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Sobre la familia capitalista y las luchas interburguesas
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per Jano Magaledro |
18 jun 2005
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Una versión "moderna" del santo oficio paseará hoy sus letanías por Madrid en "defensa de la familia católica". Sin embargo, no hay que dejarse engañar por la alternativa: una familia capitalista alienta las relaciones de dependencia y dominación basadas en el dinero INDEPENDIENTEMENTE del sexo y relación genética de sus componentes. |
Desde el punto de vista revolucionario, las relaciones de dependencia burguesa que se derivan de la institución familiar inserta en el capitalismo, NO SE MODIFICAN en ningún término cambiando las disposiciones del CODIGO CIVIL, sino únicamente mediante la transformación del sistema de producción.
En tanto prevelezca el sistema de producción capitalista, en el seno de las familias persistirán las relaciones de dependencia y explotación basadas en el dinero o la herencia, sin importar en nada el sexo de sus componentes, su número ni sus vinculaciones genéticas.
El enfrentamiento entre los defensores de la familia católica y los defensores de cualquier otra familia capitalista es una lucha interburguesa en todo caso, ajena por completo al proceso revolucionario. Se trata de una lucha entre el ala derecha, protofascista de la burguesía, y el ala izquierda o "socialdemócrata", encargada de engañar a los trabajadores con lo que llaman el Estado de Derecho.
La falsa libertad que ofrecen las leyes burguesas a las personas del mismo sexo que desean adoptar para vivir en común es una falacia, puesto que dentro del sistema de producción capitalista, la adopción sólo está al alcance de la clase burguesa adinerada. Por otro lado, la explotación capitalista es independiente del sexo de las personas que viven en común.
Sólo la revolución cuando termine con el sistema de producción capitalista y sus alienaciones, hará posible la verdadera libertad de elección para la convivencia entre personas.
Para el proceso revolucionario esta nueva "cruzada por la fe" no ha de ser más que ruido de moscas: dejemos que se pierdan sus pasos sin caer en la trampa de gastar energías, por amor a la libertad, a favor de las falsas concepciones burguesas de ésta que ofrece el Estado burgués. |
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