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Capitalistas del mundo, desertad y uníos a la revolución
12 jul 2005
Capitalistas del mundo, de nacimiento, palabra, obra u ambición: el viejo sistema de los privilegios es inviable. Desertad del capital y ¡ UNIOS A LA REVOLUCION SOCIALISTA ! Vuestro TITANIC, real o imaginario, se hunde.
El viejo capitalismo, la herencia cuadrúpeda que dura más de cuarenta veces cuarenta siglos, el que construyó las pirámides y el que fabricó la extinción nuclear; ese dragón devastador para el Planeta, lleva muriéndose desde hace más de un siglo. El mundo sufre sus estertores terribles en forma de guerras, terrorismo y devastación social.

Algunos homínidos, arriba y abajo del escalafón, con cerebro de chimpancé y voluntad de hiena todavía sueñan con amarrar su yate con pasamanos de oro en el último puerto deportivo. Lanzar sus estúpidas pelotitas de golf en el enésimo campo urbanizado en el desierto.

El viejo capitalismo sueña con la Era Primitiva, en la que una Humanidad de simios amedrentados, era esclavizada y engañada, entre dioses y otros espejismos, para servir a sus amos, los chimpancés capitalistas con voluntad de hienas.

El elefante de la revolución, todavía duerme.

El sistema capitalista lleva cien años en la frontera de la aniquilación por bombas, experimentando mil vacunas socialdemócratas en vanos intentos desesperados por impedir la evolución.

El capitalismo sigue soñando con sus templos, sus mercados. Con su responsabilidad social corporativa.

Las bombas y la devastación avanzan por todo el Planeta. El capitalismo llama a defender sus valores, a atacar al enemigo, bomba por bomba, mil bombas por bomba, un millón de bombas.... mientras propone la desesperación nihilista, el refugio de los dioses que llaman con campanas hechas de aceradas cadenas. El capitalismo sueña con sobrevivir en un búnker dorado, rodeado de palmeras. En ocupar un oasis en medio del paisaje lunar de su devastación.

El capitalismo sueña con mantener a 6.000 millones de seres humanos en el umbral de la evolución, para que piensen, sienten y actúen como si sólo fueran pobres simios en busca del consuelo de los simples.

¡ Fatua ilusión la del capitalismo !

¡ Fatua ilusión la de los aliados del capital !

¿Dónde vais a amarrar vuestros yates dorados?

¿A quién vais a comprar con vuestro dinero?

¿Creeís que el mundo va a mantenerse mudo en torno a vuestros sacerdotes de la esclavitud?

¿Creeís que el elefante de la revolución va a seguir creyendo vuestras mentiras sobre su propia muerte, cuando siente que respira y recuerda los cuarenta veces cuarenta siglos de su esclavitud en vuestras mazmorras?

El Planeta ha sentenciado ya al capitalismo con su diagnóstico definitivo: termodinámicamente inviable. El capitalismo, habiendo alcanzado ya el grado máximo de incongruencia, sólo conduce al caos, al nihilismo, a la barbarie y a la destrucción. La revolución socialista es una pura lucha por la supervivencia.

La revolución socialista, esta lucha por la supervivencia frente a la aniquilación capitalista de guerras y terrorismos, de dioses y mercados, sólo puede ser viable siendo inmensamente más fuerte. El viejo sistema ha entrado en barrena y se precipita para explotar en el centro del mundo. Las explosiones son por tanto, completamente inútiles para la revolución.

Todas las bombas, explotan CONTRA LA REVOLUCIÓN.

Sin embargo, la revolución será implacable contra los que prefieran destruir al mundo antes que renunciar a sus privilegios o a sus tenebrosos sueños. El elefante de la revolución se sentará encima del corazón de las hienas que quieran destruir el mundo. Sin violencia, pero con todo el peso de tu terrible fortaleza. Encima del corazón de las hienas.

Hagamos un llamamiento a los capitalistas de nacimiento, obra, ambición o adscripción. Un llamamiento al enorme escalafón de los aliados del capital para que deserten del capital y se unan a la revolución.

Advirtamos a los nihilistas y a los que prefieren destruir el mundo antes que renunciar a sus privilegios o a sus expectativas, de que el elefante revolucionario se sentará encima de sus corazones para que no latan en pro de ese objetivo que rechazamos.

Abramos la vía revolucionaria para poner final a la historia del capitalismo.

This work is in the public domain

Comentaris

Re: Capitalistas del mundo, desertad y uníos a la revolución
12 jul 2005
"El capitalismo sueña con mantener a 6.000 millones de seres humanos en el umbral de la evolución"

Ahora hay 6.500 millones, pero en ese sueño sólo les caben 2.200.

¿Cómo está cuadrando los números?

Ébola, SIDA, SARS, ..., BM, FMI, ..., OGM, uranio empobrecido, polución, clima, ...

Noticia: China acaba de aceptar transgénicos.

La probabilidad de 'sorpresas' eugenésicas será enorme.
Re: Capitalistas del mundo, desertad y uníos a la revolución
13 jul 2005
Para conseguir situar la cifra en un número que le resulte "manejable" al capitalismo, los capitalistas tienen que asesinar con distintos protocolos de acción a unos 4.000 millones de personas. Sin embargo, sólo que existieran 100 ¿200? ¿300? millones de personas que hubieran alcanzado un grado evolutivo superior, al escalafón capitalista no le sería posible llevar adelante sus planes.

Estamos ante una disyuntiva similar a la del Big Bang: según cual sea la masa del UIniverso, éste podrá tener un suceso contractivo o seguirá expandiéndose. SObre las matanzas que el sistema capitalista está generando para intentar SU supervivencia, sucede lo mismo: si hay una masa crítica SUFICIENTE DE personas que hayan avanzado en su capacidad intelectiva, a los capitalistas les será imposible llevar adelante sus planes. Para evitar el crecimiento de las capacidades intelectivas de las personas, los capitalistas usan todo tipo de instrumentos, desde la comida basura carente de fósforo a los mass media a las escuelas y universidades que han sido degradadas por la acción calculada de los capitalistas al nivel de meros centros burocráticos donde el primer objetivo es destruir toda iniciativa intelectual, desde el cine a la edición de libros o la música, o los métodos de trabajo alienante.

Sólo la revolución puede detener sus planes. Pero la revolución para ser posible debe alcanzar una masa crítica. No tenemos forma de saber si alcanzaremos esa masa crítica: sólo podemos contar con nuestra intuición y con la complejidad de un mundo que no entendemos completamente.
Sindicato Sindicat