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Imperialismo, Censura y Fascismo
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per Fernando BUen Abad DomÃnguez |
06 mar 2005
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Movimiento de Documentalistas |
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Declaration of the Movement of Documentarists
IMPERIALISM, CENSORSHIP AND FASCISM
Drawn up by Fernando Buen Abad DomÃnguez
There is no weapon of massive destruction deadlier than Imperialism. It depredates nature, societies and civilizations. In the last 100 years, Imperialism has multiplied, as a acute phase of Capitalism, its destruction capacity. It has stopped development, it has started a period of generalized crisis and it has brought about the expansion of misery to an extent so far unheard of. Millions of corpses and maimed people, war casualties, millions and dozens of millions of terrorized, crushed, cheated people. It is an extraordinary cataclysm. A monstrosity.
And they want to silence us with censorship.
Censorship is nothing but the cynic updating of Fascism. Many documentarists in the central as well as in the colonized or semi-colonised countries recognize the strategies of censorship and self censorship. They know that it is an imperative of their work to use even the most unexpected chance of “legality� left available to dodge endless prohibitions. But we cannot forget that every censorship is a form of ideological war. Imperialist war of conquest, banditry and theft of information. Subjection of truth in the distribution of the world into colonies or territories won by Capitalism.
The seed of censorship lives in the state or private monopolistic development of production, distribution, and consumption of documentaries. The growth of “show industries� constitutes one of the forms of censorship most typical to Capitalism. Because censorship is used not only to manipulate consciences by depriving them of their freedom of information but it is also the result of a struggle over the consumption markets brought about by the crisis of over production of images: censorship is also a way of preventing competition.
If the means, the modes and the relations of documentary production continue to be private property, the weight of the monopolies will increase. The almost total lack of experimentation is added to the already hideous censorship, practiced even on the theoretical and practical training of documentarists, while production methodologies are crushed by empiriocriticism and “inconvenient� authors continue to disappear from the shelves of university libraries. It will become more and more difficult to buy, hire or borrow the tools required for documentary production because the high cost of those tools and the almost absolute lack of alternatives is also a form of censorship. Distribution and exhibition will continue to be in the hands of monopolies that cannot be paid and cannot be penetrated. The censorship of commercial cynicism will continue to rule. Attacks by the media, sneering remarks by the television or the radio and the cases of direct attacks staged by all sort of groups against documentarists and documentaries will be more and more frequent.
The International Movement of Documentarists, that is growing in the whole world, cannot afford not to analyze and unmask the historic havoc played by Imperialism and censorship as its fascist expression. This is as urgent as its theoretical and methodological development side by side with the peoples that are struggling for liberation. Direct or indirect censorship, whether ideological or economic, expresses the fascist parasitism and degradation of Capitalism which, leaning on policemen of conscience intends to keep watch over information, reality and ideas…
Censorship puts forward a civil war of meanings.
Not having understood the economic roots of Imperialism, without a profound diagnosis of its political and social implications, and not considering censorship the worst enemy of the documentary field, it is impossible to take even one step forward towards solving the current practical tasks of the International Movement of Documentarists.
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Declaración del Movimiento de Documentalistas
IMPERIALISMO, CENSURA Y FASCISMO
Redactada por Fernando Buen Abad DomÃnguez
No existe arma de destrucción masiva más letal que el imperialismo. Depreda la naturaleza, las sociedades y las civilizaciones. En los últimos 100 años el imperialismo multiplicó, como fase agudizada del capitalismo, sus capacidades destructivas. Frenó el desarrollo, inició un perÃodo de crisis generalizada y precipitó la expansión de la miseria en proporciones nunca vistas. Millones de cadáveres y de mutilados, vÃctimas de la guerra, millones y decenas de millones de personas atemorizadas, aplastados, embaucadas y engañadas. Se trata de un cataclismo descomunal. Se trata de una monstruosidad.
Y pretenden silenciarnos utilizando la censura.
La censura, que no es otra cosa que la actualización cÃnica del fascismo. Muchos documentalistas en los paÃses centrales, y en los colonizados o semi colonizados, reconocen las estrategias de la censura y la autocensura. Saben que es imperativo de su trabajo aprovechar hasta los resquicios más inopinados de “legalidadâ€? que queda para sortear prohibiciones sin fin. Pero no se puede olvidar que toda censura es una forma de guerra ideológica. Guerra imperialista de conquista, bandidaje y robo de la información. Sometimiento de la verdad en el reparto del mundo en colonias o territorios ganados por el capitalismo.
En el desarrollo monopólico, estatal o privado, de la producción, distribución y consumo de documentales habita el germen de censura. El crecimiento de las "industrias del espectáculo" constituye una de las formas de censura más caracterÃsticas del capitalismo. Es que la censura no sólo sirve para manipular conciencias privándolas de su libertad de información, también es resultado de una lucha por los mercados de consumo producida por la crisis de sobreproducción de imágenes. Es decir la censura es también una forma de impedir la competencia.
Si los medios, modos y relaciones de producción documental siguen siendo propiedad privada el peso de los monopolios se agudizará. A la ya odiosa censura que se ejerce incluso desde la formación teórico práctica de los documentalistas se agrega la casi total inexistencia de experimentación, mientras las metodologÃas de producción viven aplastadas por el empiriocriticismo y siguen desapareciendo autores incómodos de las bibliotecas universitarias. Cada vez es será más difÃcil adquirir, alquilar o conseguir prestadas las herramientas para la producción documental porque costo de tales herramientas y la ausencia casi total de alternativas es también una forma de censura. La distribución y exhibición, seguirán atrapadas por monopolios impagables e impenetrables. Seguirá reinando la censura del cinismo comercial. Serán más frecuentes los ataques desde la prensa, las ridiculizaciones desde la televisión o la radio y los episodios de agresión directa escenificados por grupos de todo tipo contra documentalistas y documentales.
El Movimiento Internacional de Documentalistas, que crece en todo el mundo, no puede dejar de analizar y desenmascarar los estragos históricos del Imperialismo y la censura como su expresión fascista. Esto es tan urgente como el desarrollo teórico metodológico de su práctica junto a los pueblos que luchan por su liberación. La censura, directa o indirecta, expresa o solapada, impuesta o autoimpuesta, ideológica o económica, expresa el parasitismo y descomposición fascista del capitalismo que, apoyado en policÃas de la conciencia, pretende custodiar la información, la realidad, las ideas…
La censura plantea una guerra civil de los significados.
Sin haber comprendido las raÃces económicas del Imperialismo, sin un diagnóstico profundo sobre sus implicaciones polÃticas y sociales, y sin poner a la censura como el principal enemigo del campo documental es imposible dar el menor paso hacia la solución de las tareas prácticas del Movimiento Internacional de Documentalistas en el presente.
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www.documentalistas.org.ar
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