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Principios de Economía Socialista
01 jul 2005
Seremos dueños de nuestras propias decisiones colectivas.

El socialismo, como cualquier modificación evolutiva será en su momento irreversible. Sin embargo, ante la incertidumbre sobre el desarrollo temporal y político que haga posible este avance evolutivo, podemos tratar de concretar los elementos de análisis en el terreno de la economía, para confrontarlo con el sistema capitalista.
Cuando algunas poblaciones de simios, nuestros más lejanos antepasados, se irguieron de su posición primitiva y consiguieron evolucionar al bipedismo, enseguida obtuvieron ventajas evolutivas claras con respecto a los primitivos simios que siguieron desplazándose a cuatro patas, liberando las manos como instrumentos de producción de herramientas y haciendo posible un desarrollo superior del cerebro. La superioridad del bidedismo en el sentido evolucivo es tal que no quedó ningún eslabón intermedio: todas las poblaciones de simios capaces de adoptar el bipedismo se hicieron finalmente homínidos y las poblaciones de simios que no fueron capaces de adaptarse a la posición erguida quedaron paulatinamente reducidas a hábitats muy concretos de las selvas tropicales, sin posibilidad alguna de expansión.

El socialismo, aunque todavía no se haya alcanzado nunca, es pues en el terreno social como el "bipedismo", pues resulta muy superior evolutivamente al sistema cuadrúpedo conocido como capitalismo que limita como veremos las capacidades productivas al no liberar ni las manos ni el cerebro de los trabajadores, supeditándolos a un régimen más o menos esclavista o "socialdemócrata" de los patronos, públicos, privados o mixtos.

En el sistema capitalista, la producción de alimentos, de enseres y cualesquiera elementos de consumo de la población son decididas y ejecutadas mediante la explotación de los trabajadores, que están privados de capacidad decisoria en todos los terreno de la producción, por parte de las castas capitalistas y sus aliados (bien sea privadas, mixtas o estatales: el Bloque Soviético era un bloque capitalista de Estado en el que la casta burocrática "planificaba" la economía).

El sistema capitalista como organización primitiva de la producciójn supone que la enorme inteligencia colectiva de los trabajadores (las manos y el cerebro de la sociedad) está supeditada a los intereses "maníacos" de una casta de ávidos explotadores, los cuales deciden guiados de su único y primitivo afán, que es el "afán de lucro". Así los capitalistas, maníacos del "beneficio mercantil" fijan los salarios, las condiciones de trabajo, la localización, el modo de producción, los abastecimientos, los suministros, la financiación y cualquier otro aspecto relacionado con la producción de bienes y servicios consumidos por la comunidad.

Naturalmente, debido a los avances de la ciencia social, pues como toda modificación evolutiva el socialismo no surge "de golpe", la casta capitalista lleva mucho tiempo intentando defenderse de los procesos evolutivos, creando toda una doctrina pretendidamente científica conocida como "ciencia económica capitalista", basada en el subterfugio falaz del "mercado", "los precios", etc, todos ellos falsos desarrollos científicos inventados sin ningún fundamente por los capitalistas para justificar su primitivo modo de producción.

Que la "pseudociencia económica capitalista" es tan incoherente y anti-científica como los principios del movimientos que enunciaba Aristóteles (para los que hubo que esperar algunos siglos para que Kepler, Galileo, Newton, etc dieran con ellos al traste a pesar de las piras crematorias de las santas iglesias ) se deriva de la simple lectura de sus postulados iniciales sobre la perfección de la información, las decisiones libres de los agentes económicos y toda la clase de podridas falacias que se emplean en las "escualas" de economía capitalista.

Siendo evidente que las falsas teorías del mercado, los precios, la competencia, son meros instrumentos usados por las castas capitalistas y su escalafón de lacayos para oponerse al avance evolutivo hacia el socialismo, la primera cosa que debemos hacer desde el punto de vista revolucionario es abandonar como mera patraña todos los prejuicios elaborados por la pseudociencia económica capitalista. El mercado, el precio y la competencia capitalistas son un falacia, ni por supuesto, como pretenden los capitalistas tales cosas las determinan los "consumidores": lo único que es cierto en la teoría económica del capital es el monopolio de los capitalistas, el cual en su conjunto y en su relación de fuerzas determina el mercado, el precio y la competencia capitalistas.

Que todas las ecuaciones de la teoría económica capitalista son falsas se deriva del simple hecho matemático de que todas ellas parten del supuesto inconsistente de que las variables que intervienen pueden tener valores infinitos. Esta hipótesis es tan falsa como la que hacía Aristóteles sobre la "cantidad de movimiento", la cual le levaba a esperar que un objeto lanzado al aire cayera "en linea recta" cuando se le acababa el impulso. Hubo naturalmente que esperar a que se formulara la teoría gravitatoria para que la Humanidad pudiera empezar a quitarse las cadenas tan rotundamente formuladas por el "tomismo" aristotélico.

Las ecuaciones de la teoría económica capitalista son meros instrumentos de los capitalistas para oponerse al socialismo, que es un sistema de producción en el cual los salarios, las condiciones de trabajo, el método de producción, los abastecimientos, la distribución, la localización, y cualesquiera otra característica de la producción.

El mercado, el precio y la competencia socialistas, nada tienen que ver con las falaces formulaciones del mercado, el precio y la competencia capitalista. En el caso de la economía socialista, estas formulaciones no son decididas por el capital, sino por la fuerza productiva en su conjunto, es decir, por los trabajadores. Todos los cuales a su vez son consumidores. Sin embargo, para que algo pueda consumirse, es evidente que primero debe producirse.

Aquí hay que señalar que trabajador es toda persona que participa del conjunto del sistema productivo, desde escribir música a las labores domésticas, de la educación de los hijos, de asistir a otras personas o de desempeñar funciones de representación social, o de participar en la cadena productiva de una fábrica de automóviles socialista.

El socialismo es pues la liberación de las manos y el cerebro del cuerpo social en su conjunto, de forma que deja de estar ocupado en labores secundarias (como el el sistema cuadrúpedo o capitalista las manos estaban ocupadas en la mera locomoción) que le impiden el desarrollo social, al objeto de permitir el uso pleno de la inteligencia colectiva global.

El capitalismo, como sistema cuadrúpedo que usa las manos y el cerebro social en tareas secundarias, de mera acción locomotora, está condenado a desaparecer dada su inconsistencia (la cual se manifiesta en su incompetencia energética), a manos del "bipedismo" evolutivo que designamos como "socialismo". Siempre será una dura tarea oponerse a las dentelladas defensivas y ofensivas que las castas capitalistas y sus lacayos, que se ven amenazadas en sus privilegios por esta evolución (del mismo modo que los cuadrúpedos machos dominantes de las comunidades primitivas de simios se debieron ver amenazados por la mayor libertad que asumieron las hembras al adoptar la posición erguida: de ahí el desarrollo de las ideologías religiosas), lanzan contra todo avance hacia el socialismo.

Como avance evolutivo, el tránsito hacia el socialismo está plagado de dificultades.

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