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Comentari :: amèrica llatina
La Revolución Bolivariana y el sentido de los tiempos
10 des 2005
Un doble ataque sufre la revolución bolivariana. El del imperialismo y las oligarquías criollas que la saben socialista y el de sectores que la atacan por reformista.
LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y EL SENTIDO DE LOS TIEMPOS.
Por, Martín Guédez (10-12-2005)

    Tomar distancia de los hechos ofrece perspectivas insospechadas. Cuando se está inmerso en el fragor del debate pueden más las vísceras que el cerebro. En Venezuela se está produciendo un proceso transformador que, para la derecha histórica y el imperio es revolucionario, socialista y comunista, y para un número significativo de personas apenas un proceso de acomodamiento de burguesías emergentes.

    En tal manera qué, la revolución bolivariana soporta el ataque constante y poderoso de la potencia más grande del planeta, aunado al de una oligarquía ultramontana, retrógrada e intocada, junto a los ataques de un grupo no menos feroz que se impacienta, privilegiando la crítica, según la cual, la burocracia partidista sobre la que se construye la organicidad del movimiento chavista se orienta a sustituir al pueblo por el aparato del partido.

    Un análisis histórico de las ideas conduce a descubrir en estas posturas un antihistoricismo consustancial. Víctimas del aforismo de Santayana, este izquierdismo repite historias ajenas, olvidando la propia historia y entorpeciendo las fuerzas que tratan de actuar sobre bases histórico-científicas. Construidas sus reflexiones sobre el mentado antihistoricismo se pierden en una lectura ideologizada de la realidad, -en el sentido del reflejo distorsionado de la misma. Emprenderla contra las acciones de coexistencia del gobierno revolucionario con amplios sectores de la estructura capitalista es un error histórico fatal. En términos de lectura histórico-científica, implica una apreciación patéticamente simplista de los fenómenos políticos que se producen en Venezuela. Un tipo de lectura apoyada en la construcción de una mitología de la realidad que no guarda relación alguna con ella.

    El advenimiento al poder, -relativo, sólo parcial y relativo- por parte de Chávez y las fuerzas revolucionarias ocurrió dentro del sistema económico y las estructuras de un estado absolutamente oligárquico y unas superestructuras consecuentes con ellas, intocadas, impecables y robustas. Obligada a jugar con las reglas del juego capitalista, incluso con una profunda cultura capitalista que todo lo impregna, la revolución bolivariana ha debido estructurar un delicado proceso de transición que le permita, en medio de infinitas contradicciones, marchas, contramarchas, avances y retrocesos, ir dando forma al proceso revolucionario.

    El poderío de las viejas estructuras es evidente en todo el aparato económico. Todas las acciones del gobierno han debido tomar sendas paralelas al aparato económico capitalista. Lo es también en la burocracia del Estado. La prueba evidente de ello es qué, para emprender las llamadas misiones, el gobierno bolivariano ha debido baypasear al aparato de la burocracia estatal que las habría hecho imposibles. Históricamente la revolución bolivariana accedió al gobierno, pero no lo hizo al Estado. Esa es una realidad histórica objetiva, alejada de intoxicaciones doctrinarias que llevan a identificar los procesos revolucionarios con los estereotipos, con las versiones apologéticas y con la iconografía de los museos de las revoluciones.

    La revolución bolivariana es original, única, sui géneris y exige también soluciones capaces de entender, profundamente, el sentido y el signo de los tiempos. Falta aún un trecho por recorrer acompañados por viajeros con interés pecuniario. Un dicotomismo excluyente, consecuencia del método de lectura de opciones binarias o la búsqueda de la hermosa simplicidad, según la cual, algo es revolucionario o simplemente es contrarrevolucionario, si obedece a los patrones de una ideología rígida o se aleja de ella es, -para recordar un calificativo que me endilgaron hace unos días- una estupidez monda y lironda.

    No subordinar la teoría pura de la revolución a las condiciones objetivas del proceso es, más que teoría pura, pura teología. No comprender las complejidades internas del proceso, no apoyarse en los factores dialécticos de la historia, es una supersimplificación que podría costar muy caro. Refleja carencias generales y un déficit teórico original. Suponer que el marco económico sólo hay que implantarlo brindándole un marco político adecuado es una simplicidad conmovedora. Un subjetivismo infantil pareciera explicar qué, basta tener algunos sectores del gobierno para, por medio de decisiones administrativas implantar una economía socialista. En este predicamento, todo el problema económico se reduce al problema jurídico de la propiedad de todos los medios de producción.

    ¿Y cómo hacer entre tanto? Se parte de la base de que, mientras se resuelve el asunto del cambio de propiedad de los medios de producción, la economía seguirá funcionando simplemente. Los trastornos previsibles no afectarían de forma decisiva el aparato económico, ni pasaría nada en el ámbito político, económico y social, tanto nacional como internacionalmente. ¡Tanta ingenuidad es sospechosa!. Tales posturas antihistóricas le regalan una buena conciencia a la ignorancia pura y simple, pero… le hacen muy poco bien a la revolución que debe construirse sin doctrinarismos religiosos, con ideas claras, agilidad, dinamismo y firmeza. Justo como, desde acá, a lo lejos, veo que lo hace el Comandante Chávez. El maestro nacional de ajedrez y caro amigo, Luís Matos, debería hacerle un favor a la patria. Darle un curso intensivo de estrategia a estos sectores que, como niños, gritan y patalean… ¡traición! ¡Traición!... Traición no, camaradas, inteligencia. Construir el socialismo del siglo XXI exige originalidad y una virtud poco común…paciencia.

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Re: La Revolución Bolivariana y el sentido de los tiempos
10 des 2005
Cine anarquista en la Cinemateca Nacional del 12 al 22 de diciembre
Por: Cinemateca Nacional
Publicado el Sábado, 10/12/05 09:52pm                    





Aurora de Esperanza de Antonio Sau, filmada en 1937, será uno de los films anarquistas exhibidos por primera vez en grandes salas en Venezuela.
Credito: Cinemateca Nacional
La Fundación Cinemateca Nacional se une a los esfuerzos de la Filmoteca Española, la Sección de Audiovisuales de la CNT, la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, el Festival de Huesca y la Cinemateca Uruguaya, para presentar la muestra Cine anarquista de la retaguardia en la Guerra Civil Española en nuestra sala hasta le viernes 23 de diciembre.
El estallido de la Guerra Civil española, el 18 de julio de 1936, implicó el rápido enrolamiento de los cineastas en ambos bandos del conflicto. De esta manera se produjo un cine “nacional�, como gustaban denominarlo los militares fascistas alzados en armas contra la república, enfrentado con un cine “leal�, que defendía la justa causa republicana.
La más pronta y espontánea respuesta cinematográfica a la sublevación encabezada por Francisco Franco provino de la central anarcosindicalista CNT (Confederación Nacional del Trabajo), la fuerza sindical más importante de España. En 1930 se fundó, el SUEP (Sindicato Único de Espectáculos Públicos), afiliado a la CNT, lo cual permitió tener a los anarquistas una fuerte injerencia en el mundo del espectáculo. Ello se traduciría en el control de la producción de teatro, cine, ópera y music hall por parte de los trabajadores, artistas y técnicos, primero en Cataluña y luego en otros lugares de España. De esta manera fueron realizadas alrededor de un centenar de películas durante los años del conflicto, tanto de propaganda como de ficción. Así como en unas se expresa el punto de vista republicano en la guerra, en otras se hallan plasmados los valores revolucionarios del movimiento anarquista.
El Ciclo Cine Español Anarquista de la Retaguardia reúne diez producciones, entre las que se encuentran: Barcelona trabaja para el frente (Mateo Santos, 1936), Barrios bajos (Pedro Puche, 1937), En la brecha (Ramón Quadreny, 1937), Nosotros somos así (Valentín González, 1936), Aurora de Esperanza (Antonio Sau, 1937), La silla vacía (Valentín González, 1937), La Última (Pedro Ipuche, 1937), Carne de fieras (Armand Guerra, 1936), El frente y la retaguardia (Joaquín Giner, 1937) y Nuestro culpable (Fernando Mignoni, 1937).
Estos filmes han llegado a Venezuela para ser exhibidos por primera vez en el país, y será en la sala de la Cinemateca Nacional ubicada en la Galería de Arte Nacional (Los Caobos) donde los espectadores podrán verlos.
PROGRAMACIÓN
LUNES 12, VIERNES 16, DOMINGO 18 y JUEVES 22, 5:00 pm
PROGRAMA I
BARCELONA TRABAJA PARA EL FRENTE
España, 1936
Luego de Reportaje al movimiento revolucionario en Barcelona, cuya virulencia sirvió, involuntariamente, para que los franquistas utilizaran el filme como prueba del anticlericalismo y la violencia de los anarquistas, el documentalista Mateo Santos realizó este filme mucho más apacible sobre la distribución de alimentos durante la guerra.
Dirección: Mateo Santos. Productor: Comité Central de Abastos de Barcelona. Fotografía: Roberto Porchet. Montaje: Antonio Cánovas. Comentario: Mateo Santos. Duración: 23 min.
BARRIOS BAJOS
España, 1937
Melodrama sentimental ambientado en los barrios bajos barceloneses. Los personajes principales son una hermosa mujer; el joven abogado que la ama, pero se convierte involuntariamente en asesino, y un cargador del muelle que también está enamorado de ella. La ambientación popular anticipa el neorrealismo.
Dirección: Pedro Puche. Productora: SIE Films (Sindicato de la Industria del Espectáculo). Fotografía: José María Beltrán. Sonido: Francisco Gómez. Música: Juan Dotrás Vila. Intérpretes: José Telmo, Rosita de Cabo, José Baviera. Duración: 94 min.
G LUNES 12, VIERNES 16, DOMINGO 18 y JUEVES 22, 7:00 pm
PROGRAMA II
EN LA BRECHA
España, 1937
Aspectos de la revolución proletaria se subtitula el guión de esta película. A través de un día en la vida de un obrero militante de la CNT, el filme muestra las concepciones que este sindicato mantuvo sobre la organización de la producción en la sociedad revolucionaria, con énfasis en el aporte de las mujeres a la lucha.
Dirección: Ramón Quadreny. Producción: SIE Films. Guión: Ramón Oliveras, Carlos Martínez Baena. Fotografía: José María de la Mata. Montaje: Antonio Cánovas. Sonido: Rosendo Sagrera. Duración: 17 min.
NOSOTROS SOMOS ASÃ?
España, 1936
Extraña película anarquista: de hecho es un filme musical “a la española�, con niño incluido, muy aferrado a los esquemas clásicos del espectáculo comercial. Se trata de una búsqueda del entretenimiento y el escapismo en medio de la dureza de la guerra.
Dirección: Valentín R. González. Producción: SIE Films. Fotografía: Jaime Piquer. Montaje: Antonio Cánovas. Sonido: Jaime Torrens. Dirección musical: Jaime Mestres. Intérpretes: Miguel �ngel Navarro, Manuel Jiménez, Joaquín Regales y el grupo infantil de la SIE. Duración: 31 min.
AURORA DE ESPERANZA
España, 1937
Esta película de ficción muestra la situación en la que se ve envuelto un obrero barcelonés cuya fábrica cierra y quien, luego de atravesar miserias y vicisitudes, va entablando relación con compañeros que empiezan a organizarse de forma autogestionaria. Aurora de esperanza es una de las grandes joyas artísticas que se produjo como consecuencia del fenómeno colectivizador impulsado por la CNT.
Dirección y guión: Antonio Sau. Producción: SIE Films. Fotografía: Adrián Porchet. Montaje: Juan Pallejá. Sonido: Rosendo Riquer. Música: Jaime Pahissa. Intérpretes: Félix de Pomés, Enriqueta Soler, Ana María Campoy. Duración: 60 min.
G JUEVES 15, SÃ?BADO 17, LUNES 19 y VIERNES 23, 5:00 pm
PROGRAMA III
LA SILLA VACÃ?A
España, 1937
Este filme de propaganda presenta en su comienzo a un joven despreocupado y de clase acomodada, quien se siente conmovido al ver s varios mutilados de guerra. Llevado por la emoción, el hombre acude inmediatamente a alistarse en las milicias que luchan en el Frente de Aragón. Con cada silla vacía que gente como él dejaba en los cafés de Barcelona se sumaba un combatiente más a la lucha por la causa republicana.
Dirección: Valentín R. González. Producción: SIE Films. Fotografía: Félix Marquet. Intérprete: José Pal Latorre. Duración: 17 min.
LA ÚLTIMA,
España, 1937
“Apunte jocoso-serio� dice un rótulo en la cabecera de esta película contra el alcoholismo. Se trata de una historia de mujeres que toman la iniciativa para liberar a un hombre del vicio de la bebida.

Dirección: Pedro Ipuche. Producción: SIE Films. Intérpretes: Emma Picó, Giménez Salas, Jesús Puche. Duración: 20 min.
CARNE DE FIERAS
España, 1936
Esta película relata la historia de un boxeador traicionado por su esposa, el cual se enamora de una bailarina que danza desnuda en una jaula con cuatro leones. Completado en circunstancias adversas por el estallido de la insurrección fascista, el rodaje estuvo marcado por insólitas circunstancias, como la deserción de los actores que se incorporaban a la lucha y la escasez de carne para alimentar a las fieras.
Dirección y guión: Armand Guerra. Producción: Arturo Carballo. Fotografía: Tomás Duch. Intérpretes: Pablo �lvarez Rubio, Marlène Grey, Georges Marck. Reconstruida en 1992 por la Filmoteca de Zaragoza. Duración: 87 min.
G JUEVES 15, SÃ?BADO 17, LUNES 19 y VIERNES 23, 7:15 pm
PROGRAMA IV
EL FRENTE Y LA RETAGUARDIA
España, 1937
Película de propaganda, que combina imágenes reales de producción industrial y agraria con escenas ficcionadas de combates en el frente de Aragón. Toda la retaguardia se esfuerza en producir lo que necesitan los combatientes en el frente. La organización de las industrias se rige por los nuevos principios revolucionarios que inspiran a la sociedad.
Dirección: Joaquín Giner. Producción: SIE Films. Guión: Ramón Oliveras, Carlos Martínez Baena. Fotografía: Sebastián Perera. Montaje: Antonio Cánovas. Sonido: Rosendo Sagrera. Duración: 22 min.
NUESTRO CULPABLE
España, 1937
Comedia musical que, en clave de disparate, ironiza sobre las relaciones entre la justicia y la sociedad burguesa. El ladrón, el banquero, la amante de éste y el juez son algunos de los tipos sociales de los que hace burla el filme.
Dirección, argumento y diálogos: Fernando Mignoni. Producción: Centro Films (Federación Regional de la Industria de Espectáculos Públicos). Fotografía: Tomás Duch. Montaje: María Paredes. Sonido: Esteban Muñoz. Música: Sigfredo L. Ribera y Santiago Corella. Intérpretes: Ricardo Núñez, Charito Leonís, Rafael Calvo. Duración: 87 min.
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