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Francia...¡Se te saluda de nuevo, viejo topo!
09 nov 2005
Más de 6.000 vehículos incendiados, infinidad de establecimientos comerciales destrozados; un centenar de edificios públicos en llamas, entre ellos varias comisarías, y cerca de un centenar de policías heridos…, he aquí tan sólo algunas de las credenciales exhibidas, hasta la fecha, por el imponente estallido de ira de la juventud proletaria de Francia…
Pese a la represión masiva (más de 1.500 detenidos y en torno a un centenar de ellos encarcelados, a día de hoy, mediante juicios tan rápidos como faltos de toda posibilidad real de defensa), pese a la impresionante vigilancia policial organizada con la ayuda de helicópteros, pese a la declaración del estado de emergencia, la imposición de toques de queda y la amenaza de sacar el Ejército a la calle…, los disturbios alcanzan ya a más de 300 ciudades de toda Francia ¡y siguen extendiéndose!…
Primero, los voceros del Estado capitalista aseguraron que se trataba de «bandas mafiosas», de «grupos de traficantes de drogas»… Más tarde, que las acciones se debían a los jóvenes inmigrantes…
¡Falsarios! La amplitud de la ola social no deja lugar a dudas: es el movimiento tanto de los jóvenes inmigrantes como de los hijos de trabajadores autóctonos, tanto de los precarios como de los estudiantes de familias pobres…
¡Es el nuevo proletariado! ¡O el de siempre, si se quiere! Ese que, más que nunca, depende, para sobrevivir, de vender su fuerza de trabajo ¡y, sin embargo, en el cuadro de la revolución productiva en marcha, apenas puede ya hallar comprador para ella!… Ese que, en el mejor de los casos, de trabajo precario en trabajo precario, ¡está siendo despojado, por el capitalismo, de toda propiedad, de toda familia, de todo futuro!… Ese que, por mor de las exigencias imparables de la valorización capitalista, ¡vuelve a no tener otra cosa que perder que sus cadenas de explotado!…
En lo inmediato, es el movimiento continuador del otoño francés de 1998, cuando «los sin» («sin trabajo», «sin techo», «sin derechos efectivos», «sin voz», «sin identidad»…) —inmigrantes y franceses de nacimiento, todos unidos— se lanzaron masivamente, en lucha contra el paro y el capitalismo, a las calles de las grandes ciudades… Es el continuador, asimismo, del movimiento anticapitalista nacido en Seattle, apenas un año después, que sólo abandonaría la escena —condenado y saboteado por todas las fuerzas políticas, incluido el anarquismo— tras la derrota sufrida, en julio de 2001, en Génova, desarmado ante el giro bélico-pacifista de la situación, posterior a los atentados antiimperialistas revolucionarios del 11 de septiembre de 2001…
Sí, los jóvenes proletarios airados de hoy que hacen temblar a la burguesía francesa y llenan de inquietud, por miedo al contagio, al resto de las burguesías de los países capitalistas avanzados del planeta son la continuidad de esos movimientos anteriores. ¡Pero, observad, su progreso! Ya no ha lugar, en sus filas, como en otoño de 1998, para la extrema izquierda por entonces todavía presente en el movimiento, ni siquiera, como en el anterior anticapitalismo, para las engañosas banderas anarquistas destinadas a evitar, con su falaz «antiautoritarismo», con su falso apoliticismo y apartidismo, el choque de las masas proletarias contra el Estado burgués… ¡Es el nuevo proletariado, el de siempre, puro y duro, el que combate estos días en las calles de Francia!
¿Qué tiene en común este movimiento con la reformista antiglobalización? ¡Nada! ¿Qué tiene en común con ese tipo de proyectos ciudadanos, como el de «la multitud» propugnado por el profesor anarquista vergonzante Antonio Negri? ¡Nada!
¿Dónde están hoy estos terribles “anticapitalistas� antiglobalizadores al estilo del señor Negri y cía.?… ¿Por qué prefieren mirar para otra parte y guardar tan escrupuloso silencio?… ¿Cómo es, si de veras no pertenecen al sistema, que no se han apresurado ya a secundar, en toda Francia y en el resto de los países, el levantamiento de los jóvenes proletarios franceses?…
Las imágenes que hoy llegan de los suburbios de París y del resto de ciudades francesas lo reiteran: la belleza del actual movimiento —la belleza de la lucha y la revolución proletaria— está en su contenido, no en su forma, violenta y áspera, tan lejos de las bonitas y amables maneras, democrático-burguesas y pacifistas, que caracterizan a los hipócritas movimientos reformistas.
Tras haber sido enterrado, para siempre, por Fukuyama y los filósofos burgueses oficiales, el viejo topo del movimiento proletario fue dado también por muerto, por parte de los antiglobalizadores de todo tipo, como Antonio Negri y el resto de la purriela pequeñoburguesa intelectual postmoderna. ¡Qué sonora bofetada han propinado, con su lucha de ahora, los jóvenes proletarios franceses a estos señores! ¡¡Son las masas, la chusma, en acción, que persigue, en sus peores pesadillas, a los buenos ciudadanos que, en definitiva, son Negri y sus colegas antiglobalizadores!!
Si algo significa, ante todo, lo que está ocurriendo hoy día en Francia es esto: el viejo topo sigue hozando, sigue cavando, con más método que nunca, los cimientos del capitalismo.
La revolución productiva en escena es dialécticamente, la que —destruyendo a través de la marginación social y la depauperación generales de la clase explotada las barreras corporativas que han dividido al proletariado— insufla vida al viejo topo del proletariado, de su revolución, del comunismo. Nada podrá detener su sistemático trabajo de zapa. De la mano de la explotación y opresión desencadenadas del capitalismo de nuestros días, de la mano de la miseria y la barbarie bélica en que éste, paso a paso, va sumiendo a las masas trabajadoras de todo el globo, ¡el futuro será de «los sin», de los explotados, de los proletarios!; ¡¡el futuro será del anticapitalismo!!
Pero, desde luego, antes habrá que hacer camino… Los jóvenes proletarios franceses en lucha tienen enfrente a todas y cada una, sin excepción, de las fuerzas políticas conocidas. Desde la socialdemocracia reformista hasta el anarquismo, pasando por el estalinismo y el trotsquismo, y el maoísmo, ni uno solo de esos partidos —por no hablar del fascismo que, por boca de Le Pen, reclama la implantación del Estado de excepción para acabar con la revuelta— se reconoce en la legítima violencia con la que los jóvenes proletarios se defienden de la única manera que hoy por hoy pueden, de la explotación y represión masivas, cotidianas orquestadas, en permanencia, por la sociedad burguesa y su aparato de opresión de la clase trabajadora, el Estado capitalista.
Es cuestión de tiempo: este movimiento acabará, como todos —¿puede, acaso, dudarse?—, por encontrar el partido que represente sus intereses, que haga valer su voz. Mas es impensable, desde ya, que pueda hallarlo en cualquiera de los partidos burgueses, de derecha o de izquierda conocidos —el anarquismo, por supuesto, incluido—, que hoy conviven, más o menos críticamente, con la burguesía y su Estado. No será, desde luego, ni hoy ni mañana, pero este movimiento hallará su partido. Y deberá alzarlo de nueva planta, pero sobre la misma base de fondo —la lucha irreconciliable del proletariado contra la burguesía en la vía de la destrucción del Estado capitalista como primer paso hacia la sociedad sin clases, ni explotación, de mañana— en que lo alzaron, en su día, los comunnards parisinos de 1870 o el proletariado revolucionario ruso y mundial de 1917-27.
Entre tanto, con toda seguridad, el actual movimiento será aplastado, bajo el fuego combinado de la represión policial del Estado burgués y del trabajo político liquidador, a cuenta de éste, en el seno de las masas trabajadoras, de los partidos y fuerzas radicales que cubren el flanco de izquierda del capitalismo. Se trata —aseguran los observadores—, en el mejor de los casos, «de un movimiento organizado, pero no coordinado» ¡y haría falta no sólo coordinar las fuerzas de los explotados, sino ir mucho más lejos —reunirlas y centralizarlas en un solo puño— para poder abatir el engrasado aparato político, militar e ideológico del Estado capitalista, que vela por el orden burgués!
Aún es pronto para ello: ni hay ni puede haber, en nuestros días, dicha centralización de la clase explotada, ni siquiera de su segmento más combativo, su juventud pasada a la acción… Antes, el grueso del proletariado de los países capitalistas avanzados deberá conocer, en su propia carne, todo el horror indecible de la miseria y la guerra insoportables que ya padecen los pueblos atrasados del planeta. Sólo así la totalidad de la clase explotada se verá empujada a asaltar, en una lucha a vida o a muerte contra sus explotadores, el cielo de la sociedad capitalista.
No; los jóvenes proletarios franceses hoy en lucha no pueden vencer. Su movimiento será inevitablemente aplastado por la unión sagrada, que ya se forja, a todo correr, contra ellos, de policías y reformistas de todo tipo al servicio del capital. Pero, todo y con ello, la página histórica que están escribiendo es ya inolvidable. Convoca a que cada cual se apreste a ocupar el lugar que le toca —o con la burguesía o con el proletariado— en la lucha de clases y llama a que los elementos sociales realmente determinados por el futuro de la humanidad se encuentren en la titánica tarea de proveer al proletariado del nuevo partido revolucionario que mañana necesitará, indefectiblemente, para vencer a sus enemigos.
¡Adelante, viejo topo!

Ignacio Rodas
irodas ARROBA edicionescurso.com
8 de noviembre de 2005

(Ignacio Rodas —miembro, en su día del autodisuelto Movimiento Anticapitalista Revolucionario (MAR)— es autor, entre otros libros, de El movimiento anticapitalista y el Estado < www.edicionescurso.com >)

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Comentaris


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Re: Francia...¡Se te saluda de nuevo, viejo topo!
09 nov 2005
3 de noviembre de 2005, 17h15
BOLSA PARÃ?S sube 1,63% a 4.502,02 puntos

PAR�S (AFX-España) - El CAC 40, principal índice de la Bolsa de París,
PAR�S (AFX-España) - El CAC 40, principal índice de la Bolsa de París,

cerró la sesión del jueves en alza (+1,63%), para ubicarse en 4.502,02 puntos.

La Bolsa de París desmiente al sicario Rodas, agente infiltrado y provocador al servicio de la derecha reaccionaria.

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Re: Francia...¡Se te saluda de nuevo, viejo topo!
09 nov 2005
Salut tout le monde
Tio... estas com un llum... Penso que tota aquesta historia es molt mes preocupant i menys ntusiasta que el que vol reflectir el teu discurs (que aplaudiria i entusiasmaria en altre moment i lloc) a lo soviet. Cremar guarderies, escoles i centres esportius... pensem-hi. Fins ara moltes persones s'havien mullat el cul, corrent davant del uniformats igualment, per a que un fill tingui escola sense anim de condemna cap a aquestes animes plenes d'odi i si envers a, en definitiva, un ordre social mundial injust que produeix i que viu de i per l'odi. Avui el contemplem al cor de la bestia... sense consignes, discursos ni banderes... el buit ha arribat i els que sempre varen estar a dalt ja es freguen les mans. No se si TU has vist amb els teus ulls que esta passant darrera dels discurses a lo soviet, religiousus i capitalistes per apoderarse d'aquests esdeveniments. Ni els cotxes, ni els polices son les victimes, creume.

Salut les catalans

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Re: Francia...¡Se te saluda de nuevo, viejo topo!
09 nov 2005
De nou el Rodas (antic ideòleg i meitat de militants del MAR) ve de nou a il·luminar-nos, ves a pastar home amb els teus rotllos.

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Rodas....luz bolchevike, desinformada
09 nov 2005
El discurso de Rodas es el de un autentico bolchevique, que aplica de la mejor manera a la situacion de hoy en Francia.
Pero...
Que Negri es anarkista, tal como afirma, es absolutamente mentira
y
es importante saber leer en este boltxe su animo de incluir en el saco recuperador del sistema ( Estado burgues)a los anarkistas, cuando es absolutamente erroneo desde el punto de vista racional incluir a todos como si fueran homogeneos
En fin que este bolche es capaz de demostrar quienes son la esquerra independentista, abertzale, troskos, maos, estalinianos, antiglobis y claro...los buenos son ...los boltxes
Yo no soy boltxe, soy antiboltxe, pero desde luego que el tal Rodas es un bolche y los demas...lloronas...jajaja
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