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Notícies :: globalització neoliberal
Propuestas para un relanzamiento europeo
27 mai 2005
Lejos del catastrofismo de los promotores del "sí", partidarios del "no" de distintas sensibilidades de izquierda lanzan toda una serie de propuestas para volver a encarrilar el futuro de Europa.

¿Qué ocurrirá si gana el "no"? "Será el caos", responden al unísono la mayoría de defensores del "sí". Toda una serie de personalidades, adscritas a diferentes sensibilidades, pero todas ellas comprometidas en la campaña por un "no" de izquierdas, presentan un documento, una "contribución común", que ofrece pistas de trabajo y de reflexión. "Sometidas al debate que la dinámica del "no" pone a la orden del día y cuyo éxito no hará sino ampliar", tales propuestas, que significan un claro compromiso con "un antiliberalismo consecuente y con un resuelto espíritu democrático", podrían convertirse en una sólida base de trabajo. "No se trata de un programa acabado, que aborde todos los problemas y que bastaría con ratificar, como pretende desvergonzadamente serlo el texto de la Constitución", afirman los autores de este documento, entre quienes se encuentran Jean-François Gau, Bernard Cassen, Claire Villiers, Jacques Nikonoff, Francis Wurtz, Annick Coupé, Pierre Cours-Salies, Nicole Borvo, Roger Martelli, Bernard Langlois... Se trata de "hipótesis generales" y de "disposiciones concretas para relanzar a Europa sobre nuevas bases". Según este documento, "la victoria del "no" significará el rechazo de políticas que, desde hace mucho tiempo, llevan la impronta de un liberalismo arrogante. Esa victoria se inscribirá en la continuidad de las movilizaciones sociales de estos últimos años". Con objeto de extraer todas las conclusiones que se imponen, los autores proponen "una reorientación fundamental de la construcción europea", empezando por "medidas inmediatas destinadas a corregir las consecuencias más intolerables de las políticas seguidas hasta ahora".
I- Una reorientación fundamental de la construcción europea.

En el corazón de esta reorientación se situará una nueva carta de derechos, esta vez democráticamente elaborada. Su aplicación será imperativa en todos los territorios de la Unión y se fundamentará sobre principios que la carta actual no satisface en modo alguno.

La búsqueda de normas comunes debe conducir a la convergencia en torno a las disposiciones más avanzadas, permitiendo una consolidación de las protecciones jurídicas acordadas a los trabajadores, en lugar de alinearse sobre el menor denominador común posible de las legislaciones nacionales.

El principio de no regresión debe garantizar que ninguna medida europea ponga en cuestión los derechos sociales y fundamentales recogidos en tal o cual ordenamiento jurídico nacional.

La cooperación, la solidaridad y la definición democrática de las necesidades y derechos sociales deben convertirse, de una manera exclusiva, en objetivos y normas superiores de la Unión. Ni la competencia, ni el libre intercambio ocuparán ese lugar preponderante.

II- Diez medidas inmediatas

De modo inmediato, nos movilizaremos para que las instituciones de la Unión y de sus Estados miembros adopten las diez medidas siguientes:

- El pacto de estabilidad, que justifica el retroceso del gasto público, será abandonado.

- El presupuesto europeo será reevaluado, a fin de responder a las exigencias de intervención pública y, concretamente, para conseguir su ampliación.

- La directiva Bolkestein, que pretende institucionalizar y desarrollar el dumping social bajo el principio del "país de origen", será pura y simplemente retirada. Todas las decisiones que vayan en el mismo sentido serán desestimadas.

- La propuesta de la Comisión que pretende autorizar la semana de 65 horas será abandonada.

- Las directivas que imponen la competencia en los servicios públicos serán suspendidas, se decretará inmediatamente una moratoria sobre las privatizaciones y se procederá a establecer, con la mayor celeridad posible y de modo contradictorio, un balance económico y social completo acerca del desmantelamiento efectuado en el terreno de los servicios públicos.

- Los sectores de educación, sanidad y cultura no pueden verse sometidos a las reglas de la mercantilización y deberán ser retirados sin transición de las negociaciones acerca del acuerdo general sobre el comercio de los servicios.

- El Banco Central europeo quedará sujeto a las instituciones políticas de la Unión. Se acabará con la obligación de contener los salarios, las pensiones y los mínimos sociales en nombre de la estabilidad de precios.

- Se adoptará una directiva de protección contra los despidos colectivos. Se afirmará la obligación de negociar, sobre la base de propuestas alternativas, con los y las representantes de los trabajadores y trabajadoras, quienes gozarán de un derecho de veto suspensivo.

- La Unión europea abogará sin tardanza por el respeto íntegro de los acuerdos de Kyoto y de los objetivos adoptados por la ONU el año 2000 (objetivos del milenio).

- Europa anulará las deudas contraídas por los países del Sur con sus miembros.

III- Un nuevo edificio institucional

"Europa necesita instituciones democráticas, comunes y sólidas, para no dejar el campo libre a la jungla de la competencia. Pero, desde hace veinte años, el neoliberalismo y la exclusión de la ciudadanía andan siempre de la mano. Ha llegado el momento de romper con las antiguas lógicas y expandir en el Viejo Continente el aliento de una democracia renovada". Para los autores del documento, conviene tener en cuenta "dos aspectos de la realidad: el marco estricto de la soberanía nacional no basta para responder a la necesidad de soberanía popular y democrática a escala continental; sin embargo, eso no significa que el marco nacional de la politización democrática y el papel de los gobiernos y los parlamentos estén superados".

Estos principios podrían expresarse concretamente del modo siguiente:

- El respeto de una nueva carta de derechos es una condición fundamental de pertenencia a la Unión. Un Estado que decidiese dar la espalda a sus principios tendería a situarse por sí mismo fuera de la Unión.

- El Estado y la esfera pública deben ser liberados de toda presión religiosa o filosófica. La referencia religiosa no puede considerarse como un patrimonio común, ni adquirir una dimensión constitutiva de la Unión. Sólo la tradición democrática puede situarse en el corazón de la vida comunitaria. La Unión europea respeta el principio de laicidad, concretamente a través de una estricta separación respecto a las instituciones religiosas.

- El ejercicio de la ciudadanía europea se verá ampliado. Una ciudadanía de residencia permitirá a todas y todos los residentes, independientemente de su origen y según condiciones idénticas cualquiera que sea el Estado miembro de la Unión en que se hayan establecido, disfrutar de los mismos derechos civiles que los ciudadanos nativos.

- Los poderes del Parlamento europeo se verán reforzados. Serán abrogadas las disposiciones que limitan su poder por lo que respecta a la iniciativa legislativa y al presupuesto. El Parlamento controlará al Ejecutivo y al Banco Central europeo. Su cooperación con los parlamentos nacionales se ampliará.

- El respeto estricto del principio de subsidiariedad permitirá fundamentar sobre otras bases la relación entre los Estados y la Unión. Apoyándose en una profunda reorientación de la política económica y social, el reparto de competencias podrá operar sobre criterios sociales y medioambientales radicalmente distintos de aquellos que han prevalecido hasta ahora. En ese marco, se optará por la modalidad que asegure el mayor respeto hacia los derechos.

- A partir del momento en que se cimentará sobre una plena soberanía popular, la regla europea se convertirá en la norma común de toda la Unión. Mientras tanto, en caso de desacuerdo persistente con un Estado, tan sólo el sufragio universal en el país concernido puede decidir de la no aplicación de una resolución europea.

- Las prerrogativas de la o las instancias ejecutivas quedarán encuadradas. Así, el ejecutivo no podrá disponer de los poderes excesivos que hoy se atribuyen a la Comisión en materia de "política de la competencia" y de negociación internacional. Su campo de acción se verá limitado y sometido al control parlamentario. Por lo tanto, el Ejecutivo deberá rendir cuentas de su acción ante el Parlamento.

- Hay que acabar, no con el papel necesario de los Estados en la construcción europea, sino con la práctica de instancias decisorias completamente opacas y alejadas de la ciudadanía, por no decir de los propios parlamentarios europeos. La concepción tradicional de la "cooperación intergubernamental" en el seno del Consejo quedará pues superada. A tal efecto, se promoverá, en todos los ámbitos y desde la misma génesis de las decisiones comunitarias, la implicación directa de los actores sociales, de la ciudadanía y de sus representantes electos. Se desarrollarán las experiencias de democracia participativa.

- El acceso a la información y el ejercicio del pluralismo serán reforzados. La constitución de ciudadanos en asociaciones, sus posibilidades de expresión así como el pluralismo serán materialmente alentados. Cualquier solicitud que obtenga el respaldo de por lo menos un millón de ciudadanos y ciudadanas será obligatoriamente examinada por parte de las instituciones europeas.

- El papel de los parlamentos nacionales se verá asimismo consolidado. Es necesario organizar anualmente un debate de orientación acerca de la política europea, así como sobre los mandatos confiados a los gobiernos y sobre las posiciones que éstos deberían, en consecuencia, adoptar.

- Contrariamente a las disposiciones del proyecto actual, en ningún caso se considerará a la OTAN como una institución europea.

- El tratado que establece el funcionamiento de las instituciones podrá ser revisado. La mayoría cualificada bastará para proceder a una revisión. Cualquier modificación sustancial deberá ser ratificada mediante referéndum.

IV- Una reorientación en profundidad de las políticas de la Unión

Contrariamente al tratado, el documento no propone "tratar en un mismo texto la cuestión institucional y la problemática de las políticas económicas y sociales". "No obstante, afirman los autores, estamos también convencidos de que la Unión europea necesita al mismo tiempo una reorientación de sus políticas e instituciones adaptadas a las finalidades perseguidas". A la lógica ultraliberal oponen pues "la dinámica de la que son portadoras las luchas sociales, feministas, altermundialistas, los foros sociales europeos; la lógica que se inspira en la tradición democrática y social y la que se enraíza en los principios republicanos".

Para que Europa pueda adentrarse en una nueva senda, proponemos las siguientes orientaciones para la Unión:

- Europa se esforzará por erradicar el paro y la precariedad. Se adoptarán objetivos anuales en materia de creación y de transformación de puestos de trabajo, articulándolos con los objetivos regionales y nacionales. Se crearán las condiciones necesarias para establecer, a la mayor brevedad posible, un sistema de seguridad del trabajo y de formación que garantice la continuidad de los derechos e ingresos aferentes al contrato de trabajo. Los poderes públicos actuarán para que prevalezca este derecho.

- Liberado del pacto de estabilidad, el presupuesto de la Unión será reforzado. La Unión podrá concertar préstamos con el Banco Central europeo para realizar los objetivos industriales, medioambientales y sociales decididos en común. Se prestará apoyo a los fondos locales y regionales destinados a la inserción y al fomento del empleo.

- El principio de independencia del Banco Central europeo será abandonado. Su estatuto y finalidades serán objeto de una profunda revisión. Tendrá como objetivo promover el empleo y la formación. Junto a los bancos centrales nacionales, deberá rendir cuentas a los gobiernos y a las representaciones parlamentarias.

- La fiscalidad y el crédito serán reorientados con objeto de favorecer el desarrollo humano, el empleo de calidad para todas y todos, así como la preservación de los equilibrios ecológicos. Las estrategias puramente financieras, que implican un elevado coste desde un punto de vista social y medioambiental, serán penalizadas. Las ayudas públicas serán controladas. Se promoverá la creación de polos bancarios públicos, nacionales y europeos.

- Se contemplará una reducción del tiempo de trabajo, simultánea en todos los países de la Unión.

- A fin de velar por el respeto de la normativa social, una regla europea incitará a los Estados miembros a dotarse de una inspección del trabajo, fijando sus competencias mínimas y garantizando los medios necesarios para el cumplimiento de la misión encomendada.

- El servicio público o de interés general será reconocido en las instituciones de la Unión y no estará sujeto a las reglas de la competencia. No se le considerará como una simple derogación al principio de la libre competencia. La Unión tendrá la obligación de crear tales servicios para responder a las necesidades sociales: en particular, velará para garantizar el acceso igualitario a los bienes comunes, empezando por el agua y la energía. En cualquier caso, favorecerá la coordinación y la cooperación a escala europea de los distintos servicios públicos nacionales y regionales.

- El derecho a unos ingresos que aseguren la subsistencia será efectivo para todos y todas. Se establecerán normas comunes sobre salarios e ingresos mínimos y obligatorios teniendo en cuenta el grado de desarrollo y las distintas conquistas de cada uno de los países de la Unión europea. La Seguridad Social y el régimen de pensiones se fundamentarán en una lógica pública y solidaria, tanto en su funcionamiento como en su financiación, en un sentido diametralmente opuesto al recurso a los sistemas de individualización surgidos del mercado (fondos de pensión, seguros, etc.).

- La igualdad entre hombres y mujeres se convertirá en un valor fundamental de la Unión. Eso implica medidas precisas en lo concerniente a: la igualdad real de salarios y carreras profesionales y el derecho real a disponer de un empleo; la igualdad en la esfera privada y el reparto de tareas; el derecho al aborto, a la contracepción y a la orientación sexual que cada cual escoja; el derecho al divorcio; el derecho a vivir sin violencia; la lucha contra la trata de seres humanos que pretende arrastrarlos a la prostitución; el respeto de una democracia paritaria y representativa.

- La lucha contra toda forma de racismo y antisemitismo, contra el neofascismo, el chovinismo, la xenofobia, el nacionalismo y contra todas las formas de intolerancia será un objetivo de la Unión. La discriminación sexista y la homofobia serán condenadas.

- Los derechos de los y las inmigrantes se verán garantizados: respeto del derecho de asilo y su extensión a todas las formas de persecución; igualdad absoluta en lo concerniente al derecho al trabajo, a la vivienda y a la atención sanitaria; regularización inmediata de los "sin papeles" residentes en Europa; institución de una ciudadanía europea de residencia; instauración de una verdadera política de inmigración que tome en cuenta los intereses dedesarrollo del Sur.

- En todas las grandes empresas, los derechos y poderes de los asalariados y de sus organizaciones se ampliarán. En el sector público, el ejercicio de tales derechos se complementará con la intervención de los usuarios a fin de confortar el control de la ciudadanía sobre las misiones asignadas al servicio público.

- Una política medioambiental activa debe permitir que Europa promueva la expansión del transporte ferroviario y de la distribución de agua, la seguridad marítima, la lucha contra las inundaciones, la expansión de las energías alternativas renovables, el incremento de las economías de energía, la protección del entorno natural y la mejora de la calidad de vida. Una carta específica fijará las ambiciones europeas en cuanto al modelo de desarrollo, humano, contrario al despilfarro de recursos y, por lo tanto, sostenible. Al contrario de las lógicas especulativas y productivistas, lo que podríamos en cierto modo denominar como "alterdesarrollismo" abre una vía realista para nuestro continente. Europa actuará en ese sentido en el marco de las negociaciones que han de proseguir por la vía abierta en el Protocolo de Kyoto.

- Europa se dotará de una auténtica política industrial preocupada por el entorno, concertándose con las colectividades nacionales y territoriales. Otra política agrícola común favorecerá una agricultura no productivista, sin semillas genéticamente alteradas y que vincule la atribución de subvenciones al respeto de las normas sociales y a la toma en consideración de la seguridad y de la soberanía alimentarias. Se favorecerán las iniciativas de economía solidaria.

- Europa se dotará de una verdadera política cultural basada en la financiación pública, con objeto de contribuir, en cada país, al desarrollo efectivo de un acceso a la cultura para todos y todas, así como para mejorar y perennizar la excepción y la diversidad culturales.

- Europa actuará en todos los ámbitos internacionales en favor del desarme y la paz. Concretamente, obrará para que pueda ejercerse la plena soberanía del pueblo iraquí y abogará por una paz israelo-palestina justa. Europa se situará en ruptura con la política agresiva desarrollada por Estados Unidos, en particular en el marco de la OTAN.

- La Unión aportará, en concepto de ayuda al desarrollo, al menos el 0'7% de su PIB. Actuará como defensora del Sur en todas las negociaciones y muy en particular en las reuniones de la Organización Mundial del Comercio.

- Europa trabajará para la refundación del sistema de las Naciones Unidas, reduciendo el papel de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio serán sometidos al control de la ONU. Oponiéndose a la lógica de la OMC, la Unión promoverá otras relaciones comerciales basadas en la cooperación.


Propusieron el texto:

Pierre Carassus, Éric Coquerel, Pierre Cours-Salies, François Delapierre, Monique Dental, Jean-François Gau, Élisabeth Gauthier, Raoul-Marc Jennar, Jean-Louis Le Bourhis, Pascal Le Neouannic, Marc Mangenot, Roger Martelli, Roland Mérieux, Alain Obadia, Christophe Rameaux, Michel Rousseau y Louis Weber.

Primeras adhesiones:

Paul Ariès, Clémentine Autain, Étienne Adam, Hamida Bensadia, Jean-Jacques Boislaroussie, Jean-Christophe Bonté, Nicole Borvo-Cohen-Seat, Claudy Bouyon, Bernard Cassen, Marylène Cahouet, Jean-Claude Chaumeron, Annick Coupé, Claude Debons, François Dufour, Olivier Frachon, Bernard Guibert, Michel Husson, Pierre Khalfa, Bernard Langlois, Jeannick Le Lagadec, Isabelle Lorand, Claude Michel, Jacques Nikonoff, Jacqueline Pénit-Sonia, Claire Pessin-Garric, René Revol, Yves Salesse, Marie-José Salmon, Marie-Pierre Vieu, Claire Villiers y Francis Wurtz
Mira també:
http://www.revoltaglobal.net/WEB/index2.htm

This work is in the public domain

Comentaris

neochauvinismo europeista
27 mai 2005
¿Y las naciones originarias sin estado como Nabarra,o simplemente las naciones modernas sin estado como Escocia, Occitania, Corsika, Bretaña, Catalunya y Galiza? ¿Qué?¿A desaparecer para que vuestros estados nación burgueses, artificiales y oligárquicos se permanenticen?

Euskal Herritik, EZ, eskerrik asko
Re: Propuestas para un relanzamiento europeo
27 mai 2005
La sociedad y la cultura francesas tienen muchas cosas positivas, esta claro que su centralismo estatal -jacobino- no es una de estas.

Pero pese a todo estamos aqui y conforme avanza la democracia en Europa nos vamos haciendo visibles, nuestras voces se van fortaleciendo y dentro de poco no podran seguir pretendiendo que no nos oyen.

Porque una Europa democratica y social, plural y justa, no puede hacerse dejándonos al margen. Nosotros también somos Europa, sin nosotros Europa no es posible.
Re: Iparralde - Pour Eusko Alkartasuna c´est Non!
27 mai 2005
Profondément attachés à la défense des conquêtes sociales, au maintien et au développement des Services publics, à l’égalité et à la laïcité, à un aménagement équilibré et durable des territoires, nous sommes pour l’Europe sociale et démocratique, pour l’Europe des Régions et des Peuples. Nous disons donc Non à ce premier Traité Constitutionnel Européen.

En effet, ce dernier a pour objet principal un marché "à la concurrence libre et non faussée" et une économie "hautement compétitive" en institutionnalisant une conception mercantile de l’espace européen, vidant les Etats de leur capacité de cohésion sociale tout en maintenant intactes leurs structures technocratiques dans un rôle de gestion du libéralisme !

Ce traité élaboré par une convention non élue impose d’avance les buts de la politique économique et monétaire en n’attribuant même pas au Parlement européen, pourtant issu du suffrage des citoyens, le pouvoir d’une vraie chambre législative, conservant à l’inverse un poids exorbitant à la Commission et au Conseil, le contrôle de la Banque Centrale Européenne échappant même aux instances élues et le nouveau droit de pétition n’offrant en fait aucune garantie d’effet.

Pour ce qui est de la place des Régions, nous sommes déjà avisés que les autorités de chaque Etat restent seules juges des compétences dont elles peuvent disposer, de leur représentation au Comité des Régions, de la reconnaissance ou non de la diversité des cultures et des langues à l’intérieur d’un même état, sans qu’il y ait d’obstacle effectif de la part de la Constitution Européenne aux politiques uniformisatrices menées dans certains états comme précisément la France.

Dans ces conditions, il est illusoire de penser qu’un tel Traité de Constitution peut donner à une entité comme le Pays Basque, même pas encore reconnu comme, par exemple, Malte ou Luxembourg... les moyens de son propre développement, d’assurer en mieux la situation de sa langue et de sa culture. À l’inverse, la logique économique qui prime dans ce Traité nous menace grandement en nous conduisant à davantage de désertification de zones rurales, de délocalisations amplifiées, de concurrence sauvage, de dumping social, d’atteintes à l’environnement même, point si peu évoqué !

Toutes raisons primordiales parmi d’autres qui expliquent notre refus à ce projet de Traité de Constitution européenne.
Etat Nabarre et la gauche (imperialista) divine.
27 mai 2005
Beste Europa bat? Bai, baina Nabarrerik gabe? Ez nago adoz. Malta edo Luxemburgoseko gai desberdinak dira, Nabarre, Munduan eta Europan, bi mila urtetik bere estatu eduki zuen, Nabarreko arrazoia ez da bakarrik kultural edo hizkuntzakoa gauza bat baizik eta arrazoi polítika oso sakona da. Galdera bat, "Alter-europeistak" ere bai imperialistak dira?

Imperialismo neoliberal eurroparra? Ez, eskerrik asko.Baina imperialismo "altereuropeista" eurroparra (beno sasi-altereuropeista, azkenean chuavinismo "a la gauche (Imperialista) divine" delako) berriro ez, eskerrik asko.

Beraz, edozein Europako konstituzioari Nabarrerik gabe, ez eskerrik asko.
Etat Nabarre et la gauche (imperialista) divine.
27 mai 2005
Beste Europa bat? Bai, baina Nabarrerik gabe? Ez nago adoz. Malta edo Luxemburgoseko gai desberdinak dira, Nabarre, Munduan eta Europan, bi mila urtetik bere estatu eduki zuen, Nabarreko arrazoia ez da bakarrik kultural edo hizkuntzakoa gauza bat baizik eta arrazoi polítika oso sakona da. Galdera bat, "Alter-europeistak" ere bai imperialistak dira?

Imperialismo neoliberal eurroparra? Ez, eskerrik asko.Baina imperialismo "altereuropeista" eurroparra (beno sasi-altereuropeista, azkenean chuavinismo "a la gauche (Imperialista) divine" delako) berriro ez, eskerrik asko.

Beraz, edozein Europako konstituzioari Nabarrerik gabe, ez eskerrik asko.
Sindicat Terrassa