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Notícies :: antifeixisme
Cómo se genera el racismo desde la prensa burguesa y clerical
per Jano Magaledro	10 des 2004
Sabido es que los capitalistas han creado un monstruo llamado "terrorismo islámico", cuyo objetivo es promover el defensismo guerrero y cuando no sea posible, el racismo.
El objetivo de los capitalistas es en cualquier caso la promoción de la guerra que incrementa sus ganancias. En el caso de los EEUU, el defensismo provocado por el terrorismo les ha llevado a apoyar "democráticamente" la guerra. En España, donde la población rechazó la guerra, optan por el modelo fascista: se empieza promoviendo el racismo desde la prensa burguesa y clerical como muestra el presente artículo publicado por La Vanguardia de la reacción, y en el que sutilmente se presenta a una comunidad entera como "colaboracionista" con el terrorismo: LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO ISLAMISTA La célula de Barcelona extorsionaba a pakistaníes para financiar a Al Qaeda Los detenidos en septiembre ayudaron a pagar los atentados de Kenia y Tanzania El dinero enviado dejó las pistas que llevaron directamante hasta la cúpula de Al Qaeda El principal receptor de fondos murió en un tiroteo en Pakistán 11 días después de las detenciones Las investigaciones sobre terrorismo de inspiración islámica efectuadas en Barcelona por los Mossos d'Esquadra para la Audiencia Nacional muestran que la célula pakistaní desarticulada en septiembre tenía línea directa con el terrorismo islámico del más alto nivel, al que financiaban por cualquier medio. Los investigadores consideran que el grupo enviaba fondos a Pakistán desde antes de 1998 E. MART�N DE POZUELO - 10/12/2004 BARCELONA El grupo de once pakistaníes detenidos en septiembre en Barcelona acusados de terrorismo por la Audiencia Nacional constituía una célula financiera de Al Qaeda que obtenía dinero, además del tráfico de drogas, la falsificación y negocios legales, de la extorsión y el chantaje continuado a la comunidad pakistaní asentada en Catalunya. Fuentes del caso han confirmado a La Vanguardia que la investigación desarrollada por los Mossos d´Esquadra ha evidenciado que los fondos remitidos desde Barcelona a Pakistán fueron a parar a manos de los supuestos autores del asesinato en Karachi, en el 2002, del periodista del Wall Street Journal, Daniel Pearl, y de los implicados en los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia yTanzania, en 1998 y que se saldaron con más de 250 muertos y centenares de heridos. Las pesquisas en torno a la célula pakistaní detectada en Barcelona y presuntamente vinculada a la dirección de Al Qaeda en Pakistán, han hecho aflorar un sórdido sistema de captación de dinero destinado al terrorismo que se basaba en la extorsión y el miedo del que habría sido víctima la propia comunidad pakistaní en Catalunya. Amenazas, secuestros temporales y hasta torturas habrían sido algunos de los elementos de fuerza empleados por los sospechosos para doblegar la voluntad de sus compatriotas y lograr así que pagaran las cantidades exigidas. Una de las intimidaciones más habituales consistía en mostrar a la víctima unos documentos falsificados por los extremistas a su nombre y decirle que los harían llegar a la Policía si no pagaba la cantidad que le exigían. De este modo, el extorsionado, atemorizado por la posibilidad de verse envuelto en un asunto delictivo del que no formaba parte pero que no se atrevería a denunciar por miedo a los que le amenazaban, pagaba sin rechistar. Pese a lo duro y extremo de los sistemas de extorsión supuestamente utilizado -como la tortura, de la que no se albergan dudas-, la ley del silencio, basada en el terror que se supone imponían los detenidos, ha imperado en la colonia pakistaní de Catalunya. Así, fuentes del Cuerpo Nacional de Policía consultadas por este diario informan que no tienen denuncias de pakistaníes contra compatriotas que les hayan extorsionado. Además, como ya habíamos adelantado en anteriores ediciones su supone que los detenidos -diez el 15 de septiembre y otro el 14 de noviembre- también conseguían fondos de la venta de heroína -les requisaron más de 200 gramos- de la falsificación de documentos y de negocios legales tales como locutorios telefónicos. Como resultado de estas actividades, la célula obtenía grandes cantidades de dinero que sistemáticamente enviaban a sus contactos en Pakistán, pertenecientes a la galaxia de Al Qaeda y a los enemigos del presidente Parvez Musharaf. Precisamente el contraste entre la fortuna que manejaban -uno de los arrestados movía hasta 600.000 euros al mes- y su modo de vida extremadamente modesto levantó las sospechas de la policía autonómica, que tiró del hilo que llevó a descubrir la supuesta conexión terrorista de los detenidos. La pista financiera en el caso del nuevo terrorismo global es dificilísima de seguir puesto que la mayoría de los activistas y especialmente los originarios de Afganistán y Pakistán utilizan el denominado sistema hawala o hauala, que no deja ningún rastro financiero. Este método, que se basa en la confianza, permite hacer llegar dinero a una persona en cualquier parte del mundo sin que los fondos sean físicamente transferidos, de manera que no se deja ningún rastro documental. Al parecer, la célula de Barcelona utilizaba este sistema para hacer llegar a Pakistán dinero en tandas sucesivas y continuas de 3.000 euros. Sin embargo, cometieron ciertos errores de seguridad que permitieron a los investigadores seguir la pista de algunos envíos que los condujeron directamente hasta Ahmed Faruqi, el terrorista más buscado de Pakistán, reclutador de extremistas para Al Qaeda en aquel país y responsable del asesinato de Daniel Pearl, el periodista de The Wall Street Journal,muerto en Karachi en el 2002. Faruqi, sobre cuya cabeza pesaba una recompensa de 20 millones de rupias (300.000 euros) murió el 26 de septiembre pasado -sólo 11 días después de la desarticulación de la célula en Barcelona- durante un tiroteo contras la fuerzas de seguridad pakistaníes registrado a 270 kilómetros al norte de Karachi. Asimismo, Faruqi, al que se imputaba también un intento de asesinato del presidente Musharaf, estaba en estrecho contacto con varios de los responsables de los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania (agosto de 1998), que también recibieron dinero desde Catalunya. Es más, la célula de Barcelona pudo haber hecho llegar fondos al kuwaití Mohamed Jaled Cheij, supuesto cerebro de los atentados del 11-S. Es decir, la investigación de los Mossos d´Esquadra, unida a las otras que sobre el extremismo isláen realiza la Policía Nacional en otros puntos del país, completa un panorama que muestra a España comol ugar de gran importancia operativa para el terrorismo global y que enlaza sólidamente con los principales atentados de los últimos tiempos. Al mismo tiempo, el caso de esta célula demostraría que Al Qaeda o el extremismo islámico opera desde Barcelona como mínimo desde comienzos de 1998, aunque otras fuentes lo alejan hasta 1993. La Vanguardia ha podido saber que los detenidos niegan todos los extremos de la acusación, incluyendo las extorsiones y las incriminatorias transferencias de euros. Sin embargo, las fuentes mencionadas aseguran que la calidad y cantidad de las pruebas aportadas dejan lugar a pocas dudas, algunas de las cuales comenzarán a despejarse en cuanto el juez Ismael Moreno levante el secreto del sumario.Varios de los indicios señalados se obtuvieron en colaboración con la policía pakistaní.
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