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Notícies :: ecologia
Efectos del turismo
28 jul 2005
punto 2 del estudio
Turismo y desarrollo sostenible

Planteamiento
del Foro Ecología y Desarrollo
en cuanto a la responsabilidad ambiental y social del turismo
hacia un desarrollo sostenible
2.1. Aspectos económicos: empleo, divisas - aunque estas a menudo no se queden en el país
La rama turística, según datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (World Travel & Tourism Council-WTTC) representa el 10,7% del producto social bruto de la economía mundial y es la fuente más significante de recaudación de impuestos con 653 billones de US$. Muchos países, sobretodo del Sur, apuestan por el turismo como impulso para el desarrollo económico. En ello esperan ingreso de divisas, creación de empleo, efecto multiplicador en otras ramas y un equilibrio económico y social para las regiones periféricas frente a los centros económicos.

Cada vez son más los países dependientes del turismo, a pesar de los riesgos que lleva consigo. El turismo es una actividad económica de temporada. Reacciona sensiblemente a la inestabilidad política de las regiones, a desastres naturales y depende de las coyunturas de los países de origen. Alteraciones políticas, epidemias, desastres naturales y criminalidad en combinación con la fuerte competencia entre los lugares de destino y su fácil intercambiabilidad para los turistas, hacen posible que la demanda hacia un país de destino pueda caer en picada de un día al otro.

El turismo internacional en algunos países representa la mayor fuente de divisas y ofrece una alternativa o complementa el ingreso de divisas provenientes de la exportación de materias primas, productos agrícolas o industriales. Los ingresos del turismo internacional desde 1971 se han multiplicado por 20 (1971: 21 billones de US$; 1997: 444 billones US$). La WTO-OMT (Organización Mundial del Turismo) pronostica un 6,7% de crecimiento anual. Los cinco países con mayores ingresos por turismo en el año 1997 fueron: EE.UU., Italia, Francia, España y Gran Bretaña. China ocupa el octavo puesto como país en vías de desarrollo.

De los ingresos de divisas hay que restar una suma considerable para la importación de artículos que se requieren precisamente para el turismo. El indice de flujo de divisas varia fuertemente según los países, dependiendo del tamaño, la estructura y el nivel de desarrollo de la economía nacional así como de las formas de turismo del lugar. Cuantos más productos, servicios, recursos humanos y capital tenga que importar un país mayor es el índice de flujo de divisas. En regiones apartadas, casi sin explotar, puede alcanzar hasta el 90%. Especialmente afectados son los países pequeños, pobres y poco industrializados como por ejemplo las Islas del Caribe y del Pacífico, donde el índice de flujo de divisas es mayor al 50%. Considerablemente alto es el porcentaje de divisas que fluye nuevamente al extranjero en el turismo de lujo, debido a la demanda de infraestructura y artículos importados. La mayoría de los hoteles son propiedad de extranjeros, de manera que los beneficios, intereses y sueldos fluyen nuevamente hacia el extranjero. Con la liberación internacional del comercio de servicios (GATS) las posibilidades de organizar/controlar la explotación turística de acuerdo con sus intereses nacionales sociales, medio ambientales y económicos quedan para los países de destino cada vez más fuera de su alcance.

El sector turístico crea empleo. 255 millones de personas, es decir, cada noveno empleado trabaja mundialmente en el sector turístico. Con una formación sólida el sector de servicios ofrece interesantes perspectivas de empleo. No obstante muchos trabajadores no cuentan con la calificación adecuada y reciben sueldos muy bajos. Los puestos de trabajo en el turismo cuentan con mayores costos que p. ej. en la agricultura o pequeña empresa. El efecto multiplicador en la agricultura o pesquería así como en el sector artesanal no tienen ya la importancia como frecuentemente se suponía. Por otro lado el turismo también destruye puestos de trabajo, ya que elimina o desplaza a trabajos tradicionales como la pesca y la agricultura.

2.2. Aspectos socioculturales: derechos humanos y autodeterminación
El turismo internacional fomenta el paso de la forma de vida tradicional al estilo de vida occidental moderno. El turismo acelera los procesos de cambio ya que pone en contacto a culturas diferentes. Muchos ciudadanos aprecian estos cambios, como modernización rápida, por otro lado con pérdidas de la identidad cultural y en el sistema de valores tradicionales. Por ejemplo surgen así conflictos en las relaciones sociales y familiares, las actividades del sector primario (agricultura, pesca, ganadería) pierden prestigio social, decantándose a favor del sector de servicios, aumentando la criminalidad, la prostitución, el alcohol y el consumo de drogas.

En muchos países el crecimiento del turismo está ligado a violaciones de los derechos humanos. Para la realización de grandes proyectos turísticos se expropia a la población de sus propiedades (terrenos) frecuentemente sin dar la indemnización adecuada. La población local tiene prohibido el acceso a playas reservadas para los turistas. El poder adquisitivo en el sector primario queda muy limitado. En muchos países el trabajo infantil suele ser común en los campos informales de la economía turística. La Organización Internacional del Trabajo (ILO) estima la cifra de niños y jóvenes que trabajan el turismo entre 13 y 19 millones. Una forma especialmente cruel de explotación es la esclavitud infantil en la industria sexual en países como Filipinas y Tailandia, donde se muestra un alarmante crecimiento de la prostitución y explotación sexual de niños debido al turismo.

2.3. Consecuencias ecológicas: El turismo no es la �industria sin humo�
Con mayor frecuencia se estima el turismo como instrumento de gran importancia para la protección del medio ambiente. Los ingresos provenientes del turismo pueden ayudar a financiar la preservación de parques naturales y proteger regiones ecológicamente sensibles de la implantación de usos alternativos perjudiciales. El turismo orientado hacia la ecología puede aportar a la educación ambiental de turistas y población local.

Sin embargo, el turismo no es la �industria sin humo�, como se le denomina en algunos círculos. El turismo implica una parte considerable en el aumento del tráfico y las emisiones causadas por este. El desplazamiento a los destinos turísticos suele realizarse en automóviles, autobús, avión o tren. El 90% de la energía primaria consumida en las vacaciones se gasta en el viaje de ida y vuelta. Las emisiones que se producen a raíz de esto, son uno de los mayores problemas ambientales del turismo, sobre todo por el transporte aéreo (en gran parte turístico) donde se observa un índice de crecimiento del 5% anual y se calcula que en los próximos 15 años la cifra se duplicará. En 1990 el transporte aéreo civil consumió 176 millones de toneladas de Kerosene causando una emisión de 550 millones de toneladas de dióxido de carbono y más de 3 millones de toneladas de nitrógenos.

El consumo energético por avión en los últimos 20 años se ha reducido a la mitad. Sin embargo debido al aumento dramático del tráfico aéreo internacional, el consumo absoluto de energía ha aumentado en un 50% .

El turismo, así como otros sectores, utiliza también recursos y produce desechos. En algunas ocasiones crea conflicto con otras formas de utilización de recursos, a veces las complementa. La conservación de la naturaleza constituye una de las bases principales del sector. Los daños causados por el turismo al entorno natural pueden provocar la pérdida de la atracción del destino turístico para los turistas, así como ya ha sucedido en algunos lugares de la costa mediterránea. El alto consumo de agua en zonas con escasez de agua constituye un gran problema, ya que el abastecimiento para el centro turístico se realiza a costa del recorte de agua de la población local. En numerosas regiones turísticas de países en vías de desarrollo, el sistema de tratamiento de aguas residuales y deshechos se encuentra en estado deficitario, provocando problemas ecológicos y sanitarios.

La superficie requerida para el turismo es enorme y a menudo se construye fuera de la infraestructura y terrenos de utilización comunal. De este modo, la construcción de zonas hoteleras y urbanizaciones turísticas, campings, campos de golf y equipamientos deportivos o de infraestructura para el transporte turístico (calles, aparcamientos, teleféricos y aeropuertos) tienen solo indirectamente efectos positivos para la población local. A la vez causa serios daños al entorno natural: construcción de diques en zonas costeras, drenaje de pantanos, riego de áreas secas, tala de bosques, explosión de corales. Para la construcción de los centros turísticos se extraen cantidades de materiales de construcción como arena, piedra caliza de los corales y madera de los bosques cercanos, causando grandes perjuicios a los ecosistemas involucrados. Si los turistas o los comerciantes coleccionan corales o moluscos, esto afecta igualmente a la composición de especies en los ecosistemas. Frecuentemente no se respetan las leyes de protección de especies en peligro de extinción, comercializándolas.

Muchas actividades turísticas como esquí, submarinismo, salidas en barco, excursionismo de montaña, alpinismo, alteran el espacio natural de plantas y animales que viven en él. En muchos casos es precisamente el turismo ecológico que ocasiona o empeora los daños al entorno natural, debido a que con dichas actividades abre al turismo zonas hasta ahora no exploradas. Debido al alpinismo por ejemplo, las montañas, se ven afectadas por deshechos y tala de árboles.
Mira també:
http://csdngo.igc.org/tourism/tour_gfsp.htm

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