El Sistema Nacional de Salud en la encrucijada

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El Sistema Nacional de Salud en la encrucijada
per FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA	02 abr 2005
Vivimos un momento crítico para el Sistema Nacional de Salud (SNS) como consecuencia, entre otros, de dos factores esenciales: la insuficiencia financiera, que afecta seriamente a la capacidad del conjunto del sistema y, en segundo lugar, la reiteración de los fenómenos de privatización y mercantilización de los servicios sanitarios, que está modificando la naturaleza de algunos servicios autonómicos de salud.
EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD EN LA ENCRUCIJADA INTRODUCCIÃ�N Vivimos un momento crÃtico para el Sistema Nacional de Salud (SNS) como consecuencia, entre otros, de dos factores esenciales: la insuficiencia financiera, que afecta seriamente a la capacidad del conjunto del sistema y, en segundo lugar, la reiteraciÃ³n de los fenÃ³menos de privatizaciÃ³n y mercantilizaciÃ³n de los servicios sanitarios, que estÃ¡ modificando la naturaleza de algunos servicios autonÃ³micos de salud. Es una situaciÃ³n incubada en el contexto del proceso transferencial, que se ha efectuado en precario y sin garantizar los instrumentos mÃnimos para la cohesiÃ³n y la equidad del conjunto del sistema. El proceso de mercantilizaciÃ³n es evidente en las Comunidades AutÃ³nomas (CCAA) gobernadas por el PP, pero no debe olvidarse que, de manera general, se estÃ¡ produciendo una deriva hacia un incremento del peso del sector privado en el sistema sanitario, en detrimento de un sector pÃºblico cada vez mÃ¡s deteriorado y que corre el grave peligro de convertirse en una neo-beneficencia para emigrantes, ancianos y pobres. Desde la FederaciÃ³n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad PÃºblica (FADSP) vemos con especial preocupaciÃ³n esta situaciÃ³n que, a nuestro entender, se caracteriza por las siguientes coordenadas: 1. FINANCIACIÃ�N INADECUADA E INSUFICIENTE DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD En el SNS existe una insuficiencia financiera crÃ³nica, que aparece reflejada cuando se compara el gasto sanitario pÃºblico, tanto en euros/habitante como en % del PIB, con los paÃses de la UE-15, lo que ha sido corroborado por el Ãºltimo informe del Observatorio del SNS. TambiÃ©n hay que seÃ±alar que, pese a lo repetido desde el Informe Abril, no es cierto que nuestro gasto sanitario es el que corresponde con nuestro nivel de riqueza, sino menor, ya que esta relaciÃ³n se produce en mÃ¡rgenes tan amplios que hacen que esta afirmaciÃ³n sea una absoluta vaciedad. Consecuentemente, el gasto sanitario privado, en tÃ©rminos absolutos y en % sobre el PIB, se ha ido incrementando continuamente, situÃ¡ndonos por encima de la media de la UE-15 y evidenciando el retroceso y la privatizaciÃ³n, en este caso tambiÃ©n de la financiaciÃ³n, sobre las que venÃamos alertando desde la FADSP. En este mismo orden de cosas, una cuestiÃ³n que no se estÃ¡ seÃ±alando en las polÃ©micas abiertas sobre la financiaciÃ³n es la vÃa de desgravaciÃ³n impositiva que tienen abiertas las empresas y los autÃ³nomos a la hora de contratar seguros sanitarios privados, y que suponen la financiaciÃ³n por los presupuestos pÃºblicos de unos seguros que solo benefician a un sector de la poblaciÃ³n, reducido y generalmente de altos ingresos. El importe de estas desgravaciones estÃ¡ estimado en los presupuestos de 2005 en 900.000 â�¬, en clara expansiÃ³n respecto al aÃ±o anterior que fue de 250.000 â�¬. A la vez, la financiaciÃ³n de las CCAA se ha desvelado, como ya predijimos en su dÃa, como claramente insuficiente, y ha supuesto el traspaso a las CCAA de los importantes problemas financieros que generaba la gestiÃ³n sanitaria. Una financiaciÃ³n sanitaria basada en la capacidad fiscal de cada una de las CCAA tiene una inevitable tendencia hacia el incremento de las desigualdades en salud, aunque tambiÃ©n, el hecho de que la financiaciÃ³n carezca de un carÃ¡cter finalista, ha propiciado que se hayan ampliado las diferencias en el gasto sanitario pÃºblico per capita en razÃ³n de la sensibilidad social de los gobiernos de las mismas; asÃ, en 2005, los presupuestos contemplan gastos per cÃ¡pita que van desde los 1290,93 â�¬ de Cantabria a los 916,68 de la Comunidad Valenciana. En este contexto, merece la pena resaltar que las CCAA gobernadas por el PP se encuentran en el grupo de menor financiaciÃ³n per cÃ¡pita, a pesar de estar situadas entre las que tienen una mayor renta per cÃ¡pita, lo que parece diseÃ±ar una polÃtica de apuesta por el deterioro de la Sanidad PÃºblica, propiciando la huida hacia el sector privado, con excepciÃ³n de La Rioja (la segunda con mayor gasto per cÃ¡pita), donde la opciÃ³n ha sido financiar generosamente a las empresas privadas desmantelando directamente al sector pÃºblico. 2. MECANISMOS DE COHESIÃ�N Y COORDINACIÃ�N Â¿QuiÃ©n cohesiona y vertebra el sistema?. Desgraciadamente la respuesta es nadie o casi nadie. El Ministerio de Sanidad y el Consejo Interterritorial del SNS (CI) que, en teorÃa, tenÃan esa misiÃ³n, no la vienen ejerciendo por diversos motivos, lo que evidencia el fracaso de la Ley de CohesiÃ³n que al final, y al intentar contentar a todo el mundo, se ha quedado en un conjunto de buenas intenciones, con casi nula capacidad de hacerse operativas. Por supuesto, la actitud intolerante e irresponsable de los consejeros de sanidad del PP ha sido la puntilla a una situaciÃ³n con grandes dificultades de partida, convirtiendo al CI en un lugar de enfrentamiento partidista. Esta situaciÃ³n se ha visto agravada por la ausencia de instrumentos destinados a corregir los desequilibrios, como los Fondos de CohesiÃ³n, que a duras penas pueden servir para cubrir los desplazamientos de ciudadanos dentro del SNS, o el Plan Integrado de Salud, que deberÃa definir los objetivos centrales de la polÃtica del conjunto del sistema sanitario en base a las necesidades de salud. 3. SITUACIÃ�N Y TENDENCIAS DE DESARROLLO EN ATENCIÃ�N PRIMARIA La AtenciÃ³n Primaria de Salud (AP) era la estrella del diseÃ±o de salud de la Ley General de Sanidad (LGS). Sin embargo, pronto se viÃ³ que era una estrella bastante lejana, y por lo tanto solo un punto mas en el universo sanitario. La reforma del nuevo modelo se ha hecho con cuentagotas, y varias CCAA tienen todavÃa coberturas que solo rozan el 50% de la poblaciÃ³n. Pero, ademÃ¡s, los fondos destinados a la AP han sido persistentemente escasos, con lo que el carÃ¡cter de prevenciÃ³n y promociÃ³n quedÃ³ pronto desatendido. Posteriormente, con el crecimiento de la poblaciÃ³n, la presiÃ³n asistencial ha devenido en insostenible. Por primera vez se estÃ¡n detectando demoras de 4 a 9 dÃas para la consulta de medicina general en algunas CCAA, lo que supone una ruptura total de la accesibilidad de la poblaciÃ³n a la AP, que es una de las caracterÃsticas claves del sistema. A la vez, comienzan las iniciativas privatizadoras que se han ido extendiendo en dos vertientes: las que siguen el modelo Alzira e incluyen a la AP en la concesiÃ³n administrativa gestionada por empresas privadas, y las EBAS (entidades de base asociativa), que ceden la gestiÃ³n a empresas cooperativas constituidas por mÃ©dicos. Ambas experiencias rompen la red sanitaria pÃºblica y dejan en manos de intereses privados y mercantiles la atenciÃ³n sanitaria en su primer escalÃ³n. 4. SITUACION Y TENDENCIAS EN LOS HOSPITALES La situaciÃ³n hospitalaria no es menos preocupante. Los hospitales, pese a recibir el grueso de la financiaciÃ³n del sistema, arrastran deficiencias estructurales que conciernen a la gestiÃ³n (el gerencialismo es refractario a la participaciÃ³n profesional), al modelo organizativo y a la propia practica clÃnica. La gestiÃ³n pÃºblica demanda cambios y tiene que ser transparente y abierta a la participaciÃ³n, y rendir cuentas a los ciudadanos, con independencia de los intereses clientelares del â��turno polÃticoâ�?. Por otra parte, los recursos en camas instaladas sitÃºan a EspaÃ±a en el penÃºltimo lugar en nÃºmero de camas por 1.000 habitantes respecto a la UniÃ³n Europea de 25 paÃses. En realidad en el ultimo, porque esa posiciÃ³n es de Suecia, que posee una potente red de atenciÃ³n socio-sanitaria y atenciÃ³n domiciliaria inexistente en nuestro paÃs. Porque este es el problema bÃ¡sico: carencia de camas de media-larga estancia y de atenciÃ³n domiciliaria, en un momento, ademÃ¡s, de importante crecimiento de poblaciÃ³n. Por lo tanto, la situaciÃ³n seguramente es peor de lo que reflejan las estadÃsticas comparativas, que usan datos de 2001. Esta carencia de infraestructuras y las deficiencias de gestiÃ³n e integraciÃ³n de los recursos son los puntos cardinales de las prolongadas listas de espera que colapsan los hospitales pÃºblicos, aunque la situaciÃ³n es distinta segÃºn autonomÃas. Las listas de espera, tratadas sin criterios asistenciales, se han convertido en un entretenimiento para los polÃticos y en un verdadero desastre para la poblaciÃ³n, que por este medio recibe continuas presiones para la utilizaciÃ³n del sector privado, vaciando de contenido el derecho a la salud que reconocen las leyes. Tampoco deberÃa olvidarse la sobreutilizaciÃ³n tecnolÃ³gica, que es una de las caracterÃsticas de nuestro medio hospitalario, asÃ como el fracaso de los experimentos seudoempresariales, como los institutos, etc, que pasada su novedad han demostrado sus considerables limitaciones. Contrastan estos hechos con algunos logros muy evidentes de nuestra red hospitalaria pÃºblica, como son el liderazgo en transplantes o el crecimiento de la cirugÃa mayor ambulatoria, que perfilan una calidad y dinamismo del sistema muy notables. 5. LA ATENCIÃ�N SOCIOSANITARIA La asistencia sociosanitaria en EspaÃ±a tiene tres caracterÃsticas profundamente preocupantes: la primera es su escasa dotaciÃ³n de medios, lo que nos convierte en uno de los Ãºltimos paÃses de Europa al respecto, otra es la propiedad fundamentalmente privada de las dotaciones existentes, y, en tercer lugar, la falta de coordinaciÃ³n de las polÃticas y los recursos pÃºblicos La existencia del nuevo plan sobre la dependencia puede paliar algunos de estos problemas, pero precisa de un fuerte apoyo presupuestario que hasta el presente no se ha concretado. 6. LA INTEGRACIÃ�N DE LOS NIVELES ASISTENCIALES AtenciÃ³n primaria y atenciÃ³n hospitalaria continÃºan siendo dos mundos paralelos raramente relacionados. Los avances de coordinaciÃ³n entre ambos niveles, que todo el mundo considera necesarios, han sido mÃnimos. En estos momentos la instauraciÃ³n de medidas organizativas, como las gerencias de Ã?rea, pueden contribuir a dinamizar esta integraciÃ³n de niveles, pero no es menos probable que si no se produce una apuesta decidida por la AP acaben convirtiendo a Ã©sta en un apÃ©ndice de la atenciÃ³n hospitalaria. La integraciÃ³n de los cuidados de la salud es uno de los rasgos diferenciales de los sistema pÃºblicos y una de las claves para explicar su mayor efectividad. No es casual que toda estrategia de privatizaciÃ³n del sistema sanitario necesite, como paso previo, dividir los cuidados de la salud en unidades de producciÃ³n competitivas para poner en marcha lÃneas de mercado. Esto es: el primer objetivo de este tipo de polÃticas es la â��perdida de integridadâ�? de los cuidados de la salud. Sin embargo, en nuestro sistema pÃºblico, existen importantes deficiencias organizativas y funcionales en la integraciÃ³n del SNS, que no se limitan al ya mencionado dÃ©ficit de cooperaciÃ³n entre los dos niveles. La desconexiÃ³n entre los distintos sectores de la salud (Salud mental, Salud ambiental, etc.), la desagregaciÃ³n de la asistencia hospitalaria a impulsos de la especializaciÃ³n y la descoordinaciÃ³n entre los servicios sociales y sanitarios son algunos ejemplos de la desatenciÃ³n de las administraciones sanitarias a las polÃticas de integraciÃ³n. 7. EL AVANCE DE LA PRIVATIZACIÃ�N En estos Ãºltimos aÃ±os se ha producido un incremento muy sustancial de la privatizaciÃ³n de la provisiÃ³n de servicios sanitarios, que progresivamente estÃ¡ transformando el panorama tradicional de nuestro sistema sanitario. Las privatizaciones se resumen de la siguiente manera: 7.1. Hospitales. Las iniciativas privatizadoras han sido mÃºltiples y con objetivos diversificados. Se pueden identificar hasta 5 categorÃas, segÃºn que la medida interese a la gestiÃ³n, a la provisiÃ³n, a la producciÃ³n de los servicios o a la afectaciÃ³n de distintas Ã¡reas o servicios: a) Fundaciones sanitarias, pensadas para introducir la gestiÃ³n privada en el SNS. En un primer momento se planteÃ³ la implantaciÃ³n de fundaciones en todos los nuevos centros, posteriormente la conversiÃ³n de todos los centros hospitalarios en fundaciones y, actualmente, parece tratarse de una iniciativa dejada en vÃa muerta, ya que solo se constituyeron fundaciones en centros de nueva creaciÃ³n, no fue posible la transformaciÃ³n de los centros tradicionales en fundaciones por el rechazo social y profesional y los resultados no han sido buenos. b) Empresas pÃºblicas, de caracterÃsticas muy parecidas a las fundaciones, aunque con mayor control polÃtico. Se han quedado circunscritas a nuevos centros en AndalucÃa y Madrid.. c) Concesiones administrativas de centros hospitalarios a empresas privadas. El caso mÃ¡s conocido es el de Alzira, que se ha ampliado a Denia y Torrevieja, donde se ha incluido ademÃ¡s la AP en la concesiÃ³n y en un caso la socio-sanitaria (Denia). Es el proyecto que tiene el gobierno del PP en Madrid para el hospital de Valdemoro. d) PFI (iniciativa financiera privada), el nombre proviene del original inglÃ©s, que es donde naciÃ³ y donde se ha desarrollado la idea. Suponen la concesiÃ³n a una empresa privada de la construcciÃ³n de un centro hospitalario a cambio de la gestiÃ³n de todo lo no estrictamente sanitario (incluyendo administraciÃ³n y personal no sanitario), y la aceptaciÃ³n de un canon que se paga durante un largo periodo (20-30 aÃ±os) a esa empresa; es el modelo adoptado en varios de los nuevos hospitales en construcciÃ³n en Madrid (Majadahonda, Parla, Coslada, etc). 7.2. Alta tecnologÃa: la privatizaciÃ³n y empresarializaciÃ³n de la alta tecnologÃa tuvo una primera experiencia en Vigo (Medtec, empresa de gestiÃ³n privada y capital pÃºblico), cuya prevista expansiÃ³n a toda Galicia se logrÃ³ paralizar con amplias movilizaciones sociales. Posteriormente, el PP ha optado por la concesiÃ³n directa a empresas privadas de este Ã¡rea crucial para el desarrollo hospitalario, y asÃ ha sucedido en Valencia y La Rioja, donde conviven con la descarada infrautilizaciÃ³n de los recursos pÃºblicos. 7.3. AtenciÃ³n Primaria. Hay dos tendencias al respecto, una se iniciÃ³ en CataluÃ±a con la creaciÃ³n de las EBAS (cooperativas profesionales que gestionan centros de salud), y la otra, en expansiÃ³n en Valencia, es la concesiÃ³n a empresas privadas de la gestiÃ³n de un Ã?rea, incluyendo la AP. Aunque todavÃa es incipiente, parece que es uno de los proyectos estrella de la privatizaciÃ³n. En fin, tal como ya seÃ±alamos desde la FADSP, la separaciÃ³n entre financiaciÃ³n y provisiÃ³n y la generaciÃ³n de los llamados â��mercados internosâ�? ha llevado a la privatizaciÃ³n directa de la provisiÃ³n de servicios sanitarios en nuestro paÃs, lo que ya se evidencia con datos en el Informe de la OCDE de 2003 y en el Informe del Observatorio del SNS, privatizaciÃ³n que se ha visto agudizada en algunas CCAA gobernadas por el PP (Valencia, Rioja, Madrid) y que pone en peligro la viabilidad misma de la red sanitaria pÃºblica. Otro aspecto, que aunque no es directamente privatizaciÃ³n si que supone una facilitaciÃ³n del funcionamiento del sector privado, es la retirada de la dedicaciÃ³n exclusiva en algunas CCAA (hasta ahora Valencia , Madrid y Castilla - LeÃ³n), por cuanto confiere una mayor facilidad al sector privado para dotarse de profesionales cualificados, abaratando notablemente sus costes, ademÃ¡s de favorecer el desviÃ³ de pacientes de lo pÃºblico a lo privado. 8. LA POLÃ?TICA FARMACÃ�UTICA Otro aspecto a destacar, dentro de la situaciÃ³n global del SNS, es el relacionado con la polÃtica farmacÃ©utica, cuyos principales problemas son: el descontrol del gasto, que ocupa cotas muy elevadas (en relaciÃ³n al gasto sanitario total) y crecimientos netos superiores a los de los presupuestos; una nefasta polÃtica de cara a los profesionales prescriptores, que deja en manos de la industria farmacÃ©utica la informaciÃ³n sobre los mismos, con los sesgos que ello conlleva y, en tercer lugar, que se permite una financiaciÃ³n de los medicamentos independiente de su utilidad terapÃ©utica. La clave a medio plazo estÃ¡ en conseguir la aprobaciÃ³n y financiaciÃ³n pÃºblica de fÃ¡rmacos con criterios de necesidad y eficiencia, polÃticas de incentivaciÃ³n de la prescripciÃ³n racional y garantizar una formaciÃ³n independiente que asegure criterios de calidad en la prescripciÃ³n. 9. LA POLITICA DE SALUD PUBLICA La Salud PÃºblica es tradicionalmente la gran ausente de nuestro sistema sanitario. Con relativa frecuencia, ademÃ¡s, se confunde con grandes planes llenos de loables objetivos pero con escasa financiaciÃ³n, y cuya principal funciÃ³n acaba siendo la de servir al marketing polÃtico. Lo cierto es que el ordenamiento de la actual estructura de cuidados es casi exclusivamente asistencial y las prioridades, con una terquedad que sÃ³lo se justifica por la influencia de la industria tecno-sanitaria, siguen siendo las demandas curativas, individuales y hospitalarias. Apenas queda espacio para las polÃticas que han demostrado consistentemente mayores benÃ©ficos de coste-efectividad: la promociÃ³n de la salud, la prevenciÃ³n de las enfermedades, el auto cuidado y la educaciÃ³n para la salud. Estas polÃticas tienen que constituir el nÃºcleo del â��olvidadoâ�? Plan Integrado de Salud con programas y acciones intersectoriales. Por otro lado la autonomizaciÃ³n de los sistemas de Salud PÃºblica ha complicado la puesta en funcionamiento de polÃticas homogÃ©neas y ha empeorado notablemente el nivel general y la calidad de la informaciÃ³n disponible. Invertir el orden de prioridades es la primera tarea, situando en primer plano polÃticas dirigidas hacia la educaciÃ³n de la poblaciÃ³n para dotarla de mayor autonomÃa -una formula mÃ¡gica cuando se habla de los servicios sanitarios, pero olvidada en lo que respecta a los ciudadanos-, y de mayor capacidad para preservar y promover su propia salud, con una menor dependencia de los servicios mÃ©dicos. 10. LOS CIUDADANOS Y EL SISTEMA SANITARIO La ausencia de los ciudadanos como parte integrante del sistema es una de las caracterÃsticas del SNS desde su origen. Un sistema tradicionalmente paternalista, en donde la administraciÃ³n sanitaria y los mÃ©dicos deciden lo que es bueno para unos ciudadanos de los que solo cabe esperar gratitud por todo aquello que estÃ¡n recibiendo. Esta situaciÃ³n que, sin duda, favorece la desafecciÃ³n de los usuarios hacia el sistema sanitario, se estÃ¡ modificando en los Ãºltimos aÃ±os a travÃ©s de una nueva categorizaciÃ³n del paciente como consumidor con supuestos derechos de reclamaciÃ³n, esto es, como cliente sanitario. Un paso necesario en la deriva mercantilista del sector pÃºblico de la salud. En este mismo orden de cosas, se empiezan a vislumbrar intentos de utilizaciÃ³n del asociacionismo de los enfermos por parte de las multinacionales de la tecnologÃa, especialmente las farmacÃ©uticas, propiciando una lÃnea en la que predomina el consumismo de recursos y muy poco la educaciÃ³n para la salud. Hay suficientes pruebas de que la efectividad del sistema sanitario es altamente dependiente de la participaciÃ³n activa del ciudadano, individual y colectiva, en su verdadera condiciÃ³n de coproductor de salud. Por otra parte, tampoco existen mecanismos de participaciÃ³n social en las instituciones, como expresiÃ³n del dÃ©ficit democrÃ¡tico de nuestra sociedad y de la tradicional aversiÃ³n de las distintas Administraciones PÃºblicas para abrir cauces de participaciÃ³n y codecisiÃ³n de los ciudadanos. Los instrumentos de participaciÃ³n no pueden ser ajenos a la estructura regular de toma de decisiones en los organismos de mÃ¡xima representaciÃ³n del servicio de salud y en los distintos niveles de atenciÃ³n a la salud. 11. LA POLÃ?TICA PROFESIONAL Otra gran olvidada del SNS. Algunas cuestiones centrales para el desarrollo profesional, como son la dedicaciÃ³n exclusiva, la participaciÃ³n y la carrera profesionales, no han tenido avances evidentes en este periodo, es mas, la primera, la necesaria delimitaciÃ³n entre el sector pÃºblico y el privado, asunto crucial para asegurar la coincidencia de intereses entre profesionales y Sanidad PÃºblica, esta sufriendo un notable retroceso Una expresiÃ³n mÃ¡s de ello es el hecho llamativo de que los profesionales de salud espaÃ±oles estÃ©n emigrando hacia paÃses como Gran BretaÃ±a, Francia, Portugal o Italia, que tienen unas mayores ratios/1.000 habitantes, lo que delata las inadecuadas condiciones laborales y profesionales de nuestro paÃs. En resumen: El SNS esta viviendo unos momentos crÃticos, que se caracterizan por una financiaciÃ³n insuficiente y mal repartida, por la escasez de recursos en AtenciÃ³n Primaria y hospitalaria, por el deterioro de la asistencia sanitaria pÃºblica y por un avance de la privatizaciÃ³n que estÃ¡ poniendo en peligro la viabilidad misma del SNS QUINCE PROPUESTAS PARA AVANZAR Desde la FADSP entendemos que, para hacer frente a esta situaciÃ³n, deben adoptarse con carÃ¡cter urgente las siguientes medidas: 1) Aumentar la financiaciÃ³n pÃºblica, incrementando el presupuesto sanitario pÃºblico al menos en 1% sobre el PIB 2) Favorecer los ingresos para la financiaciÃ³n sanitaria, mediante la eliminaciÃ³n de las fÃ³rmulas de desgravaciones de los seguros privados y el aumento de los impuestos sobre el tabaco y el alcohol. SerÃa deseable un nuevo marco de financiaciÃ³n que pivotase sobre el IRPF y no sobre los impuestos indirectos. 3) Destinar los incrementos presupuestarios a los Fondos de CohesiÃ³n para permitirles que tengan una verdadera capacidad a la hora del equilibrio interterritorial. 4) ElaboraciÃ³n del Plan Integrado de Salud, que debe fijar los objetivos generales del SNS y dirigir el reparto de los Fondos de CohesiÃ³n. En este tema y el anterior es clave la potenciaciÃ³n del Consejo Interterritorial del como vertebrador del SNS. 5) InclusiÃ³n de las mutualidades de funcionarios (Muface, Mugeju , Isfas, etc) en el SNS, acabando con un sistema que es una fuente de inequidad. 6) Potenciar la AtenciÃ³n Primaria, para lo que se precisa conseguir el 100% de cobertura, mayores recursos en infraestructura y equipamientos, y mÃ¡s profesionales que permitan una atenciÃ³n de calidad. 7) Incrementar el nÃºmero de camas hospitalarias, fijÃ¡ndose el objetivo de 5/1.000 habitantes. Las nuevas dotaciones deben destinarse sobre todo a incrementar las camas de media y larga y estancia. 8) Poner en funcionamiento una Red PÃºblica de AtenciÃ³n Sociosanitaria, asegurando su cobertura al 100% de la poblaciÃ³n. 9) Integrar todos los recursos pÃºblicos en el Ã?rea de Salud 10) Terminar con la privatizaciÃ³n del SNS, de manera que todos los nuevos recursos sean del sector pÃºblico y que se detenga el proceso de externalizaciones. 11) Reincorporar a la red pÃºblica a los centros empresariales y seudoempresariales: fundaciones, concesiones administrativas y EBAS. 12) Racionalizar el gasto farmacÃ©utico, poniendo en marcha 3 medidas claves: no pagar mÃ¡s por lo que puede comprarse a menor precio, controlar el â��marketingâ�? de las empresas farmacÃ©uticas y asegurar formaciÃ³n independiente y de calidad a los profesionales. 13) Potenciar y desarrollar los dispositivos de Salud PÃºblica 14) Desarrollar sistemas de participaciÃ³n ciudadana y profesional en el SNS 15) Exigencia de la dedicaciÃ³n exclusiva y desarrollo de la carrera profesional para todos los profesionales del sector sanitario pÃºblico. FEDERACIÃ�N DE ASOCIACIONES PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÃ�BLICA Marzo de 2005
Mira també: http://www.nodo50.org/fadsp/nota88.html
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Comentaris

Re: El Sistema Nacional de Salud en la encrucijada
per profeta	02 abr 2005
La salud en la actual fase del capitalismo es un servicio más entendido como mercancia y como tal unicamente debe de generar beneficios para el sistema.De ahí que todo lo que pueda ser colectivo público debe de ser minado convenientemente para que una vez diseccionado y diversificado en areas de negocio,pasen a tomar conciencia los actuales usuarios de la sanidad pública en ser clientes de los servicios privados médicos(sanidad bajo pólizas o de pago directo) o, lo que no sea rentable por definición sea siendo público pero eso sí bajo un sistema de gestión privada donde prive el ménor deficit o inclusive el superavit,con la correspondiente disminución hasta llegar bajo mínimos de la calidad asistencial.Y para darle naturaleza juridico-legal del repatro del pastel ahí está el Acuerdo General de Bienes y Servicios de la OMC y su traslación posteror a las nomas comunitarias y estatales.Privatizando las garantias sociales mínimas para una supervivencia en su demagogico Estado de Derecho...Al final lo único que va a quedad de titularidad pública vá a ser la justicia,la polcia y el ejercito pero sólo de ellos los que sean autoridades.Ojalá lleguemos a tiempo de de que no nos metan otro gol.