|
Notícies :: antifeixisme : amèrica llatina |
Pinochet, como Al Capone
|
|
per rsc |
13 gen 2005
|
Ximena Ortúzar |
A su muy bien ganada fama de asesino, Augusto Pinochet suma la de delincuente económico. El juez Sergio Muñoz, quien investiga su fortuna -depositada en parte en un banco estadunidense- lo acusa de malversación de fondos públicos, negociaciones incompatibles y evasión tributaria. Es una moneda en el aire si el ex dictador logrará eludir juicio y condena por estos delitos como lo ha hecho con los crímenes de lesa humanidad. Si así no fuera podría terminar como Al Capone, condenado por evadir impuestos, aunque fue autor intelectual y material de innumerables asesinatos.
La imputación de estos últimos delitos -los económicos- a Pinochet fue publicada el 10 de enero en la primera plana del diario chileno El Mercurio, adalid en la lucha de difamación contra el presidente Salvador Allende durante los mil días de su gobierno y, en la práctica, "diario oficial" de la dictadura por 16 años y medio. Tal es el peso de la evidencia que el bastión de la recalcitrante derecha chilena, base incondicional de apoyo a Pinochet durante y luego de su gobierno de facto, debe enfrentar la vergüenza de reconocer lo que ya se sabía, que ahora es público e innegable: Pinochet tiene las manos sucias no sólo de sangre sino también de dineros mal habidos.
Danza de millones
La noticia de que Pinochet había mantenido en el banco Riggs de Estados Unidos una suma que fluctuaba entre los 5 millones y los 8 millones de dólares tuvo en Chile ribetes de escándalo. En la opinión pública internacional, dicho sea de paso, la noticia causó reacciones diversas: para algunos, "era de suponerse", para otros la fortuna acumulada por Pinochet en más de 16 años de ejercer el poder absoluto es ridícula comparada con cifras astronómicas atribuidas al patrimonio de muchos gobernantes formalmente democráticos.
Pero en Chile, hasta ahora no había habido tradición de gobernantes corruptos. En el pasado, algunos presidentes o miembros de sus gabinetes fueron acusados de comprar votos, de nepotismo o de aprovechar sus cargos para conseguir algún tipo de beneficio personal, faltas que en comparación con lo que se imputa a Pinochet aparecen como juegos de niños.
Con Pinochet se inaugura en la historia chilena la práctica de la corrupción en gran escala. La investigación de su fortuna por el juez Muñoz establece que sólo en sus cuentas de Estados Unidos llegó a tener 16.1 millones de dólares. Respecto del origen de esos millones, el ex dictador alega mala memoria; su defensa argumenta "ahorros, donaciones recibidas de sus adherentes".
La investigación de los dineros de Pi-nochet comenzó en Chile después que el Washington Post revelara la existencia de cuentas secretas y millonarias del militar, manejadas por el Riggs Bank de Estados Unidos. Las pesquisas del Senado estadunidense demostraron la existencia de otras cuentas a nombre de su esposa Lucía Hiriart. Se reveló también que Pinochet utilizó el nombre de "Daniel López" para una de sus cuentas, con número de identidad nacional inexistente.
El 9 de diciembre pasado el juez Mu-ñoz emitió una resolución judicial en que describe en detalle cómo logró el ex general reunir 15 millones 993 mil 47 dólares con 75 centavos. El documento indica que el inculpado habría utilizado dineros del ejército para comprar "antigüedades, libros, joyas, mobiliario y objetos de uso personal". El 21 de septiembre de 2004 el Servicio de Impuestos Internos de Chile se querelló contra Pinochet por evasión tributaria entre 1998 y 2004. Sólo por este delito arriesga penas que van desde los cinco a los 10 años de cárcel, junto con una multa del 50 al 300 por ciento de la cantidad eludida.
Afirma el magistrado que tiene "sospechas fundadas" de que el ex senador vitalicio incurrió reiteradamente en "declaraciones maliciosamente incompletas" para evadir el pago de impuestos. Por lo anterior, determinó el embargo de los bienes del im-putado, quien concurrió personalmente al Bank Boston de Santiago el 24 de noviembre de 2004 a hacer efectivos documentos por más de 138 millones de pesos chilenos, equivalentes a unos 240 mil dólares, operación que no pudo realizar. El juez fundamentó la medida en el artículo 381 de Código de Procedimiento Penal "que autoriza el embargo al tribunal cuando sea de temer que el inculpado oculte bienes o se desprenda de ellos, desde que aparezcan sospechas fundadas de su participación en un hecho que presente caracteres de delito".
Muñoz investiga también la creación por Pinochet y su esposa de sociedades en el extranjero "con acciones al portador con el preciso objeto de administrar sus bienes y evitar se conocieran dichas inversiones en Chile o en el extranjero". En su resolución el juez anuncia "diligencias en curso para establecer otros sucesos que pueden revestir caracteres de delito".
Según allegados a la causa, se trata de la falsificación de documentos, y lavado de dinero por tráfico de armas, lo que podría complicar aún más la ya difícil situación judicial de Pinochet. Además, la utilización de documentación falsa para abrir algunas de sus cuentas en Estados Unidos podría configurar delito federal en ese país. En Chile, el siguiente paso del juez Muñoz sería la petición de desafuero de Pinochet a la Corte de Apelaciones de Santiago. Cabe recordar que ya ha sido anteriormente despojado de su fuero como "ex presidente de la república" por los casos caravana de la muerte y Operación Cóndor.
El general y sus pasaportes
En el allanamiento a una de las oficinas de Pinochet, el 6 de este mes, el juez Muñoz incautó cuatro pasaportes del ex militar, con identidades falsas. Esto causó conmoción en Chile, y con razón. Sin embargo la existencia de tales documentos no debió sorprender pues no fue una primicia en el país. En efecto, en mayo de 1994, durante una de las fallidas giras de Pinochet al extranjero, se supo que debió abandonar el hotel Amstel, de Amsterdam, Holanda, debido a las manifestaciones de repudio en su contra que comenzaron cuando un empleado del hotel reconoció al ex militar, hospedado allí con el nombre de "Tancredo Guzmán", identidad que acreditó en la ocasión con un pasaporte diplomático chileno.
La noticia "rebotó" en Chile, pero na-die puso atención en el "detalle" del pasaporte. Chile estaba ya en transición a la democracia, gobernado por el democristiano Patricio Aylwin.
Ese pasaporte falso que portaba Pinochet tuvo que ser elaborado por sus servicios de seguridad -premunidos sin duda de los elementos necesarios para hacerlo-, lo cual es un delito punible, o -lo que es aún peor- emitido por la cancillería chilena, entonces y aún hoy con alto remanente de pinochetistas entre sus funcionarios.
El tema debió ser aclarado y, en cualquiera de los dos casos, el delito de falsificación tuvo que ser castigado. No hubo tal.
Cuando Pinochet fue detenido en Londres en octubre de 1998, se supo también que portaba pasaporte diplomático y el entonces ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza -hoy ministro del Interior y candidato a la secretaría general de la OEA-, confirmó que el ex dictador viajaba en calidad de "embajador plenipotenciario de Chile en misión especial", que la Constitución del propio Pinochet ordena sea aprobada por el Senado, lo cual jamás ocurrió. El asunto nunca fue aclarado y no se conoce investigación alguna al respecto.
En este caso de los cuatro pasaportes, autoridades del gobierno de Ricardo Lagos declaran no haber tenido conocimiento de su existencia. Más aún, el vocero de la presidencia, Francisco Vidal, declaró el 7 de enero que no existía en ese momento investigación alguna acerca de esos pasaportes. Ninguna noticia posterior da cuenta de que tal investigación haya sido abierta.
Queda claro que para Pinochet obtener pasaportes que se ajusten a sus necesidades no ha sido problema, ni siquiera después de traspasar el poder a los civiles. |
Mira també:
http://www.jornada.unam.mx/2005/ene05/050112/032a1mun.php |
Copyright by the author. All rights reserved. |
Re: Pinochet, como Al Capone
|
per display |
14 gen 2005
|
Vergonya és robar, i no poder escapar. |