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Notícies :: corrupció i poder
El Poder periodístico
06 set 2005
Ya sabemos que para los que vivimos en la Internet, salvo para los hooligans de las webs de Jiménez Losantos y la Faes, todos los políticos de los dos partidos principales, de día y de noche son pardos. Pero fuera, aunque sigan siendo pardos, hay castas.
Lo mismo podríamos decir de los periodistas vectores nacionales o nacionalistas, ésos que se constituyen en un poder granítico en toda regla. Un poder ambiguo y en cuya ambigüedad radica su fuerza, pues examinando la marcha de los acontecimientos y de las chorradas, a veces no sabemos si simplemente reina o si también gobierna. No sabemos si Rajoy, y antes Aznar, han consultado antes de dar un paso, con P. J. Ramírez, ni si Zapatero, y antes González, han consultado con Polanco...

El caso es que el poder periodístico, aquí y en Estados Unidos sobre todo, ya se sabe hasta que punto influye en la suerte y en la psicología de los dos países. Y esto hay que airearlo constantemente para intentar neutralizar de alguna manera su empuje. Que sepan que lo sabemos y que flote en el ambiente, lo debilita en la misma medida que esa percepción se extienda.

Y del mismo modo que el otro día señalaba yo en otro artículo que a los guardias de todo tipo se les puede en ciertos casos justificar sus errores o abusos por su escasa formación y exceso de aprecio por parte de los mandos de su fuerza bruta, pero a los abogados no se les puede disculpar su estilo demagógico cuando defienden a los guardias frente a la Justicia, a los políticos se les puede perdonar dialécticamente sus tontunas, sus contradicciones y sus disparatados razonamientos envueltos en frases-señuelo, porque en el fondo son infantiles y superficiales, y su habitual lenguaje oral no es el reposado, escrito, del periodismo. Por eso resulta insufrible ver la triquiñuela del peridismo prestidigitador, cuando se reparten los periodistas los respectivos papeles pero no pueden impedir que veamos la conjunción de intereses que a todos les une gracias a lo que están prestos a cerrar filas. El mal llamado mundo de la prensa del “corazón� (mal llamado, porque encajaría mejor llamarla “genital�), los profesionales no tienen rubor alguno en sacar a relucir constantemente su corporativismo en cuanto a alguien de su profesión se le ha visto el plumero. Pero esto en cambio no se deja translucir, sino todo lo contrario, en el periodismo político, para obtener los mismos réditos pero con la táctica contraria.

A pesar de todo, aunque yo reconozca a mis vecinos como forofos del PP porque él viste traje azul y corbata roja, ella peina mechas aunque caigan chuzos de punta, y conducen coches flamantes, ambos exhiben (dudo que lean más allá de los titulares) El Mundo: órgano del neoliberalismo ibérico. Mientras que yo visto informalmente, mi mujer lleva recogido el pelo y va a la peluquería una vez al mes y manejamos un utilitario, pero nosotros leemos El País hasta dejarlo hecho un guiñapo. Y es que Polanco y Pedro Jota, principalmente éste, tienen interés en dividir a sus lectores opinantes porque ambos comen, y dan de comer, más de la tensión que de la atonía nacional. En esto hacen lo mismo que antes la Iglesia católica cuando repetía hasta la saciedad que la "vida es milicia sobre la Tierra". Ambos, Iglesia y periodismo carpetovetónico sobre todo, en el que los clericales, de Acción Católica y guerrilleros de Cristo Rey hacen mucho más ruido que los Ilustrados, son enemigos de la placidez. Y así se pasa el país poco menos que en permanente pie de guerra, confiando sólo el descanso del guerrero al deporte visual. Y así es cómo no nos dejan prestar atención a otros asuntos de la vida mucho más importentes e interesantes, como la cultura, la Naturaleza o el afecto y el amor del bueno...

Decía que ambos, políticos de una u otra cuerda y periodistas de una y otra supuesta tendencia son pardos, pero ambos pertenecen a diferente casta y a diferentes estilos. Esto es lo que me anima a tener como periódico de fondo en mi casa a El País. Al otro, al antagonista, me limito a vigilar su espíritu, principalmente en las comparecencias en televisión de los periodistas de su vanguardia. Leo y sigo las peripecias nacionales a través de El País porque a fin de cuentas y aunque haya diferentes niveles de aprehensión de la realidad, no podemos, sin caer en la esquizofenia, no ceñirnos a un lenguaje adoptado por la inmensa mayoría. Y así, hemos de asumir a regañadientes que los periodistas "piensan" de manera diferente, y que algunos, afortunadamente (H. Tecglen, J.J.Millás, El Roto, E. Ekaizer, A. Ortega) practican pertinazmente el racionalismo puro sin mácula ni concesiones a la estupidez. No obstante la inmensa mayoría,. más que a su función informativa está atenta a la cuenta de resultados y al marketing. En esto, todos vienen a ser una misma cosa.

Que el poder periodístico es un hecho no es decir algo nuevo. Sólo intento mantener el rescoldo de lo que todos sabemos pero olvidamos fácilmente cuando opinamos o creemos opinar por nuestra cuenta. Nadie como él tiene un aparato tan potente megafonía para pregonar ideas y para poner en marcha corrientes de opinión, aunque a menudo éstas se correspondan con opiniones pre-conciliares, pre-constitucionales, pre-europeas, pre-rracionales y marxianas... pero desgraciadamente marxianas de Groucho Marx.

En suma, desconfiemos a toda hora de los políticos y de sus logomaquias. Pero tampoco hagamos mucho caso de los periodistas. Unos y otros, con sus juegos de palabras, nos impiden pensar por cuenta propia y recordar que nuestra vida y nuestro sentido de la realidad son demasiado importantes como para dejarlos exclusivamente en sus manos como “especialistas� del sentido y el sentimiento de la convivencia, política y de la otra.

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Comentaris

Re: El Poder periodístico
06 set 2005
de los medios de comunicación yo creo que hemos hablado muchas veces. estamos hartos de esa terrible confluencia de intereses entre politicos y medios, en la que el partido de turno promete futuras licencias y propaganda institucional al medio de turno, que a cambio promete su fidelidad al partido de turno, etc. el partido y el periodico contrario ya tienen asi una excusa para hacer lo mismo.. "yo no queria hacerlo, pero ellos me obligan". Entonces el partido-periodico que empezaron la guerra se ven obligados a profundizar en su actitud, a reforzar su pacto implicito, ante la presion del bloque politico-mediatico que ya a empezado a hacer lo mismo, y que ante la reaccion del contrario debera insistir en esa bochornosa actitud.

dice un librito que me leido hace poco que eso se llama "carrera hacia el vacio", una carrera donde nadie gana pero en la que, por definicion, todos perdemos. y en este caso quien pierde es la democracia. porque la materia prima de la democracia es la información, porque la eleccion de una determinada opción politica requiere información a acerca de cuales van a ser las consecuencias de esa elección, en la que en definitiva estamos determinando como se gobernará nuestra vida. sin información veraz no hay democracia, hay mera legitimación popular de los gobiernos, al mas puro estilo de las dictaduras demagogico-populistas.

la vergonzosa confluencia de intereses entre politicos y medios llega incluso al nivel local. en mi ciudad, un par de caciques se reparten unos medios siempre dispuestos a la prostitución periodistica. a través de ellos, nuestros politicastros se fabrican un liderazgo artificial, ante su completa incompetencia, falta de honestida, carisma y credibilidad. desde esos medios, estos politiquillos provincianos de medio pelo, llevan a cabo purgas y persecuciones, tan sedientos de poder que no se dan cuenta de que a los demas nos parecen miserables sus guerras de mierda por retener un cargo de mierda en una ciudad de mierda.

algunos solo vemos una esperanza aqui en la red.. el tiempo nos dara o quitara razon
Re: El Poder periodístico
07 set 2005
pienso que lla no se le deveria yamar periodismo sino manipulacion masiba...

(lo siento sí e exo faltas ortogràficas pero es qe no es mi lengua materna, i lo reconosco soi un inkulto)

gora herria
Sindicat Terrassa