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Notícies :: antifeixisme : corrupció i poder : criminalització i repressió
Manuel P.
07 mai 2005
Mi nombre es Manuel P.S. , tengo cuarenta y ocho años, seis hijos y siete nietas, una madre, tres
hermanas... en definitiva una familia, que está, pero que no ejerce como
tal.
Llevo prisionero veintiocho años y medio cuando ninguna de mis condenas
supera los seis años de pena, por ese motivo quiero que se sepa la verdad de
porque estoy condenado a cadena perpetua, el porque la ley y los mandatarios
de este país han desvirtuado mi expediente para justificar mi cadena
perpetua.
Aparte de los motines y las fugas durante todos estos años y de mi lucha
contra el sistema penitenciario, hay otros motivos, que hasta ahora por
falta de medios no he podido denunciar. En el año 1988-89, no recuerdo la
fecha con exactitud, me trasladaron de la cárcel del Puerto de Santa Maria a
la de Alicante para celebrar un juicio, me tenían recluido en primer grado,
FIES 1- ( durante veintidós años me han mantenido en aislamiento para que no
hablase), pero me llevaron sin avisar al módulo cuatro, en el que se
encontraba el prisionero político Domingo Traibiño, el cual estaba
cumpliendo por el atentado que hubo en el Hipercor de Barcelona. A los pocos
días de estar allí me llevaron a la zona donde los abogados ven a sus
clientes, vienen a verme cuatro indivíduos bien trajeados, y me proponen que
haga un motín de donde salga muerto Traibiño, pero sin que ningún
funcionario resulte herido. A cambio de ello yo recibiré mejoras
penitenciarias y pronto la libertad.
Me quede muy sorprendido, ya que no sabía si hablaban en serio o me estaban
intentado meter en un lío más. Mi temperamento fuerte no pudo resistir más y
les dije que se identificaran o que se largasen, pero no con muy buenas
palabras. También me amenazaron diciéndome que de aquella visita ni una
palabra a nadie, ya que si me iba de la boca, mi familia podría sufrir algún
contratiempo. Entonces si que empecé a sentir un frío terrible y un
desconcierto que me dejó paralizado, y durante un tiempo no podía
tranquilizarme. Después del juicio me volvieron a trasladar al Puerto de
Santa María, y me llevaron al módulo dos donde se encontraba el prisionero
político Enri Paró, alias el Unay. Después de siete u ocho meses de estar
allí, soy conducido otra vez al locutorio de los abogados, y aparecen de
nuevo dos individuos que me visitaron en Alicante y otros dos a los que no
había visto nunca y me proponen lo mismo que en Alicante pero esta vez con
la vida de Enri Paró el Unay. Les dije que yo no era ni un traidor ni un
asesino, me alteré y les insulté, y uno me ellos, el mismo que la otra vez
llevaba la voz cantante me dijo: has perdido una gran oportunidad de salir
pronto de la cárcel, te voy a causar un desarraigo brutal con tu familia y
te vas a pudrir aquí adentro, y ya veis que lo ha cumplido.
Al tiempo, cuando se supo lo del GAL averigüé quienes eran esos tipos.
Ellos se encargaban de matar por fuera, y buscaban gente en las cárceles
dispuestas a asesinar a quienes les molestaban. También se lo propusieron a
otros presos como a Francisco Javier Navas y Luis alias ³el Conde², y a
otros que no doy sus nombres por que no me han autorizado.
Ahora me dicen que después de veintiocho años y medio dentro, termino mi
condena en el 2026 . Cuando llegué a este centro de Zuera hace dos años, en
el expediente ponía que mi condena extinguía en el 2016, pero entre la
dirección del centro y la jueza de vigilancia penitenciaria llamada María
José Thomas, no se que han hecho que me han aumentado por la cara diez años
por dos autos , el primero del juzgado de Zaragoza y el segundo de Alicante
donde dice que a petición del centro solicitan una refundición de condena y
hacen un trapicheo subiéndome la condena diez años más.
A lo largo de todos estos años, los carceleros han intentado asesinarme tres
veces, primero en el penal de Ocaña donde ya me habían puesto la soga al
cuello y me salvé gracias a que vino un jefe de servicios y les dijo que me
soltasen. La segunda en Valladolid, donde me dieron comida envenenada. Por
suerte me di cuenta a tiempo y pude vomitar lo que había comido y la tercera
en Jaén, donde casi lo logran. Me pusieron algún veneno en la comida otra
vez y me reventó el estómago, estuve cinco días en el hospital bastante
grave, afortunadamente me salvé, pero los causantes de todo ello como es
normal en estos sitios no sufrieron ningún castigo.
Es cierto que hace años por circunstancias de la vida cometí varios robos,
pero nunca asesine ni viole a nadie, y lo que hice fue por necesidad, pero
estos no son para nada los verdaderos motivos por los que yo estoy condenado
a cadena perpetua, sino lo que os acabo de relatar.
La prepotencia y el fascismo ejercen en estos centros, desde el director
hasta el que trae los recados incluidos médicos y demás personal. Aquí dejan
morir a la gente sin prestarle ningún auxilio. En esta cárcel en concreto ya
van 23 muertos desde su inauguración que es hace bien poco, bien por
suicido, sobredosis o negligencias médicas. El último hace unos días, de
madrugada su compañero de celda estuvo llamando a los carceleros diciéndoles
que necesitaba un médico, pero su única contestación fue que si no se
callaban los llevaban a aislamiento. Por la mañana el preso enfermo apareció
muerto en la celda. Yo a eso le llamo asesinato, pero por desgracia esos
asesinos siempre quedan en la más completa impunidad, ya que siempre dicen
que ha fallecido de sobredosis o lo que estimen a criterio propio. La verdad
siempre queda oculta y habría mucho que contar, pero la credibilidad la
tienen ellos y nuestra palabra no vale nada a la hora de denunciar.
Quiero darle la máxima difusión a este comunicado y pido la ayuda posible
para salir de este agujero porque ya no puedo resistir más.
Salud y gracias por todo.

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