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Notícies :: amèrica llatina
La esperanza colombiana. El movimiento indígena entre dos fuegos
13 nov 2005
Un movimiento indígena colombiano ha decidido no tomar partido en la guerra civil, y con ello ha causado la furia del gobierno y los paramilitares, de un lado, y de la guerrilla, por el otro. Sus acciones políticas ­como referendos contra el libre comercio­ se están convirtiendo en modelo para otros sectores.
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Resistencia indígena nasa: palos contra AK-47 Fotografía: Ap


Naomi Klein
La Jornada
Masiosare 412 ° DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE DE 2005

Al llegar a su casa por la noche hace un mes, a Manuel Rozental le dijeron unos amigos que dos hombres desconocidos habían preguntado por él. En esta comunidad indígena en el suroeste de Colombia, rodeada por soldados, paramilitares de derecha y guerrillas de izquierda, no es buena señal que dos hombres desconocidos pregunten por uno.

La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca, la cual encabeza un movimiento político autónomo de todas estas fuerzas armadas, convocó a una junta de emergencia. Decidieron que Rozental, su coordinador de comunicaciones, quien había sido clave en las campañas de reforma agraria y en contra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, debía salir del país lo antes posible.

Estaban seguros de que esos hombres venían a matarlo. Pero, ¿quién los había mandado? ¿El gobierno respaldado por Estados Unidos, con la fama de utilizar paramilitares de derecha para hacer su trabajo sucio? ¿Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el ejército guerrillero marxista más viejo de Latinoamérica? Extrañamente, era posible que ambos. A pesar de estar en lados opuestos de una guerra civil que lleva ya 41 años, el gobierno del presidente Alvaro Uribe y las FARC concuerdan en que la vida sería infinitamente más sencilla sin el movimiento indígena de Cauca, que cada vez tiene mayor poder.

Líderes indígenas destacados en el norte de Cauca han sido secuestrados o asesinados por las FARC, que busca ser la voz exclusiva de los pobres de Colombia. Las autoridades indígenas fueron informadas de que las FARC querían asesinar a Rozental. Durante meses habían rumores de que él era lo peor, según el movimiento guerrillero: un agente de la CIA. Pero eso no quiere decir necesariamente que los desconocidos eran matones de las FARC, porque también corrían otros rumores, difundidos en los medios por el gobierno, que decían que Rozental era lo peor, según un político de derecha patrocinado por Bush: un terrorista internacional.

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El 27 de octubre pasado, el Consejo Indígena, que representa aproximadamente a 110 mil indios nasa en la región, publicó un comunicado que enfáticamente aclaraba: "Manuel no es un terrorista. No es paramilitar. No es agente de la CIA. Es parte de nuestra comunidad, la cual no debe de ser silenciada por balas". Los líderes de los nasa dicen que saben por qué Rozental, quien ahora vive en el exilio en Canadá, ha sido amenazado. Es por lo mismo que en abril pasado dos pueblos indígenas pacíficos en el norte de Cauca se convirtieron en zonas de guerra después de que las FARC atacaron puestos de policía en los centros de algunos pueblos, dándole al gobierno la excusa perfecta para ocupar la zona.

Todo esto sucede porque el movimiento indígena está adquiriendo poder. El año pasado, los nasa del norte de Cauca encabezaron la manifestación antigubernamental más grande de la historia reciente de Colombia y han organizado referendos en contra del libre comercio, con una participación de 70%, más que cualquier elección oficial (con una decisión de 'no' casi unánime). En septiembre, miles de personas se apoderaron de dos grandes haciendas, forzando al gobierno a cumplir con un acuerdo de tierras. Estos eventos se llevaron a cabo bajo la protección de la Guardia Indígena, que patrulla el territorio armada con palos.

En un país gobernado con M-16, AK-47, bombas caseras y helicópteros Black Hawk nunca se había visto este nivel de militancia sin violencia. Ese es el milagro de los nasa: han revivido la esperanza que había quedado destruida por los paramilitares, quienes sistemáticamente asesinaban a políticos de izquierda, incluyendo docenas de oficiales electos y un par de candidatos presidenciales de Unión Patriótica. Al final de la campaña sangrienta de principios de los años noventa, las FARC concluyeron que involucrarse en la política abierta era una misión suicida.

La clave del éxito de los nasa, dice Rozental, es que no pretenden apoderarse de instituciones del Estado que "han perdido toda legitimidad". Más bien "desarrollan nueva legitimidad basada en un mandato indígena y popular que ha surgido a partir de congresos, asambleas y elecciones participativas. Nuestro proceso y nuestras instituciones alternativas hacen que la democracia oficial se avergüence. Por eso el gobierno está tan enojado".

Los nasa han roto la ilusión que tenían ambos lados, de que el conflicto en Colombia pueda ser reducido a una guerra binaria. Sus referendos de libre comercio han sido copiados por sindicatos no indígenas, estudiantes, campesinos y políticos locales en todo el país. Sus adquisiciones de tierras han inspirado a otros grupos indígenas y de campesinos a hacer lo mismo. Hace un año, 60 mil personas marcharon pidiendo paz y autonomía. El mes pasado se volvieron a escuchar esas demandas en marchas simultáneas en 32 provincias de Colombia. Héctor Mondragón, economista y activista colombiano, explica que cada acción "tiene un efecto multiplicador".

En toda Latinoamérica se está sintiendo un efecto multiplicador igual de explosivo. Los movimientos indígenas están cambiando los mapas políticos del continente. Demandan no sólo "derechos", sino un nuevo estado altamente democrático. En Bolivia y en Ecuador, los grupos indígenas han mostrado que tienen el poder de destituir gobiernos. En Argentina, cuando protestas masivas sacaron a cinco presidentes en 2001 y en 2002, se escucharon consignas de los zapatistas de México en las calles de Buenos Aires. Mientras escribía esto, George W. Bush estaba en camino a Argentina, dónde descubriría que el espíritu de la revuelta sigue vivo y coleando.

Así como sucede en el norte de Cauca, los gobiernos tratan de categorizar a estos movimientos indígenas como terroristas. Y no es sorprendente que Washington ofrezca ayuda militar e ideológica: la actividad de las tropas estadunidenses cerca de la frontera boliviana con Paraguay ha crecido bastante. También, un estudio de la National Intelligence Council advirtió que los movimientos indígenas son por lo pronto pacíficos, pero podrían "considerar medios más drásticos" en el futuro.

Los movimientos indígenas, en efecto, son una amenaza para las políticas de libre comercio que Bush vende, con cada vez menos compradores, en Latinoamérica. Su poder no viene del terror, sino de un nuevo tipo de esperanza resistente al mismo terror. Una esperanza tan sólida que puede echar raíces en medio de una guerra civil colombiana que no parece tener solución. Y si puede florecer ahí, puede arraigarse en cualquier lado.

http://www.jornada.unam.mx/2005/11/13/mas-naomi.html

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FARC: Entre todos derrotemos la reelección del fascista Uribe Velez

RAUL REYES

La unidad de la oposicion derrotara la reelección del fascista Uribe Velez y su proyecto proimperialista.

Entre todos derrotemos la reelección del fascista Uribe Vélez.

Raul Reyes-FARC-EP

�lvaro Uribe pretende perpetuarse en el poder mediante su reelección. Para ello impuso en el Parlamento y la Corte Constitucional, con los peores métodos clientelistas e intimidatorios, una reforma a la Carta Política. La reelección es un golpe de Estado fascista que entroniza la dominación de un grupo ultraderechista empecinado en legalizar una dictadura. La reelección agrava la crisis que de tiempo atrás nos afecta, la cual no ha encontrado solución en este gobierno. El Plan de Desarrollo “Hacia Un Estado Comunitario�, no ha resuelto las dificultades de millones de compatriotas. La pobreza es un verdadero cáncer para más de treinta millones de ciudadanos.

Ninguna de las reformas aprobadas ha significado una mejoría.

Basta con examinar la reforma laboral para darse cuenta que no ha generado nuevos empleos y solo ha beneficiado a poderosos empresarios. Las reformas del Estado y los impuestos, se reflejan en el cierre de hospitales; en recortes de los sueldos; en la privatización de la Educación; y en el desmonte de la descentralización. El ALCA, antes que promover el crecimiento económico con equidad, entrega nuestros mercados laborales, industriales, financieros y agrícolas a la voracidad imperialista. La Seguridad Democrática, bandera de este Gobierno, esencia misma de su naturaleza neofascista y reaccionaria, ha sido una pesadilla para todos. La engañosa negociación con los paramilitares, en San José de Ralito y su Ley de Justicia y Paz, constituye el más aberrante acto de impunidad.

Las extradiciones en masa a los Estados Unidos son una bofetada a la dignidad y soberanía nacional, que confirma la subalternidad presidencial frente al imperialismo yanqui. Es por eso que crece el repudio a la reelección. Personas como el ex–presidente López Michelsen han dicho que se requiere una Gran Coalición para derrotarla en las plazas públicas e impedir que los paramilitares la impongan mediante las pistolas. En igual sentido se han expresado otras personalidades como Cesar Gaviria, Horacio Serpa, Juan Camilo Restrepo, Alvaro Leyva, Carlos Lozano, Andres Gonzalez, Cecilia López, la CUT, Carlos Rodriguez, Clara López, Carlos Romero, Bruno Diaz, Venus Albeiro Silva, Antonio Navarro, Gustavo Petro, Luis Eduardo Garzon, Angelino Garzon, Apecides Alviz, Carlos Gaviria, Marcelo Torres, Carlos Naranjo, Wilson Borja, Juan Manuel Lopez, Edmundo Lopez, Luis Fernando Velasco, Alfredo Molano, Ramiro Bejarano, Alejandro Gaviria, Jaime Dusan, Jorge Enrique Robledo, Alex Lopez, Luis Carlos Avellaneda,Jorge Gantiva, Daniel Libreros, Hernando Hernandez, Carlos Rodriguez, Fabio Arias, Yezid Garcia, Guillermo Cardona, Desde Abajo, Carlos Gutierrez, Julio Roberto Gomez, Alvaro Argote, Fernando Rojas,Gerado Jumi, Lorenzo Almendra, Antonio Garcia, Ricardo Santamaria, Enrique Molano, Obispos, sacerdotes, sindicalistas, intelectuales, lideres agrarios.

Las FARC–EP llaman a todos los colombianos para que, por encima de diferencias, nos unamos en el rechazo a la reelección y abogamos porque la alternativa a la actual crisis sea un Gobierno nacional, pluralista, patriótico y democrático. Hecho que se quiere impedir mediante un recambio político entre los clanes de la oligarquía, responsables igualmente de los males que afectan a nuestra nación.

La oposición a la reelección debe ser la ocasión para una amplia convergencia que conduzca a una solución de la crisis colombiana, en el marco de la configuración de un gobierno nacional, pluralista, patriótico y democrático que se comprometa a:1) La solución política al grave conflicto que vive el país; 2) Impulsar la Doctrina Militar Bolivariana para la Defensa Nacional del Estado; 3) Garantizar la participación democrática nacional, regional y municipal en las decisiones que comprometen el futuro de la sociedad; 4) Desarrollar y modernizar la economía con justicia social; 5) Invertir el 50% del presupuesto Nacional en el bienestar social de los colombianos mas desfavorecidos; 6) Que quienes mayores riquezas posean, más altos impuestos aporten para hacer efectiva la redistribución del ingreso; 7) Una política Agraria que democratice el crédito, la asistencia técnica y el mercadeo; 8) La explotación de los recursos Naturales como el Petróleo, el Gas, el Carbón, el Oro, el Níquel, las Esmeraldas, en beneficio del país y sus regiones; 9) Implementar relaciones internacionales con todos los países del mundo bajo el principio del respeto a la libre autodeterminación de los pueblos y del mutuo beneficio; 10) La solución del fenómeno de producción, comercialización y consumo de narcóticos y alucinógenos entendido ante todo como un grave problema social que no puede tratarse por la vía militar, que requiere acuerdos con la participación de la comunidad nacional e internacional y el compromiso de las grandes potencias como principales fuentes de la demanda mundial de los estupefacientes.

Propuesta refrendada por la Agenda Común por el Cambio hacia una Nueva Colombia, que firmó el Estado Colombiano en cabeza del ex–presidente Andrés Pastrana con las FARC–EP, durante los diálogos adelantados en la Zona Desmilitarizada.

Raúl Reyes, integrante del secretariado de las FARC
Montañas de Colombia, noviembre 13 de 2005
http://www.jornada.unam.mx/2005/11/13/mas-naomi.html

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Comentaris

Re: La esperanza colombiana. El movimiento indígena entre dos fuegos
14 nov 2005
Curiosa, la concatenación de noticias.

¿Será que pretende salvar con discurso, lo insalvable en acciones?

Salud.
Re: La esperanza colombiana. El movimiento indígena entre dos fuegos
14 nov 2005
Curiosa, la concatenación de noticias.

¿Será que pretende salvar con discurso, lo insalvable en acciones?

Salud.
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