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La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
04 ago 2005
En contribuciones anteriores ya reseñamos el proceso por el cual la "inteligencia" capitalista había logrado "reconvertir" el movimiento "anticapitalista" de Seattle en el 99 en el "pastiche" de refuerzo conocido ahora como "altermundialización", del que forma parte central el carnavalesco Foro Social Mundial.
Los sucesos de Seattle y Praga habían supuesto una gran sorpresa para la "inteligencia" capitalista, que sin embargo, se recuperó deprisa tejiendo una red laberíntica para atrapar el "anticapitalismo" en la maraña que empezaron llamando "antiglobalización", y que enseguida fue financiada de forma "generosa" para lanzar en todo el mundo un mecanismo de refuerzo del capitalismo conocido como "Foro Social Mundial"

En la reconducción de las protestas ANTICAPITALISTAS de Seattle y Praga, en Génova se creó un punto de inflexión muy claro, al empezado a haber dado fruto las infiltraciones cristianas (El Consejo Mundial de Iglesias que organizó lo de Ginebra en 2001 puso el lema "Otro mundo es posible", y no Ramonet como equivocadamente dicen algunos en 1998 cuando "ofreció" la "idea" de crear ATTAC) y de los instrumentos a los que apoyaba el diario conservador, burgués y cristiano LE MONDE DIPLOMATIQUE, el cual apostaba por una línea de refuerzo del capitalismo basado en un claro soberanismo francés y un buen baño de "justicia social".

Con el 11-S-2001, la inteligencia capitalista creyó haber dado por cerrado el ciclo de "desmantelamiento" del movimiento anti-capitalista, provocando el estupor en las filas de los que todavía permanecían en la reconvertida "antiglobalización". Se ha visto en Londres con el 7-7-2005, que la "inteligencia" capitalista vuelve a temer un rebrote del "anticapitalismo": las bombas de Londres apagaron muchas vidas, pero también consiguieron el objetivo de apagar el lema MAKE CAPITALISM HISTORY, generando los sentimientos defensistas de la que es siempre beneficiaria directa la burguesía.

En línea con la estrategia de reforzamiento basada en el espejismo de la "justicia social" que abandera el ala izquierda del capital, los activistas de las multinacionales ideológicas de refuerzo capitalista conocidas con el nombre de ONG, vuelcan sus alborozados análisis sobre la "inclusión en la agenda política mundial" del tema de la "justicia social en el mundo".

Veamos como el secretariado capitalista de las ONG construye las coartadas del capital para mantener "a raya" cualquier "Brote anticapitalista". En este caso se trata de la contribución en una página peruana que firma para mayor "crebidilidad", una "movilizadora social" naturalmente cristiana.


Veamos el "articulito" de "celebración" "por la mejora del destino de los pobres":

El (mal) llamado movimiento antiglobalización logró poner en la agenda política el tema de la justicia social en el mundo.

Últimamente los presidentes de los siete países más ricos no solo se ven acosados por la nueva derecha populista en sus países, sino también por ciudadanos que les exigen que la globalización económica se vuelva más justa y más democrática. Mientras que presidentes de países pobres –como Alejandro Toledo, pero también podría ser cualquier líder de un país en aprietos económicos– hacen sus visitas de Estado, con séquito de ministros, esposas, prensa y todos los signos de una visita oficial, ya no a sus homólogos sino al hombre más rico del mundo, los líderes políticos de los países ricos están siendo fuertemente cuestionados para que retomen el poder político sobre la economía mundializada. Las reuniones anuales del G7 y las de las instituciones financieras mundiales se han convertido en motivo de protestas masivas de ciudadanos, hasta tal punto que los presidentes del G7 han preferido llevar a cabo sus reuniones en pueblos aislados o lugares poco accesibles.

En sus inicios, los líderes políticos y los medios de comunicación trataron el nuevo fenómeno como expresión algo ingenua y violenta de un malestar con la globalización. Hoy, tres años después de Seattle, las revistas y diarios más importantes les dedican titulares y especiales. Analistas políticos se preguntan si por allí no está surgiendo una nueva fuerza política. Una fuerza política internacional, heterogénea y descentralizada. A pesar de que es un movimiento minoritario, hoy día ya nadie ignora el llamado movimiento antiglobalización.

Según una encuesta a ciudadanos franceses, citada por Bernard Cassen, el presidente de Attac Francia, el 55 por ciento de los franceses opina que la globalización ha beneficiado hasta ahora en primer lugar a las empresas transnacionales, en segundo lugar a los mercados financieros y después a Estados Unidos. En la percepción de la mayoría de los franceses, la globalización no habría ayudado ni a los pobres del tercer mundo ni a ellos mismos.

Allí está el punto crítico del debate sobre la globalización: ¿qué modelo es mejor para empujar el desarrollo de los países pobres? Los adeptos de la liberalización económica argumentan que la apertura de los mercados trae beneficios para las economías pobres y que la falla está en que los países ricos no abren sus mercados. Ellos los acusan de ser unos retrógradas, de querer proteger sus mercados e impedir con sus protestas el desarrollo del tercer mundo. Algunos hasta insinúan que el movimiento antiglobalización juega de par en par con la nueva derecha extrema en Europa. Esto último es una visión bastante tergiversada: basta leer las consignas del movimiento antiglo­balización a favor de los migrantes y contra el racismo para constatar que ese movimiento nada tiene que ver con la xenofobia y el chauvinismo de un Le Pen.

El nombre movimiento antiglobalización en sí es equívoco. La mayoría de los grupos prefieren autodenominarse "críticos de la globalización", críticos de una globalización económica desenfrenada que beneficia a unos pocos.

Los inicios

En los últimos veinte años, distintos grupos y ONG en Europa y Norteamérica se han preocupado por el destino de los países pobres. Ellos militaban en círculos de estudios universitarios, en movimientos como Amnisty International o Greenpeace; dedicaban su tiempo libre a proyectos hermanados desde sus parroquias o centros de estudios. Esas mil y una iniciativas y ONG del mundo cristiano, del mundo de la izquierda, del mundo ecologista y del mundo académico no estaban conectadas entre sí y pasaban casi desapercibidas para la opinión pública. Hasta que a finales de los noventa las manifestaciones públicas recobraron una nueva dimensión, tanto en número cuanto en la percepción de los medios de comunicación. El nacimiento del movimiento como tal data de noviembre de 1999. Unos 50 000 manifestantes tomaron la ciudad de Seattle y protestaron contra la reunión de la Organización Mundial del Comercio. Lo nuevo de Seattle fue que allí estos grupos dispersos por los cinco continentes se reunieron por una acción concreta. Las nuevas alianzas no habrían sido posibles sin el uso de la �nternet: ya ningún mal en ese mundo pasa desapercibido. Desde Seattle el movimiento les ha seguido la pista a sus representantes políticos a donde fueran: Praga, Gotemburga, Génova y últimamente Sevilla. Hicieron abortar el Acuerdo Multilateral de Inversiones que quería proteger a inversiones multinacionales desconsiderando legislaciones nacionales. Y paralelamente al Foro Económico Mundial, establecieron otro foro, el Forum Social Mundial en Porto Alegre, Brasil. El movimiento es diverso, variopinto y descentralizado: hay entre ellos unos que quieren acabar con el capitalismo, otros que ven amenazados sus propios puestos de trabajo, y otros que quieren reformar y democratizar la globalización para que se vuelva más justa y participativa. Las alianzas son amplias: desde el Papa hasta los anarquistas, desde campesinos hasta migrantes "sin papeles" se reúnen para exigir otro rumbo para el mundo.

En representación de muchos activistas y líderes queremos presentar a una de sus ideólogas más influyentes, Noemí Klein, y uno de sus movimientos centrales, Attac.

No logo: Del poder de las marcas y cómo subvertirlo

Hace unas semanas se pudo apreciar en la televisión peruana cómo la Policía confiscaba polos, zapatillas y jeans en varios mercados de Lima. No escondían droga, ni se trataba de mercancía robada ni contrabandeada. Tampoco eran artículos que podrían dañar la salud. Pero eran polos y zapatos que llevaban una insignia que no les correspondía: sus etiquetas Nike, Benetton, Adidas, eran falsificadas.

Si se hubiera enterado del asunto, la periodista canadiense Noemí Klein probablemente se habría reído en voz alta de que los comerciantes peruanos hayan logrado sacarle la vuelta a las grandes marcas. En su libro No logo ella desmenuza las estrategias de los imperios comerciales de Nike, Coca Cola y otros global players. Klein demuestra que lo que importa y hace el precio no es la calidad de la mercancía, ni mucho menos el lugar o las condiciones de producción. Lo que hace el precio es la marca.

Al mismo tiempo que esas empresas producen sus textiles y zapatos en las maquilas y zonas francas de turno del tercer mundo que ofrecen el mínimo de legislación laboral, tienen una estrategia para que sus marcas ocupen el espacio público: sea por los medios, sea por sponsoring de famosos grupos musicales y deportivos, sea por contratos con escuelas y universidades. Klein cuenta cómo "dibujar el mejor logo para Coca Cola" se convierte en tarea escolar para alumnos de primaria en escuelas de Estados Unidos, o cómo el deporte escolar y universitario es dominado por ciertas marcas.

Las estrategias para subvertir ese poder están en utilizar los mismos medios: producir una opinión pública crítica –deformando lúdicamente por ejemplo los conocidos logos y haciendo acciones llamativas para los medios de comunicación– y llamar a usar el poder de consumidor o de accionista. No solo el poder de consumidor individual, sino también el poder de municipalidades.

Así toma forma algo que Klein llama "política exterior local": consejos municipales deciden que las empresas municipales ya no se abastezcan de ciertos productos que son fabricados en países que no respetan los derechos humanos o laborales. Así los políticos locales socavan una política exterior nacional que solo busca el beneficio de sus empresas multinacionales. Las políticas de boicot han tenido cierto éxito. Varias multinacionales estadounidenses optaron por retirarse del Sudáfrica del apartheid o de Burma. Aunque la política del boicot puede llevar a extremos. Klein cita a una regidora de Berkeley, California: "Pronto tendremos que emprender nuestras propias exploraciones petroleras" (porque ya no quedaba empresa petrolera "intachable").

Attac: Movilización por el impuesto Tobin

"Otro mundo es posible." Con ese llamado, Ignacio Ramonet, director del hebdomadario izquierdista francés Le Monde Diplomatique, dio inicio al movimiento Attac, que en solo cuatro años se ha convertido en el grupo antiglobalización más fuerte en Europa.

Nada habría hecho pensar que un llamado por una "asociación para la tasa Tobin para ayudar a los ciudadanos" (Attac) tuviera tanto eco en medio de sociedades que suelen lamentar el hedonismo y las pocas ganas de compromiso de sus jóvenes. Hoy en día Attac es la asociación civil más grande de Francia
(30 000 miembros), y en Alemania el número de sus miembros experimentó un crecimiento desproporcionado cuando las imágenes de Génova 2001 –donde Berlusconi empleó una fuerza militar y policial desmesurada para frenar las protestas callejeras– dieron la vuelta al mundo. En treinta países existen hoy grupos de Attac; en 80 000 se estima el número de sus miembros; su informativo Grano de arena sale en por lo menos cinco idiomas.

Una propuesta económica ha movilizado a tantas personas, jóvenes y viejos, como si la utopía prohibida después de la caída del muro de Berlín se buscase una entrada forzosa, aunque sea revistiéndose del lenguaje económico. La tasa Tobin, la demanda central de los grupos Attac, es una propuesta del fallecido premio Nobel James Tobin. Si se pusiera un impuesto sobre las transacciones financieras se podría por un lado estabilizar el mercado financiero volátil, culpable entre otros por las múltiples crisis financieras. Al mismo tiempo, el dinero recaudado por el impuesto estaría a disposición de los países del tercer mundo.

A cuatro años de lanzar la campaña, el impuesto Tobin se discute seriamente en varios parlamentos europeos. Los parlamentarios de Canadá y de Francia ya lo aprobaron. Con una pequeña pero significativa cláusula: se hace efectiva cuando otros países también la adoptan. Todavía ningún país quiere exponerse solo al riesgo de que los capitales del mundo los eviten y busquen otro nicho con menos prescripciones.

A pesar de que muchos parlamentarios son miembros de Attac, el grupo mismo se mantiene a distancia de cualquier partido político. El movimiento Attac es heterodoxo, y más que como movimiento político se entiende como movimiento de educación popular con el objetivo de educar a la gente en temas económicos. El sueño de Bernard Cassen, presidente de Attac Francia, es conseguir una economía que esté al servicio del hombre, según confesó a un diario español.

El actual proceso de privatización de servicios públicos en Europa es un tema concreto que suscita interés y que a la vez sirve para explicar dimensiones mundiales de la economía. Al fin y al cabo, son las mimas empresas multinacionales las que compran centrales de agua o de electricidad tanto en Berlín cuanto en Buenos Aires o en Lyon.

La privatización de los servicios de salud o de las pensiones son otros temas candentes. Un tema aún no debatido a fondo es cómo se pueden proteger economías propias débiles frente a importaciones más baratas, pero sin impedir el desarrollo de países del tercer mundo. En general, movimientos como Attac están en contra de las barreras comerciales impuestas pero a la vez llaman a consumir productos ecológicos y del mercado local regional. ¿Es eso proteccionismo?

Los críticos de la globalización en América Latina

La gente que se moviliza en Seattle, Génova o donde sea lo hace porque piensa que el actual programa de globalización económica atenta contra los países pobres. Pero los pobres de este mundo ¿comparten esa crítica a la globalización? ¿Cuáles grupos latinoamericanos se divisan dentro de ese movimiento?

Objetivamente, América Latina ha sido el continente que más ha hecho caso a las recetas liberalizadoras de las instituciones financieras y el que menos desarrollo ha obtenido en la década pasada. Sobre todo comparado con países como la India o China o Malasia, que no han seguido las recetas del FMI pero sí pueden demostrar alguna mejora económica.

Según esa lógica los críticos a la globalización deberían abundar en América Latina y dominar en la opinión pública y en los análisis políticos. Hasta ahora eso no es así. En general, se puede decir que los actores latinoamericanos son tan diversos como los europeos o norteamericanos: entre las cabezas más visibles se cuentan los zapatistas de Chiapas, algunos sindicatos y el Movimento Sem Terra en Brasil, algunos movimientos de indígenas, intelectuales como Eduardo Galeano, pero también el sinnúmero de ONG presentes en Porto Alegre o iniciativas de economía solidaria. En el Perú, el movimiento más conocido ha sido la campaña por la condonación de la deuda externa, impulsada en gran parte por las iglesias. De hecho, el Papa y muchos grupos cristianos ya forman parte de ese nuevo movimiento ciudadano internacional –o por lo menos son considerados como tales por los medios de comunicación–.

Después del 11 de setiembre: Justicia social contra el terrorismo

Después del ataque terrorista del 11 de setiembre, muchos habían vaticinado el final del movimiento antiglobalización. Ese fin hasta ahora no ha sucedido. El 20 de julio de este año, miles de personas se reunieron en marcha pacífica en Génova para conmemorar los sucesos violentos de hace un año. El argumento del movimiento es que por falta de esa justicia social global que ellos reclaman, el mundo suscita grupos terroristas como Al Qaeda. Que con bombardear Afganistán no se soluciona ninguna de las injusticias que ellos han señalado. A la vez, los grupos más importantes del movimiento se abstienen de condenar abiertamente la política antiterrorista bajo el liderazgo estadounidense.

El movimiento crítico a la globalización sigue vivo porque canaliza un sentimiento generalizado: "Algo anda mal en ese mundo. Pero podemos y debemos cambiarlo". Y ese "algo mal" toma cada vez formas más similares en los distintos países. Las fronteras ya no pasan entre los países ricos y los países pobres, sino entre los que se benefician de una economía desregulada y sin control democrático y los que sufren sus consecuencias negativas. Hasta ahora, en contra de todas las promesas liberalizadoras, lamentablemente los segundos son más numerosos.

Fin. Remarquemos el final del artículo "en contra de todas las promeses liberalizadoras, lamentablemente los que sufren las consecuencias de una economía desregulada y sin control democrático SON MAS NUMEROSOS QUE LOS QUE SE BENEFICIAN".... ay, amiga "conductora social"... ¿cómo piensas que el capital puede permitir que la base de los que se benefician de él sea más ancha que la que los sufren? ¿Desde cuando esperas que en nuestro Planeta tierra una manzana SUBA por su propio peso de tu mano a tu boca? ¿Acaso no se caen las manzanas del árbol? Entonces, ¿porqué vienes a escribir sobre si han fallado las promesas que prometían lo contrario? Es decir ¿como se puede prometer que el capitalismo pueda traer beneficios para la mayoría, cuando es un sistema que matemáticamente FUNCIONA justo para lo contrario?

Es curiosa la referencia que se hace a la "economía desregulada" ¿qué querrán decir con ésto? ¿Se refieren a la economía capitalista? ¿Dicen que está "desregulada"? No se ha visto jamás mayor mentira: la economía capitalista tiene a su disposición la mayor cantidad de regulación IMAGINABLE:miles y millones de páginas de todos los códigos legislativos de TODOS LOS ESTADOS del MUNDO, en sus distintas variantes con mayor o menor intervención de los ESTADOS burgueses en los mercados capitalistas.

¿Y sobre el "control democrático"? ¿a qué se refieren? ¿Al que se ejerce en las democracias burguesas para cuidar los beneficios de la burguesía?

Así es como la "antiglobalización" y sus sucedáneos, destilados, evolucionados y demás versiones hace de refuerzo político del capital, abundando en falacias y mentiras mientras escribe de "justicia social" y "contra la pobreza", pero certifica el carácter "necesario" del capitalismo, por ausencia total de una crítica científica y la defensa de "mejoras" que no serían más que nuevas promesas imposibles.

El secretariado capitalista conocido como "altermundialización" o "antiglobalización" puede seguir al servicio de los amos del mundo, y esperar que les pongan una medallita o les abran un despacho para administrar las miserias en París o en Nueva York, pero difícilmente va a seguir funcionando como "adormidera" pues ha sido completamente descubierto y desenmascarado.

La propia "inteligencia" capitalista ya se ha apercibido de la inutilidad de esta "tercera vía" y por eso ha apostado directamente por las bombas.

El CAPITALISMO conduce únicamente ya al terrorismo a la guerra y a la devastación, porque siendo INCONSISTENTE, PRIMITIVO E INEFICAZ, no puede funcionar de forma progresiva en un mundo civilizado, sino únicamente promoviendo la barbarie y la destrucción.

No al CAPITALISMO.

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Comentaris

Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
04 ago 2005
Veamos como el proboste Ramonet despliega sus hipócritas análisis "antiglobalización" en el magazine burgués, soberanista y cristiano LMD, articulando mensajes subliminales para dividir a la clase trabajadora bajo la excusa de "atacar la globalización".

Lo que Ramonet se propone no es atacar al capitalismo, sino que a través de su panfleto "altermundialista" LMD, hace un ataque directo a la unidad de acción de la clase trabajadora, enfrentando de forma hipócrita y burguesa los intereses de los trabajadores de Corea del Sur con los intereses de los trabajadores chinos.

Ramonet utiliza el punto de vista de la burguesía para intentar sembrar el "odio entre trabajadores de distintos países" al argumentar de forma torticera sobre la "globalización" presentando como "ideal" el momento en el cual "los grandes empresarios" no habían sido "presa" de la globalización y "desplegaban sus beneficios" dentro de casa... dando por bueno el espejismo del "bienestar" con el que los capitalistas tapan las conciencias de los trabajadores sobre los abusos que para tal espejismo se cometen en "otros lugares". Al gran burgués cristiano de Ramonet, lacayo del capital contra la clase trabajadora, le importa ahora mucho el "bienestar" de los trabajadores Coreanos "atacados" por los trabajadores chinos que se llevan el trabajo " a su casa".... qué miserias son las falacias de Ramonet...

Alertas en Corea
Ignacio Ramonet

Al hablar con responsables políticos o sindicales en Corea del Sur, el sentimiento que prevalece es el pesimismo. Las tensiones con Estados Unidos no dejan de agravarse a propósito de Corea del Norte. Las relaciones se mantienen igualmente tensas con Japón, porque los manuales escolares persisten en minimizar las crueldades infligidas a los coreanos durante la ocupación japonesa (1905-1945); también debido al desacuerdo territorial que enfrenta a ambos países a propósito de las islas Dokdo, que uno y otro reivindican. Seúl se opone a la ambición diplomática de Tokio: disponer de un escaño permanente en el seno del futuro Consejo de Seguridad, después de la reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el próximo mes de septiembre.

Por añadidura, la economía va mal. A pesar de la impresión de dinamismo que experimenta el visitante occidental ante el espectacular éxito de Corea del Sur, uno de los pocos países del planeta que en unas décadas ha logrado sustraerse al Tercer Mundo y elevarse al rango de las naciones más desarrolladas, el crecimiento se agota. El país que sigue siendo la tercera economía de Asia, después de Japón y China, sufre al mismo tiempo un descenso del consumo y una disminución de sus exportaciones.

“En un tiempo relativamente breve�, explica en sus oficinas de la Asamblea nacional Joon Beom Bae, director de relaciones internacionales del Partido Democrático del Trabajo (DLP), “Corea del Sur pasó del subdesarrollo a una industrialización muy avanzada. Actualmente, gracias a las luchas sociales llevadas a cabo desde la reinstauración de la democracia en 1987, nuestro nivel de vida se asemeja al de la media de los Estados de la Unión Europea. Los salarios han aumentado mucho. Éramos un país de mano de obra barata. Ya no es el caso. La consecuencia es que padecemos en toda su extensión los efectos de la globalización. Nuestros grandes industriales, los chaebols como Samsung, Hyundai, Daewoo o LG, que fueron la vanguardia de nuestro despegue económico, se deslocalizan masivamente. Tanto más entusiastas cuanto que instalan sus fábricas muy cerca, entre nuestros vecinos los chinos�.

El resultado es una degradación de las condiciones de trabajo. En la sede del sindicato de asalariados precarios que dependen de la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), dos responsables que llevan alrededor de la frente una vincha roja con la inscripción “Otro mundo es posible�, precisan que “sobre 13 millones de ocupados en Corea del Sur, 8 millones y medio padecen empleos de tiempo parcial, trabajos precarios u ocasionales. Y los que tienen un trabajo fijo están expuestos a la inseguridad, la flexibilidad, las deslocalizaciones, el hostigamiento permanente y la violación de las leyes sociales por los patronos�.

En ninguna parte del mundo la precarización del empleo bajo la presión de la globalización ha alcanzado proporciones semejantes. “Entre una empresa que hace el encargo y el asalariado que lo ejecuta�, declaran los dos sindicalistas, “a veces hay siete niveles de subcontratistas. El obrero no sabe exactamente para quién trabaja. La responsabilidad del principal beneficiario de la producción se diluye en la jungla de subcontratistas. En caso de que haya un problema, el asalariado ocasional suele encontrarse sin recursos. Porque los sindicatos de trabajadores precarios no están reconocidos�.
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
04 ago 2005
Y quien me dice a mi que tú no eres un jerifalte de la mafia capitalista?

Tienes toda la pinta.
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
04 ago 2005
Y aquí está clandestino para desmontar escribiendo desde Indymedia-BCN la revolución comunista que lidera el Sr. Ramonet:

Los servicios secretos clasificarían:

La "inteligencia" capitalista contrata a un tipo para que la defienda de la revolución comunista de los Señores Ramonet, Ratzinger y Cïa mediante el impactante procedimiento de escribir artículos en Indymedia-BCN ¡ intergaláctico !
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
04 ago 2005
Magaledro vete de vacaciones al polo norte neng
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
04 ago 2005
doncs al JM no li falta raó (tot i la seva obsesió en veure cures a tot arreu)
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
05 ago 2005
hombra amigo jano al fin has escrito algo decente, estoy de acuerdo en gran parte de tu analisis, especiaslmente en la historiografia del movimiento antiglobalizacion,,, pero olvidas la labor fundamental de susan george en ese proceso de concienciacion de la opinion publica, de la multitud como diria negri.
su libro el informe lugano es un hallazgo del ensayo politico y una verdadera obra maestra de como te piedes uitar la venda de los ojos con hacer durant eun rato de abogado del diablo, es decir, en reflejar como piensan los verdaderos amos del mundo.
en lo que si que no coincido contigo es en decir que el papa y toda la iglesia pertenecen al movimiento antiglobalizacion, puesto que esta afirmacion es pura y llanamente falsa.o acaso olvidas la homofobia de las declaraciones de la iglesia con respecto a los homosexuales, el triste papel que se le otorga a las mujeres con respecto al trabajo o la familia(p e) o la falsa conciencia de ayuda a los pobres que representan algunas organizaciones cristianas de renombre....por no hablar de la gran amistad de la curia romana con los ultrareligiosos de USA, tambien llamados neocons en su aspesto mas ideologico.
bueno, jano, que te has aplicado mucho pero no nos vendas la moto del papa revolucionrio porque no cuela, tio
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
06 ago 2005
doncs massa bé no deus haver llegit, pq lo del "papa revolucionario" no surt per enlloc, si parla en canvi de les dues cares de l'esglesia, que sempre juga al joc del poli bueno i poli malo, pq tot quedi exactament igual
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
08 ago 2005
El que diem en primer lloc es que "l'antiglobalització" no es revolucionària, sino el resultat de l'acció d'inteligència contrarevolucionaria del capital dins el moviment anticapitalista. No hem escrit enlloc que elo cap de la multinacional catòlica sigui "antiglobalització"; sino que els seus serveis d'inteligència (inclòs el consell pontifici Justiti et Pax) estan infiltrats pública i secretament dins el moviment antiglobalització amb l'objectiu de que es mantingui dins una dinàmica còmoda pel capitalisme, impedint en tot moment que aquest moviment "antiglobal" favorable al capitalisme pugui ESDEVENIR una força ANTICAPITALISTA, com la que va formarse a Seattle i Praga al 99.
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
08 ago 2005
Estoy con Telesur.
Lo que me alegra es que el movimiento antiglobalización, que más bien se llama ahora altermundialista, realmente les duele. Porque es popular, no está encasillado, es dinámico, no tiene jefes ni mandados. La perfecta guerrilla que acabará con el capitalismo.
JC y su banda o son unos pesados que se creen con la verdad absoluta o son unos capitalistas camuflados.
Por cierto, a ver si ataca al capitalismo de verdad-verdad y no con panfletos baratos y manidos.
Re: La antiglobalización como desmovilización anticapitalista
09 ago 2005
Guerrillas y guerrazas y devastación y nada más que guerra es lo único que puede ofrecer ya al mundo el capitalismo.
Sindicato Sindicat