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Cuarto aniversario del asesinato de Digna Ochoa
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per CSRZ Barcelona
Correu-e: ellokal ARROBA pangea.org (no verificat!) |
18 oct 2005
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Acto homenaje en recuerdo de Digna Ochoa y Plácido, abogada mexicana defensora de los derechos humanos, asesinada en el Distrito Federal el 19 de octubre de 2001.
En memoria de Manuel Vázquez Montalbán, fallecido en Bangkok el 18 de octubre de 2003
A las 19,30 h. el miércoles día 19 de octubre de 2005. delante del monumento a Francesc Layret (abogado laboralista catalán asesinado por los pistoleros de la patronal en 1920) en la Ronda Sant Antoni |
Cuarto aniversario del asesinato de Digna Ochoa
La impunidad del asesinato político en México
El 19 de octubre de 2001, la abogada Digna Ochoa fue encontrada muerta en su despacho de la Ciudad de México. La noticia conmocionó a la sociedad mexicana pues Digna no era una abogada cualquiera: dedicada a la defensa de los derechos humanos, había aceptado casos que casi todos sus colegas rechazaban porque significaban enfrentarse a esas fuerzas poderosas y oscuras que en México siempre se han considerado intocables: el ejército, la policía, la propia administración de justicia.
Digna vivía permanentemente amenazada de muerte, incluso había sido secuestrada y torturada en dos ocasiones. Al conocerse la noticia, la idea de un crimen de estado no tardó en convertirse en un clamor. Amnistía Internacional, la Unión Europea, la ONU, incluso el Departamento de Estado Norteamericano consideraron intolerable su asesinato y exigieron al gobierno mexicano un rápido esclarecimiento.
Cuatro años más tarde ni el gobierno federal de Vicente Fox ni el del Distrito Federal de Andrés Manuel López Obrador, a cuyo cargo está la investigación, han hecho nada para esclarecer el caso. El primero se ha dedicado a obstruir toda la investigación que apuntaba a elementos militares como autores del asesinato. El segundo, incapaz de enfrentarse a los poderes oscuros que siguen moviendo los hilos del poder en México y obsesionado por mostrar una imagen "moderada" de cara a su candidatura presidencial, ha intentado por todos los medios archivar el caso alegando que Digna se suicidó.
La fiscalía del Distrito Federal no ha aportado ni una sola prueba tangible de que la abogada se suicidara: sólo dictámenes psiquiátricos post mortem, pruebas periciales realizadas mediante fotografías que contradicen las realizadas por los forenses en el momento de la autopsia y "evidencias" encontradas en el escenario del crimen 17 meses después de la muerte de la abogada.
No es de extrañar que peritos de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos y la propia Comisión de Derechos Humanos del DF hayan tachado la investigación de inconsistente en dos dictámenes demoledores: hay deficiencias graves en la autopsia, los peritajes y la custodia de las evidencias; es "desconcertante" el hallazgo de nuevas pruebas meses después del asesinato; se "manipuló" la escena del crimen; las instancias militares sólo entregaron información intrascendente, no atendieron las solicitudes de la fiscalía y no permitieron el acceso a sus archivos; la fiscalía no agotó la línea de investigación que señalaba a miembros del ejército quienes fueron sometidos a interrogatorios puramente "rutinarios" ... En definitiva, la mayoría de conclusiones de la fiscalía "carecen de fundamentación técnica y, en su caso, de pruebas experimentales que las sustenten".
Pese al varapalo, la fiscalía no ha cejado en su empeño de sostener la hipótesis del suicidio, para lo que no ha dudado emprender una campaña de desprestigio hacia la abogada en lo que algunos analistas han llamado "la segunda muerte de Digna Ochoa". La familia, a la que durante meses no se ha permitido la aportación de pruebas que demostrarían el asesinato, ha conseguido que un tribunal federal ordenara reabrir el caso para realizar nuevos dictámenes forenses. En estos momentos sigue luchando para obtener los fondos que le permitan financiar estos dictámenes sin ningún apoyo por parte de la fiscalía.
Si el asesinato de Digna Ochoa se convirtió en la auténtica prueba de fuego sobre las verdaderas intenciones de Vicente Fox para instaurar una auténtica democracia en México y acabar con la guerra sucia y la impunidad, ahora, cuatro años más tarde, la falta de esclarecimiento del crimen no parece ser noticia. Con el mandato de Fox prácticamente agotado, la muerte de Digna es simplemente una gota de agua en un mar de absoluto desprecio por los derechos humanos y la libertades civiles.
Fox y su "gobierno del cambio" parecen haberse acostumbrado a que organizaciones como Naciones Unidas, Amnistía Internacional o Human Rights Watch denuncien constantemente un sistema de investigación penal que continúa empleando la detención arbitraria y la tortura de forma sistemática; la creciente militarización de la policía y la administración de justicia; la masiva presencia del ejército en amplias zonas del país; las constantes amenazas de muerte (en ocasiones consumadas) que sufren las organizaciones sociales en general y los defensores de los derechos humanos en particular; los continuos asesinatos de periodistas; la falta de voluntad para investigar los crímenes políticos bajo el mandato del PRI; la reciente sentencia de la Suprema Corte de Justicia que, al margen de los tratados internacionales, consagra el principio de que en México el genocidio es un delito que sí prescribe ... A veces hasta puede parecer comprensible que la investigación de asesinato de Digna se haya diluido en medio de un panorama tan desolador.
El abogado de la familia, que también ha sido amenazado de muerte repetidas veces , ha declarado: "Si el asesinato de Digna Ochoa no se aclara nunca, ningún abogado en México podrá tener la certeza de que en un momento el ejercicio de su carrera no podrá costarle la vida. Yo pensé: si topo con un caso que le resulte incómodo a las autoridades, ¿será que mi familia tendrá que andar peregrinando, buscando la verdad y exigiendo justicia por mi muerte, como se encuentra hoy la madre de Digna?"
Octubre 2005
Col·lectiu de Solidaritat amb la Rebel·lió Zapatista de Barcelona
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