Racismo:Aumentan los crímenes de odio en Estados Unidos y Europa

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Notícies :: antifeixisme
Racismo:Aumentan los crímenes de odio en Estados Unidos y Europa
per Televisón---->conciencia racista--->asesinatos y +putos nazis	08 set 2005
El color de la piel, la religión, la orientación sexual y el estatus migratorio, causas de siempre de los crímenes de odio, son ahora acompañados por el miedo antiterrorista. En los países desarollados, los crímenes motivados por el desprecio "a los otros" van en aumento de la mano de la inacción oficial o, de plano, de políticas que los alientan. (Indymedia.Tania Molina Ramírez Sunday, Jul. 17)

Viven con miedo. Miedo de salir despuÃ©s del anochecer. Miedo de salir del barrio. Miedo de ir a la escuela. Por la noche escuchan cÃ³mo alguien rompe una ventana de su casa y huye. Por la maÃ±ana encuentran excremento en el buzÃ³n. Reciben insultos en la calle. Son agredidos simplemente por ser distintos, por vestir distinto, comer distinto, escuchar mÃºsica diferente. Por ser los otros. Y si son mujeres, peor. Los niÃ±os no se salvan. Incluso pueden ser blanco de una peor crueldad, sin que lleguen a entender los motivos de dicha agresiÃ³n. Y, Â¿cuÃ¡les son los motivos? Ir por la calle portando una burka, hablar en espaÃ±ol, besar en pÃºblico a alguien del mismo sexo, tener la piel morena. O sea, ser quienes son. En el primer mundo se vive un creciente "asalto a la identidad", segÃºn el informe Miedos cotidianos: un sondeo sobre los crÃmenes de odio violentos en Europa y Norte AmÃ©rica, recientemente publicado por Human Rights First, organizaciÃ³n civil dedicada a vigilar los derechos humanos en el mundo, con oficinas centrales en Nueva York. Este tipo de violencia cotidiana suele pasar desapercibida en los medios masivos. Hasta que un dormitorio universitario amanece en llamas. Hasta que las tumbas de un cementerio judÃo son profanadas. Hasta que un homosexual es asesinado. Mientras, los paÃses desarrollados condenan a los paÃses africanos por las guerras con tintes Ã©tnicos, en sus propios paÃses se libran guerras Ã©tnicas contra aquellos que en muchas ocasiones provienen precisamente de las ex colonias. Un deporte El informe, presentado en la Conferencia de CÃ³rdoba de la OrganizaciÃ³n por la Seguridad y CooperaciÃ³n en Europa en junio pasado, se construye sobre los hallazgos de dos anteriores reportes: Fire and broken glass: the rise of antisemitism in Europe (2002) y Antisemitism in Europe: challenging official indifference (2004). Y si bien estudia a 55 paÃses (los miembros de la OSCE, Estados Unidos, CanadÃ¡ y cinco paÃses de Asia Central), pone especial Ã©nfasis en la UniÃ³n Europea. El documento muestra uno de los lados mÃ¡s oscuros de la globalizaciÃ³n, pues revela un incremento en las agresiones relacionadas con la migraciÃ³n en el viejo continente: "Encontramos una inquietante ola nueva de violentos crÃmenes anti-inmigrantes a lo largo de Europa, que reflejan polÃticas y prÃ¡cticas anti-inmigrantes establecidas por los gobiernos", seÃ±ala Michael McClintock, autor principal del informe. Ante un aumento de la precarizaciÃ³n econÃ³mica, la facilona conclusiÃ³n de "los migrantes nos quitan empleos y servicios y de salud y educaciÃ³n" gana adeptos. Un caso destacable es el de Rusia, por su gravedad y por ser poco conocido en nuestro paÃs. En MoscÃº, 42 estudiantes, provenientes sobre todo de Ã?frica y el sur de Asia, murieron cuando su dormitorio, en la Universidad de la Amistad de los Pueblos (vaya paradoja), ardiÃ³ en llamas en 2003. Nunca se probaron las causas del incendio, pero todo apunta que fue intencional. En muchas ciudades de Europa, se lee en el documento, "los ataques a minorÃas, inmigrantes y solicitantes de asilo se han vuelto casi una rutina. En una corte escocesa, el sheriff Michael O'Grady denunciÃ³ que los ataques a los solicitantes de asilo en Glasgow era 'absolutamente endÃ©micos'" y concluyÃ³ que eran "cometidos como deporte". Las otras vÃctimas del 11 de septiembre A raÃz del ataque terrorista del 11 de septiembre, la idea fomentada por el discurso del gobierno estadunidense ("musulmÃ¡n igual a terrorista"), tambiÃ©n influyÃ³ en Europa. A ojos de muchos, cualquiera que portara un turbante se volviÃ³ un potencial terrorista. Dice el informe que a partir de esta fecha, "la fusiÃ³n de racismo, intolerancia religiosa y prejuicio anti-inmigrante se convirtiÃ³ en una cada vez mÃ¡s potente fuerza discriminatoria". Y "en gran parte de Europa Occidental, (...) a los ataques contra Estados Unidos le siguiÃ³ una ola de ataques contra las minorÃas que se suponÃa eran musulmanas". Los no musulmanes, sobre todo sikhs, tambiÃ©n fueron vÃctimas de agresiones. En septiembre de 2004 entrÃ³ en vigor la ley que prohibe "mostrar de modo conspicuo sÃmbolos o indumentaria religiosa" en escuelas pÃºblicas de Francia. Se sobreentendiÃ³ que la ley tenÃa dedicatoria contra las paÃ±oletas musulmanas (hiyab), pero la prohibiciÃ³n tambiÃ©n incluÃa las kippas judÃas, los turbantes sikh y crucifijos grandes. La ley representÃ³ Âse lee en el informeÂ "una violaciÃ³n al derecho a ejercer la libertad de conciencia y religiosa". Y mÃ¡s adelante seÃ±ala: "Cuando una corte francesa ratificÃ³ la expulsiÃ³n de tres estudiantes sikh de una escuela pÃºblica el pasado mes de abril, bajo el argumento de que lo que les cubrÃa la cabeza los volvÃa 'instantÃ¡neamente reconocibles' como sikhs, el principio francÃ©s de 'la igualdad' quedÃ³ patas para arriba: obligaba a ciudadanos de una minorÃa a esconder su identidad y negar su diversidad". La ola llegÃ³ hasta Holanda, al seno de una sociedad que se precia de ser tolerante y multicultural. Ni las fuertes instituciones que luchan contra la discriminaciÃ³n y monitorean los crÃmenes de odio evitaron el "nivel de violencia y amenazas sin precedente (que) fue reportado como consecuencia directa de una nueva histeria anti-inmigrante y anti-musulmana. Sondeos citados por el EUMC (siglas en inglÃ©s del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia Âorganismo de la UE) revelaban que "grandes nÃºmeros de la poblaciÃ³n estaban a favor de deportar a musulmanes, mientras que otros deseaban que se les negara la entrada al paÃs a los solicitantes de asilo de origen musulmÃ¡n". El asesinato del cineasta holandÃ©s Theo Van Gogh (famoso por sus diatribas contra musulmanes y judÃos y por ser descendiente del cÃ©lebre pintor del mismo apellido), en septiembre de 2004, a manos de un sujeto que proclamaba actuar a nombre del Islam, desatÃ³ una nueva ola de violencia en los PaÃses Bajos. Crece el antisemitismo En Francia, las violentas ofensas antisemitas se incrementaron 63% de 2003 a 2004. Gran BretaÃ±a ÂpaÃs que acaba de sufrir un atentado terroristaÂ no se queda atrÃ¡s. En el mismo periodo se duplicÃ³ el nÃºmero de agresiones violentas antisemitas. La Community Security Trust (FundaciÃ³n por la Seguridad de la Comunidad, organizaciÃ³n dedicada a la seguridad comunitaria de judÃos), en Gran BretaÃ±a, registrÃ³ 532 incidentes antisemitas en 2004, lo cual representÃ³ un aumento de 42% respecto del aÃ±o anterior y el mÃ¡s alto nÃºmero desde que iniciÃ³ el registro en 1984. Hubo 53 incidentes de daÃ±o o profanaciÃ³n de propiedad judÃa, incluyendo dos incendios provocados en sinagogas en el norte de Londres, la destrucciÃ³n o derrumbe de cerca de 60 lÃ¡pidas judÃas en un cementerio de Birmingham, y la profanaciÃ³n de tumbas en un cementerio judÃo en Aldershot. Pero, seÃ±ala el informe, lo mÃ¡s inquietante es "un nuevo patrÃ³n: los ataques a personas en 2004 fueron mÃ¡s numerosos que los incidentes que provocaron daÃ±os materiales: se registraron 83 asaltos, un incremento de 54% respecto de 2003, incluyendo cuatro incidentes con grave riesgo de muerte". Doce de las agresiones extremas antisemitas fueron contra escolares. Un niÃ±o de 12 aÃ±os, supuestamente atacado por portar una kippa (gorro judÃo), requiriÃ³ de 90 minutos de atenciÃ³n mÃ©dica para suturar sus heridas faciales; otro menor fue sometido a insultos antisemitas y pateado por un seÃ±or de mediana edad en un camiÃ³n londinense. Toda esta violencia cotidiana prolifera en parte gracias al permisivo ambiente antisemita que llega hasta altos niveles gubernamentales. En enero de este aÃ±o, se lee en el informe, "20 miembros de la Duma Rusa firmaron una carta que reafirmaba muchas de las mÃ¡s antiguas y venenosas difamaciones antisemitas": denunciaba al judaÃsmo por ser "anticristiano e inhumano, cuyas prÃ¡cticas incluÃan hasta asesinatos rituales" y conminaba al procurador general a "abrir una investigaciÃ³n legal para prohibir todos los grupos religiosos y comunitarios judÃos" bajo el argumento de la "defensa de la patria". En ParÃs, en 2002, un rabino aconsejÃ³ a los jÃ³venes esconder su identidad usando gorras de beisbol encima de sus kippas. Pero "esconder la identidad religiosa (o de raza o de nacionalidad) no siempre es posible Âo deseableÂ aunque el individuo pudiese sobreponerse a las desgarradoras contradicciones de negarse a sÃ mismo que esto pueda involucrar. La decisiÃ³n de no usar una kippa, un turbante o una paÃ±oleta no es cuestiÃ³n de moda". Lo preocupante es que "el nivel de violencia racista y antisemita no disminuyÃ³ ni siquiera en los paÃses en donde los gobiernos (...) introdujeron reformas legislativas y de procedimiento para enfrentarlos. Los altos niveles de violencia anti-inmigratoria, alimentados por la retÃ³rica polÃtica partidista que retrata a los inmigrantes y solicitantes de asilo como amenazas a la seguridad y una carga econÃ³mica, parecen estar Ãntimamente vinculados a las amenazas mÃ¡s generalizadas y a la violencia contra minorÃas en muchos paÃses". * Los neonazis y otros grupos extremistas no discriminan: atacan a musulmanes, judÃos y miembros de otras minorÃas. El contrapunto es que entre las vÃctimas son escasas las muestras de solidaridad. E incluso, peor: "Se encontrÃ³ inquietante evidencia de que en algunos paÃses de la UniÃ³n Europea, jÃ³venes que provienen de familias musulmanas, ellos mismos vÃctimas de la marginaciÃ³n, estaban involucrados en una significativa proporciÃ³n de incidentes antisemitas". * Muchos de los crÃmenes de odio no son denunciados. "Un estudio de dos aÃ±os en el Ã¡rea de Strathclyde (Escocia), concluyÃ³ en junio de 2004 que a pesar del alto nÃºmero de crÃmenes de odio registrados, sÃ³lo 20% de los incidentes fueron denunciados, debido a que las minorÃas vulnerables no confÃan en que se aplique la ley". La reticencia a denunciar tambiÃ©n se debe a que las vÃctimas, en muchos casos, son indocumentadas. Monitoreo y legislaciÃ³n Ante un panorama tan desolador, Human Rights First sostiene: "el primer paso esencial para llevar a cabo acciones efectivas" contra la violencia racista serÃa contar con "informaciÃ³n pÃºblica precisa y a tiempo". Sin embargo, ni eso se tiene. SegÃºn un informe de la EUMC de marzo de 2004, la mayorÃa de los gobiernos de la UE no llevan a cabo un monitoreo sistemÃ¡tico de los incidentes anti-semitas. TambiÃ©n seÃ±ala la inadecuada cobertura de los crÃmenes de odio en general en paÃses como Austria, BÃ©lgica, Grecia, EspaÃ±a, Irlanda, Luxemburgo, Italia, Portugal y Finlandia. En cuanto a la legislaciÃ³n, sÃ³lo 19 de los 55 miembros de la OSCE tiene legislaciÃ³n que "permite que la motivaciÃ³n racista en un crimen sea considerada una circunstancia agravante de la sentencia". SÃ³lo cinco (BÃ©lgica, CanadÃ¡, Francia, EspaÃ±a y Gran BretaÃ±a) tienen legislaciÃ³n que prevÃ© que "un prejuicio sobre la orientaciÃ³n sexual y de las discapacidades sea considerado una circunstancia agravante". Uno de los problemas de la legislaciÃ³n es que no toma en cuenta la intersecciÃ³n entre racismo y otros prejuicios. Esto repercute en las cifras disponibles: "Puede haber estadÃsticas detalladas sobre la violencia contra las mujeres, pero muchas veces no estÃ¡n correlacionadas con las estadÃsticas de otros crÃmenes de odio". Sin embargo, mÃ¡s allÃ¡ de los esfuerzos que los gobiernos europeos y estadunidense puedan realizar hacia tener una adecuada recolecciÃ³n de datos y legislaciÃ³n en la materia, continÃºan fomentando el ambiente anti-migratorio, anti-musulmÃ¡n, anti-minorÃas en una variedad de maneras: nutriendo la idea de musulmÃ¡n igual a terrorista, migrante igual a vampiro de los servicios pÃºblicos; fomentando polÃticas anti-inmigrantes; discriminando a las minorÃas en las Ã¡reas de vivienda, empleo, educaciÃ³n y acceso a otros servicios pÃºblicos. Human Rights First hace tres grandes sugerencias a los gobiernos: * "Establecer sistemas de monitoreo e informe oportunos". * "Fortalecer las legislaciÃ³n criminal y los procedimientos para aplicar la ley". * "Establecer y fortalecer organismos especializados contra la discriminaciÃ³n a escala nacional". El odio en Estados Unidos En el vecino del norte, "el nÃºmero de crÃmenes de odio contra musulmanes subiÃ³ de 28 en 2000 a 481 en 2001", segÃºn cifras oficiales del FBI. Los crÃmenes de odio "se incrementaron drÃ¡sticamente tras el 11 de septiembre", dice el informe de Human Rights First. Las agresiones se dirigieron sobre todo contra Ã¡rabes, musulmanes y sudasiÃ¡ticos. Pero tambiÃ©n afectaron a personas que se creÃa que eran musulmanes, incluidos los sikhs: "El 15 de septiembre de 2001, Balbir Singh Sodhi, un sikh de 49 aÃ±os que portaba un turbante, fue asesinado mientras plantaba flores en su gasolinera en Mesa, Arizona. Poco antes, el asesino habÃa dicho en un bar que querÃa matar a los responsables del 11 de septiembre". El Council on American-Islamic Relations informÃ³ que en 2004 se incrementÃ³ la violencia y discriminaciÃ³n contra los musulmanes en 52%, respecto a 2003. En cuanto a los crÃmenes de odio en general, segÃºn el informe del programa Uniform Crime Reporting, del FBI, en 2002, "67.5% de las 8 mil 825 ofensas provenientes de incidentes motivados por el prejuicio fueron crÃmenes contra personas y 32% fueron crÃmenes contra propiedades". Las ofensas mÃ¡s comunes fueron la intimidaciÃ³n (35.2%); la destrucciÃ³n/ daÃ±o/ vandalismo (26.6%); asalto (20.3%) y asalto agravado (11.7%). Hubo 11 homicidios y ocho violaciones. En cuanto a los motivos, 48.8% tenÃan que ver con un prejuicio racial; 19.1% con un asunto religioso; 14.8%, Ã©tnico o nacional y 0.6%, discapacidad fÃsica o mental. Dentro de la categorÃa "Ã©tnica o nacional", 44.7% estuvo asociado con un prejuicio anti-hispano. En el informe de 2003 se registraron 7 mil 489 incidentes motivados por prejuicios. Los motivos fueron similares: 51.4% racial, 13.7% por origen Ã©tnico o de nacionalidad; 17.9% por intolerancia religiosa y 16.6% por preferencia sexual. De los 14 homicidios registrados, seis fueron reportados como motivados por la orientaciÃ³n sexual. Sin embargo, las cifras de crÃmenes de odio podrÃan ser mÃ¡s elevadas, debido a que, como seÃ±ala la Anti-Defamation League Âuno de los principales grupos dedicados a monitorear y frenar crÃmenes de odioÂ, "mÃ¡s de 5 mil jurisdicciones policiacas del total de 17 mil que proveen informes criminales al FBI 'no participaron en el programa para reportar crÃmenes de odio'". La ADL llamÃ³ a que hubiera "una mayor educaciÃ³n y entrenamiento de policÃas y una mejor coordinaciÃ³n entre autoridades estatales y federales para investigar y perseguir crÃmenes de odio". Human Rights First explica que agrupaciones como la ADL son muy "efectivas en recopilar reportes de crÃmenes de odio" y en pugnar por una polÃtica pÃºblica mÃ¡s agresiva que combata estos crÃmenes. Una de las razones del Ã©xito de estas organizaciones es que la vÃctima muchas veces prefiere acudir a grupos comunitarios que a la policÃa, sobre todo si es indocumentado. Otro motivo por el cual probablemente se subreporta este tipo de agresiÃ³n es porque en ocasiones la policÃa y las autoridades publicas no registran que hubo un elemento discriminatorio. www.movimientocontralaintolerancia.com
Mira també: http://www.movimientocontralaintolerancia.com/html/Admin/verNoticia.asp?cod=739&esBusq=True http://www.movimientocontralaintolerancia.com/html/denuncias2BL/ultrasNeonazis/ultrasNeonazis.asp
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Comentaris

Movimiento Contra la Intolerancia
per Libero	08 set 2005
El que ha publicado este texto no se da cuenta que ha puesto un enlace a una organización que trabaja de forma muy interesada contra el independentismo en Euskadi, haciendo un especial énfasis acerca de los independentistas violentos y los racistas (que algunos los hay)