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Notícies :: criminalització i repressió
Libertad para David Reyes ¡¡¡Y�!!!
per Grupo de apoyo Linares	13 oct 2005
PRESO POR DEFENDER SU DIGNIDAD!!!
¡Salud compañerxs! Ante todo daros las gracias a los presentes en este acto de solidaridad que han organizado los amigos del Centro andaluz del pueblo “er llano� con motivo de mi nuevo e injusto paso por la cárcel. Me han pedido que me dirija a vosotros para que sea yo mismo quien os cuente quien soy, como he llegado a esta situación y la valoración que hago de la campaña que se está desarrollando a favor de mi excarcelación. Como sabréis, me llamo David Reyes, soy granadino y nací hace 30 años en una familia de trabajadores andaluces. Dejé de estudiar, digamos oficialmente a los 15 años, aunque he conservado la curiosidad y el interés por los temas que llamaban mi atención teniendo siempre cerca libros para saciar estos vicios. También con 15 años comencé a trabajar, en distintas cosas (pintor, construcción, comercio, mensajero) y a la vez delinquía, no por necesidad, sino más bien por tener algo más y mejor de aquello que podía conseguir con mi sueldo (ropa, zapatillas de marca, motos etc..) y salir con mis amigos para gastar locamente. Estos amigos de entonces eran como yo, unos consumistas impulsivos. Total, con 18 años recién cumplidos, el 1 de Junio de 1993, la policía irrumpió en el piso donde vivía con dos amigas y me detuvo acusado de atracar sucursales bancarias y tenencia ilícita de armas. Así que de la noche a la mañana me enfrenté a peticiones fiscales por varios delitos que sumaban 33 años de la cárcel. Al cabo de un año como preso preventivo en la cárcel vieja de Granada, módulo de menores y una vez celebrados todos los juicios, en mi expediente penitenciario constaban 14 años de condena. Fui trasladado al módulo de menores de la cárcel de Almería para cumplir estos años de encierro y en esta permanecí hasta 1998 sin interrupción. Después conocí otras cárceles. Lo cierto es que los 4 o 5 primeros años pasaron muy rápidos, tal vez porque era más joven e inconsciente, tal vez porque realice algún trabajo o cursillos para obtener las redenciones (reducciones) de pena que facilitaban el código penal vigente entonces, tal vez porque procuraba no pensar mucho en el tiempo que me quedaba, ilusionado con obtener para salir por unos días (por otra parte, nunca me los concedieron) y alcanzar la libertad de la condena (la cual tampoco conseguí en toda la condena). El peor año de los 9 y pico que pasé en total encerrado fue el de 1997, ya que sufrí una depresión con brotes psicóticos. Los médicos me estuvieron drogando a la fuerza con medicamentos para esquizofrénicos. Si me negaba a tomarlos llamaban a la plantilla de carceleros para reducirme e inyectarme sustancias que me anulaban por completo durante una temporada (varios días). En el módulo al que me llevaron comencé a recuperarme practicando algún deporte y no tomando la medicación que me recetaban. También comencé a denunciar junto a otros compañeros los abusos y arbitrariedades cotidianas y puntuales de las que nos hacían víctimas los carceleros. Así que en septiembre de 1998 terminamos en el módulo de aislamiento (al que llaman nocivos) por realizar un plante con pancartas hechas con sábanas ante una paliza que le dio un carcelero a un compañero. Y fue en este módulo de aislamiento donde sucedió lo que ahora me ha llevado de nuevo a la cárcel. Estábamos allí esperando que nos clasificaran en 1er grado de tratamiento y nos trasladasen al Puerto de Santa María pero no contentos nos provocaban continuamente. Por ello nuestra actividad era defensiva, procurando mantener la dignidad y no dejarnos humillar. Pero un grupo de carceleros ideó una encerrona para castigarnos y vengarse por las denuncias que hacíamos. La mañana del día 17 de Octubre de 1998 después del tiempo que me correspondía de patio (que allí son como jaulas) uno de los carceleros me pasó por el cuerpo el detector de metales, al igual que hizo cuando unas horas antes entré en ese sitio. Pero en esta ocasión me estaba restregando y presionando el cuerpo con el detector manual, lo cual le pedí que dejara de hacer. No me hizo caso y como parte del montaje me dijo que me desabrochara la chaqueta vaquera que llevaba puesta, ya que los botones metálicos pitaban. Así que como me negué a hacerlo ante su actitud chulesca y provocadora, sin sentido porque palpando podría comprobar que no portaba ningún objeto “peligroso� y es ilegal que te obliguen a quitarte ropa si cuentan con otros medios de control, pues comenzó a empujarme y a golpearme, llevándome hacia el final de unos de los pasillos, Justo en ese momento, cuando también ese energúmeno se puso a gritar, aparecieron por otro pasillo un grupo de carceleros, 6 u 8, que por lo visto esperaban el momento de actuar. A empujones me llevaron a una celda de aislamiento y aunque mi actitud fue en todo momento de resistencia pasiva, comenzaron a golpearme entre todos, siendo esposado después en una postura muy incómoda y dolorosa, otra forma de tortura, en plan contorsionista. Casualmente a uno de los carceleros se le cayeron unos papeles del bolsillo de la camisa, así que cuando más tarde me soltaron para que comiera conseguí guardarlos en una de mis zapatillas. Estos papeles consistían en documentos personales y un papel con el nombre de varios compañeros míos con el lema de “lista negra�. Surrealista pero cierto. Recuerdo que estando esposado y en el suelo llegó el médico para reconocerme a su manera, ya que viéndome en ese estado no pasó de la puerta de la celda y se limitó a sonreir mientras me decía: “¡Ah, veo que te encuentras bien!�. Este médico, ejemplo de represor como antes os comentaba después hizo partes de lesiones para los carceleros que me habían agredido y que después sirvieron para condenarme injusta y falsamente. Estuve 2 años en régimen de 1er grado con continuos traslados entre el Puerto de Santa María y Almería para resolver diligencias referidas a estos hechos y las denuncias que interpusimos. Una vez hice el cálculo de los kms recorridos en esas pocilgas que llamamos “canguros� los furgones de traslado y sumaba tanto como para llegar a Pekín. Como veis era otra forma de tortura. Yo lo llamo la pelota de pin-pon. En estas circunstancias, de entre los presos más combativos que conoces destacaban los presos políticos vascos, ejemplo de dignidad, coherencia y actitud frente a tanto crimen como se comete entre estos muros sobre los privados de libertad. Algunos jueces de vigilancia han llegado a reconocer que las cárceles son hoy algo más humanas gracias a la lucha continua que llevan a cabo estos compañeros desde dentro por el reconocimiento y respeto de sus y nuestros derechos. Lo cual no quiere decir que sean los únicos que luchen, pues otros compañeros denominados “sociales� (que no lo son desde el momento en que reconocen las causas de los problemas y actúan sobre ellas) se han sacrificado por obtener mejoras y respeto para todos los presos. Lo único malo es que siempre han sido minorías, más desorganizadas e inconstantes. Muchos han pagado con la vida su determinación y valentía. Siempre estarán con nosotros, en nuestro recuerdo. En estas condiciones, en 1er grado tomé conciencia de lo que era la lucha de clases, del orígen social de los problemas de la cárcel, de sus causas. Igualmente descubrí mi identidad nacional y cultural, la andaluza que luego he afianzado junto a otros compañeros que conocí una vez en libertad, entre ellos los de “er llano� que como sabéis pertenecen al colectivo juvenil Jaleo y a los de Nación andaluza, organización a la que pertenezco y cuyo fin es la independencia y el socialismo de nuestra tierra. En el año 2002 salí en libertad de la cárcel de Córdoba, el 18 de Septiembre, después de haber pasado por la de Huelva (6 meses) tras lograr el 2 grado en el Puerto en 2001. Así comencé una nueva vida. Me fui a Granada con mi familia y así recuperar tanto tiempo de separación aunque siempre han estado apoyándome y demostrando su amor en especial Encarnita, mi madre. Me apunté a un cursillo de pintor de interiores parra ampliar lo que sabía del que es mi oficio pensando que así encontraría trabajo más fácilmente. A la vez fui conociendo a otro tipo de gente diferente a la que hasta ahora había tratado. De la asociación pro derechos humanos, de Jaleo, Nación andaluza, del CSO de Granada y otros colectivos que de alguna manera se oponen a las injusticias de nuestro tiempo. A los 6 meses de estar en libertad, pues decidí cambiar de aires y me marché a Pamplona. Lo necesitaba. Allí encontré trabajo como pintor, mee enamoré de Raquel y conocí a gente estupenda y muy luchadora por cambiar las cosas de esta forma de vida burguesa. Tengo muy buenos amigos allí. Es mi segundo hogar. Esta última navidad decidí volverme a Granada, por nostalgia y para intentar aportar algo en esta tierra que tanto necesita de los andaluces de conciencia. Encontré trabajo como pintor esta temporada y en eso estaba cuando el día 1 de Junio de este año mee detienen en mi casa con orden de ingreso en prisión para cumplir estos 19 meses de injusticia, casi 7 años después de aquellos hechos y casi tras 3 años de libertad. Yo no necesito que la cárcel me reinserte ni nada parecido, eso ya lo conseguí por mi mismo y con la ayuda de toda esa gente que me quiere y me apoya. La cárcel no reinserta, la cárcel destruye a las personas. Un compañero me pide que valore la campaña y a la vista de lo que se lleva hecho que más se puede pedir aunque no se consiga nada estoy orgulloso de contar con gente tan valiosa y excelente. No les puedo pedir más pero saben que cuenta con mi apoyo para cualquier cosa que se les ocurra. Por ahora os voy a dejar aunque mentalmente siempre estoy ahí en la calle. Muchas gracias por interesaros por mi, espero que nos conozcamos pronto si nos desconocemos. Me gustaría que se leyera esta canción de Bertolt Brecht que dice cosas que no se expresar como él: Esclavo, ¿Quién te liberará? Los que están en la cima más honda te verán, compañero, tus gritos oirán. Los esclavos te liberarán. O todos o ninguno. O todos o nada. Uno solo no puede salvarse. O los fusiles o las cadenas. O todos o ninguno. O todos o nada. Hambriento, ¿quien te alimentará? Si tú quieres pan, ven con nosotros, los que no lo tenemos. Déjanos enseñarte el camino. Los hambrientos te alimentarán. O todos o ninguno. O todos o nada. Uno solo no puede salvarse. O los fusiles o las cadenas. O todos o ninguno. O todos o nada. Vencido, ¿quien te puede vengar? Tú que padeces heridas, únete a los heridos. Nosotros, compañero, aun que débiles, nosotros te podemos vengar. O todos o ninguno. O todos o nada. Uno solo no puede salvarse. O los fusiles o las cadenas. O todos o ninguno. O todos o nada. Hombre perdido, ¿quién se arriesgará? Aquel que ya no pueda soportar su miseria, que se una a los que luchan por que su día sea el de hoy y no algún día que ha de llegar. O todos o ninguno. O todos o nada. Uno solo no puede salvarse. O los fusiles o las cadenas. O todos o ninguno. O todos o nada. BERTOLT BRECHT. PARA MAS INFORMACIÓN: http://www.davidreyeslibre.tk/
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