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Notícies :: sense clasificar |
¿Orwell y la CIA?
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per Un@ |
14 des 2005
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"La Guerra es la Paz, La Libertad es la
esclavitud, La Ignorancia es la Fuerza" |
G. Orweel,en 1945, escribió Rebelión en la granja. La narración tuvo una pobre acogida en Inglaterra donde Orwell sólo logró vender 23 mil ejemplares. Sin embargo, poco tiempo después, en 1946, la novela cruzó el Atlántico y, en EU, los servicios de inteligencia norteamericanos se encargaron de convertirla en un auténtico bestseller. La obra se vendió por centenares de miles, aunque su calidad literaria fuera algo más que dudosa. No en vano, la CIA disponÃa de la influencia necesaria en los medios de comunicación para convertir lo mediocre en excelente. Los elogios fueron casi unánimes en la prensa norteamericana. El periódico New Yorker, por ejemplo, cuyos exigentes crÃticos literarios solÃan ser muy tacaños a la hora de emitir un elogio, calificaba a Rebelión en la granja como un libro “absolutamente magistralâ€? y sostenÃa que habÃa que empezar a considerar a Orwell como “un escritor de primera lÃnea, comparable con Voltaireâ€?. Como no podÃa ser menos, la infraestructura de la CIA en Hollywood se hizo cargo también de financiar la versión cinematográfica de Rebelión en la granja. No se escatimaron dólares a la hora de invertir. Un ejército de ochenta dibujantes asumió la tarea de construir las 750 escenas con los 300 mil dibujos a color que requerÃa la producción del filme en dibujos animados. El guion fue asesorado por el Consejo de Estrategia Psicológica, que procuró que el mensaje fuera nÃtido y favorable a los planes de la CIA. La pelÃcula contó con una enorme cobertura publicitaria y pudo verse hasta en el último confÃn de Occidente.
En 1949, apenas unos meses antes de su muerte, Orwell publicó la novela 1984. Animado por el inesperado éxito de su anterior bestseller, el escritor británico rescató el anticomunismo como tema central de su nuevo libro. Orwell no fue en esta ocasión un dechado de originalidad. Su novela resultó ser un auténtico plagio de la obra Nosotros, escrita por Evgeni Zamiatin, un narrador ruso de principios del siglo XX, que huyó de su paÃs en 1917, en las vÃsperas de la revolución. Tiene escasa importancia si el tipo de sociedad descrito por Orwell en 1984 correspondÃa al estalinismo o a la sociedad de consumo de los paÃses capitalistas. El hecho cierto es que el libro vino de mil maravillas a la CIA y a la logÃstica de su ofensiva ideológica en Europa, y eso Orwell no sólo no lo ignoraba, sino que lo utilizó como desahogo de su anticomunismo enfermizo. Isaac Deustcher, un teórico trotskista de reconocido prestigio internacional, describÃa, con esta significativa anécdota, el impacto que el libro habÃa provocado en la opinión pública norteamericana:
“¿Ha leÃdo usted ese libro? Tiene que leerlo, señor. ¡Entonces sabrá usted por qué tenemos que lanzar la bomba atómica sobre los bolcheviques!â€?. “Con esas palabras –decÃa Deustcher– un ciego, vendedor de periódicos, me recomendó en Nueva York 1984, pocas semanas antes de la muerte de Orwell.â€?
Pero el escritor inglés no sólo contribuyó, junto con otros intelectuales “arrepentidosâ€?, a crear un clima de insufrible pánico anticomunista en las sociedades occidentales. George Orwell, que con 1984 habÃa aterrado a millones de personas con la posibilidad de que el futuro nos deparara una sociedad escrupulosamente vigilada por un omnipresente “Gran Hermanoâ€? que todo lo controlaba, se convirtió él mismo en un vil delator de los intelectuales de izquierda residentes en su paÃs. Durante años, Orwell ha sido considerado en el ámbito de algunos sectores progresistas como un autor paradigmático de la defensa de los derechos de los individuos frente al omnipresente poder del Estado. Paradójicamente, la realidad ha puesto de manifiesto que tan sólo fue un vulgar alcahuete de los servicios policiacos británicos y norteamericanos. La recuperación del material secreto de la época demuestra que Orwell denunció hasta 125 escritores y artistas como “compañeros de viaje, testaferros del comunismo o simpatizantesâ€?. Haciendo uso de las lecciones aprendidas en la policÃa colonial del Imperio, Orwell se dedicó a anotar escrupulosamente los datos e impresiones de aquellos intelectuales con los que mantenÃa relación. En lo que él mismo denominaba como “su listitaâ€? no sólo se incluÃan los nombres de sus denunciados, sino también las observaciones venenosas que le merecÃan. La mayorÃa de ellos ni siquiera eran comunistas, sino intelectuales liberales o, simplemente, progresistas. En una libreta de tapas azules, quien creó la imagen novelesca del superpoder totalitario iba anotando escrupulosamente sus impresiones acerca de aquellos a quienes luego denunciarÃa al Servicio Secreto británico y a la CIA. Del poeta inglés Tom Driberg, por ejemplo, decÃa: “Se cree que es miembro clandestino del PCâ€?, “judÃo inglésâ€?, “homosexualâ€?. Del músico de color Paul Robenson: “muy antiblancoâ€?. Definió a Kingsley Martin, director del conocido semanario del laborismo de izquierda, News Statesman, como “un liberal degenerado, muy deshonestoâ€?. Calificaba a Malcolm Nurse, uno de los padres de la liberación africana, de “negro, antiblancoâ€?. Insertó al universalmente conocido John Steimbeck en su cuaderno delator por ser, según su opinión, un “escritor espurio y pseudoingenuoâ€?. Ni Charles Chaplin ni el novelista J. B. Priestley ni el entrañable Bernard Shaw ni el celebérrimo Orson Welles ni el prestigioso historiador E. H. Carr, se libraron del lápiz acusador de George Orwell .
Orwell fue una creación de la CIA, independientemente de la opinión que se tenga acerca de la calidad literaria de su obra. La agencia no escatimó a la hora de invertir fondos para promocionar su obra. Era conocedora del efecto devastador que el mensaje de un supuesto representante de los valores de la izquierda podÃa tener sobre amplios sectores de la opinión. Como otros intelectuales de aquella –y de esta– época, sucumbió a la seducción del éxito fácil y la notoriedad rápida que posibilitaba la transmisión de un mensaje construido por los diseñadores de la guerra frÃa.
La tragedia para su memoria ha sido doble. Por una parte, la apertura de unos archivos polvorientos del Foreign Office ha puesto al descubierto su personalidad fraudulenta. La ausencia de escrúpulos del escritor británico sólo fue equiparable con la de los más despreciables protagonistas de sus propias novelas. La historia, finalmente, le ha pasado la factura, colocándolo en el lugar donde le corresponde, aunque para ello hayan tenido que transcurrir más de cincuenta años. Por otro lado, la sociedad siniestra que Orwell describió se parece cada dÃa más a la que, paradójicamente, él contribuyó a reproducir y a nosotros nos está tocando vivir. Toda la panoplia orweliana de “policÃas del pensamientoâ€?, “semanas del odioâ€?, “nopersonasâ€? y esa “neolenguaâ€? que se empequeñece en lugar de agrandarse, halla su réplica en la estampa que nos está ofreciendo la sociedad actual. ¿Qué más da que la uniformización del pensamiento corra a cargo del “Gran Hermanoâ€? o de las siete multinacionales de la comunicación que controlan y “depuranâ€? la transmisión planetaria del pensamiento? ¿Hay tanta diferencia entre las “Semanas de odioâ€? que organizaba el Big Brother y las que hoy organiza Bush, con la finalidad de preparar psicológicamente a la población de EU para una guerra de conquista? ¿Existe una divergencia tan grande entre el “Ministerio de la Verdadâ€? de 1984, que diariamente determinaba lo que debÃa pensar el ciudadano, y la aplastante uniformidad de opiniones que cada mañana puede escucharse en todas las emisoras radiofónicas del Estado español? ¿En qué se diferencian los delitos de opinión que cometÃan los “criminales del pensamientoâ€? y los que hoy se atribuyen a los perseguidos redactores de Egunkaria?
Se equivocan quienes consideren que la guerra cultural de la CIA , la batalla ideológica por el control del pensamiento, es solamente una secuencia del pasado, un capÃtulo oscuro de la Guerra FrÃa. Nada está más lejos de la realidad. Mientras en nuestro planeta existan pueblos que dominan y otros que son dominados, clases que detentan la propiedad de las riquezas y otras que no tienen acceso a ella, la batalla de las ideas no concluirá.
El sueño de los estrategas norteamericanos de la posguerra se ha cumplido. Hoy la hegemonÃa ideológica, polÃtica, económica y militar de EU en el mundo es indiscutible. Pero ¿por cuánto tiempo?
El texto es un adelanto del libro Algunas claves para entender el siglo XXI, de próxima aparición en Canarias, España.
“¿Ha leÃdo usted ese libro? Tiene que leerlo, señor. ¡Entonces sabrá usted por qué tenemos que lanzar la bomba atómica sobre los bolcheviques!â€?. “Con esas palabras –decÃa Deustcher– un miserable ciego, vendedor de periódicos, me recomendó en Nueva York 1984, pocas semanas antes de la muerte de Orwell.â€?
Pero el escritor inglés no sólo contribuyó, junto con otros intelectuales “arrepentidosâ€?, a crear un clima de insufrible pánico anticomunista en las sociedades occidentales. George Orwell, que con 1984 habÃa aterrado a millones de personas con la posibilidad de que el futuro nos deparara una sociedad escrupulosamente vigilada por un omnipresente “Gran Hermanoâ€? que todo lo controlaba, se convirtió él mismo en un vil delator de los intelectuales de izquierda residentes en su paÃs. Durante años, Orwell ha sido considerado en el ámbito de algunos sectores progresistas como un autor paradigmático de la defensa de los derechos de los individuos frente al omnipresente poder del Estado. Paradójicamente, la realidad ha puesto de manifiesto que tan sólo fue un vulgar alcahuete de los servicios policiacos británicos y norteamericanos. La recuperación del material secreto de la época demuestra que Orwell denunció hasta 125 escritores y artistas como “compañeros de viaje, testaferros del comunismo o simpatizantesâ€?. Haciendo uso de las lecciones aprendidas en la policÃa colonial del Imperio, Orwell se dedicó a anotar escrupulosamente los datos e impresiones de aquellos intelectuales con los que mantenÃa relación. En lo que él mismo denominaba como “su listitaâ€? no sólo se incluÃan los nombres de sus denunciados, sino también las observaciones venenosas que le merecÃan. La mayorÃa de ellos ni siquiera eran comunistas, sino intelectuales liberales o, simplemente, progresistas. En una libreta de tapas azules, quien creó la imagen novelesca del superpoder totalitario iba anotando escrupulosamente sus impresiones acerca de aquellos a quienes luego denunciarÃa al Servicio Secreto británico y a la CIA. Del poeta inglés Tom Driberg, por ejemplo, decÃa: “Se cree que es miembro clandestino del PCâ€?, “judÃo inglésâ€?, “homosexualâ€?. Del músico de color Paul Robenson: “muy antiblancoâ€?. Definió a Kingsley Martin, director del conocido semanario del laborismo de izquierda, News Statesman, como “un liberal degenerado, muy deshonestoâ€?. Calificaba a Malcolm Nurse, uno de los padres de la liberación africana, de “negro, antiblancoâ€?. Insertó al universalmente conocido John Steimbeck en su cuaderno delator por ser, según su opinión, un “escritor espurio y pseudoingenuoâ€?. Ni Charles Chaplin ni el novelista J. B. Priestley ni el entrañable Bernard Shaw ni el celebérrimo Orson Welles ni el prestigioso historiador E. H. Carr, se libraron del lápiz acusador de George Orwell .
Orwell fue una creación de la CIA, independientemente de la opinión que se tenga acerca de la calidad literaria de su obra. La agencia no escatimó a la hora de invertir fondos para promocionar su obra. Era conocedora del efecto devastador que el mensaje de un supuesto representante de los valores de la izquierda podÃa tener sobre amplios sectores de la opinión. Como otros intelectuales de aquella –y de esta– época, sucumbió a la seducción del éxito fácil y la notoriedad rápida que posibilitaba la transmisión de un mensaje construido por los diseñadores de la guerra frÃa.
La tragedia para su memoria ha sido doble. Por una parte, la apertura de unos archivos polvorientos del Foreign Office ha puesto al descubierto su personalidad fraudulenta. La ausencia de escrúpulos del escritor británico sólo fue equiparable con la de los más despreciables protagonistas de sus propias novelas. La historia, finalmente, le ha pasado la factura, colocándolo en el lugar donde le corresponde, aunque para ello hayan tenido que transcurrir más de cincuenta años. Por otro lado, la sociedad siniestra que Orwell describió se parece cada dÃa más a la que, paradójicamente, él contribuyó a reproducir y a nosotros nos está tocando vivir. Toda la panoplia orweliana de “policÃas del pensamientoâ€?, “semanas del odioâ€?, “nopersonasâ€? y esa “neolenguaâ€? que se empequeñece en lugar de agrandarse, halla su réplica en la estampa que nos está ofreciendo la sociedad actual. ¿Qué más da que la uniformización del pensamiento corra a cargo del “Gran Hermanoâ€? o de las siete multinacionales de la comunicación que controlan y “depuranâ€? la transmisión planetaria del pensamiento? ¿Hay tanta diferencia entre las “Semanas de odioâ€? que organizaba el Big Brother y las que hoy organiza Bush, con la finalidad de preparar psicológicamente a la población de EU para una guerra de conquista? ¿Existe una divergencia tan grande entre el “Ministerio de la Verdadâ€? de 1984, que diariamente determinaba lo que debÃa pensar el ciudadano, y la aplastante uniformidad de opiniones que cada mañana puede escucharse en todas las emisoras radiofónicas del Estado español? ¿En qué se diferencian los delitos de opinión que cometÃan los “criminales del pensamientoâ€? y los que hoy se atribuyen a los perseguidos redactores de Egunkaria?
Se equivocan quienes consideren que la guerra cultural de la CIA , la batalla ideológica por el control del pensamiento, es solamente una secuencia del pasado, un capÃtulo oscuro de la Guerra FrÃa. Nada está más lejos de la realidad. Mientras en nuestro planeta existan pueblos que dominan y otros que son dominados, clases que detentan la propiedad de las riquezas y otras que no tienen acceso a ella, la batalla de las ideas no concluirá.
El sueño de los estrategas norteamericanos de la posguerra se ha cumplido. Hoy la hegemonÃa ideológica, polÃtica, económica y militar de EU en el mundo es indiscutible. Pero ¿por cuánto tiempo?
El texto es un adelanto del libro Algunas claves para entender el siglo XXI, de próxima aparición en Canarias, España. |
This work is in the public domain |
Comentaris
tu y la KGB?
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per alguien me nos estalinista q tu |
14 des 2005
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Q dices??????
Orwell nunca fue anticomunista, era trotskista, es de sobra conocido, y jamás criticó al comunismo, sino a su desviación estalinista. Los papeles secretos de los que hablas, (es curioso que ahora no desonfies del foreign office), salieron hace tiempo, como dos años, y están rebatidos en un panfleto llamado "george orwell ante sus calumniadores".
para estalinistas ya tenemos al PC y sus checas, su liquidación del movimiento asambleario, las huelgas, los pactos de la moncloa etc, no necesitamos más.
pd. el POUM era anticomunista?
y tus fuentes, quienes son, Pio Moa? |
Ya era hora de hablar claro sobre Orwell
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per Pere |
14 des 2005
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Pues eso: nada que no supiéramos, pero siempre es bueno insistir en ello.
Muy bueno el artículo del que sólo echo de menos que no hable de la relación que la ideología trotskista dfe Orwell tiene con su condición de confidente, así como tampoco aluda a su "Homenaje a Catalunya".
Por cierto que la Editorial Virus (supuestamente libertaria) que publicó recientemente esta obra (trotskista) no advierte al lector que está escrita por un soplón al servicio del Estado. |
hablar claro de los servidores del estado
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per MariLuz |
14 des 2005
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con el Garson, la kateta de la mujer del guardia sivil que ha intentado colarseme en la cola del pollo, el Zaplana, la Trinidad, el Amedo, el Tamayo, ... y el Bartolo de vuelva usted manyana de la ventanilla del ajuntamiento..., que Dios nuestro senyor nos pille confesadas. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per Esta documentat |
14 des 2005
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Teniu que llegir ( un bon llibre per a aquestes Nadals)una molt documentada història de com va ser manipulada una part de l'esquerra europea al llarg de la Guerra Freda.
El llibre es diu : "La Guerra Cultural Fría" de l'historiadora anglesa Frances Stonnor.
El final de George Orwell va ser molt triste, acusant i delatant als seus antics companys de lluita.
Un mite més fals que Acebes. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per Frances Stonnor- Saunders |
14 des 2005
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L'unica cosa que está equivocada al primer escrit ès que la CIA no existía encara als anys 50...era la OSS.
La Cia va ser creada molts anys després.Però la resta de l'informació ès ja molt coneguda i ningú la posa en qüestió a hores d'ara. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per zas |
14 des 2005
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Con el estalinismo y el estado pisando los talones cualquiera es confidente, y visto desde hoy el cuadro del fracaso de sus dogmas, mas.
Asì es que larga vida a Orwel y a los combatientes contra los tiranos y las elites del comunismo por arriba. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per orwell |
14 des 2005
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orwell ers un burges i un agente de la cia, k le den por sako |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per bo |
14 des 2005
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"Muy bueno el artículo del que sólo echo de menos que no hable de la relación que la ideología trotskista dfe Orwell tiene con su condición de confidente, así como tampoco aluda a su "Homenaje a Catalunya".
Por cierto que la Editorial Virus (supuestamente libertaria) que publicó recientemente esta obra (trotskista) no advierte al lector que está escrita por un soplón al servicio del Estado."
Por cierto, si buscas el artículo entero leeras que dicen que "Homenajes a Cataluña" es su mejor libro.
La última edición de ese libro los saca virus, editorial libertaria e independiente. Pero también lo daban con El Pais como una de las mejores obras del siglo XX. A saber quien sacará este libro, seguramente los pocos,por suerte, estalinistas que quedan y asi echar mierda ante una de las personas más conocidas por su antiestalinismo.
Que acabase como soplón, asumiendo que los datos son verdades y no pura propaganda y resquemor de ciertos estalinistas, no le quita ni un ápice a sus obras anteriores y, en especial, a su visión de la guerra civil ( o revolución española).
Lo de troskista, tampoco es totalmente cierto sino que tenia una ideologia, ciertamente, especial.
"El final de George Orwell va ser molt triste, acusant i delatant als seus antics companys de lluita."
¿Compañeros de lucha los estalinistas? ¿Los que fusilaban por la espalda a campesinos en Aragón? ¿los que asaltaban Telefónica? ¿los que ilegalizaron el poum y perseguieron a sus militantes?
Con compañeros como esos... para que queremos enemigos.
"L'unica cosa que está equivocada al primer escrit ès que la CIA no existía encara als anys 50...era la OSS."
Si un pequeñisimo error de un libro totalmente científico, serio y acusador.
Ahora todos a leer Nosotros a ver si 1984 es, o no, un plagio.
Si es asi Nosotros es una grandisima obra que ha podido adelantar lo que pasa ahora: el mundo esta dictadura capitalista que aspira a controlar nuestras vidas.
Más informacion:
http://www.fundanin.org/orwell-lista.htm
http://javiermarias.es/foro/viewtopic.php?TopicID=1541
http://www.ddtliki.com/pub/ddt/asp/ddt_pub__dcg.asp#dcg_11 |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per Jo |
14 des 2005
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Eric Blair llegó a España en diciembre de 1936. Se alistó casualmente en las milicias del POUM, y combatió en el Frente de Huesca desde enero hasta abril de 1937. De permiso en Barcelona, le sorprendieron los enfrentamientos armados entre dos facciones antifascistas, de un lado de la barricada las fuerzas represivas de la Genralidad, el PSUC y Estat Català; del otro lado de la barricada los trabajadores cenetistas y el POUM. Orwell, que no comprendía demasiado bien, al principio, las causas del enfrentamiento, no tuvo dudas del lado de la barricada en que debía estar, cuando supo que enfrente estaba la policía.
Si embargo, no fue la lucha en las barricadas, o el enfrentamiento entre antifascistas lo que impresionó a Orwell, Lo que le obsesionó siempre, y llegó a influenciar su obra literaria, fue la campaña difamatoria de los estalinistas contra los militantes del POUM y los anarquistas.
Orwell vivió en carne propia la persecución e ilegalización del POUM, ordenada el 16 de junio de 1937 por el gobierno de la República, presidido por Negrín. Los estalinistas detuvieron a los líderes del POUM, y todos los militantes de ese partido fueron perseguidos, encarcelados o asesinados.
Orwell, convaleciente de una herida recibida en el frente, logró escapar por casualidad, ya que se dirigía al Hotel Falcón, residencia habitual de los milicianos extranjeros del PUM, cuando a pocos metros fue avisado por un conocido del peligro existente: el Hotel había sido convertido en una prisión y checa estalinista.
La indignación de Orwell radicaba en el asco que sentía por la manipulación de la verdad. Su obsesión, reflejada más tarde en sus novelas, radicaba en esa manipulación de los hechos y de la realidad que él mismo había vivido en Barcelona y el frente de Huesca en 1937. La verdad, la realidad, los hechos, el pasado, podían ser fácilmente manipulados por los estalinistas con noticias y análisis que diarios, publicaciones, editores, aparato de propaganda e intelectuales simpatizantes repetían machaconamente. De este modo la mentira, la falsedad más burda, la falsificación política y la difamación más grosera podían llegar a adquirir la categoría de hecho histórico.
El artículo de Orwell, reproducido en este número de BALANCE, se publicó en inglés en el número de agosto de la revista inglesa CONTROVERSY, en francés en el número 255 (25 de septiembre de 1937) de LA RÉVOLUTION PROLETARIENNE, y en español en el número 6 (15 de diciembre de 1937) del BOLETIN DE INFORMACION SOBRE EL PROCESO POLITICO CONTRA EL POUM, editado clandestinamente por e POUM, pese a la formidable represión estalinista. Por lo tanto, este artículo había sido escrito poco después de su huida de Barcelona, el 23 de junio de 1937, ante el temor de ser encarcelado por haber combatido en las milicias del POUM. Recordemos que el 16 de junio el POUM había sido ilegalizado y sus líderes detenidos bajo la peregrina y fantástica acusación de organizar una banda de espionaje trosquista-fascista. Nin fue secuestrado por la GPU, torurado en Alcalá de Henares y por último asesinado. Hoy conocemos ya los nombre de sus asesinos: Gerö (que en 1956 sería el carnicero responsable de la represión del pueblo húngaro), Orlov, Jusik, Víctor, etc... Sin embargo, a Orwell le impresionó, mucho más que el asesinato, o la detención y persecución de los líderes y militantes del POUM, la campaña difamatoria que justificaba esa persecución; campaña cuya responsabilidad política correspondía a distintos niveles a Codovila, Palmiro Togliatti, Vittorio Vidali, Stepanov, Jesús Hernández, Vicente Uribe, José Díaz, "La Pasionaria", Santiago Carrillo, y el resto de dirigentes estalinistas españoles, y en último término por supuesto al Gran Hermano Stalin.
Cualquier miliciano que hubiese combatido en las milicias del POUM era perseguido y corría el peligro de ser encarcelado o asesinado. Y Eric Blair había sido miliciano del POUM en el frente de Huesca. El propio Orwell había vivido la desagradable experiencia de bajar herido del frente de Huesca, donde se combatía al fascismo, para encontrarse en Barcelona perseguido y acusado de trosquista-fascista.
La tesis fundamental del artículo es la afirmación de que el Gobierno del Frente Popular tiene más semejanzas que diferencias con el fascismo. Era un paradoja brutal para un combatiente antifascista como Orwell. Paradoja que no llega a ser plenamente asimilada cuando nos dice que, pese a todo, es mejor seguir combatiendo el fascismo abierto de un Franco y un Hitler, porque su régimen siempre será peor que le fascismo encubierto del Frente Popular.
Esta posición incoherente, fruto de una abrupta vivencia inmediata, fue modificada sólo dos meses después. Así, en la carta, fechada en septiembre de 1937, dirigida a Geoffrey Gorer, e incluida en el volumen "Mi guerra civil española", escribió:
"Después de lo que he visto en España he llegado a la conclusión de que es inútil ser antifascista e intentar mantener el capitalismo. El fascismo no es más que un desarrollo del capitalismo (...). Si se colabora con el gobierno imperialista-capitalista en la lucha contra el fascismo, es decir, contra un imperialismo competidor, en realidad se deja entrar el fascismo por la puerta de servicio."
Tras su precipitada huida de Barcelona, Orwell, ya en Inglaterrra, asistió impotente y asqueado a la campaña difamatoria de lso estalinistas, y de tantos intelectuales de izquierda. El choque de sus propias vivencias, como miliciano del POUM, y las falsedades publicadas por la prensa, que repetían las infamias de Togliatti y el resto de líderes del PCE y del PSUC, y de amplios sectores estalinizados del PSOE, son la inspiración directa del "Gran Hermano" y el "Ministerio de la Verdad", auténticos portagonistas de la pesadilla que nos relata la novela "1984".
Orwell estaba sorprendido por la virulencia de la represión estalinista, e indignado por la manipulación de los hechos y la realidad. Porque si la propaganda pasaba como verdad, la manipulación de la realidad y de los hechos era factible para quienes monopolizaban los medios de comunicación. La verdad se podía manipular desde el poder. La historia se podía fabricar según la voluntad del tirano y lso intereses del presente: QUIEN DOMINA EL PASADO DOMINA EL PRESENTE. Esa era precisamente la labor a la que se dedicaba William Smith, el protagonista de su novela "1984".
Y eso era lo que estaban haciendo los estalinistas en España con el POUM. La indignación, la denuncia y el asco de Orwell ante esta situación se reflejó en "1984". El Ministerio de la Verdad se inspiró directamente en el gran engaño de los estalinistas sobre la Guerra Civil española, y por supuesto, en la manipulación de la historia de la revolución rusa: QUIEN DOMINA EL PASADO CONTROLA EL FUTURO.
Hoys, tras la caída del muro de Berlín, derrocados los regímenes estalinistas en medio de la mayor de las ignominias, destrozado sin excusa posible el espejismo de los estados "obreros", desvelada sin engaño posible la naturaleza monstruosa, aberrante y aterradora del estalinismo, la historia ha demostrado la falsedad de las acusaciones que los líderes y militantes estalinistas del PSUC y del PCE lanzaron contra poumistas y anarquistas, con el único fin de asesinar la esperanza. Los revolucionarios de Julio del 36 tuvieron que enfrentarse a un enemigo colosal y desconocido, que se presentaba además como compañero, camarada y amigo, cuando era el más sanguinario y feroz de los verdugos de la revolución. Con todo, no fue la eliminación física de los revolucionarios del octubre ruso y de los revolucionarios españoles del 36, la mayor de las derrotas infligidas al movimiento obrero internacional por el estalinismo. El aniquilamiento de las organizaciones revolucionarias, la ilegalización y la persecución de sus militantes, supusieron la anulación de toda alternativa revolucionaria, y esto abría la vía para una segunda carnicería mundial. Sin embargo la mayor derrota no fue la eliminación física de los revolucionarios y de sus organizaciones, sino la apropiación del marxismo por el estalinismo. Apropiación que les sirvió además para justificar las aberraciones del capitalismo de Estado ruso. El marxismo, teoría de la revolución proletaria, fue utilizado como coartada ideológica de la contrarrevolución, y de sus atrocidades. Esa es la dura tarea que resurgió tras la caída de los regímenes estalinistas: la restauración del marxismo como teoría de la revolución.
Las dos novelas más interesantes y emblemáticas de Orwell, "1984" y "Rebelión en la granja" no hubieran sido posibles sin las vivencias del escritor durante la guerra civil española.
La obra literaria de George Orwell es profundamente amarga: William Smith capitula ante la tortura; su supervivencia personal implica también la muerte de la esperanza colectiva, y el absoluto triunfo del Gran Hermano. La historia, por una vez, a la altura de 1995, parece ser más benigna que la imaginación: Nin, aun sometido a tortura, no se derrumbó ni "confesó" nada; y consiguió así salvar a sus camaradas de partido de la pena de muerte y la ignominia. El juicio a que fueron sometidos los dirigentes del POUM acabó en un auténtico fiasco para los estalinistas. El estalinismo asesinó en España la esperanza que toda situación revolucionaria concede a aquellos que de otro modo jamás podrían tomar el propio destino en sus manos. Pero la resistencia frente al terror estalinista de los revolucionarios españoles consiguió, ya en 1937 y 1938, una campaña internacional de solidaridad que obstaculizó y frenó la dureza de la represión. Y con el transcurso de los años esa resistencia ha obtenido su victoria más completa. Los regímenes estalinistas de toda Europa, cuya primera intentona se dió en España en 1938, han caido como decorados de cartón-piedra. El terror tiránico del partido, que para colmo del horror se presentaba como el paraiso del obrero en la tierra, ha sido vencido, denunciado y desvelado a la luz de quien quiera ver. Los crímenes de los sicarios soviéticos durante la Guerra Civil, celosamente enterrados en los archivos del KGB, han sido encontrados y revelados. Los asesinos (y quienes políticamente les apoyaron), esto es, los estalinistas rusos, italianos, y españoles, han de cargar con la vergüenza y el deshonor de sus crímenes, y las víctimas difamadas, esto es, los viejos poumistas, han conquistado, sin lugar a dudas, el honor y el reconocimiento por el que combatieron toda una vida. Por una vez, en la historia universal de la infamia, asistimos a un desenlace justo y digno, en el que los criminales pagan con el oprobio y la autoría reconocida públicamente de sus crímenes, y las víctimas ven compensados sus esfuerzos. Gracias al restableciomiento de la verdad histórica, frente a la falacia y la complicidad de los estalinistas del PCE y del PSUC, ha sido rehabilitado el honor del POUM y de los poumistas asesinados, perseguidos, juzgados y/o encarcelados bajo la indigna, injusta e inmerecida acusación de fascistas.
De:
Agustín Guillamón, Barcelona, junio de 1995.
"donde sólo logró vender 23 mil ejemplares"
Espiritu calumnioso de entrada.
salut |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per antitrotskysta sempre |
14 des 2005
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Mol bo l'article, sobretot per recordar a aquells que es creen falsos mites de quina pasta està feta aquesta carronya. Aquesta història és un clar exemple de que el trotskysme és una bazofia anticomunista i contrarevolucionaria que prefereix aliar-se am el capitalisme que am els comunistes. A tots els traidors: cop de piolet! |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per cuanto gilipollas ssuelto |
14 des 2005
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Encara amb baralles d'a veure qui és més comunista de veritat? Després de tot el que ha passat a Europa durant el segle XX????? A quin món viviu?
Donar noms d'estalinistes és higiene, no traició. Traició és difamar, afusellar i fer front amb la burgesia republicana contra la revolució per no venir bé a la política exterior soviètica i per no estar controlada per aquesta.
Els gulags, els psiquiàtrics, els camps de reeducació i l'escalada armamentística NO són comunisme. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per Pepe |
14 des 2005
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La lógica del descrédito que preside este post es la misma que preside hoy los medios. Por ejemplo, hablar de un personaje (una cantante, un político, etc.) no es en absoluto opinar sobre sus actos, sino explicar chascarrillos (con quien se acuesta, si se cayó por la escalera, etc.), según un libreto cuyo ejemplo extremo son los programas de zapping. La obra y vida de Orwell se reduce aquí a si vendió pocos o muchos libros o a la opinión de un quiosquero de Nueva York, entre otras opiniones no menos delirantes (promovido por la CIA, plagiario). La pieza central del argumento, como en los relatos ufológicos, es un papel librado por los servicios secretos, qué en absoluto demuestra que Orwell estuviese en su nómina.
Desde los años 30 a hoy la lógica mentirosa de la propaganda ha pasado de los asuntos de Estado que manejan los servicios secretos a las presentadoras de TV (véase Lidia Lozano) que encuentran a las hijas muertas de un famoso (Albano). Nos hemos acostumbrado de tal forma a esta clase de intoxicación de la razón que no sorprende que buena parte de los comentarios de esta web se reduzcan al epíteto, cuando no al insulto, variable como el color de quien lo escribe.
No se trata de una particular estupidez del pueblo, sino de un embrutecimiento programado, que nos recluye a todos en la desesperanza y blinda al poder frente a toda crítica verdadera. ¿Desde que otra arrogancia si no nos hablan las Lozano, los Aznar o los Clos? |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per 1985 |
14 des 2005
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Cómo se puede llegar a pensar siquiera que las "campañas" difamatorias del "estalinismo" en la Guerra Civil eran como las de 1984?
El frente antifascista fue sólido y unió a distintas ideologías.
La historia de las "campañas difamatorias" es un invento reaccionario que ha servido para publicitar mucho esa supuesta división y ha echado un tupido velo al 1984 fascista de grandes empresas y oscurantismo parapolicial, que ya se asomaba entonces y en el que seguimos instalados hoy. O hace falta recordar que están aterrizando secretamente vuelos de la CIA aquí en BCN?
Recuerdo, además, como Queipo del Llano se reía y jaleaba la división en el flanco republicano?
Quien fue el fascista?
Orwell fue antifascista?
Idealizarlo es una equivocación. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per Defensen als xivatos |
15 des 2005
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Eixe ès l'esperit revolucionario d'alguns:
Delatar als Serveis Secrets ianquis está justificat perque els altres eram molt dolents...
Ara m'explique algunes actituts dela "anarko-pijos"en les manifestacions de Salamanca etc...segons aquesta filosofia repugnant, tot val contra el comunisme, contra Chavez o contra Fidel : inclós "col.laborar amb la Policia !
Xivatos com Orwell, el Poder vos utilitza sempre! |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per Torne a insistir |
15 des 2005
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No estic parlant d'un panflet, ni de Pio Moa, ni de cap intoxicació : El llibre que recomane "La Guerra Cultural freda"de Frances Stonnor-Saunders ès un estudi històric i documentat d'una época amb tota mena de proves i testimonis escrits que demostren sense cap mena de dubte que Orwell va denunciar als seus antics companys de lluita als Serveis Secrets (OSS) nordamericans que a canvi el van comprar els drets de les seues ovres per tal de fer pelicules propagandistiques.
L'escriptora ès una historiadora anglesa de Cambridge de molt prestigi i hui per hui ningú ha discutit la seua investigació.
Però no hi ha pitxor cec qu'el que no vol veure : els fanátics.ho negaran tot . |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per merda |
15 des 2005
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El que jo tinc entès és que va denunciar càrrecs de la BBC estalinistes, però és que en realitat tant se val. A mi em són igual els tejemanejes d'aquesta gent, de serveis secrets d'una banda, de l'altra, de les dues i de més enllà. Un galimaties tot plegat. El que està clar és que 1984 és un molt bon llibre (i jo mai l'he llegit com una denúncia del règim soviètic, almenys no únicament, que no ho oblidem, control social extrem n'hi havia), i que els fets relatats a Hoemantge a Catalunya varen succeir realment al marge de que ell els narrés o no.
Babaus. |
Re: ¿Orwell y la CIA?
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per estalo |
15 des 2005
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troskos al servicio de la cia ( como no )
no gracias |
Re: ¿Orwell y la CIA? Si pero no todo lo que la CIA vende tiene exito
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per Rebelión en la granja |
15 des 2005
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Distinta es la cuestión de si se puede hacer una revolución con un pueblo atrasado y analfabeto sin arrastrarlo como ganado pero la realidad del siglo XX ha sido que los ganaderos se transformaron en carniceros y eso nos lleva al temor de volver a intentar una revolución con los mismos metodos mesianicos que provocaron semejante monstruosidad. |
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