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Anàlisi :: un altre món és aquí
kibbutz Samar
29 mar 2005
(Originalment aparegut a The Jerusalem Report, Vol X, No 19, 17 de gener, 2000 pg.18)

tb a http://www.alasbarricadas.org/ateneo/modules/wikimod/index.php?page=kibb
Amb aquest text extret de alasbarricadas.org m'agradaria rebaixar els ànims d'aquells que darrerament a Indymedia veuen sionistes fins sota les pedres.
Ni sóc sionista ni estic amb Sharon ni res per l'estil que quede clar, sols intente no ser tan parcial en un conflicte tan complex com el palestinoisraelià.
Crec que hem d'intentar no caure en el discurs que tot el que ve d'Israel és sionista i que creu, o al menys ho sembla, en la negació/destrucció d'Israel, sincerament, no crec que eixe siga el millor camí i moltes voltes açò s'arriba a intuir entre el discurs d'una part dels moviments socials, desconec si de forma voluntària o involuntària però en definitiva i al meu parer, pot arribar a ser un discurs molt perillós.
Igualment, tampoc crec en la negació/detrucció de Palestina, que ningú veja llops a on no n'hi han.
És intentar vore el conflicte des de tots els punts de vista (o quants més millor).


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kibbutz Samar - Michael Liskin

Hace unas semanas, en la temporada de cosecha, Mussa Menahem y un grupo de miembros del Kibutz Samar bajaron a coger dátiles. Aunque el calor era bochornoso en el Aravah, llevaban pantalones largos de trabajo y camisas de manga larga - como protección contra las agudas espinas de las palmeras y las pesadas moscas atraídas por el dulzor pegajoso de los dátiles. Los kibbutzniks tenían jóvenes voluntarios para ayudales en el huerto polvoriento - unos para quitar los tallos de los dátiles de los árboles, otros para separar los dátiles húmedos de los secos.

Escenas similares se han repetido en los kibbutzim agrícolas de todo el país. Pero ninguno de ellos coge sus dátiles como Samar. De hecho, ninguno de los otros 265 kibbutzim de Israel hace las cosas como Samar, cuyos miembros llaman alegremente a su forma de vida "anarquía comunal".

Mussa y el equipo que dirigía en el palmar - la fuente de dinero más importante de Samar - no soportaban el calor obligados por un sofocante programa de trabajo, sino porque, con los años, han decidido por sí mismos que ahí es donde más se los necesita. Lo mismo ocurre con los trabajos de todos los miembros de Samar. Se han colocado en puestos que satisfacen sus talentos particulares, o tomado la iniciativa porque, como ellos dicen, "nadie más lo iba a hacer".

Caso único, Samar no tiene ninguna jerarquía o comités, casi ninguna regla, y no dictan colectivamente un presupuesto para cada miembro - en resumen nada de la forma de vida de un kibutz normal según se han desarrollado desde que Deganiah fuera fundada en el Valle del Jordán hace 90 años.

Samar es una vuelta a los días en los que los kibbutzim eran realmente comunidades dirigidas por los principios de verdadera igualdad y no los negocios pesadamente estructurados en los que mucho se han convertido. Incluso mientras el movimiento kibutz en general está en el comienzo de una descomposición económica y social, Samar florece.

Situado aproximadamente a 30 kilómetros al norte de Eilat, Samar está este año celebrando el 25 aniversario de su garin fundador - el núcleo de jóvenes que estuvieron juntos en el ejército y luego crearon el kibutz en 1976. Además de los palmares, que producen cuatro clases de dátiles, sobre todo orgánicos, los miembros trabajan en una próspera lechería y en varias empresas económicas individuales. Y a pesar de la poco ortodoxa mano de obra y los apaños del presupuesto, el kibutz sale adelante, nos dice Shelly Ashkenazi, la secretaria. Esto permite a los miembros mantener un modesto, pero cómodo, modo de vida - las familias tienen ordenadores personales, televisores y vídeocámaras, y teléfonos móviles.

De las 160 personas de Samar, 70 son miembros y el resto son niños, voluntarios y candidatos a ser miembros. El número se mantiene bajo; hay poco sitio para los nuevos candidatos. Ashkenazi, una bronceada mujer en la treintena, que vino a Israel desde Chicago en 1983, dice que ella ha dejado de mantener una lista de espera.

El ejemplo más asombroso del modo de vida único de Samar es la forma en la que los miembros cogen el dinero - de un kupah p ' tuha, o una caja abierta, en lugar del sistema de "presupuesto personal" de otros kibbutzim. En los primeros días, los miembros solo se ayudaban económicamente cobrando de una caja en el comedor. Esto cambió cuando los forasteros comenzaron a ayudarse también, hoy hay una tarjeta de crédito del kibutz - pero los miembros tienen acceso libre, ilimitado". Si alguien quiere gastar $ 10.000 en una chapuza para su casa, " dice un miembro, "lo hace. No hay nada que lo detenga". Nada, es decir excepto la responsabilidad hacia los otros miembros.

Con los años, sólo dos miembros han sido expulsados por abusar del sistema; "pretendieron no conocer la diferencia entre 350 y 35.000 shekels", dice Ashkenazi, ultrajada, comparando la ofensa con "un marido que viola a su esposa y que luego argumenta que él tiene todo el derecho de tener sexo con su esposa".

Un kibutz anarquista parece una contradicción de términos: ¿Cómo puede funcionar una sociedad socialista sin reglas estrictas? Pero el comunismo puro que hay detrás de la idea de kibutz - de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades - en realidad va de la mano con el anarquismo, que se basa en que la gente actúe voluntariamente a partir del sentimiento de responsabilidad hacia la comunidad.

Esta opinión es apoyada con entusiasmo por Avshalom (Abu) Vilan, cabeza del Movimiento Kibutz, miembro del partido Meretz Knesset, y uno de los mayores admiradores de Samar. En 1977 Vilan, entonces jefe de la División de Adultos Jóvenes de la ahora difunta Federación Kibutz Artzi, dijo a los miembros del joven kibutz que su sistema anárquico estaba condenado al fracaso. Esto no podía funcionar, opinaba, porque requeriría que cada miembro "se comportara como si fuera tesorero del kibutz, con toda la responsabilidad del kibutz sobre su hombros". Veinte años más tarde, Vilan volvió a Samar y admitió que se había equivocado. (Su propio kibutz, Negbah, mientras tanto, está atravesando profundos problemas financieros y sociales.)

Según Daniel Levy, 38 años, Samariano desde hace nueve que se crió en Detroit, "Samar ha tomado la idea colectiva y la ha puesto en su cabeza. Con el colectivo tradicional del kibutz, el individuo se subordina a las necesidades de la comunidad. El kibutz tiene que decirme donde voy a trabajar. Tengo que pedir a los comités permiso para luego no hacer nada. La libertad individual está limitada enormemente. En Samar, el individuo tiene autonomía total".

Levy, su esposa Debbie y sus cuatro niños – de edades que van desde los 8 años a los 10 meses – se mudaron a una pequeña casa de campo de Samar después de cuatro años en otro kibutz Aravah, Grofit.

Ashkenazi dice que el sistema kibutz tradicional "pone a la gente a dormir y los hunde en la mediocridad, " mientras que Samar "te deja el control y te obliga a la participación activa". Pero no hay nada de coactivo en esa participación. Sólo entre 10 y 25 de los 70 miembros vienen a las asambleas generales. "No todo el mundo quiere implicarse en todos los aspectos del kibutz", dice Ashkenazi. "No todos quieren decirle a los demás qué hacer. Algunas personas están ocupadas en hacer de sí mismas gente mejor. Si hubieran querido el control total, no habrían escogido esto como su hogar".

La celebración de libertad personal es un tema constante en Samar. Dice Gigi Strom, que controla la lechería: " esta es la actitud correcta para dejar a la gente hacer lo que quieren hacer - la gente más feliz es más productiva. "Ella sólo se pregunta por qué más kibbutzim no ven las cosas de esta manera".

En los años 70 y 80, aquella libertad personal se manifestaba en la piscina, donde la ausencia de códigos de vestuario llevó a Samar hacerse famoso como el kibutz nudista. Pero los miembros protestan de que esto no era por ideología – solamente pereza. Y el nudismo ha disminuído últimamente. "Ahora somos todos cuarentones", explica un veterano. "La gente a la que no me importaba ver desnuda entonces, ya no la querría ver ahora".

Como ejemplos más significativos de la independencia de los miembros, dos samarianos crían peces exóticos de acuario para la exportación, otros han abierto una tienda de productos naturales en Eilat, y otro está investigando el potencial comercial de las tecnologías de energía solar. Todos los beneficios, desde luego, van al kibutz.

Las decisiones clave del kibutz por lo general se hacen por omisión o por lo que llamaríamos democracia de consenso. Si fuera necesario, los miembros votan - pero las decisiones acordadas, como afectan a los individuos, son tomadas como sugerencias y no necesariamente obligan a todos. Realmente, hay sólo cuatro reglas en Samar. Tres, escritas, que se refieren a la recepción de invitados, procedimientos para la admisión de nuevos miembros y quórums de asamblea general. Y otra, no escrita, en el sentido de que, en general, los miembros deben levantarse e ir a trabajar. Pero no hay ninguna sanción formal contra un miembro que no logra obedecer esta regla; más bien se asume que está atravesando alguna crisis.

El jefe de recolección de dátiles Menahern ha estado aquí casi desde el principio, se crió en el Kibutz Ma'anit y tal como el resto de los fundadores criados en kibutz, conoce los inconvenientes a evitar. "Nosotros sabíamos lo que estaba mal en otros kibbutzim", dice, " y evitamos deliberadamente todo eso".

¿Cómo funciona la "anarquía comunal"? Pregunta Randi Spier, que ha sido enviada a Samar por la asociación neoyorkina American Management Association's Global Best Practices Group. Como con cualquier organización viable, concluyó, Samar prospera porque los miembros han definido claramente su papel, muestran iniciativa y toman responsabilidades personales, y muestran una rara capacidad para una comunicación relajada y fluida que negocios más rígidos harían bien en emular.

La lechería es un caso de estudio de gestión flexible. Las vacas deben ser ordeñadas tres veces al día, pero pocos miembros quieren pasarse allí largas horas. Si embargo no hay ninguna escasez de personal, porque Gigi Strom inventó un sistema donde una jornada completa de una persona se llena con siete personas, sobre una base rotativa.

Si la presión por la mirada ayuda a impulsar la ética del trabajo en Samar, Racheli Rugs, la enfermera de Samar, siente que un factor más importante es "que tú te sentirías mal contigo misma porque no cumples con tu parte, no porque otros piensen mal de tí".

Daniel Levy, quien trabaja como jardinero del kibutz, y también cuida de los estudiantes de primer y segundo grado cuando vienen a casa de su escuela regional, y antes de que sus padres los recojan, les deja claro que Samar no es ninguna utopía: "hemos tenido nuestra parte de tacañería y suciedad". Recordando ejemplos, sin embargo, sólo encuentra dos cosas que le molestan: la gente que devuelve los coches comunales bien mugrientos o dejan hecho un lío el comedor.

Pero Samar tiene sus problemas. Uno menor: encontrar gente para trabajar con niños preescolares en la guardería del kibutz. (Desde el primer curso se les envía en autobús a la escuela en Yotvata). Después de muchas riñas entre los padres, al no avanzar en cubrir los puestos, han contratado a cuatro personas que no son miembros. Esperan que la cuestión siga generando mucha polémica.

Un problema mucho más crítico se relaciona no con los niños más jóvenes, sino con sus hermanos y hermanas más viejos. Los kibbutzim a nivel nacional se están arruinando por la salida para la vida urbana de la mayor parte de las generaciones jóvenes. ¿Será capaz Samar de mantenerse?

De los cuatro samarianos mayores de la segunda generación, tres están en el ejército, y Osnat Roga de años 22 , vive en Jerusalén con su padre, estudiando para entrar en la universidad.

¿Volverá a vivir a Samar? Ella no lo sabe aún; es posible, dice. Pero Roga insiste en que no está preocupada por el futuro de Samar. "Es un lugar especial y continuará", dice entusiasmada. "Tal vez no exactamente como ahora, pero nunca como un kibutz 'normal'".

(*) Texto original: http://www.phillyimc.org/article.pl?sid=01/11/17/0524239&mode=thread

Título: Anarchy Rules!

This work is in the public domain

Comentaris

Re: kibbutz Samar
29 mar 2005
Me hace gracia el de arriba...oooh ! ¡qué bonito discurso ! Parece Fresita y su "paz y amor".
Me gustaría verte tam "imparcial" y "templado" si invadieran tu País, asesinaran a tu familia a bombazos, destruyeran tu casa, tus olivos fueran arrancados y cuando tu mujer vaya a dar a luz no la dejen pasar al Hospital porque hay un Muro de la Vergüenza que lo impide...o que tuvieras que vivir en tu propia Tierra encerrado en un "ghetto" pidiendo permiso para salir a ver a tu familia.
¿Serías tan moderadito?
Me huelo un nuevo lenguaje y estrategia de el Antiterrorista,detras de todo esto...en vista de que sus soflamas sionista-nazis no causaban más que risa !
Re: kibbutz Samar
29 mar 2005
Si, noi, és un exemple de convivència entre ells-tots jueus-, però no diu res de la convivència amb els seus veïns àrab/palestins, podria ser fins i tot com va passar a Nordamerica(actuals EE.UU.) que comunitats religioses-socials creaven societat igualitaries per a blancs- però d'amerindis( antics veïns de la zona se'ls exterminava o se'ls obligava a marxar, com avui dia passa amb els arab/palestins) o afroamericans ni parlar-ne. Aquí dels àrabs ni parlar-ne, no tant sols això al penúltim paràgraf diu que dels quatre samarians adults de segona generació, tres estan a l'exèrcit. Fa falta que us recordi les accións habituals d'aquest exèrcit a Gaza o Cisjordània.
Quan dius que volem l'eliminació de l'Estat d'Israel, et contestaré que sí, ja que des del seu neixament és un estat racista que discrimina als no jueus, i si no informa't sobre la situació dels arab-israelians; però sempre em possaré al costat de qualsevol discrimina't en raó del seu orígen, color de la pell o religió. Això no vol dir que sigui un feixista, ans el contrari el meu antiracisme és el que em porta a aquestes opinions.
Per altre banda recordar-te que és només un dels kibbutz, un sistemaa com ja has comentat en plena crisi dins del món israelià. Salut i revolta,
Antifeixistes sempre!
Palestina resisteix!
Re: kibbutz Samar
29 mar 2005
Un altre que vol vender-nos la moto.
¡Fora invasors de Palestina !
¡Palestina per als Palestins !
Re: kibbutz Samar
01 nov 2005
Hi. I'm a member of Hashomer Hatzair in Mexico, the name of My kvutza is Samar.
I feel proud to carru that name after reading all this, I learnt Samar is more that a dot in the southern part opf the Negev...
Sindicat Terrassa