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Entrevista :: sense clasificar
Entrevista a Ernest Benach: «Si hay paz en Euskadi, nos ayudará a todos a crear otro escenario distinto»
27 des 2004
Ernest BENACH | Presidente del Parlament de Catalunya

El cargo institucional que ocupa atempera el discurso de Benach, que prefiere hablar mediante actos como la acogida en el Parlament al seminario sobre la cuestión penitenciaria en los procesos de paz. Pide, eso sí, que se aproveche el momento para «cerrar una etapa no sólo en el País Vasco, sino en el conjunto del Estado español».
El Parlament de Catalunya, por acuerdo unánime de su Mesa, acogió las recientes jornadas sobre la resolución del conflicto en Irlanda, que han terminado en duras acusaciones del PP por la presencia de Jone Goirizelaia. Ernest Benach, de ERC, presidente de la Cámara desde hace un año, explicó a GARA por qué han sido anfitriones y cómo ve la situación en Euskal Herria.


-­En el debate entre portavoces políticos con el que se cerró el seminario de Barcelona, la primera pregunta fue la de a quién corresponde dar el primer paso hacia un proceso de paz en Euskal Herria. ¿Qué opina?
Hay muchas pelotas que están en muchos tejados. Lo importante sería que se diesen pasos de verdad. Habría un primer gesto indispensable, que es una tregua indefinida de ETA, una tregua para siempre, y con eso habría más presión para otras partes. Ese sería el paso previo, y a partir de ahí yo creo que hay muchas posibilidades de plantear situaciones. El colectivo de presos es un tema que debe tratarse; es otra pelota en otro tejado, el del Gobierno, que debe jugar sus cartas. Lo que es cierto es que el momento es históricamente oportuno para intentar que, de una vez por todas, la paz llegue definitivamente a Euskadi.

-­Decía Josep-Lluís Carod-Rovira que «las cosas se están moviendo y quien debe saberlo ya lo sabe». Se supone que ERC tiene relación estrecha con el PSOE y sabe de qué habla. ¿Han hecho alguna gestión ante Zapatero?
Eso habría que preguntárselo a ERC. Yo, como militante de ERC, comparto no sólo las tesis del partido, sino también lo que ha hecho, pero mi gestión como presidente del Parlament tiene unos límites. Y reitero que el momento es históricamente oportuno y que se tendría que hacer un esfuerzo por parte de todo el mundo.

-­Pero, ¿cómo se puede mover al Gobierno español? ¿Puede servir, por ejemplo, argumentar que la paz es rentable?
La paz es necesaria, más que rentable. Como se ha dicho muchas veces, no hay ninguna idea que valga una gota de sangre. Todo se puede resolver, pero hay que apostar, aunque sea muy difícil. La paz sí daría todavía más perspectivas al País Vasco en cuanto a competitividad en el mundo, pero sobre todo cerraría una etapa no sólo en Euskadi sino en todo el Estado español.

-­Le planteaba la cuestión de la rentabilidad porque a Carod-Rovira lo dieron por «liquidado políticamente» tras hablar con ETA, y luego las urnas dijeron exactamente lo contrario. ¿ERC rompió un mito con ello?
No creo que fuera así. El tema de la tregua de ETA no sentó bien en Catalunya. La presión que ha habido en todos estos meses, sobre todo sobre Carod-Rovira, ha sido extremadamente dura. Lo cierto es que no me siento cómodo en este terreno. El primer paso lo debería dar ETA porque eso facilitaría mucho las cosas. Yo entiendo que todo el mundo tiene su estrategia, es cierto que el Estado también la tiene, pero empieza a ser hora de que se pongan las cartas encima de la mesa.

-­¿Qué opina de la propuesta de Batasuna? ¿Hasta dónde le parece un paso?
Todo lo que sean pasos es importante. Que lo haya hecho Batasuna está bien, pero sinceramente le falta algo. Más allá de que esa propuesta pueda parecer mejor o peor, con una tregua tiene valor, pero sin ella no lo tiene.

-­Usted recibió a Etxerat hace unos meses, ¿qué conclusión extrajo de esa reunión?
Que hay muchas situaciones de dramas que se tienen que resolver. Las partes afectadas son muchas. Hay presos como hay víctimas. Sobre estos dos colectivos puede pivotar una parte del éxito de la operación, hasta el punto de que quizás deban jugar algún papel. Por lo tanto, si se hacen los gestos previos y se toman las decisiones oportunas hay que tenerlos muy en cuenta. Si quieres la paz y la reconciliación, es necesario crear el clima suficiente para poder abordar estas cuestiones entre todas las partes. Yese clima sólo se consigue si se deja atrás el conflicto.

-­¿Por qué ha decidido implicarse el Parlament en esta iniciativa? ¿En qué cree que puede ayudar?
Las jornadas las organizó la Escuela de Cultura por la Paz de la Universidad Autónoma. El año pasado ya hizo otras similares sobre el conflicto en Colombia. Lo único que hace el Parlament es ser sensible a todas las actividades ciudadanas, pero sobre todo a aquéllas que trabajan por la paz, y por eso acoge múltiples iniciativas. Lo mismo hemos hecho con éstas una vez vista la pluralidad de la representación y también el rigor científico y técnico de las propuestas que se estaban haciendo. Visto eso, es lógico que se abrieran las puertas del Parlament. Esa es, al menos, nuestra visión sobre lo que debe ser.

-¿En qué puede ayudar Catalu-nya a buscar una solución en Euskal Herria?
Yo creo que en este mundo actual situaciones políticas muy distintas kilométricamente pueden ayudarse y situaciones muy cercanas pueden entorpecerse. Las distancias ya no son lo mismo que antes. Es evidente que para el caso de Euskadi puede haber diversos puntos de referencia. Es indudable que el irlandés es uno. El catalán también puede serlo en algunos aspectos. En estos momentos los dos principales conflictos que tiene el Estado español son Catalunya y Euskadi. Galicia también. Pero estamos en el siglo XXIy hace falta que seamos capaces de encontrar soluciones, aunque sean distintas. En positivo, si se dan situaciones de paz en Euskadi, todo esto nos puede ayudar a todos a encontrar otro escenario distinto.

-­En el Parlament se está elaborando un nuevo Estatut. ¿Cómo explicaría a los vascos qué están haciendo y para qué?
Es totalmente distinto al proceso que se ha hecho en el País Vasco, aunque todos son legítimos. Aquí se parte de una base mucho más parlamentaria. Hay una ponencia que está trabajando en la redacción del Estatut, que escucha a la sociedad civil, que está en contacto con instituciones de gran prestigio jurídico (como el Centre de Estudis Autonómics) que nos ayudan a definir el encaje que puede tener el Estatut en el actual marco jurídico. Hay, por tanto, un trabajo a varios niveles:con la sociedad, técnico... Todo esto evidentemente siempre está contaminado por la confrontación política normal, que interfiere también en este debate. Yo creo que los catalanes son conscientes de que hace falta un nuevo Estatut, y sobre todo de que hace falta un nuevo sistema de financiación. A partir de ahí, veremos cómo se concreta todo. Yo espero que 2005 sea el año del Estatut. Me gustaría remarcar que en esto estamos trabajando cinco grupos parlamentarios, conjuntamente, y que es evidente que hay discrepancias, pero que también hay muchos acuerdos, aunque muchas veces no aparezcan en la prensa. Hay que tener en cuenta que hacen falta 90 votos sobre 135 para que sea aprobado.

-­El procedimiento utilizado parace más válido para alcanzar acuerdos que el que ha utilizado el Gobierno de Lakua...
Son distintos, y en cualquier caso son ambos legítimos. Aquí, en Catalunya, la tradición es quizás de una mayor relación entre los partidos.

-­¿Hasta cuándo valdría el nuevo Estatut? ¿Es para una generación, como plantea Ibarretxe?
Sería para el primer cuarto de siglo. Aspiramos a dejar definidas las cosas básicas y fundamentales para los próximos 20 años. Otra cosa es que luego los proyectos políticos de los partidos quieren avanzar más en este tiempo. Yo estaría de acuerdo. Lo que es evidente es que Catalunya tiene que tener un nuevo Estatut en este siglo XXI, porque si no estará en inferioridad de condiciones en muchos terrenos.

-­¿Será un Estatut con derecho de autodeterminación?
Será un Estatut como quieran los catalanes. Veremos a qué acuerdos son capaces de llegar los partidos.

-­Dicho en otras palabras, si no se incluyera la autodeterminación en el nuevo Estatut, ¿se mantendría el conflicto político en Catalunya?
No, porque el derecho de autodeterminación se tiene que ejercer. No sé si es fundamental que esté incluido en el Estatut para ejercerlo. Es el debate del huevo y la gallina. ¿El derecho de autodeterminación te lo tienen que dar, o lo tienes tú? Lo que sí creo, y en esto me mojo como presidente del Parlament, que hay que dejar claro que Catalunya es una nación.

Diari Gara, 27 de desembre de 2004
www.euskalherria.com

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