|
Notícies :: globalització neoliberal : ecologia : amèrica llatina |
Denuncian doble discurso del gobierno federal en la reserva de Montes Azules
|
|
per rsc |
06 des 2004
|
"Ninguna comunidad ha dañado la selva como lo hacen la expansión militar y turística".
Denuncian doble discurso del gobierno federal en la reserva de Montes Azules.
Obras en la zona dañan el entorno, dicen grupos de derechos humanos y ambientalistas. |
México D.F. Lunes 6 de diciembre de 2004
"Ninguna comunidad ha dañado la selva como lo hacen la expansión militar y turística".
Denuncian doble discurso del gobierno federal en la reserva de Montes Azules.
Obras en la zona dañan el entorno, dicen grupos de derechos humanos y ambientalistas.
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de las Casas, Chis., 5 de diciembre. Observadores independientes y algunos organismos civiles han señalado en fechas recientes el "doble discurso" del gobierno federal en relación con Montes Azules. Por un lado se publicitan los logros (la mayoría aún por suceder) agrarios y ambientales en la "reubicación" de los "asentamientos irregulares" en las áreas protegidas y, por el otro, se emprenden acciones y proyectos de obra pública que agravan la condición de riesgo de la reserva de la biósfera. Lo que con una mano escribe el gobierno, con la otra lo borra.
Los puentes que se construyen ahora en Amatitlán y Nuevo Sabanilla, así como el drenaje construido por la Comisión de Aguas del estado y la Comisión Nacional del Agua en el ejido Cintalapa, contaminando seriamente el río Lacanjá, ilustran ominosamente el "otro discurso" gubernamental. Estas locaciones pertenecen a las microrregiones donde la Comunidad Europea financia proyectos, y cabe preguntarse si esta ayuda incluye alguna participación europea en las obras depredadoras que efectúa el gobierno mexicano.
Estos casos "vuelven a ejemplificar el verdadero manejo que se ha dado en la selva Lacandona, empezando por que la propia reserva tardó 22 años en contar con un plan de manejo", apunta Miguel Angel García, coordinador de la organización ambientalista Maderas del Pueblo del Sureste. El área protegida "se decreta en 1978 y se utiliza con fines demagógicos, pero durante 20 años existe sólo en el papel, mientras continúan el reparto agrario y el financiamiento a la ganadería extensiva".
Dicha organización ha sostenido repetidamente que los poblados en Montes Azules no son los causantes del daño de alto impacto en el medio ambiente, sino que "el gran depredador de Montes Azules es el gobierno". Las zonas de mayor daño en la reserva "se localizan en Nueva Palestina y la región de la laguna Miramar".
Analizando imágenes satelitales, se puede concluir que en torno a Miramar y la base militar de San Quintín la deforestación es "casi total" a partir de 1995. Ninguna comunidad campesina ha dañado la selva protegida como lo hacen la expansión militar y turística.
Esta zona fue arrasada por los incendios forestales de 1998 "y ahí estaba el cuartel más grande de la selva Lacandona, no los asentamientos a los que se pretende desalojar", señala la organización ambientalista.
En Nueva Palestina, la parte no lacandona de la comunidad, "durante años el gobierno promovió la ganadería intensiva, con recursos públicos, créditos del Banco Mundial, apoyo técnico, distribución de sementales y semilla para pastizales".
Por otro lado, en una carta dirigida a las autoridades zapatistas y hecha pública el 13 de octubre, la misma organización manifiestaba que Montes Azules "es una reserva ecológica impuesta por la Federación en territorios que fraudulentamente le entregaron desde hace 30 años a los hermanos maya-caribes para que el presidente Echeverría pudiera saquear entonces la madera preciosa".
La organización ambientalista señalaba ahí que "grandes empresas multinacionales, disfrazadas ahora de 'ecologistas', quieren apoderarse del control de todo ese territorio, utilizando a los hermanos maya-caribes a cambio de migajas, y contando con la complicidad del gobierno. Ya no es la madera preciosa lo que las grandes empresas quieren saquear; tampoco buscan talar y quemar la montaña para poner fincas ganaderas. Las cosas son más delicadas".
Empresas multinacionales como Coca Cola, Ford Motors Company, Savia Seminis, Monsanto y las compañías farmaceúticas Bayer, Zéneca y Novartis "ahora sí buscan que se conserve la montaña, pero sin pueblos, y menos pueblos rebeldes. Se quieren apoderar de los árboles, los animales y el agua, para con sus investigaciones y aparatos sacar medicinas patentadas, semillas transgénicas y productos químicos; también, embotellar y represar el agua". Y con ello, "luego venderle muy caro al pueblo mexicano y a los pueblos del mundo la comida, las medicinas, el agua y hasta la vida misma".
El escrito agregaba que es la ambición de los "inversionistas" lo que está detrás del desalojo de los poblados indígenas, "asentados por necesidad de supervivencia en los Montes Azules. Quieren robarse el botín sin que los indios les estorben".
Contaminación en Lacanjá
Los propios lacandones de Lacanjá Chansayab, generalmente aliados del gobierno, se han inconformado por los daños que generan en Montes Azules las obras gubernamentales. Sus autoridades ejidales, junto con las del poblado Lacanjá Tzeltal (éste, fuera de la reserva y sin derechos sobre ella), enviaron a los gobiernos federal y estatal el 29 de octubre una carta cuyo contenido es revelador. Allí exigen "la cancelación y clausura total e inmediata de la obra de drenaje construida en el vecino ejido Cintalapa".
La obra de drenaje, argumentan, está construida cerca del nacimiento del río Lacanjá, seis kilómetros arriba de Lacanjá Tzeltal y a 20 kilómetros de Lacanjá Chansayab, y pretende "verter aguas negras y grises de este importante río", que marca el límite noreste de la reserva de biósfera Montes Azules, "por lo que esta obra viola el artículo 49 de la Ley de Equilibrio Ecológico".
Como pueblos indígenas, dicen, "no entendemos entonces cómo las autoridades federales y estatales repiten por radio y televisión estar muy preocupadas por Montes Azules, mientras en cambio construyen y apoyan una obra que afecta gravemente la flora y la fauna". Denuncian que el gobierno comete una "total violación a nuestros derechos como pueblos indios establecidos en el Convenio 169 de la OIT y el Protocolo de San Salvador, derivado del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU".
Los ejidatarios vecinos al río Lacanjá agregan: "esta absurda obra del gobierno está a punto de provocar un grave enfrentamiento entre nosotros y los hermanos del ejido Cintalapa, siendo que ya desde el 24 de mayo un comisión de Lacanjá Tzeltal que estaba realizando de forma pacífica una verificación del cumplimiento de acuerdos fue agredida a machetazos por gente de Cintalapa" (comunidad donde se ubica, por cierto, la base militar que controla el acceso nororiental a Montes Azules).
Los dos rostros de la "conservación" hacen pensar que el gobierno tiene intenciones de hacer lo contrario de lo que promete. El "doble discurso" que denuncian organismos de derechos humanos y ambientalistas.
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/142545/index.php |
Mira també:
http://www.jornada.unam.mx/2004/dic04/041206/014n1pol.php http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/142545/index.php |
Copyright by the author. All rights reserved. |