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Anàlisi :: criminalització i repressió : pobles i cultures vs poder i estats : guerra
Chechenia: 10 años «no vencida»
21 des 2004
El día 11 de diciembre de 1994 Boris Yeltsin daba luz verde a la invasión militar de Chechenia. Según Pavel Grachov, ministro de Defensa, iba a ser un paseo militar, «una brigada paracaidista tomará Grozni en dos horas y derrocará el régimen ilegal de Dudayev».
Dos años después 100.000 efectivos rusos hubieron de retirarse y firmar el Acuerdo de Jasaviurt, en el que se reconocía el derecho de autodeterminación de la república norcaucásica tras ser expulsados físicamente de Grozni el 6 de agosto de 1996, en una ofensiva de la resistencia. Los «federales», los que «iban a tomar Grozni en dos horas», salían derrotados de Chechenia con 12.000 bajas y dejando 80.000 muertos tras sí. La lapidaria frase de Grachov fue la nítida definición de la arrogancia federal, y la realidad, a su vez, la prueba evidente de la incapacidad rusa.

No fue suficiente escarmiento. En 1999, incumpliendo el tratado firmado en 1996, el Kremlin comienza otra invasión, «la invasión definitiva para terminar con el terrorismo». Cinco años después los militares federales sufren emboscadas y bajas en una guerra abierta con las guerrillas independentistas e islamistas, y «han logrado», con «su operación antiterrorista», que sectores de la resistencia lleven la guerra al seno de la Federación en forma de terrorismo.

Chechenia con un territorio poco mayor que Nafarroa tenía en noviembre de 1991, año de la declaración de la independencia, 1.200.000 habitantes. En 1994, 1.000.000. Hoy, una década después, no llegan a 600.000. Todas las infraestructuras están deshechas, las urbes arrasadas, los campos minadosŠ Chechenia es hoy el solar sobre el que deambulan unos pocos miles de muertos en vida, más de 40.000 efectivos federales, y unos centenares de colaboracionistas «mafiosos», haciendo el negocio y el trabajo sucio a los ocupantes. Chechenia, es el «polígono de tiro» que reivindicaba el ultranacionalista paneslavo Zhirinovski en 1996 «para entrenar a las tropas» y, de paso, «limpiar el país de turcos». Pero aún así, el proceso de «normalización» que el Kremlin se empeña en publicitar es una quimera, y la resistencia sigue numantinamente, sola, abandonada por el mundo, resistiendo a una guerra desigual de carácter genocida a la que los chechenos han sido condenados. La política de exterminio aritmético que el Kremlin diseñó en 1999 (verdadera referencia para la posterior chapuza norteamericana en Irak, un país hoy más «chechenizado» que nunca, salvando las diferencias) es un fracaso. Los líderes resistentes, tanto islamistas como independentistas, el gobierno legítimo de Masjadov surgido de las elecciones de 1997 (¡aclamadas por la OSCE como las más democráticas y transparentes del Este!) siguen libres, coordinando la resistencia y haciendo continuos llamamientos al diálogo. En resumen, diez años después de la primera guerra, un lustro después de iniciada la segunda, con 200.000 muertos sobre la mesa, miles de desaparecidos y un país deshecho, Rusia ha perdido todo rédito que pudiera justificar tamaño despropósito, en el hipotético caso de que alguna vez hubiera sido justificable.


Claves de una derrota
Todas las claves explicativas de ésta guerra son evidencias de la derrota federal. En 1994 Rusia invadió «su república» de Chechenia para evitar que «la independencia de facto» vigente «animase a otras repúblicas autónomas de la Federación». Esa era la «razón oficial»: «reestablecer el orden constitucional». La razón real residía en someter un territorio clave para controlar la extracción de petróleo del Mar Caspio. Georgia y Azerbaijan habían sido puestos en vereda tras sendos golpes prorrusos previos. Intentarlo en Chechenia, tras los «éxitos» anteriores siendo, como eran, estados independientes debía ser «un paseo militar». Se intentó siguiendo el guión, mediante «opositores» a Dudayev en agosto, en noviembre y por fin, tras dichos fracasos, se optó por la vía rápida, la mencionada invasión. Estrepitoso fracaso.
Tras la humillante derrota tanto política como militar de 1996, Chechenia inició un complejo proceso de tránsito hacia la independencia. Según el Acuerdo de paz, el año 2001 la ciudadanía de Chechenia debía ratificar en referéndum su desanexión o no de la Federación. Nunca fue posible. Tras los ejemplares comicios de febrero de 1997, Chechenia sufrió los embates tanto exógenos como endógenos de los elementos que trataban de sabotear el proceso o enriquecerse gracias a él. Secuestros, atentados, acciones de terrorismo de estado ruso, enfrentamientos internosŠ

Rusia no proporcionó las ayudas que había acordado para la reconstrucción; activo a sus servicios secretos que ahondaron las diferencias clánicas interchechenas, alimentando el enfrentamiento interno y las mafias paraestatales. Chechenia «era el refugio del terrorismo» había que terminar con ello. La «extraña y sospechosa invasión» wahhabitta del oeste de Daghestán en agosto de 1999, los atentados indiscriminados de Moscú, Riazan y Volgodonsk en setiembre (siempre achacados oficialmente a «terroristas chechenos» a pesar de las evidencias que vinculan a los SFB ­servicios secretos rusos­), fueron las disculpas de un Putin emergente y triunfante, tras la liza por la sucesión de Yeltsin, para volver a invadir a la débil y arrasada república del norte del Cáucaso.


Revancha militar
Disculpas, siniestras y oscuras disculpas, la «lucha antiterrorista» ocultaba otras razones. Las más común, las que todo el mundo adscribe estaba superada: el petróleo del Caspio. Tras la aprobación en 1998 en Estambul del trazado de un oleoducto hacia Occidente, vía Georgia y Turquía, el oleoducto y las refinerías chechenas perdían su valía geoestratégica de primer orden. ¿Entonces?


Los conflictos se transforman. Rusia se embarca otra vez en Chechenia en el 99 por varias razones: los claros intereses electorales de Putin; la revancha militar de un ejercito humillado que clama por el exterminio de «los turcos» (sic); y sobre todo porque si Rusia hubiese permitido que Chechenia se autodeterminarse en 2001, en virtud del Tratado firmado por Yeltsin en 1996, automáticamente cedía a la gestación de un precedente jurídico excepcional que permitiría a otras repúblicas de la Federación «en la recamara de la independencia» acogerse a él. Lease Tatarstán, Iakutia, Tuva etc. El Kremlin no podía permitir en aras de la democracia, ¿qué es eso? el riesgo de que un precedente jurídico de éste tipo reactivase un proceso de secesiones que cuestionaría la existencia de la vasta Federación.
Hoy, a finales de 2004, la guerra de Chechenia se explica por nuevas claves generadas por la evolución del conflicto. Su referencia como «guerra preventiva antiterrorista» la hizo una adelantada a su tiempo, y tras el 11-S ha sido la carta de presentación del «demócrata» Putin ante EE.UU y Occidente. Demagógica disculpa que vestía la guerra contra el independentismo como guerra contra el «fundamentalismo islámico», el «terrorismo internacional», «Al Qaeda», «los Taliban» y lo que haga falta.

Además, la propia guerra se retroalimenta, decenas de nuevos agentes y sujetos han pasado a valerse de la guerra para erigir grandes tramas de capitalismo mafioso: la guerra como negocio, «como mercado» y como «modus vivendi».

Mientras, ya sea por petróleo o por Unidad nacional; por intereses mafiosos o por revancha militar; por «geopolíticas antiterroristas» o por intereses electorales, por todas las razones o disculpas del mundo que se generen o aduzcan, el pueblo de Chechenia sufre la guerra genocida. La sufre ante un mundo impasible y aún así resiste, de modo encomiable heroico, y lucha por ser ella misma, y por sobrevivir a pesar de que diez años de destrucción y masacres no parece que han sido suficientes para que ese mundo, tan sensible por otras causas, haga algo por detener la matanza. Como dijo en 1996 tras el acuerdo de paz el recientemente asesinado expresidente de Ichkeria, Chechenia en najkho o checheno, Yandarviev: «¡No hemos vencido, somos no vencidos!», pero única y exclusivamente gracias a ellos, porque si por el resto fuera. -


(*) Gabirel Ezkurdia: Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN).


Diari Gara, 21 de desembre 2004
www.euskalherria.com

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Comentaris

Re: Chechenia: 10 años «no vencida»
21 des 2004
Olvidáis el papel de EE.UU en este asunto, amiguitos abertzales. No idealicéis tanto la lucha de un pueblo contra un Estado opresor, porque quizás erréis, en este caso.

El pueblo checheno en sí está hasta más que harto de guerrillas wahabitas radicales, financiadas por Arabia Saudí, y mercenarios pagados por el Kremlin, entre los que hay hasta chechenos.

El pueblo checheno sensato firmaría ya mismo un retorno a la unidad de los pueblos, por muy entelequia que fuera, de la URSS.
Re: Chechenia: 10 años «no vencida»
22 des 2004
y tu que coño sabes españolete
Re: Chechenia: 10 años «no vencida»
23 des 2004
La gente no sabe nada de la verdad sobre chechenia. chechenia lleva 10 años luchando y murriendo para que no la derroten, lo que no entiendo es que ¡ como puede ser tan cínico el presidente Ruso Putin !al asegurar que la guerra de Chechenia ha finalizado hace ya "3 años".
Tiene miedo de la U.E de que ella entre y se descubra la verdad, esa verdad donde se puede ver que Chechenia No HA COMETIDO NINGUNO DE ESOS ATAQUES que dicen haber hecho, creo que Rusia esconde mucho y que esos secretos que esconden, temen que salgan a la luz.
Me parece una verguenza que cuando se habla de Chechenia todos miren para otro lado, la mayoria se vuelve para el otro lado por miedo por miedo de Rusia ya que ella al que le molesta lo fulmina, Rusia es una mafia, una mafia que mata y destrute quien lo molesta,pero fijensen a Chechenia no la HAN matado, vale a matado a mucha gente pero a los corazones de ellos no los a matado,un chico que vive en España ha ganado 5 campeonato de karate y otros 5 de Europa todo eso para que vean el espiritu que tienen,otRo chico tambien checheno ha ganado en las olimpiadas de atenas en artes marciales y otro corriendo. La gente chechena este donde este gana solo paar demostrar que no pierden facilmente.
Por eso me parese muy mal que Putin halla dicho que la guerra termino por que la verdad es que no fue asi, la guerra sigue y tambien sigen matando a al gente sin ninguna culpa, ellos van disparando y robando cuando saben que eres checheno. Esper que muchas personas sepanh que es lo que hay!!!
Sindicat Terrassa