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Anàlisi :: corrupció i poder |
¿Agua para todos o agua para campos de golf y urbanizaciones de lujo?
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per green |
19 des 2004
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PESE A LA SUPUESTA FALTA DE AGUA, MURCIA Y VALENCIA SON LAS ZONAS QUE M�S CRECEN DE ESPAÑA.
Murcia recibe de los fondos europeos ( 2000-2006 ) 1.600 millones de euros.
Valencia recibe 4.380 millones de euros.
Aragón recibe 306 millones de euros.
Es decir, el Levante recibe 20 veces más que Aragón de la Unión Europea
Bruselas considera que las dos autonomÃas son más pobres que Teruel. |
Cercle Obert de Benicalap
Tengo la mala costumbre de pensar y recorrer los campos, montes, bosques y costas de los territorios que conforman España. He viajado mucho por Aragón, por el interior de la Comunidad Valenciana y por mi amada Castilla La Mancha, constatando las mentiras y falacias del Partido Popular sobre un tema vital y que, a mi humilde entender, no merece ser usado como treta o truco para resucitar las bajas pasiones y visceralidades de las "masas".
El agua es un tema demasiado serio a los que ciertos polÃticos irresponsables suelen recurrir con calculada frecuencia, para soliviantar a esos ciudadanos que no se toman nunca la molestia de contrastar, de verificar la validez y rigor de las consignas y frases tópicas. No por repetir una frase hasta el cansancio se convierte en una verdad cientÃfica irrefutable. El Partido Popular no es el Papa de Roma y todos sabemos bien que Camps, Zaplana, Rajoy, Rita Barberá y Aznar no son infalibles.
Primero debo indicar que la gestión del agua potable, esa que bebemos en la ciudad de Valencia, es controlada por una empresa extranjera, cuyo coste y mantenimiento es muy elevado, siendo sus prestaciones sumamente deficientes. Resumiendo: desde que se ha privatizado la gestión del agua en la ciudad de Valencia, los costes han aumentado de forma imparable, disminuyendo la calidad en todos los sentidos. Pero parece que ese tema no parece interesar ni inquietar a los que tanto hablan de que el agua debe ser para todos. Y no importa a nadie, usuarios y polÃticos, que los precios del recibo del agua se incrementen injustificadamente en los últimos años, empeorando la calidad del servicio que presta esa empresa extranjera. Tampoco nuestra alcaldesa ofrece alguna explicación convicente al respecto... Ya sabemos que lo único que le interesa es navegar en su barquito de papel.
Otra cuestión esencial es que la Comunidad Valenciana es la región que mayores subvenciones, fondos y ayudas europeas recibe para desarrollar proyectos de todo tipo, no revirtiendo esos dineros públicos europeos en la creación de polÃticas económicas que favorezcan un desarrollo sostenible, armónico y duradero.
Todos conocemos muy bien las numerosas (ya casi diarias) condenas y sanciones que recibe la Comunidad Valenciana por su total desprecio hacia el cuidado y protección del medio ambiente.
Pero eso del medio ambiente no suele ser motivo de alarma y preocupación de aquellos que defienden irracionalmente el "Agua para Todos". No es un tema importante exigir que nuestros rÃos, lagos, manantiales, playas... permanezcan limpios y cuidados.
¿Por qué tanto cinismo y tanta obsesión por hablar del agua ajena, cuando no existe un verdadero interés por dar un uso racional a un bien que no nos pertenece?
¿Por qué se insulta a otras comunidades y regiones cuando, única y exclusivamente defienden su legÃtimo derecho a recibir compensaciones y ayudas que les permitan seguir existiendo con un mÃnimo de dignidad?
Es una realidad incuestionable la creciente despoblación y desertización que padecen el interior de España. Incluso las zonas del interior de la Comunidad Valenciana sufren la huida de los jóvenes hacia el litoral, con las consecuencias negativas que todos podemos ver. No es bueno saturar las ciudades costeras y dejar desierto el interior. La contaminación y los problemas sociales, asistenciales, educativos, urbanÃsticos, asistenciales, laborales... se disparan y se incrementan de forma imprevisible, al aumentar los desequilibrios territoriales y demográficos.
Pero esas cuestiones (que son realmente vitales y pueden ser subsanadas con una acertada planificación y mucho diálogo) no parecen interesarle a nadie.
Aquà de lo que se trata es de soltar consignas tópicas y tÃpicas que enardezcan y soliviantan a unas masas, a unos colectivos humanos no acostumbradas a contrastar las supuestas "informaciones" interesadas que muchos polÃticos y empresarios desaprensivos, sueltan en tiempos de crisis.
Otro tema bochornoso es la utilización de la lengua, del idioma para resucitar invasiones y conflictos falsos.
Pero lo que es un insulto a la verdad, al presente y futuro de nuestros hijos y nietos, es la utilización perversa del agua, de los montes, rÃos, lagos... Pero ahora viene una nueva estrella: los campos de golf.
A los acosos y abusos urbanÃsticos, provocados por la odiada e injusta LRAU, se une ahora el desproporcionado y repentino interés institucional en afirmar que el futuro de la economÃa y del pueblo valenciano debe girar integramente en torno a ese deporte elitista, conocido popularmente como golf.
Después de sufrir a diario las locuras marineras de Rita Barberá, ya únicamente nos faltaba saber que toda nuestra vida tiene que girar, ahora y siempre, en torno a unas pelotitas blancas y a unos campos de mimado césped inglés, praderas verdes que precisan enormes cantidades de agua, pesticidas, cuidados... Y para que esos campos deportivos de golf puedan existir gozosos y pletóricos, debemos arrebatar el agua a unas comunidades que padecen una muy preocupante despoblación y pobreza extrema...
Y encima, nuestros representantes institucionales tienen el cinismo de calificar a nuestros vecinos de insolidarios... Pero si nosotros, los valencianos, somos la Comunidad que mayores fondos europeos recibe y que peor "uso" hace de esos dineros públicos.
¿Saben ustedes la enorme cantidad de dinero público que ha recibido la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Tierra MÃtica...?
Pregunten, piensen, duden, reflexionen antes de salir a gritar consignas y de aceptar que la verdad es única e inamovible.
Y recuerden bien que: "Agua que no has de beber, déjala correr."
Antonio MarÃn Segovia
Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
Benicalap - Valencia, a 11 de diciembre de 2004
Cercle Obert ha presentado una denuncia ante el Parlamento Europeo, la FiscalÃa General del Estado y el Congreso de los Diputados contra la Generalitat Valenciana por utilizar el agua y el Plan Hidrológico Nacional como un arma que incrementa los desequilibrios y las injusticias territoriales y humanas, estimulando un desarrollo agresivo contra el legado ambiental y ecológico.
LAINSENSATA GUERRA DEL AGUA
Los partidarios del PHN rehúyen el debate cientÃfico que aclararÃa que el modelo de desarrollo de Alicante, Murcia y AlmerÃa es insostenible, y que más regadÃos significa pan para hoy y mucha hambre para mañana.
Algunos expertos pronostican que el siglo XXI será el de las guerras del agua y en el Levante español está a punto de avivarse una. Animados por la paella que se coció el dÃa 2 de marzo en el paseo de la Alameda de Valencia, los partidarios del PHN vuelven a reclamar solidaridad y que no se pierda el agua en el mar.
En la desembocadura del Ebro los más viejos se rÃen de aquéllos que piensan que el rÃo va crecido; en los últimos 50 años no ha habido una verdadera crecida en el bajo Ebro, los 2.500 metros cúbicos por segundo que se han llegado a soltar por los embalses no son nada comparado con las verdaderas crecidas del rÃo cuando no existÃan aquéllos. El agua que “se pierdeâ€?estos dÃas en el mar no será capaz de garantizar la sostenibilidad del Delta por culpa de la guerra que se prepara.
Como en todas las guerras, unos pocos tienen la habilidad de manipular la voluntad de unos muchos, que parece que no se quieran enterar de la verdad. La verdad es que el agua no se pierde en el mar, ya que los caudales que los rÃos vierten en él so el origen de la fecundidad marÃtima y el pan de los pescadores.
Si no fuera por los embalses, los sedimentos que bajan estos dÃas por el rÃo serÃan, además,el seguro de vida para que el Delta no se siguiese hundiendo demasiado de prisa (hasta 5 milÃmetros por año ). Asumiendo una carga moderada de 100 miligramos de fango por litro de agua en la entrada del Ebro en Mequinenza estos dÃas de avenida, el Ebro puede haber aportado en 15 dÃas unas 25.000 toneladas de fango al embalse, apenas un 5% de lo que se necesita para compensar el hundimiento del Delta. Pero este fango se quedará en el embalse, asà que se ha perdido una oportunidad de compensar el hundimiento del Delta.
Otra caracterÃstica de las guerras es la dificultad de un diálogo claro para evitarlas. Esto está pasando en la guerra del PHN. Pocos defensores tiene el plan entre la comunidad cientÃfica española, que lo ha criticado desde todos los puntos de vista ( ambiental, económico y social ). Estas voces han sido desoÃdas reiteradamente y nunca se ha producido un debate entre los redactores del plan y los contrarios a él.
Como en las guerras todo vale, ahora ha surgido, desde una universidad situada en la zona autocalificada de deficitaria, un informe de cientÃficos americanos que pretendidamente defiende la viabilidad del PHN. CientÃficos que llegaron, vieron y se fueron sin ningún debate con la comunidad cientÃfica española, de la cual tomaron la mayorÃa de la información.
El informe, además, no es tan favorable al PHN; cuando se lee detenidamente se ve de forma clara que exige una revisión total del plan y su mensaje es el de un trueque : agua para el Levante a cambio de grandes inversiones para la mejora ecológica del Delta. Sin embargo, este informe ha sido ya criticado duramente por muchos cientÃficos españoles, que desearÃan un diálogo con los autores del mismo para debatir francamente sobre su contenido.
El bando de la paella no quiere este debate, ¿Por qué?. La razón es la misma de siempre. El diálogo con argumentos demostrarÃa que a Valencia y a Castellón no les falta agua y que con sus propios recursos pueden apañarse si eligen el camino del desarrollo sostenible. Y aclararÃa que el modelo de desarrollo actual de Alicante, Murcia y AlmerÃa es insostenible, Y que más regadÃo significa pan para hoy y mucha hambre para mañana.
Los intereses de los pocos que quieren el PHN a toda costa ( los que tienen mucho que ganar con la construcción de infraestructuras, urbanizaciones y campos de golf ) no dejan aflorar la evidencia de la posibilidad de un futuro sostenible del Levante español sin PHN, pero con medidas de ahorro. Y reutilización y la búsqueda de medidas alternativas, como la desalación.
Parece que algunos pocos prefieren que estalle una guerra del agua en la zona mediterránea española que solucionar este problema con medidas sostenibles a largo plazo, esperando recoger de las cenizas las ganancias y los votos.
El resultado puede ser la destrucción de la costa por exceso de paella y autocares y la desertización del interior por falta de ella.
Unos pocos habrán ganado mucho mientras la mayorÃa habremos perdido la batalla del desarrollo sostenible si el PHN (no solo el trasvase) se lleva a la realidad.
27 de julio de 2003.
INSULTOSBARATOS.
“Una de las fértiles herencias de la oposición al trasvase será que la España sedienta sabrá mucho más sobre agua que antes�
Insultar a Aragón sale barato. La última ofensa que he leÃdo este mes es de gran bajeza : “Los aragoneses prefieren que el agua se pudra o se vaya al mar antes que compartirla (…). Si yo fuera presidente del Gobierno (…) mandarÃa construir una presa en la Rioja y, posteriormente, desviarÃa el Ebro bordeando Aragón, para que no les entrara ni una sola gota de aguaâ€?. Y concluye : “Nunca he entendido por qué se permite a los aragoneses apropiarse de un bien común que es de todos los españolesâ€?. Me temo que, aparte de ignorar que el Ebro ya soporta siete trasvases, de olvidar que los aragoneses también somos españoles y de adjudicar frÃvolamente a los riojanos un perjuicio tan gratuito, el firmante ( José Clemente, que escribe en la Razón y, encima, afirma que esto es un asunto de izquierdas y de derechas ) es una acabada prueba de la mucha templanza que nos queda por usar.
Duele, aunque ya no sorprenda, leer y oir, en periódicos y emisoras con audiencia nacional, ciertas opiniones sobre la actitud de la mayorÃa aragonesa acerca del trasvase del Ebro. No son novedad los comentarios chuscos, las acusaciones de insolidaridad, los reproches de egoÃsmo , las censuras por cerrazón mental y las puyas incesantes por la cazurrerÃa de los aragoneses, tercos baturros que ni aprovechan el agua del Ebro, ni consienten a los demás utilizarla.
Dentro de unos lustros se entenderá una de las partes -la más importante- de este asunto. Ya se ha entendido que los aragoneses padecen una histórica sed, que ha despoblado su territorio durante generaciones, cuando España era un paÃs agrario. Pero no se comprende aún (falta mucha instrucción, que solo el tiempo traerá) que el PHN parte de un principio esencialmente errado y peligroso : llevar agua, regular y masivamente, desde una cuenca hidráulicaa cientos de kilómetros de distancia, por infraestructuras caras y complejas es un remedio anticuado y, a la larga, antieconómico, en el sentido amplio del término.
En un problema de esta naturaleza, tan complejo y que influye de forma impredecible en un sinfÃn de planos –el clima, la polÃtica, la economÃa, la historia, los sentimientos -, los trasvasistas presentan a sus opositores de modo simplista y caricaturesco ( caricatura quiere decir “cargaduraâ€? : cargarlo todo sobre un rasgo llamativo ). De igual forma se presenta el PHN : se coge agua de donde sobra, se lleva a donde falta y se compensa por la toma. Por si fuera poco, el agua se toma fuera del territorio de los egoÃstas quejosos. ¿Qué más quieren?
Frente a un silogismo asÃ, escuchado mil veces por millones de personas, es casi imposible argumentar, a menos que se tenga tiempo bastante, audiencia suficiente y, sobre todo, disposición de atender en la otra parte. Hay que contar con ello, seguir trabajando sin desmayo y, a la vez, obrar de modo que algo muy importante –la solidaridad entre españoles – no sufra daños : en la discusión, polÃticamente enconada, yerran los que generalizan y, más o menos aposta , quieren oponer a valencianos, murcianos o almerienses con los catalanes del Delta y los aragoneses. Debemos tener conciencia de que, por encima de la inevitable discrepancia, los que hoy parecen enfrentados debieran verse impulsados a una mayor comprensión mutua por que comparten el agobio de una misma angustia, de un mismo padecimiento que, en el fondo, los hermana : la falta de agua que hipoteca el presente y el futuro.
La táctica del llanto en España es consustancial al nacionalismo y al regionalismo. Y, en la debida dosis, es útil. El Estado centralista contemporáneo ha dejado largo tiempo de su mano a Aragón en muchos aspectos. Lo acredita un somero repaso de los renglones principales de las obligaciones de la Administración central, cuando lo que no se concedÃa en la Gaceta de Madrid era inalcanzable. Pero , para hacer camino, hay que dar pasos hacia delante. Los aragoneses los están dando, incluso con adelanto sobre sus dos gobiernos, y eso que éstos se mueven más que hace unos lustros. Y una de las fértiles herencias de su oposición al trasvase será que la españa sedienta – Aragón incluido – sabrá mucho más sobre agua que antes. Y eso, tarde o temprano, ayudará a España entera a enfocar mejor que ahora un problema tan real, que no se arreglará con planes arbitristas, lleven la firma de Matas o la de Borrell.
Domingo, 7 de agosto de 1994
ARAGÓN SUFRE LA SEQU�A M�S DURA DE LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS
Vecinos de pueblos de Teruel no pueden ducharse ni lavar la ropa por falta de agua. La ausencia de lluvia provoca grandes pérdidas en la vid, la aceituna y la fruta.
Las extremas temperaturas que se registran este verano y la escasez de precipitaciones que se han producido desde el pasado mes de enero están demostrando que Aragón sufre la sequÃa más fuerte de los últimos 30 años. Los termómetros han superado las marcas establecidas en el mes de julio y la media de 27 grados se sitúa tres grados por encima de lo normal por estas fechas. La provincia de Teruel ha batido todos los récords.
Después de dos años secos, las precipitaciones registradas por el Centro Meteorológico del Ebro son las más bajas desde 1964
Los 178 litros de agua de lluvia por metro cuadrado de este medio año quedan muy lejos de los 251 litros que cayeron en 1978, que eran, hasta 1994, el peor registro. Los turolenses más viejos dicen que el verano de 1949 fue más malo, pero llovió más en invierno. En Bueña, uno de los pueblos del Campo de Visiedo abastecido por los bomberos, tienen 150 litros por casa y dÃa. No se pueden duchar, han reutilizado un lavadero 18 años después de cerrarlo y no tiran de la cisterna del váter para ahorrar.
En 1981, Huesca recogió 408 litros por metro cuadrado desde enero a agosto. Hasta hoy era el año más malo porque en los primeros siete meses de 1994 el observatorio de Monflorite sólo ha recogido 369 litros.
La provincia de Zaragoza, que en la margen derecha del Ebro está padeciendo las consecuencias de un verano tórrido, lo pasó peor en 1978 ( 186 litros ), pero los 209 litros caÃdos este año suponen el cuarto año más bajo de los últimos treinta.. Los cuarenta kilómetros de cauce del rÃo Jiloca están secos desde mayo. Los regantes de la vega han perdido la cosecha y están que trinan de ver que durante 7 meses al año el agua discurre por el cauce sin que haya un pantano para retenerla. Ante esta situación tienen prevista la celebración de una manifestación para exigir el embalse de Lechago.
En otras zonas de Aragón, la situación no es mucho mejor. En las localidades monegrinas de Farlete, Monegrillo, Leciñena y Perdiguera, que hace tres años que se suministran con cubas, no llueve desde el pasado mes de octubre.
La escasez de agua está provocando graves daños en el campo. Los agricultores del Bajo Aragón han evaluado en más de dos mil millones las pérdidas por la sequÃa en la aceituna. A su vez, en el Bajo Jilica se ha perdido casi por completo la cosecha del melocotón y de la manzana. Mientras tanto, en las zonas vitivinÃcolas aragonesas del campo de Cariñena, Borja y Somontano de Barbastro hay serio temor por la cosecha de la uva.
TERRIBLE SEQUÃ?A
Aragón sufre la sequÃa más dura de los últimos años y el verano más torrido. Algunas provincias, como Teruel, arrastran un volumen de precipitaciones equiparable al que se dá en regiones saharianas. Y no se trata de exagerar la nota. Los meteorólogos, que analizan con extrema prudencia los grandes ciclos climáticos, admiten que, decenio a decenio, la tendencia es inequÃvoca : cada vez llueve menos y cada vez hace más calor.
Este es escenario en el que el ministro de Obras Públicas da los últimos toques al Plan Hidrológico nacional ; este es el telón de fondo contra el que se dibuja, terriblemente cruel, la escena de los trasvases ya aprobados y de los que se quiere llevar a cabo en el inmediato futuro. En un contraste dramático, la demagogia de quienes siguen propugnando (¡ en nombre de la solidaridad!) el envÃo de agua barata a las piscinas, los complejos acuáticos y los campos de golf de la costa mediterránea se enfrenta a la realidad que se vive en comarcas de Huesca, de Teruel y de Zaragoza. Allà donde la sequÃa agota las últimas esperanzas y donde, en un paisaje lunar, hombres y bestias minimizan el consumo de lÃquido, perdidas ya las cosechas, los pastos y los aspectos más elementales de eso que llamamos “ calidad de vida “.
Lo dicho hasta ahora no forma parte de ningún montaje prefabricado para agitar las conciencias con el fantasma de la sed. Durante esta última semana, reporteros de Heraldo de Aragón han recorrido carreteras y poblaciones ; han llegado a los campos y a las parideras. Su testimonio gráfico y literario se asienta sobre esa durÃsima realidad que han contemplado y captado. Literalmente espantados, han vuelto a nuestra Redacción para relatar cómo en el Jiloca se exprimen los acuÃferos subterráneos a la búsqueda del último hilillo de agua para impedir la muerte de los frutales; o cómo en Bueña, en el Campo de Visiedo, las gentes han de salir al monte a hacer sus necesidades porque carecen de agua para las cisternas de sus retretes; como las mujeres de ése y otros pueblos tienen que volver al lavadero comunal para hacer la colada con agua ya usada en otros menesteres y cómo las ovejas se apiñan, enloquecidas por la sed, ante los grifos de los camiones cisterna.
Este es un año de sequÃa, y esas son las consecuencias. Mientras, el Gobierno realquila el agua sobrante del mini trasvase a Tarragona y la envÃa por barco a Mallorca, y se habla de excedentes del Ebro medidos en miles de hectómetros cúbicos, y cunde la rebatiña por el agua pues se ha proclamado con absoluta irresponsabilidad que dicho recurso natural es “ de todos “.
Volvemos a repetir que, en estas condiciones, Aragón no puede aceptar un plan Hidrológica Nacional que incluya nuevos trasvases del Ebro. El equilibrio económico, demográfico y ecológico de la cuenca está en juego.
AGUAS DEL EBRO
La aprobación por el Gobierno central de los primeros trasvases de agua contemplados en el P.H.N nos hace temer que los del Ebro, también incluidos en dicho plan, serealizarán a corto y medio plazo.
Es una irresponsabilidad total decir que sobran aguas del Ebro a su paso por Aragón, cuando la mitad de nuestra comunidad autónoma está desierta, o que en años de sequÃa, como el actual, en muchos pueblos aragoneses no tienen una gota de agua que llevarse a la boca.
Es una vergüenza oÃr , incluso por los medios de difusión públicos, que los aragoneses debemos ser solidarios y responsables con el único medio de vida que tenemos, el agua, que es la raÃz de nuestra supervivencia.
Durante muchos años, a Aragón se le ha negado lo que a otros muchos pueblos de España se le ha dado en abundancia : industria, trabajo, servicios, cultura, nivel de vida y eran los aragoneses los que tenÃan que salir de sus tierras a buscar lo que aquà no se podÃa encontrar.
Y eso era solidaridad.
Los aragoneses no debemos permitir bajo ningún concepto que nos lleven algo o parte de algo que es vital para nosotros, y estas tierras de Ejea de los Caballeros y Cinco Villas es un ejemplo vivo de ello, en donde hace unas décadas no habÃa más que hambre, desolación y miseria.
Poreso no nos fiamos de esos polÃticos que desde sus sillones, y sin saber de la misa la mitad, deciden el porvenir de un pueblo de un plumazo.
Aquà no sobra agua, sino todo lo contrario. Estamos sedientos de agua, de derechos y de justicia. Justicia con estas gentes a las cuales se les está negando los más elementales principios de su existencia.
Domingo, 7 de agosto de 1994
SE TRASVASA
Aragón tiene motivos suficientes y fundados para temer por su agua y, en consecuencia, por el futuro de su desarrollo. Esta inquietud aragonesa asociada al problema del agua ha girado casi permanentemente en torno a tres palabras : SAQU�A, REGAD�O Y SOLIDARIDAD. Todas las combinaciones posibles de estas tres palabras permiten construir los discursos más encontrados y apasionados a favor y en contra de los trasvases del agua.
Desgraciadamente seguimos en la superficialidad del problema que tiene, desde mi punto de vista, claves mucho más profundas que las enunciadas : el modelo de desarrollo social y económico por el que ha apostado el Gobierno de Felipe González para este paÃs. Este modelo se refleja en el documento, claramente trasvasista, que aprobó en su dÃa el Consejo nacional del Agua como preludio del próximo Plan hidrológico nacional. Allà se consolida y refuerza en el futuro ese modelo de desarrollo en el que los que más reciben son los que más tienen, porque lógicamente necesitan más para ser todavÃa más. Quienes ceden son quienes menos tienen porque no pueden aprovechar su propia riqueza al carecer de posibilidades de fortalecer su propio desarrollo. Es decir, el cÃrculo vicioso perfecto.
El problema de España, y por lo tanto de su vertebración desde las diferentes comunidades autónomas, no es entre la España seca y la España húmeda, sino entre la España rica y la España pobre, que no es exactamente lo mismo.
El recientemente aprobado trasvase de agua del Delta del Ebro a Mallorca es el ejemplo más claro de especulación hÃdrica que utiliza el agua como trasvase de riqueza a la comunidad autónoma con mayor “renta per cápitaâ€?. Hablemos claro, ese trasvase solo tiene como finalidad sostener y mejorar la dotación de agua al sector turÃstico de Mallorca para sus abundantes campos de golf, lujosos jardines y esbeltas infraestructuras urbanas. Y no para ofrecer agua de boca como nos quieren hacer creer el señor Borrell. Mientras, una zona especialmente sensible a los desequilibrios ecológicos como es el Delta sufrirá una restricción de un caudal que, cada vez más, es vital para el cauce del Ebro como rÃo de vida y no como un limón al que todos pueden ir cortando pequeños gajos y exprimiendo hasta agotar un caudal mÃnimo de supervivencia. Vaya pues nuestra solidaridad y apoyo a la coordinadora antitrasvase de esa zona.
Por ello la lucha contra el trasvase del Ebro significa también la oposición a ese modelo de desarrollo por el que ha apostado Felipe Gonzalez. Un litoral fuerte, rico y bien dotado de infraestructuras y una periferia despoblada, seca y sin recursos que permitan cualquier desarrollo agrario o industrial. En definitiva, no es la pugna de la necesidad contra la insolidaridad sino la lucha por articular una España y un Aragón equilibrados no solo en recursos como el agua sino en desarrollo, y por lo tanto en infraestructuras que permitan activar tejido industrial y, consecuentemente, núcleos de población diversificados con nuevas zonas de regadÃo, industria y servicios. Ese es el mosaico de vertebración que pide Aragón para toda España para que podamos hablar de verdad, sin demagogia, de lo que significa la palabra solidaridad.
Esto supone en la práctica cambiar el modelo actual de desarrollo social y económico de este Gobierno. Ahora bien: ¿tienen el Partido Popular y el PAR una propuesta diferente de ese modelo ya de por sà conservador?. Sabemos que no. Por eso es bueno en este momento ofrecer una opinión polÃtica sobre el verdadero problema de los trasvases que no es el agua sino el dinero. |
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