En el curso de una acción de propaganda por el “No� a la Constitución europea en Barcelona, algunos jóvenes, activistas de movimientos sociales, iniciaron con nosotros, militantes de EUiA, una interesante discusión acerca de la actitud de las izquierdas ante el “Plan Ibarretxe�. Uno de estos compañeros comentaba la táctica seguida en el parlamento autonómico por los diputados y diputadas de Batasuna diciendo: “Lo han hecho muy bien, a la manera leninista�.

Dudo que esa admiración por el socialismo abertzale constituya un sentimiento unánimemente compartido en nuestras filas, donde la cuestión nacional suscita todavía muchas controversias. Pero, más allá de lo que piense cada cual sobre el grupo de Otegui, hay que reconocer un hecho indiscutible: nos han dado toda una lección sobre la utilización revolucionaria de la institución parlamentaria. Deberíamos tomar nota: tres votos favorables – estrictamente los necesarios, ni uno más – para que la propuesta del gobierno vasco siguiera adelante sin que nadie pudiese acusar –como ya empezaba a hacerlo el propio Ibarretxe– a la izquierda independentista de colusión con el “frente españolista� del PP y el PSE. Y tres votos en contra, los restantes del grupo, para evidenciar su desacuerdo con el plan y con los límites que se impone desde el punto de vista de la soberanía nacional vasca. Claro y comprensible para todo el mundo.

¡Ojalá, a través de nuestra representación parlamentaria en Madrid, hubiésemos mostrado tanta firmeza, audacia política y pedagogía en algunas señaladas ocasiones! Por ejemplo, a la hora de votar los Presupuestos Generales del Estado. Lo cierto es que IU no supo poner de manifiesto, más allá de los discursos, todo lo que nos opone a las políticas neoliberales contenidas en las cuentas de Solbes. La gente sencilla retiene los hechos, es decir: el voto favorable de la izquierda transformadora a los presupuestos del Gobierno, mucho más que la oratoria. Después, hay que justificar con incomodidad ese voto, magnificando unas magras concesiones que casi nadie percibirá en su día a día, o aún acreditando las promesas del poder sobre los futuros ejercicios. (Como, por ejemplo, el vago compromiso de revisar, en el curso de la legislatura, la asfixiante política del “déficit cero�; revisión que todo el mundo sabe en contradicción con los dogmas económicos vigentes en la Unión Europea por los que jura este gobierno). ¡Ni siquiera fuimos capaces de arrancarle garantías y medidas efectivas sobre la continuidad de Izar como empresa pública! Después de marear la perdiz durante algunos meses, lo que sigue adelante es el plan inicial de la SEPI y la Comisión Europea: un proyecto de entrega de instalaciones industriales al sector privado y de reducciones drásticas de plantilla... que convertirá comarcas enteras en zonas socialmente asoladas. Para vencer la resistencia obrera en las factorías afectadas a base de jubilaciones anticipadas para millares de trabajadores sí que saldrá dinero... de los presupuestos que hemos votado o de donde haga falta.

Por mucho que nos esforcemos por explicar lo contrario, todo eso nos hace aparecer como una fuerza subsidiaria del PSOE mucho más que como una oposición de izquierdas al social-liberalismo. Decididamente, para hacernos entender e incluso para obtener alguna mejora significativa para el pueblo, deberíamos aprender a tensar la cuerda como lo han hecho los abertzales. Quizás convendría recordar que, a pesar de la distancia ideológica que le separaba del pensamiento libertario, Lenin se sentía más atraído por el espíritu revolucionario de los anarquistas de la CNT – para tratar de acercarlos a la Internacional Comunista promovió justamente la Internacional Sindical Roja, a través de la que fue ganado Andreu Nin -, que por el marxismo escolástico de los socialistas españoles de aquella época. Sospecho que, hoy en día, al viejo dirigente bolchevique le gustaría más la conducta atrevida de los vascos que nuestra tibia actuación en las Cortes... y sus dudosos resultados.

Pero, bueno, la tramitación del “Plan Ibarretxe� nos brinda una nueva oportunidad de hacer parlamentarismo revolucionario, de utilizar las tribunas institucionales –en primer lugar, tal como enseñaban los clásicos del movimiento obrero– para elevar la conciencia política y facilitar la movilización y la organización de nuestra gente. Y ahora sí que se ha tornado urgente hablar con claridad entre la militancia de izquierdas, porque el panorama parece ensombrecerse por momentos...

A ver si nos aclaramos...

Sería absolutamente intolerable que Izquierda Unida votase en el Parlamento español contra una iniciativa de la cámara vasca... que irán a defender a Madrid, junto al las otras fuerzas promotoras del Plan, nuestros compañeros de Ezker Batua. ¡Menuda imagen daríamos ante la clase trabajadora de todo el Estado votando “patrióticamente� junto a Bono y Rajoy contra nuestra organización hermana en el País Vasco! Pero la abstención, posición a favor de la cual parecen inclinarse los compañeros de Iniciativa per Catalunya–Verds, también sería una manera poco gloriosa de escurrir el bulto... De ninguna manera podemos aparecer con una actitud neutral ante la ofensiva que desencadenarán los “barones� del PSOE y los “neofachas globales� del PP contra la propuesta de Estado libre asociado del gobierno vasco y contra el derecho de autodeterminación en general.

Lo que la izquierda consecuente debería poner de manifiesto en el Parlamento español es esto: corresponde al pueblo de Euskadi –y sólo a él– decidir soberanamente sobre su futuro y sobre las relaciones que quiere mantener con el resto de las naciones de España. Pero, ¿representa acaso el “Plan Ibarretxe� el programa de la izquierda transformadora? No, ni mucho menos. Los compañeros y compañeras de Ezker Batua tienen mucho que decir al respecto en el terreno social, en lo tocante al federalismo, en el ámbito de la solidaridad... Y nos piden que lo hagamos saber. ¡Seguro que sabrán defender con firmeza sus avanzadas propuestas en Gasteiz! A nosotros en cambio, lo que nos toca defender en Madrid es el derecho democrático de los vascos y las vascas a decidir. Y eso sólo es posible con el voto favorable a la tramitación de un proyecto avalado por la mayoría del Parlamento vasco. Hablar de “libre autodeterminación� en la confortable intimidad de nuestras asambleas, para luego vo tar en el Parlamento –o admitir que se vote sin una encarnizada pelea en IU– de otra manera, sería una vergonzosa hipocresía. Ya que hablamos de él, Lenin fustigaba también sin miramientos a aquellos reformistas que sólo predicaban el socialismo los días de fiesta. ¡A ver si nosotros también tendremos gente que sólo defiende la autodeterminación nacional de boquilla... y cuando hacerlo con conlleva ninguna consecuencia práctica!

En un sentido como en otro, el voto en Madrid sí que tendrá consecuencias. ¡Y muchas! Desde Esquerra Republicana de Catalunya hasta ICV –y habrá que ver si nosotros no acabamos por contagiarnos también de lo mismo– se está poniendo de moda repetir que “el caso del Estatuto catalán es distinto�. ¿De verdad? ¿En qué exactamente se trata de otra cosa? ¿Alguien se imagina seriamente que si el Estado español pisotea hoy los derechos de Euskadi... será para reconocer mañana las libertades nacionales de Catalunya? Si el Parlamento español cierra cualquier vía hacia la autodeterminación del País Vasco –el “Plan Ibarretxe�, sin llegar a representar el pleno ejercicio de ese derecho, constituye sin embargo una manera de acercarse a él-, ¿tendremos mejor suerte nosotros dentro de unos meses con nuestro Estatuto? Decididamente, los maestros del marxismo siguen siendo de una rabiosa actualidad: sólo desde el cretinismo parlamentario se podría pensar que el problema radica en la maner a de pedir las cosas. Los vascos, ya se sabe, van siempre a la brava; pero en cambio nosotros, los catalanes, gracias a nuestro proverbial seny, vamos a diseñar una reforma estatutaria que seducirá a todo el mundo. ¡Igual le colamos al gobierno central el reconocimiento del derecho de autodeterminación sin que se entere! Vamos a ver... ¿No será que en realidad ya nos estamos preparando a arriar velas porque desde Madrid empiezan a llover chuzos de punta? ¿No será que nos disponemos de antemano a congratularnos de “los avance en el autogobierno� y de “las mejoras en el sistema de financiación autonómica� que quieran otorgarnos... a falta de la auténtica libertad nacional?

La oligarquía española y las multinacionales saben muy bien que si los pueblos vasco, catalán y gallego tomasen en sus manos las riendas de su propio destino, estarían en mucho mejores condiciones y dispondrían de potentes instrumentos para hacer frente a las políticas neoliberales. La lucha en favor de las medidas y conquistas sociales que necesitamos asocia los intereses de la clase obrera con las aspiraciones democráticas de los pueblos. He aquí lo que deberíamos hacer comprensible: con tanta paciencia como fuese necesaria en las explicaciones; pero, al mismo tiempo, con la firmeza, las actitudes y votaciones inequívocas que las circunstancias requieren.

“El pueblo de Catalunya –dice la “Propuesta de nuevo Estatuto de ICV-EUiA� en su capítulo sobre derechos– manifiesta el carácter imprescriptible del derecho a la autodeterminación, como expresión permanente de la voluntad de las personas que viven en Catalunya�. Pues bien, si queremos conquistar ese derecho, tendremos que hacerlo junto a Euskadi, movilizando a la ciudadanía y haciendo mucha, muchísima pedagogía política entre la gente trabajadora de todo el Estado. Para eso tendríamos que utilizar ahora la tribuna de las Cortes. Y eso es justamente lo que tenemos que exigir que hagan nuestros parlamentarios y parlamentarias. Y, ahora que estamos constituyendo el Consejo Político Federal de Izquierda Unida, si hay que cambiar de Coordinador General porque el actual no se atreve a defender con la rotundidad necesaria las libertad de Euskadi, que no nos tiemble el pulso: tal vez sea la manera de demostrar a nuestro electorado y a la ciudadanía en su conjunto hasta qué punto lo que está en juego es importante para la izquierda que representamos.

* Lluís Rabell. Miembro de Esquerra Unida i Alternativa.
Traducido del artículo original catalán, destinado al Boletín Electrónico de EUiA