Parados de estar controlada desde HB y de promover una gratuita estrategia de enfrentamiento. (8) A la condena también se sumó la asociación patronal Centro Industrial y Mercantil de Vizcaya. (9)
2.5.4 Por el contrario, la Coordinadora de Asambleas recibió el apoyo de sindicatos de clase minoritarios como CGT, CNT, LAB y ESK-CUIS. Pero incluso con estos sindicatos las asambleas de Parados han mantenido una relación discontínua y en ocasiones poco amigable. Esto se vio con ocasión de la “Marcha contra el paro y los recortes sociales� en abril de 1994 convocada por las Asambleas de Parados y los antedichos sindicatos que las apoyan como reacción a la Reforma Laboral decretada por el Gobierno socialdemócrata. Si bien la movilización fue un éxito de participación, dejó claro que la aproximación entre las Asambleas y organizaciones formales como los sindicatos no pueden rebasar cierto límite. Ello es así debido a que las estructuras sindicales –aun cuando fueren en la órbita de un sindicalismo orientado a la transformación social- encajan mal con el carácter más flexible, informal y comparativamente poco ideologizado que caracteriza a las Asambleas de Parados, concentradas preferentemente en la consecución de “curros� para sus miembros. La heterogénea composición de las Asambleas, para cuyo ingreso no se requerían credenciales ideológicas, contrastaba con la militancia de los mencionados sindicatos CNT, CGT, LAB, ESK-CUIS o LAB con un corpus doctrinario más elaborado. Es por ello que el pragmatismo inmediatista de los parados contrasta fuertemente con las aspiraciones de transformación social de gran calado del sindicalismo de corte radical. Pero sería injusto pensar que quienes se integran en las Asambleas de Parados lo hacen únicamente para "buscar curro", pues la tarea de una transformación social está integrada en su discurso:
"Si decimos que el paro es un fracaso social, un fracaso de toda la sociedad, tendremos que hacer los cambios en la sociedad necesarios para que podamos currar todo el mundo, qué sé yo, reducir la jornada laboral, repartir el trabajo y la riqueza, instaurar un Ingreso Social Universal que nos permita a todos y todas vivir dignamente" (A.P.S., 1997: 212).
2.6. El giro conformista: la hegemonía del modelo sindical y la inauguración de un escenario desfavorable para las Asambleas de Parados.
2.6.1 Como se ha podido comprobar, el punto álgido de la actividad de las Asambleas de Parados en la Margen Izquierda y en el Gran Bilbao coincide con el periodo situado entre 1988 y 1994, años en los que a nivel del Estado español todavía se despliega una importante reacción sindical y ciudadana contra los planes económicos del Gobierno y sus proyectos de flexibilización laboral y de reforma de los derechos sociales de los trabajadores/as. Episodios clave de este periodo fueron las huelgas generales del 14-D de 1988 y las del 27-E de 1994. Es a partir de este último años cuando se inicia un considerable declive en la reacción de los sindicatos mayoritarios frente a las iniciativas gubernamentales que recortan derechos, y que abarcaron desde el decretazo –recorte en la duración de las prestaciones por desempleo-, la aprobación de la Ley de Huelga o la Reforma del Estatuto de los Trabajadores.
2.6.2 Según señala el socioólogo James Petras, que estudió la evolución de la estructura socioeconómica operada bajo el mandato del PSOE desde 1982, (10) bajo los auspicios del régimen socialista la modernización capitalista emprendida alteró profundamente la situación preexistente: "surgió de este modo una nueva configuración de relaciones laborales basadas en la hipermercantilización de la mano de obra, creándose a su vez un abismo generacional entre las condiciones de trabajo estable vigentes a grandes rasgos hasta ese momento y el nuevo panorama de inseguridad laboral crónica con elevados índices de desempleo. El modelo sindical inspirado en dos grandes fuerzas (UGT y CC.OO.) hubo de encajar los nuevos cambios y lo hizo vaciándose de contenido social y adoptando los objetivos y esquemas de organizaciones de sindicalistas profesionales cuya función es proteger los intereses de una base sindical compuesta fundamentalmente por trabajadores con empleo estable". (Informe Petras. Dos generaciones de trabajadores españoles).
2.6.3 En este sentido, el sindicalismo se debilitó, al igual que el resto de la sociedad civil, ante los profundos cambios de corte neoliberal introducidos y que alteraron de manera sustancial el mundo del trabajo. Petras establece una coherente relación entre el ascenso del neoliberalismo precarizador y la recesión del papel de los sindicatos como asociaciones de clase, en un contexto social en el que se fomenta la pasividad y se induce a la conformidad:
"Lo que muestra claramente nuestro estudio es que la mayoría de los trabajadores de ambas generaciones se sienten víctimas pasivas más que protagonistas de los cambios a los que se enfrentan. No hay conexión entre su descontento privado y lo público, excepto en el nivel de la política local. Esto es comprensible, dada la estructura de decisión política concentrada en un Ejecutivo centralizado, que ha impuesto las políticas de libre mercado. Los trabajadores reaccionan a sus circunstancias en vez de sentirse consultados por los decisores políticos. La mayoría de los trabajadores mayores, con una memoria colectiva del período pre-González, son mucho más conscientes de la responsabilidad política del régimen socialista, que ha provocado inseguridad laboral, falta de trabajo y empleo precario. Los trabajadores mayores recuerdan el "período de la Transición", en que se consultaba a los sindicatos en la formulación de la política. Los trabajadores jóvenes sólo experimentan las políticas concentradas en el Ejecutivo, que legalizan contratos de trabajo temporales por debajo del salario mínimo, en los que los sindicatos quedan completamente marginados. A falta de un marco de referencia de comparación histórica, dan por sentado que todos los políticos y partidos actúan siempre contra sus intereses, de ahí que rechacen el activismo político. Al carecer de continuidad social, el mercado ha debilitado el nivel de organización social. Al temer a los empresarios, el grueso de los trabajadores temporales no se afilian a los sindicatos, ni expresan opiniones en el trabajo. La falta de continuidad laboral socava las asociaciones sociales". (Informe Petras. Dos generaciones de trabajadores españoles).
2.6.4 Los sindicatos mayoritarios (el tándem UGT-CC.OO.) pasaron de engrosar una oposición crítica –ciertamente parcial y relativa- a participar en un proceso de ratificación de medidas de choque que alteraron la configuración de las relaciones laborales cuyas consecuencias el sector de la población desemplada notaría especialmente. En consecuencia, la estructura de oportunidad política en cuanto al marco sindical se refiere cambió: se hizo más difícil movilizar a los parados en medio de una tormenta de medidas neoliberales adoptadas por el Gobierno y sancionadas y aprobadas por las cúpulas sindicales. Las estructuras sindicales, en cuanto que interlocutores sociales necesarias en el proceso de negociación de nuevas reformas sociolabarales, quedaron reforzadas, pero el movimiento de autoorganización de los parados quedó "fuera de juego", desplazado del nuevo marco de relaciones establecido entre el Gobierno y los sindicatos.
2.7 "Abajo el trabajo". ¿Conseguir curro o repartir la riqueza? Las divergencias entre Sestao y Gasteiz: dos modelos diferentes de entender el movimiento.
2.7.1 ¿Cómo incidió el nuevo panorama sindical iniciado a mediados de los años 90 sobre la Actividad de las Asambleas de Parados en Euskadi? Por una parte, el conjunto de los sindicatos mayoritarios insistieron en que la problemática del paro se resolvería proporcionando la formación adecuada a los parados a través de los cursos gestionados por los sindicatos con los recursos fel Fondo Social Europeo. La solución al paro pasa, según esta perspectiva por la integración al mercado laboral con la adecuada formación. Para las Asambleas de Parados, en cambio, los sindicatos mayoritarios actuaban como apagafuegos sociales. Este punto de vista es rotundamente expresado por los militantes de la Asamblea de Sestao, quienes aseguran que
"los sindicatos se están convirtiendo en organismos cuyo objetivo fundamental es su propia supervivencia. (...) así que si quieren seguir manteniendo todo eso tienen que justificar de alguna manera su papel, su función, que supuestamente es la de representar y defender los intereses de los currelas. Por tanto, todo lo que, como las Asambleas de Parados, se cuestione su propia legitimidad, o les diga a la cara que no hacen absolutamente nada para luchar contra el paro, es para ellos tremendamente peligroso. (...) ¿Qué hace un gran sindicato? Defender los intereses de su "clientela", sus afiliados, que en la mayoría son currelas fijos de las grandes fábricas, la administración...Nunca han hecho nada por la gente en paro (...) y además están imprimiendo una dinámica a la lucha sindical muy negativa, entreguista, que lo único que hace es fomentar la pasividad y la desmovilización de la gente, justo lo contrario de lo que se debería impulsar" (A.P.S., 1997:176-177).

2.7.2 La desmovilización paulatina que ha ido penetrando en amplios sectores de la clase trabajadora también llegó al movimiento de los desempleados: las Asambleas de Parados acabaron siendo víctimas de una dinámica que ya no conseguía seguir involucrando a los parados en la acción colectiva ejemplificada bajo la consigna "si quieres curro, cúrratelo". De este modo, en los últimos 8 años ha podido advertirse una recesión importante en la actividad de las Asambleas de Parados de Euskadi a favor de otra modalidad, más genérica pero menos militante: la de los colectivos de lucha contra la exclusión social y la pobreza, y los centros de información para parados. Puede afirmarse –con reservas- que la movilización callejera, pública y visible ha dejado paso a cierta especialización que se concentra en hacer llegar los programas sociales públicos de asistencia a los beneficiarios potenciales que carecen de los recursos (fundamentalmente información) para solicitarlos por sí mismos. La acción directa ha dejado paso al asesoramiento para reclamar derechos ante los Departamentos de Asuntos Sociales de los diferentes niveles de la Administración. La nueva tendencia enfatiza, por tanto, que es preciso garantizar el acceso a las ayudas sociales existentes a aquellas personas en situación de exclusión social. (11)

2.7.3 Nuevos colectivos (integrados por estudiantes, parados, profesionales y ciudadanos en general) han surgido de este modo con un discurso que ya no pone tanto énfasis en la autoorganización de los parados/as para conseguir empleo a partir de sus propios recursos movilizatorios, sino en la extensión o generalización de los Ingresos de Inserción o de una Renta Básica Garantizada, desde una óptica según la cual el aspecto fundamental es el reparto de la riqueza existente y no del escaso trabajo disponible. De este modo, han surgido experiencias de grupos locales integrados a su vez en Coordinadoras amplias a nivel autonómico o estatal. Un ejemplo de ello es Txiroekin bat Eginik (Plataforma de lucha con las personas empobrecidas) colectivo que actúa fundamentalmente en Gasteiz y que entre sus reclamaciones básicas sitúan

"la abolición de las horas extras, de las contrataciones a través de ETTs; el aumento de las actuales prestaciones sociales, que al IMI (Ingreso Mínimo de Inserción) y al AES (Ayuda de Emergencia Social) puedan acceder todas las personas mayores de 18 años incrementando las cuantías de ambas; que las personas empobrecidas tengan voz propia y no a través de otros; derecho a techo para todas las personas; que Cajas y Bancos corran con los intereses de los créditos hipotecarios y se congelen los pagos en los casos de personas empobrecidas y/o sin recursos suficientes para hacerles frente". (12).

2.7.4 La perspectiva de Txiroekin bat Eginik, vinculada estrechamente a la Asamblea de Parados de Gasteiz, choca en varios aspectos con el afán busca-curro mostrado desde la Asamblea de Sestao. En efecto, el colectivo de Gasteiz ya no se presenta como un colectivo exclusivamente de parados como el de Sestao, sino una agrupación plural en la que se integran empleados precarios y parados sin recursos perceptores o no de rentas mínimas u otras prestaciones sociales. La incorporación de una base más amplia se corresponde, a su vez, con una ampliación de las problemáticas que se abordan: escasez de vivienda para jóvenes, lucha contra la drogodependencia, apoyo a reclamaciones vecinales, o denuncia de los efectos de la "globalización neoliberal". Pero lo que marca especiales diferencias respecto a la Asamblea de Sestao es que Txiroekin adopta una posición de crítica al trabajo en sí:

"No estamos ante una crisis de recursos sino que lo que tenemos delante de las narices es una acumulación de recursos en pocas manos, desconocida hasta ahora. Si estamos de acuerdo con estas apreciaciones, no debemos de presionar ni un minuto más por conseguir empleos, y por el contrario tenemos que reivindicar con fuerza y perseverancia el reparto de la riqueza, de los recursos acumulados por esas minorías de ricachones. (...) Seguir planteando el empleo como salida a la falta de recursos es una locura porque (...) aumenta los codazos por algo que no existe para todos en las actuales condiciones. En pocas palabras, nos empobrece aún más, e imposibilita asumir con coherencia la necesaria destrucción del empleo socialmente inútil e indeseable" (EZ, nº 22, pp.14-15. El subrayado es nuestro.)

2.7.5 El ejemplo citado remite a una tendencia que finalmente se abrió paso. A partir de la segunda mitad de los '90, la disposición a moverse para buscar curro asumiendo los riesgos de participar en las Asambleas de Parados se ha visto sustituida por iniciativas de lucha contra la pobreza y la exclusión que agrupan a personas con perspectivas heterogéneas, pero coincidentes en que a toda persona deben garantizársele unos recursos mínimos para su existencia sin que por ello quede obligada a ningún tipo de contraprestación social (13). Para Txiroekin bat Eginik el problema ya no es el paro per se, pues se da por ello que la sociedad del pleno empleo es un señuelo quimérico. De lo que se trata es "autoorganizar a quienes cobramos el IMI, el AES u otras ayudas" a partir de la premisa de que lo prioritario es luchar por una Renta Básica que "libere" de la exigencia coactiva a la que son sometidos los jóvenes y las personas empobrecidas o sin recursos, que se ven en el imperativo económico de aceptar cualquier trabajo disponible:

"lo inmediato es que quienes estemos en paro recibamos por derecho unos ingresos suficientes, sin contrapartidas, sin contraprestaciones. Sólo por ser personas y vivir en un mundo que dispone de recursos suficientes (...). Ya vale de jugar con la gente empobrecida a insertarnos en una sociedad fracasada, no hay inserción posible cuando se entiende por inserción un empleo de 8 horas diarias (...) No debemos nada a nadie, somos personas y tenemos derecho a vivir dignamente, sin más" (EZ, nº 22, p.16)

El "contraataque" de la Asamblea de Sestao a la tendencia representada por la línea de Gasteiz, enfatiza que las Plataformas contra la Exclusión reproducen los esquemas y propuestas asistencialistas de las instituciones oficiales, asimilándose a suministradores de "servicios para los parados y paradas de los que éstos son simples usuarios pasivos" (EZ, nº 22, p.18). La disputa remite incluso al ámbito identitario, pues Sestao acusa a las Plataformas de estar integradas "por personas con una posición económica acomodada" que evidencia un "profundo divorcio entre la práctica política de estas plataformas y las necesidades y preocupaciones de las personas excluídas". La Asamblea de Sestao reafirmaría así su talante de parados en acción con conciencia de clase, dispuestos por tanto a combatir por el derecho al trabajo, en tanto que se desmarcarían de las aspiraciones y métodos de colectivos con mayor presencia juvenil como los de Gasteiz, volcados en exigir a los poderes públicos una Renta Básica sin condiciones ni restricciones.

2.8 Berri Otxoak y la Coordinadora Baladre o la metamorfosis del movimiento de parados.

2.8.1 Otro ejemplo significativo es el de la Plataforma contra la Exclusión Social Berri-Otxoak, que trabaja en Barakaldo, localidad en la que durante tantos años vino funcionando una de las más activas Asambleas de Parados de Euskadi. Según señala la Plataforma Berri-Otxoak, su trabajo cotidiano consiste en mantener "un modelo diferenciado de oficina de información sobre Ayudas Sociales Institucionales", pero sin "arrogarse la representación de los/as precarizadas, o de pretender apropiarse de la gestión de las dádivas de los departamentos de Bienestar Social". La Plataforma combina las acciones testimoniales de denuncia y movilización y la agitación social, con el movimiento de una actividad continuada de "asesoramiento directo a las/os empobrecidas por un desmantelamiento industrial, ejecutado conscientemente para desmembrar y desactivar a la clase trabajadora; precarización que ha recaido especialmente sobre las mujeres y los jóvenes". Se trata, según esta Plataforma de ayudar a las personas empobrecidas a superar su aislamiento y a luchar colectivamente contra la carencia de recursos. Para fomentar este objetivo, Berri-Otxoak facilita información a los parados/as y excluídos y plantear demandas ante los Departamentos de Asuntos Sociales. Desde Berri-Otxoak se señala que las ayudas sociales son conquistas de los trabajadores/as que la propia Administración escamotea a las personas en situación de exclusión:

"Partiendo de que las ayudas del llamado Estado de bienestar son ocultadas por una clase política enriquecida y corrupta, desinteresada en articular un entramado que garantice una supervivencia digna, como podría ser el establecimiento de una Renta Básica universal, las actividades de esta Plataforma, nacida en los espacios okupados de Barakaldo, demuestran con un lenguaje y una práctica alejados de las jergas habituales de la Política, se puede recuperar la sensibilidad y la capacidad de autorganización, destruida por la inestabilidad de la supervivencia cotidiana". (14)

2.8.2 Berri-Otxoak considera que exigir las ayudas sociales para la población empobrecida es un aspecto fundamental de una "lucha social legítima" que tiene por objeto superar la exclusión, lucha que es a su vez una faceta necesaria para el cambio social. Llama la atención el contraste entre la actitud de colectivos y plataformas como la de Berri-Otxoak que, en cierto modo, consagran el asistencialismo público como opción para salir de la exclusión, en oposición al cariz más netamente antisistémico, autónomo y directo que se desprendía de la metodología de las Asambleas de Parados de Sestao (15) mejor engrasada y dispuesta para tomar por sí misma (el recurso a las "txapadas" o a las ocupaciones así lo demuestra) antes que para pedir a otros (en este caso, a la Administración vasca).

2.8.3 Como puede verse la evolución del movimiento de parados en Euskadi se está orientando definitivamente hacia experiencias que aglutinan no únicamente a desempleados, sino a todas aquellas personas que se asocian libremente para combatir la exclusión social. El modelo de colectivo de afectados que encarnaban las Asambleas de Parados como la de Sestaoha dejado paso a iniciativas cívicas amplias, en las que el criterio de pertenencia no es exclusivamente el hecho de estar en paro. Era esta la única opción estratégica que le quedaba al movimiento de parados dada la desmovilización creciente que, en la actualidad, parece imperar. La ampliación de la participación a otras personas y la apertura de contenidos a nuevas demandas -en especial la de la Renta Básica, por otra parte exigencia "clásica" en el movimiento- asegura potencialmente la existencia de un movimiento que incorpora a la lucha contra el paro la denuncia de la precariedad laboral y de situaciones de exclusión social. Ciertamente es en Euskadi donde las Asambleas han conseguido mayores y mejores resultados, y su actividad si bien era notable hasta finales de los '90 es, hoy por hoy, muy débil. A nivel del Estado español, la situación ha evolucionado como en Euskadi. Las asambleas de Parados funcionaron en Asturias, Catalunya, País Valenciano, Andalucía...pero sin llegar a consolidar la metodología y la constancia que caracterizó a la Asamblea de Sestao. Hacia finales de los años '80 apenas subsistían pequeños núcleos locales vinculados a sindicatos de clase o partidos radicales, pero en 1988 nace la Coordinadora Estatal contra el Paro, la Pobreza y la Exclusión Social que pasaría a denominarse, 4 años después, Baladre. En 1993 se llevó a cabo la primera Marcha contra el Paro, la Pobreza y la Exclusión Social de Valencia a Madrid, organizada por Baladre. En 1997 se participaría en la Marcha Europea contra el Paro y la Europa del Capital. A pesar de estas actividades, el balance de Baladre era bastante pesimista:

"en los últimos 17 años no ha existido un movimiento real de lucha contra la carencia de recursos, y menos desde las gentes empobrecidas.(...) Extraordinariamente sumamos hasta algunos millares (...) En un Estado tan diverso y variopinto, existe muchísimo paro, pobreza y exclusión social, pero de momento es insignificante el embrión de movimiento" (Los parados felices, 1998:169).

Desde Baladre se reconocen, por tanto, las dificultades para establecer un movimiento social amplio que aglutine iniciativas contra la pobreza y la exclusión. La propia Coordinadora Baladre es un buen ejemplo de ello, pues su actividad quedó muy limitada por la escasa entidad de los colectivos que la conformaban, y que si bien abarcaban un amplio marco geográfico, tenían una pequeñísima incidencia (16).

2.9 El surgimiento de un movimiento internacional de desempleados. Superando la marginación institucional: Las Marchas Europeas contra el Paro y la Exclusión Social. (17)

2.9.1 Para concluir este capítulo es preciso señalar una coincidencia. Jóvenes, estudiantes y currelas precarios miembros de colectivos de la Coordinadora Baladre, con el apoyo de sindicatos como CGT, sí participaron en iniciativas a nivel europeo considerablemente más exitosas
NOTAS DEL CAPÃ?TULO 2.

(1) La mayoría de las Asambleas nacieron tras la disolución de la Coordinadora Nacional de Trabajadores en Paro de Euskadi Sur, extendiéndose por tyodo el Gran Bilbao: Leioa, Erandio-Astrabudua, y más tarde por toda la Margen Izquierda y Zona Minera:Zierbena, Sestao, Santurtzi, Ortuella, Trapaga, Portugalete...

(2) Asamblea de Parados de Sestao, 1997:66

(3) Asamblea de Parados de Sestao, 1997:231.

(4) Para argumentar este extremo, miembros de la Asamblea de Sestao señalan cómo la Diputación de Bizkaia “metió la pata� en 1985 al impulsar un Programa de creación de empleo con un sistema de baremación que beneficiaba comparativamente a los desemplados con hijos. La mayoría de los integrantes de las Asambleas de Parados eran personas jóvenes solteras que quedaban fuera de juego en la aplicación del Plan, lo cual reforzó aún más su militancia en el seno de las Asambleas y en la idoneidad de éstas.

(5) La figura del "listero" no implica ninguna capacidad de decisión ni disfruta de privilegios de rango alguno. El artículo 36 de la A.P.S. establece claramente que "el listero o listera será la única persona encargada de apuntar los puntos y elaborar la lista, de forma siempre pública para que no se puedad dar ningún chanchullo. Será motivo de expulsión el que alguien manipule malintencionadamente la lista o los puntos de cualquier persona".(Asamblea de Parados de Sestao, 1997:239).

(6) El artículo 21 de la A.P.S. señala que :"Todos los miembros de la A.P.S. tenemos derecho a trabajar (ocupando un puesto conseguido por la A.P.S.) durnate un periodo de seis meses cada vez. Una vez pasados los seis meses, y si sigue manteniéndose ese puesto de trabajo, la persona que lo ocupaba lo dejará para que otro compañero o compañera ocupe su lugar. En caso de que esa persona se resistiese a abandonar el puesto para que lo ocupe un compañero o compañera, será expulsada de la Asamblea, y se hará lo posible para que abandone el puesto de trabajo. (Asamblea de Parados de Sestao, 1997:236).

(7) Según señala la propia Asamblea, entre enero del '87 y diciembre del '93 habían pasado por la Asamblea 770 personas, de las que sólo 309 se mantuvieron más de 5 semanas consecutivas, otras 461 abandonaron la Asamblea antes de encontrar trabajo y 221 personas permanecieron en la Asamblea sólo durante un día. (Asamblea de Parados de Sestao, 1997:231).

(8) Otro ejemplo paradigmático que evidenció el antagonismo existente entre los intereses representados por los sindicatos mayoritarios y el procedimiento de presión directa ejercido desde las Asambleas de Parados es el que se inició en 1988 a raíz del establecimiento de las Mesas de Empleo constituidas entre los sindicatos CC.OO., UGT y ELA-STV y por la empresa Cubiertas-MZOV, adjudicataria de las obras para la construcción del metro de Bilbao. Las Mesas de Empleo, que surgieron a iniciaticva de La Comisión de Seguimiento de la Obra Pública, actuaron como foros a puerta cerrada en los que se establecieron los criterios de contratación de la necesaria mano de obra. Las Asambleas de Parados quedaron explícitamente fuera de los acuerdos adoptados, en lo que fue interpretado como un intento de “extirpar y neutralizar� la influencia de las Asambleas en el sector de la construcción.

(9) El C.I.M.V. lanzó entre enero y marzo de 1989 una "Campaña de comunicación y sensibilización de la opinión pública" en contra de las Asambleas de Parados. En un informe del C.I.M.V. se señalaba al respecto que "la movilización y combatividad de pequeños grupos de parados (...) dirigidos por algunos grupos políticos con intereses contrarios a la recuperación económica e institucional del País Vasco está propiciando más de un grave problema a las empresas ubicadas en su área de influencia", señalando a su vez que "el alto porcentaje de paro en la zona motiva posicionamientos personales de comprensión y/o disculpa" hacia las movilizaciones de los parados.

(10) Ver Informe Petras: Dos generaciones de trabajadores españoles. (edición digital disponible en www.cgt.es)

(11) En Bizkaia sólo 3 de cada 10 parados logran una prestación económica. (Gara, 7/11/02).

(12) Puede hacerse una buena contrastación de las posturas en conflicto sostenidas por Txiroekin-Asamblea de Gasteiz y la Asamblea de Sestao a partir de sendos artículos que ambos colectivos publican en la revista libertaria biblbaína Ekintza Zuzena (nº22 , otoño de 1997).

(13) Txiroekin bat Eginik se opuso al anteproyecto del Gobierno Vasco de una Carta de los Derechos Sociales en la que se condicionaría el cobro de Rentas Mínimas a la realización de contraprestaciones obligatorias. La Carta de los Derechos Sociales surgió de una Iniciativa Legislativa Popular elevada al Parlamento Vasco en 1997 y que contó con el apoyo de más de 80.000 firmas.

(14) Entre las "10 medidas contra la pobreza" que propone Berri-Otxoak, destacan la exigencia a "un Ingreso Social Universal que asegure individualmente unos ingresos suficientes para poder vivir con dignidad". Entretanto, se contemplan como objetivos la "ampliación de la cobertura de los Ingresos Mínimos de Inserción (IMI) a todas las personas mayores de 18 años, llegando a una cuantía no inferior al Salario Mínimo Interprofesional" y la ampliación de las Ayudas de Emergencia Social (AES). Otra propuesta es la "aplicación de la Tarifa 0, esto es, quien no tiene, no paga". El aspecto fundamental de la tabla reivindicativa es el "reparto del trabajo", lo cual implica luchar por la eliminación total de las horas extras y el cierre de las Empresas de Trabajo Temporal.

(15) "Lo que (al sistema) le interesa es que la gente no sea capaz de salir adelante sin ayuda de las instituciones; de esta forma se crea la sensación de que son necesarias, de que sin ellas no seríamos nada... Las Asambleas lo que defendemos es todo lo contrario: que la gente no tiene que esperar a que nadie, ni mucho menos el Estado, le saque las castañas del fuego; que cada cual tiene que luchar por su furturo sin esperar a que otro lo haga en su lugar, pero no individual y egoístamente, sino de forma solidaria, uniéndose con la gente que tiene sus mismos problemas y ayudándose unos a otros (...)". (Asamblea de Parados de Sestao, 1997: 176).

(16) Para validar esta afirmación, basta con examinar las propias publicaciones de la Coordinadora Baladre (ver Dossier monográfico: Si el INEM te kema, kema el INEM ). En Catalunya la Coordinadora estaba en 1998 compuesta tan sólo por 4 colectivos: Asociació de Joves contra l'Atur (Manresa), Asociació pel foment de l'ocupació en coontra de l'atur (Barcelona), Asociació contra l'Atur de Nou Barris (Barcelona) y Moviment d'aturats de La Mina (Sant Adrià de Besos).

(17) Para la redacción de este apartado me he basado principalmete en el artículo de David Antona González “Las Marchas Europeas contra el Paro, la Precariedad y las Exclusiones: un componente esencial del movimiento social europeo y fenómeno asociado al movimiento de los parados� (Enero 2002).

(18) En este sentido, el presidente del poderoso Sindicato Alemán de la Metalurgia, Klaus Zwiekel (El País- 28 de Octubre de 2001), las siguientes declaraciones: “Los trabajadores de los sindicatos luchamos por un mundo justo en el que los ricos no se hagan más ricos y los pobres más pobres (...). Los trabajadores y los sindicatos debemos desarrollar nuestra cooperación internacional. Unidos podremos contrarrestar mejor el poder de los consorcios – que actúan en Europa y en el mundo entero – que separados y desde el ámbito nacional�. Sin embargo, abe señalar asimismo que, a diferencia de lo ocurrido en Seattle, donde los colectivos del movimiento antiglobalización recibieron el apoyo activo y contaron con la presencia en las manifestaciones del sindicato americano AFL-CIO, la CES no ha participado en ninguna ocasión en estos movimientos de protesta. Ni tampoco en las contracumbres celebradas habitualmente por el movimiento social europeo.

(19) Al término de dos jornadas (los días 11 y 12 de Diciembre) que reunieron a ciento veinte representantes de colectivos de lucha contra el paro procedentes de siete países (Francia, Alemania, Holanda, Finlandia, Italia y España), las Marchas recordaban “las exigencias urgentes e inaplazables del movimiento de lucha contra el paro: el derecho a una renta social para todos los residentes en Europa (el 50% del PIB de la riqueza por persona en cada uno de los países de la Unión Europea). el derecho al empleo y el rechazo al empleo precario e impuesto; la reducción del tiempo del trabajo; el rechazo a las privatizaciones; el apoyo a todas las formas de economía alternativa�.

(20) Las Marchas han tenido presente desde su creación la necesidad de coordinarse con los diferentes colectivos de otros movimientos sociales a nivel europeo (ATTAC, Comités contra la OMC, Marcha Mundial de las Mujeres, Movimiento por la Anulación de la Deuda, Colectivos de defensa de los sin-papeles, defensa de los Derechos Humanos, etc.). Después de Seattle, desde Porto Alegre hasta Ginebra, pasando por Millau, Praga, Niza, etc., las distintas coordinaciones nacionales e internacionales, contaron - a distintos niveles y en la medida de sus fuerzas – con el apoyo de las Marchas, como parte integrante de la red solidaria que, a escala mundial, lucha contra los efectos de la mundialización neoliberal.

CONTINUA....EN PROXIMO ARTÃ?CULO.

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