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Notícies :: amèrica llatina
El Subcomandante Marcos s'afegeix a l'homenatge a Vázquez Montalbán
30 nov 2004
"Ell no va venir a enlluernar-se amb la utopia ni va ser un turista revolucionari", afirma Carlos Monsiváis
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Jordi Carrión
SERVEI ESPECIAL GUADALAJARA

"Ell no va venir a enlluernar-se amb la utopia ni va ser un turista revolucionari", afirma Carlos Monsiváis



El Subcomandante Marcos va fer-se present, per sorpresa i en boca de Sealteal Alatriste, en l'homenatge de la Fira del Llibre de Guadalajara (FIL) a Manuel Vázquez Montalbán.
També hi van participar Pasqual Maragall, Carlos Monsiváis, José Saramago i Rosa Regàs.

A finals del 2004, Marcos ha decidit callar perquè el seu discurs de cultura occidental estava eclipsant l'expressió indígena de Chiapas, de manera que l'EZLN s'ha quedat sense el seu portaveu mediàtic. Però en l'acte d'homenatge a l'autor d'El pianista va sonar la seva veu, per mediació de Seatiel Alatriste, moderador de l'acte, a través d'una carta feta per a l'ocasió.
De la carta, molt llarga, Alatriste només en va llegir alguns fragments en els quals Marcos qualifica l'homenatjat com "un pont" i afirma que potser ho tornarà a ser "perquè la paraula zapatista, ara ja passada de moda, torni a escoltar-se". El Subcomandante va evocar la trobada a la selva, quan Vázquez Montalbán el va entrevistar a La Candora, i durant el qual van sorgir algunes coincidències: "Tots dos admiràvem el Juan de Mairena de Machado i vam concloure que el món aniria millor si els polítics llegissin més llibres de literatura i menys de mercadotècnia".
"No era el nostre amic, sinó el nostre company", va dir el Subcomandante, que en la missiva, després de criticar la força assessina de persones i identitats disfressada com a "raó d'Estat, raó econòmica, raó divina o raó neoliberal", apel·la "als qui fan de l'exercici de la raó i de l'art el seu treball, com els que ara conflueixen a Guadalajara" perquè contribueixin a "enderrocar aquest quart mur de l'habitació del poder".
Si Marcos era el present absent, l'acte va comptar amb altres veus dites en primera persona, testimoni que la vida persisteix en el record. La seva insistència pot ser íntima, pública o totes dues coses alhora. Aquest és el cas de Vázquez Montalbán. Com un eco de l'homenatge que fa un any va tenir lloc a la Universitat de Barcelona, l'acte de la Fira de Guadalajara va ser igualment entranyable, en un país que no l'oblida.
Com va dir l'escriptor mexicà Carlos Monsiváis, després de comentar que s'acabava d'assabentar que Montalbán era català, "ell no va venir a enlluernar-se amb la utopia ni va ser un turista revolucionari". Era un viatger i, per tant, parlava amb la gent dels països que visitava per entendre la realitat aliena, per recordar-los i per deixar-los en herència el seu record. Era un viatger i, per tant, una persona crítica. I és tan poc freqüent la crítica intel·ligent que la seva empremta no caduca.
El silenci va ser un dels temes més recurrents entre els integrants de la taula. El president de la Generalitat, Pasqual Maragall, va recordar una vegada en què "vam pujar tot el passeig de Gràcia sense parlar-nos". "Érem dos tímids que es respectaven". Però no callava quan no havia de callar. Com a intel·lectual compromès amb la seva ciutat, "ha arribat el moment d'estudiar-lo molt seriosament", va afirmar el Nobel José Saramago, mentre que Regàs i Monsiváis van referir-se al seu antiimperialisme nord-americà: "Hi ha moltes coses que li hauria agradat veure: la caiguda del règim [del PP] i caurà també l'imperi americà encara que Manolo no ho vegi". Ja en el terreny literari, Regàs va referir-s'hi com a poeta de la memòria: "Estic segura que passarà a la història pels seus versos blaus".
Mira també:
http://www.avui.es/avui/diari/04/nov/30/420130.htm

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Comentaris

Marcos: Vázquez Montalbán fue y es puente para la palabra zapatista
30 nov 2004
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texto enviado por el SCI Marcos del EZLN, para ser leído en el homenaje que se rindió a Manuel Vázquez Montalbán en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco, México, el 28 de noviembre del 2004.

Por cierto que al leer el texto, el editor mexicano Sealtiel Alatriste, omitió deliberadamente toda la parte en la que el SCI Marcos se solidariza con los jóvenes altermundistas presos políticos, recluidos injustamente en Guadalajara.

EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.

MÉXICO.

Noviembre del 2004.

Para: Doña Ana y Don Daniel.

Barcelona, Catalunya, Estado Español.

Guadalajara, Jalisco, México.

(…)

No supe cómo iniciar. Después de todo, esta carta sólo trata de ser un abrazo a destiempo, con esa anacronía que a los zapatistas nos define, a personas que sentimos cercanas. Yo quisiera hablarles de Don Manuel Vázquez Montalbán. Sé que puede parecer absurdo que yo les hable de él precisamente a ustedes. Sin embargo, al hablar de él trato, no de traerlo con nosotros o a favor nuestro, sino de volver a tenderlo como lo que fue: un puente.

Y, a lo mejor, aún sin estar, Don Vázquez Montalbán vuelve a ser puente para que nuestra palabra, la de los zapatistas hoy tan no de moda, tenga un lugar entre tantos genios de la palabra como ahora se encuentran en tierras mexicanas.

Y ahora entiendo, al escribir estas líneas, que tal vez ésa siempre fue su intención, y que deberíamos aprovecharlo y hablar de nosotros, de nuestros logros y tropiezos, de sueños y pesadillas, de continuidades y rupturas. Pero no, la tentación apenas duró unos instantes. Así que no hablaré de nosotros. Hablaré, o más bien, intentaré hablar de él.

En un principio, nosotros no creímos en su muerte. Lo de desaparecer en un lugar lejano de nuestra geografía, precisamente en un aeropuerto de Bangkok, nos pareció entonces como una suerte de recurso detectivesco y no como una ausencia definitiva. No lo creímos muerto, así que esperamos. Ya aparecería después con una nueva historia de Pepe Carvalho o con una entrevista a un grupo de "otros" antineoliberales, desconocidos para los demás "otros" que pueblan la complicada geografía de la resistencia mundial. Entonces le diríamos algunas groserías (claro, cuidando que él no las escuchara), y seguiríamos caminando sabiendo que por ahí andaba. Él, pensaba yo, no se moriría sin avisarnos antes. Pero no, Don Vázquez Montalbán se había ido de veras, dejándonos a nosotros un poco más vacíos. Y eso, el que se fuera de veras, nos daba (y nos da) un poco de rabia, de coraje.

Así nos pasa de por sí con las muertes: primero nos dan rabia, luego tristeza, más después las dos cosas.

Don Vázquez Montalbán no era nuestro amigo, era nuestro compañero. "Compañero de viaje", dijo él en uno de sus escritos. "Compañero así nomás", dijimos y decimos nosotros. No sé si eso sea más o menos para él o para ustedes. Para nosotros es todo.

Sólo lo hablé en persona una vez, así que no intentaré siquiera decir cómo era o cómo no era. Seguramente hay más personas, marcadamente ustedes dos, que podrán darnos un perfil más acabado de él.

Recuerdo que, esa vez, intercambiamos los saludos de rigor y algunas bromas sobre artistas de España (Marisol, Joselito, Pili y Mili), creo que hasta cantamos a dueto aquella de "la vida es una tómbola, tom, tom, tómbola…" Claro que él nunca reconoció que la entonamos a coro y me adjudicó entonces el papel de solista. Después nos pusimos serios. Bueno, al menos lo intentamos. En realidad, aquel encuentro me pareció entonces como cuando dos boxeadores se enfrentan y pasan los primeros minutos del combate estudiándose mutuamente… para después descubrir que al que hay pegarle es al árbitro.

Creo que él trataba de entender. Creo que él trataba de salirse de la falsa disyuntiva de ser "fan" de Marcos o "anti fan" de Marcos (dilema entonces de moda entre los intelectuales progresistas).

Me parece que, a través de sus libros y de su vida, Don Vázquez Montalbán demostró que lo suyo no era el abrazar causas acríticamente. Creo que, siguiendo el marxismo de Groucho, no simpatizaría con una causa que lo aceptara como simpatizante. Es más, creo que no era "fan" ni de sí mismo. No era de esos intelectuales que cambian de dioses y liturgias como cambian de calzones (bueno, cuando se los cambian). Después de leer sus ensayos, me pareció ser un ateo hasta de Manuel Vázquez Montalbán, pero un firme creyente en la existencia del mal y en la necesidad de enfrentarlo.

El filoso bisturí de la palabra no sólo lo aplicó para diseccionar los distintos poderes que se han ido sucediendo en la geografía mundial. También lo usó frente a las supuestas o reales oposiciones que el espejo del Poder produce inevitablemente. Incluso, intuyo, lo empleó en él mismo (pero de eso, es seguro, ustedes y otros podrán decir más).

Cuando hablamos en aquella única ocasión, me dio la impresión de que buscaba, sí, pero no una nueva causa que lo redimiera a la distancia, o una desilusión más que reforzara un escepticismo frente a todo (esa elegante coartada para no comprometerse con nada). Creo sinceramente que él trataba de ver detrás del pasamontañas para descubrir y encontrar un movimiento: el zapatista. Y pienso que lo encontró, quiero decir, que nos encontró. Sólo así puedo explicarme el feliz empecinamiento en saber de nosotros, en estar con nosotros en la luz y en la sombra, aún en Cataluña, en un aeropuerto de Bangkok o en Guadalajara.

Porque la Guadalajara mexicana se ilumina ahora con la palabra, pero también carga la sombra de los jóvenes altermundistas reprimidos, presos por esos asesinos de la luz que ahora son gobiernos en nuestra dolida geografía.

No lo sé, pero tal vez Don Vázquez Montalbán hubiera desviado aunque sea un poco de su luz hacia las cárceles que, en Guadalajara, encierran la juventud y la rebeldía creadora. Y es que, a propósito de la represión sufrida por estos jóvenes, vienen bien las palabras que alguna vez escribió: "La nueva derecha se parece como una gota de agua a la derecha de siempre cuando le sale del alma que el desorden es peor que la injusticia" ("La Teología Neoliberal", en El País, 5 de abril de 1994).

O tal vez él hubiera estado de acuerdo en que nosotros, los zapatistas, lo usáramos de puente para saludar y abrazar a esos "otros" que están prisioneros por un delito de "leso neoliberalismo": el de afear, con su sola existencia, un orden construido sobre la muerte de la inteligencia.

Porque estos jóvenes están cautivos por feos. Al encerrarlos, el gobierno sólo se está aplicando un tratamiento de belleza. La injusticia de su encarcelamiento se ha blanqueado con el detergente del "Orden". Porque cuando el Poder se queda sin argumentos (cosa que ocurre casi siempre), la represión se viste de ordenador del caos (donde "caos" es sinónimo de existencia del otro).

En la asepsia neoliberal, las personas afean y ensucian las calles, y los policías no son sino los modernos barrenderos. Si en lugar de escobas usan armas de fuego y equipo antimotines, se debe al avance tecnológico y no, ¿quién osa insinuarlo?, al afán represivo contra el diferente.

He dicho que Don Vázquez Montalbán estuvo con nosotros en la luz y en la sombra. La última carta que nos mandó fue en medio de la polémica desatada a raíz de nuestro apoyo explícito a la lucha política y cultural del pueblo vasco. ¿Dije "polémica"? Bueno, en realidad fue una campaña de linchamiento mediático, pero ya estamos acostumbrados.

A diferencia de quienes aprovecharon para deslindarse de nuestra siempre incómoda compañía y, desde el "pulcro" púlpito de los medios de comunicación, nos acusaron (injustamente, como se demostraría casi inmediatamente) de ser partidarios del terrorismo de ETA, Don Vázquez Montalbán nos envió una misiva privada.

En ella (creo que ahora puedo revelarlo) nos alertaba sobre lo que vendría: el zapatismo sería vinculado no a una causa justa, sino al crimen mesiánico. Claro que él no pensaba que el zapatismo hubiera recibido el abrazo mortal del fundamentalismo, nos conocía demasiado bien. Pero también era un gran conocedor del funcionamiento de los medios masivos de comunicación y sobre eso nos reconvenía. Pronto tuvo su respuesta y casi estoy seguro de que le satisfizo. Así, nos hizo llegar uno de sus últimos libros con una dedicatoria que no era sino un "aquí estoy, con ustedes"; y, reiterando su simpatía por Euzkal Herria, apoyó, junto a otras personalidades de la cultura europea, nuestra malograda iniciativa "Una oportunidad a la palabra".

Pero, volviendo a nuestro único encuentro, recuerdo que hablamos un poco de Antonio Machado. Ambos admirábamos el "Juan de Mairena", sus cuestionamientos, sus dudas. A lo largo de la plática (se supone que era una entrevista, pero fue una plática) hubimos de coincidir en que, muchas veces, los mejores textos de análisis político están en la literatura universal; y, sin hacerlo explícito, concluíamos que el mundo iría mucho mejor si los políticos profesionales supieran más de literatura que de mercadotecnia, y si leyeran más libros de poesía y novela, y menos reportes estadísticos y boletines de prensa.

Dicho esto, permítanme una divagación:

La habitación donde el Poder decide está cerrada a cal y canto. La democracia, nos dicen, es que nosotros, los de afuera y los más, podemos elegir quien entra y quien sale. Pero se les olvida aclararnos que sólo podemos escoger de entre los pocos que los más pocos nos presentan.

Y no sólo. Nosotros, los más y los de afuera, quienes padecemos las consecuencias de las decisiones que se toman en esa habitación, nada sabemos de ella. La política, nos repiten, es asunto de especialistas que sólo comprenden especialistas.

Así nos encontramos con que aparecen guerras envueltas en el papel celofán de argumentos insostenibles, programas económicos que no son sino guerras "blandas", crímenes culturales perpetrados en nombre de la modernización, aniquilamiento de identidades diferentes mediante el recurso expedito de eliminar a quienes las portan. En suma: la arbitrariedad asesina de la fuerza, pero vestida de "razón de Estado", de "razón económica", de "razón divina", de "razón neoliberal".

En algún lado del libro de Machado, Mairena y sus alumnos discurren sobre el teatro, sobre cómo las escenas en una habitación transcurren con la ausencia de un cuarto muro, y que es la ausencia de ese muro la que nos permite saber lo que pasa dentro. De la misma manera, los actores "hablan" sus pensamientos y es así como sabemos lo que pasa dentro de un personaje.

Quienes hacen del ejercicio de la razón y el arte su trabajo (como quienes ahora confluyen en Guadalajara, México), pueden contribuir a derribar ese cuarto muro de la habitación del Poder y a hacer "hablar" a los personajes que la habitan.

No sólo ayudarían a derrumbar el mito de la "política especializada" y a desaparecer el halo sobrenatural del Poder, también contribuirían a echar a andar otro mundo, uno mejor, uno donde quepan todos los mundos.

La democracia sería así liberada de la prisión de los spots publicitarios, la frivolidad dejaría de ser programa de gobierno, y la estupidez ya no sería la bandera que o­ndearan, orgullosos, los gobernantes neoliberales.

Sería magnífico que, a quienes están el Poder, se les obligara a leer al menos siete libros: uno de poesía, uno de cuentos, uno de novela, uno de teatro, uno de ensayo, uno de filosofía… y uno de gramática.

Yo sé que todo esto puede sonar subversivo, utópico, o las dos cosas, así que no hagan mucho caso.

En realidad lo traigo a cuento porque si algo puede definir el trabajo de Don Vázquez Montalbán es el mazo con el que se pasó derrumbando muros, y la hábil ventriloquia con la que hizo hablar a los poderosos y a los intelectuales que les sirven.



Creo que él, Don Vázquez Montalbán, le tenía un profundo respeto al lector. Creo que se cuestionaba qué escribir, por qué y contra qué, y que trasladaba esas preguntas a la lectura: qué se lee, por qué y contra qué. Y creo que, como escritor, no les expropió las respuestas a sus lectores. Contradiciendo el título de uno de sus libros, no hizo panfletos. Por el contrario, hizo de la palabra una ventana, y una y otra vez, en sus escritos, se esmeró en mantenerla limpia y transparente.

Fuera de en los neoliberales, la palabra suele concitar respeto entre quienes la enfrentan, es decir, los que las hablan y escriben, y los que las leen y escuchan.

Si alguien me pidiera un ejemplo que sintetizara la resistencia de la humanidad frente a la guerra neoliberal, diría que la palabra.

Y agregaría que una de sus trincheras más empecinadas, y afortunadas, es el libro.

Aunque, claro, es una trinchera muy otra porque se parece extraordinariamente a un puente.

Porque quien escribe un libro y quien lo lee no hacen sino cruzar un puente.

Y el cruzar puentes, viene en cualquier manual de antropología que se respete, es una de las características del ser humano.

Ya me despido, pero no quisiera hacerlo sin antes declarar que, si alguien me pidiera una definición de Don Manuel Vázquez Montalbán diría que fue, y es, un puente.

Vale. Salud y que la vida, algún día, transcurra sin muros.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.



Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Noviembre del 2004.

P.D.- En alguna misiva le propuse a Don Manuel Vázquez Montalbán escribir una novela policíaca "a la limón", con unas partes escritas en las montañas del sureste mexicano y otras en las Ramblas catalanas. Él aceptó, aunque, lo confesó alguna vez, no tenía la menor idea de cómo eso sería posible. Yo tampoco, pero esto ya no lo supo. Próximamente el Sistema Zapatista de Televisión Intergaláctica, "la única televisión que se lee", trasmitirá el primer capítulo de una serie policial que, como todo lo zapatista, tiene un futuro incierto. Es el pequeño homenaje que, durante meses, le hemos preparado a él. Seguramente será poco, y la calidad literaria no se acercará siquiera a sus magníficas producciones, pero es nuestra forma de hacerle saber, a quienes lo acompañaron en vida, que, cuando abrimos alguno de sus muchos libros, no sólo lo leemos, también y a nuestro modo, cruzamos hacia él, es decir, lo abrazamos.

c.c.p.- Manuel Vázquez Montalbán, donde quiera que se encuentre.
Mira també:
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/140579/index.php
http://www.jornada.unam.mx/2004/nov04/041128/014n2pol.php
Pide Saramago liberación de altermundistas
30 nov 2004
Por Redacción
Notimex
Guadalajara, Jalisco 18:57 horas
Domingo 28 de Noviembre de 2004

Un grupo de escritores, entre los que figura el Premio Nobel de Literatura José Saramago, firmó hoy una carta en la que se solicita al gobernador de Jalisco Francisco Ramírez la libertad inmediata de los altermundistas que continúan presos, luego del enfrentamiento con la policía el pasado 28 de mayo.

La detención de los jóvenes ocurrió en el marco de la cumbre eurolatinoamericana, luego de una marcha que realizaron para protestar contra las políticas neoliberales, que terminó en disturbios y en un enfrentamiento con la policía.

De acuerdo al expediente que integró la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por esos hechos, la policía realizó detenciones ilegales y actos de tortura contra los jóvenes, pero el gobernador del estado rechazó la recomendación para iniciar una investigación por los abusos policiacos.

Organismos como Amnistía Internacional, Human Rigths Watch y la oficina del Alto Comisionados para los Derechos Humanos de la ONU han solicitado a las autoridades estatales que inicie una investigación para aclarar los hechos, pero no han tenido respuesta positiva.

La firma de adhesión a esta causa fue solicitada hoy a escritores por parte de un grupo de jóvenes que acudió a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde se realizaba ante un salón repleto un homenaje al escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán.

En ese homenaje participaban los escritores José Saramago, Carlos Monsivais, Jordi Puntí, Rosa Regás, Anna Sallés y Sealtiel Alatriste, y cuando estaba por concluir el evento se dio la palabra, para preguntas, a dos jóvenes, quienes pidieron a los escritores firmar la carta.

José Saramago dijo que no tendría ningún problema en estampar su firma, lo cual hizo de forma inmediata luego de leer la carta de dos párrafos, el resto de los escritores también accedió a signar la misiva.

Incluso la escritora catalana Anna Regás felicitó a los jóvenes por atreverse a plantear sus demandas. "Llama la atención en el sentido más positivo que sean los jóvenes los que hayan tenido el valor de levantarse y denunciar unos hechos que parecen injustos".

"Lo digo porque vivimos en un mundo donde se dice que los jóvenes no quieran entrar en esas cosas y a mí la verdad es que me emociona que sean ustedes dos quienes lo hayan dicho", dijo la escritora a los dos jóvenes, que apoyan a los altermundistas detenidos.

La carta esta dirigida al gobernador Francisco Ramírez Acuña y en ella demandan la liberación de los 11 jóvenes que continúan presos, entre ellos el pintor Carlos Naranjo, acusados de lesiones, pandillerismo, daño en las cosas, entre otros delitos.
Mira també:
http://www.tabascohoy.com/th/nuevo/notas/notas.php?nid=66104
Resum premsa
01 des 2004
LA VANGUARDIA

30 /11/ 04


La FIL cierra su tributo a Vázquez Montalbán con una polémica carta del zapatista Marcos

El president Maragall, los escritores Saramago, Monsiváis, Regàs y Puntí, y la viuda del escritor participaron en el homenaje


XAVI AYÉN / JOAQUIM IBARZ - 00:00 horas - 30/11/2004
Fue una jornada de recuerdo, de nostalgia, de cariño todavía muy vivo, dedicada a Manuel Vázquez Montalbán, un año después de su muerte. Los amigos más entrañables, la Catalunya oficial y su esposa, Anna, intervinieron en un homenaje que la Feria del Libro de Guadalajara (FIL) dio el domingo al autor catalán. Desde la selva Lacandona, el subcomandante Marcos envió una misiva de solidaridad que fue leída parcialmente en el acto y provocó acusaciones de censura y cierta polémica.Un público joven abarrotó el acto.

El president Maragall mencionó "el gozo de oír hablar a Vázquez Montalbán" y recordó su pasado militante bajo el franquismo, que lo llevó a la cárcel. Lo describió como un hombre "atento como el que más al fenómeno del mestizaje cultural".

El escritor Carlos Monsiváis estableció los puentes que existen entre la obra de Vázquez Montalbán y la realidad mexicana, en especial con la rebelión zapatista. Evocó su visión de México y dijo que interpretaba la revolución zapatista como reacción a la globalización. El autor mexicano leyó un fragmento de un artículo del escritor barcelonés en el que veía México como "un país precursor del mestizaje universal".

El Nobel José Saramago subrayó que la ironía de Vázquez pertenecía al ámbito de lo serio "que pone todos los dedos en las llagas. Creo que es tiempo no sólo de releerlo, sino de estudiarlo". Su introversión, dijo, era resultado de dos preguntas: "¿Qué es lo que estoy haciendo aquí? y ¿qué es lo que puedo hacer? Ésa es la lección de Montalbán".

Rosa Regàs, directora de la Biblioteca Nacional, recordó a Vázquez Montalbán como "un hombre renacentista, pero de izquierdas", que representó "una luz para toda una generación". Aseguró que fue "tan de izquierdas" desde su juventud hasta la muerte, y "crítico con el franquismo, la transición, la UDC, el PSOE, el PP y el PP. Lo digo dos veces porque fue muy crítico. Caerá también el imperio americano, aunque Manolo no lo vea", sentenció.

El escritor Jordi Puntí dijo que el homenajeado autor analizaba el fenómeno del fútbol en general y del Barça en particular con acierto sociológico.

Anna Sallés, viuda de Vázquez Montalbán, resaltó la fidelidad que éste siempre tuvo a sus raíces y su origen popular, y pidió al público "seguir teniendo a Manolo en el corazón, pero también en la cabeza, y eso quiere decir seguir leyéndolo".

Al final del acto, el escritor Sealtiel Alatriste leyó una carta del zapatista subcomandante Marcos a la viuda y al hijo de Vázquez Montalbán, en la que dijo que el escritor "no era nuestro amigo, sino nuestro compañero". Recordó Marcos que dejó "de leer a ´Carvalho´en la selva, porque me despertaban el apetito las recetas del detective", y acabó diciendo que Vázquez Montalbán fue "un puente y a lo mejor vuelve a serlo para que la palabra de los zapatistas, hoy ya fuera de moda, vuelva a escucharse".



"Se redujo, pero no se censuró"


LA VANGUARDIA - 00.00 horas - 30/11/2004
Anna Sallés dijo a La Vanguardia que no hubo censura, sino que se redujo la carta debido a su extensión. "Me llegó el sábado, planteé la posibilidad de leerla y lo aceptaron. Incluía referencias a jóvenes detenidos en Guadalajara. No la acortamos por censura, sino porque era muy larga. ¿Quién se cree que yo censuraría a un amigo de Manolo?"



Pasqual Maragall, Carlos Monsiváis y José Saramago (de izquierda a derecha), en el homenaje a Vázquez Montalbán. (EFE)


EL PAIS
30/11/04

18ª FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE GUADALAJARA
Guadalajara se emociona en el gran homenaje a Manuel Vázquez Montalbán

El 'subcomandante' Marcos envía una larga misiva a la viuda y al hijo del escritor fallecido

ROSA MORA (ENVIADA ESPECIAL) - Guadalajara

EL PAÃ?S - Cultura - 30-11-2004
México se resiste a creer que Manuel Vázquez Montalbán ha muerto. "Está vivo, tan vivo que cuando el presidente Maragall me dijo que el Barça había ganado y que el mexicano Rafael Márquez había marcado un gol, pensé que Manolo se iba a alegrar mucho", afirmó el domingo Sealtiel Alatriste, que coordinó el gran homenaje que la Ferial de Guadalajara ha querido rendir en memoria a uno de los escritores españoles más queridos en México. Lo mismo pensó el escritor mexicano Carlos Monsiváis. "Leo y releo los libros que escribe. Nunca me atreví a llamarle Manolo, él me llamaba Monsiváis. Sentía una lealtad inquebrantable por los apellidos. Pero, ahora sí, Manolo, ahora me tomo la confianza de que me digas Carlos". Hubo emoción y muchos ojos empañados, pero también risas. ¿Manolo o Vázquez Montalbán? La cuestión se fue planteando a lo largo de las casi dos horas que duró el acto. "Yo le llamo Vázquez Montalbán", afirmó José Saramago. "A mí tampoco me gustaría que me llamaran Pepe". "Pues para mí siempre fue y será Manolo, desde que lo conocí a principios de los años sesenta en la Universidad de Barcelona", dijo Rosa Regàs. El escritor catalán colaborador de EL PA�S Jordi Puntí apenas le conoció. "Le vi algunas veces, siempre en actos culturales, pero siempre le llamo Manolo, porque es así como se le llama en la redacción del diario. Ya es mítico. Manolo".

Anna Sallés, la viuda del escritor, explicó que cuando le conoció, también en la universidad, "era ya muy serio y tímido, casi antipático". "Me contó que de pequeño odiaba que le llamaran Manolo y quería que un primo suyo le llamara Vázquez. Si no lo hacía, dejaba de hablarle para siempre".

Pasqual Maragall fue el primero en intervenir. Trazó un perfil de MVM y de su obra. "Era un gran tímido, como yo. Recuerdo una vez que recorrimos juntos el paseo de Gràcia sin decirnos una palabra. Era tímido, pero no se callaba cuando había que hablar y hablaba tan bien como escribía. Persiguió siempre la captura del presente y lo consiguió con su Milenio".

Imaginario mexicano

"Se tomó muy en serio a México", dijo Monsiváis. "Captó muy bien el imaginario mexicano, país precursor de todo el futuro mestizaje universal. A partir de Chiapas, se interesó y estudio el tema indígena. Catorce millones de indígenas hay en México. Pero no vino a deslumbrarse con las utopías, sino a verificar las condiciones. No vino como un turista revolucionario ni como un salvador. Habló con todos cuantos pudo, incluido el subcomandante Marcos, sin alzar la voz, sin retórica, polemizó. Lo explicó muy bien en Marcos, el señor de los anillos".

Y de Marcos llegó una larga carta, escrita en algún lugar de las montañas del sureste mexicano, con membrete del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Le fue entregada en mano a Anna Sallés, leyó fragmentos Sealtiel Alatriste, y el personal quedó conmocionado. Para Marcos y para los zapatistas, Manolo fue siempre Don Vázquez Montalbán. "En un principio nosotros no creíamos en su muerte. Lo de desaparecer en un lugar lejano, precisamente en el aeropuerto de Bangkok, nos pareció entonces como una suerte de recurso detectivesco y no como una ausencia definitiva". "Él, pensaba yo, no se moriría sin avisarnos antes. Pero no, Don Vázquez Montalbán se había ido de veras, dejándonos a nosotros un poco más vacíos. Y eso, el que se fuera de veras, nos daba, y nos da, un poco de rabia, de coraje... Don Vázquez Montalbán no era nuestro amigo, era nuestro compañero... Hablamos un poco de Antonio Machado. Ambos admirábamos el Juan de Mairena". "Concluimos que el mundo iría mucho mejor si los políticos profesionales supieran más de literatura que de mercadotecnia, y si leyeran más libros de poesía y novela y menos reportes estadísticos y boletines de prensa". La carta lleva una posdata: "Con copia para Manuel Vázquez Montalbán, donde quiera que se encuentre".

"Yo prefiero imaginar a Vázquez Montalbán sentado ante su mesa de trabajo. Tiene delante su ciudad, Barcelona. Tiene delante a Cataluña, a España, Europa, al mundo, y siente que tiene que escribir sobre todo eso. Lo imagino abrumado, interrogándose ¿qué es lo que estoy haciendo y qué es lo que yo puedo hacer donde estoy?", dijo Saramago. "Deja una obra extensísima que hay que releer y estudiar muy seriamente, porque debajo de su facilidad de palabra hay mucho más de lo que parece".

Rosa Regàs le comparó con un hombre del renacimiento, "si se me permite la ironía". "Era un renacentista que podía ver todas las realidades con la mirada de un hombre de izquierdas. Para nosotros fue fundamental. Durante más de 40 años ha sido como una especie de luz. No podíamos perdernos sus columnas de los lunes en EL PA�S".

Jordi Puntí habló de literatura de MVM sobre el fútbol, sobre el Barça. "Ha escrito grandes piezas literarias de referencia. Encontró la fórmula para tratar sociológicamente el tema y para traducir en palabras el sentimiento colectivo de los seguidores del Barça. Fue él quien lo definió como el ejército simbólico desarmado de Cataluña y quien comparó el fútbol con una religión laica. Le molestó mucho que esa religión laica fuera profanada por los señores del diseño". Rafael Márquez, el primer mexicano del Barça, metió un gol el sábado y la FIL está dedicada a Cataluña. "¡Qué metáfora luminosa hubiera escrito Manolo a partir de todo ello!", concluyó Puntí.

"Ha pasado un año de su muerte y confieso que estoy sorprendida de cómo se le recuerda. Viví la conmoción que su muerte causó en Barcelona, ahora sé que ha sido en todas partes. El dolor terrible que sentí se ha suavizado un poco, pero su ausencia sigue siendo irreparable". Anna recordó las raíces populares de Manolo, a las que jamás renunció y que, precisamente, "le ayudaron a comprender mucho mejor los enormes desórdenes que existen en el mundo". "Veo tantas caras amigas aquí, muchas de ellas estaban en el Paraninfo de la Universidad, donde se le rindió el primer homenaje a los tres días de su muerte. Gracias a todos. Llevadle siempre en el corazón y en la cabeza. Leed sus libros".

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A caballo por la selva

Las palabras de Monsiváis, la carta del subcomandante Marcos... todo el mundo quiso saber cómo fue ese viaje de Manuel Vázquez Montalbán a la selva Lacandona. Anna Sallés lo explicó: "Fue un viaje muy diferente de los que solía hacer, una aventura. Le costó mucho tiempo establecer contacto con Marcos. La entrevista se tuvo que interrumpir varias veces. Cada vez que pasaban aviones del Ejército tenían que correr a esconderse". Antes de emprender el viaje, Manolo preguntó qué quería el subcomandante que le llevara de España. Chorizos, le respondieron. "Compró los mejores que encontró. Tenía mucho miedo de que se los encontraran al pasar la aduana y ya saben ustedes cómo funciona esa especie de semáforo. Aprietas un botoncito y si se pone en verde, pasas sin que te abran la maleta, pero si se pone en rojo te la abren. Él iba temblando. Pensaba que le iban a pillar y que le detendrían como traficante de chorizos. Se puso en verde".

Pero lo peor estaba por venir. "Tenía que llegar a Lacandona a caballo. ¿Se imaginan a Manolo subiéndose a un caballo? ¿Se lo imaginan intentando mantener el equilibrio? Me contó que fue tremendo y eso que el subcomandante le envió su propio caballo". "Con Marcos habló de muchas cosas y, como ha explicado el subcomandante en su carta, bastante de literatura. Marcos le dijo que había dejado de leer sus carvalhos, porque las recetas tan ricas que cocinaba Carvalho le daban mucha hambre en la selva".


EL PERIÓDICO DE CATALUNYA
30/11/04



El Periódico - edició impresa Cultura



Pasqual Maragall, Carlos Monsiváis i José Saramago, diumenge a la nit a Guadalajara. Foto: EFE / ETZEL ESPINOSA



FIRA DEL LLIBRE DE GUADALAJARA // EL RECORD
Política i literatura honren unides Vázquez Montalbán


Una carta del 'subcomandante' Marcos es barreja amb els discursos sobre l'escriptor


M. EUGENIA IB�ÑEZ
GUADALAJARA / ENVIADA ESPECIAL

Si Manolo Vázquez Montalbán hagués pogut escollir un estil d'homenatge per després de la seva mort, segur que hauria elegit l'acte que diumenge es va celebrar al recinte de la Fira del Llibre de Guadalajara. La trobada va reunir tots els ingredients que van ser el pòsit de la literatura de l'escriptor barceloní i també els de la seva coherència ideològica. Hi van estar representats els amics, els escriptors i la família, i també, sense preparació prèvia, fora de programa, la reivindicació política.
La sorpresa final va ser la lectura d'una carta que el subcomandante Marcos va fer arribar a la dona i el fill de Vázquez Montalbán, cinc folis dirigits al company i amic que el 1999 es va desplaçar a Chiapas i es va entrevistar amb el guerriller. D'aquell viatge en va sorgir el llibre Marcos, el señor de los espejos (Aguilar, 2001) i també el comiat d'ahir.
"Aquesta carta només pretén ser una abraçada a deshora...". Així comença el text del comandante Marcos que ahir va llegir l'escriptor mexicà Sealtiel Alatriste, al.legat polític i elogi de Vázquez Montalbán "que torna a ser pont --afegeix-- perquè la nostra paraula, la dels zapatistes, avui tan no de moda, tingui un lloc entre tants genis de la paraula com ara es troben en terres mexicanes".

"EN LA LLUM I EN L'OMBRA"

En la carta Marcos recorda la trobada amb Montalbán a la selva Lacandona: "Ell intentava sortir de la falsa disjuntiva de ser fan de Marcos o antifan de Marcos, perquè em sembla que, amb els seus llibres i la seva vida, Vázquez Montalbán va demostrar que el seu fort no era abraçar causes acríticament".
La carta afegeix que Montalbán va estar al costat dels zapatistes "en la llum i en l'ombra", i com a ombres se cita la polèmica provocada quan Marcos va donar un suport explícit a ETA. "A diferència dels que van aprofitar per deslligar-se de la nostra sempre incòmoda companyia, Vázquez Montalbán ens va enviar una missiva en què ens alertava sobre el perill que es vinculés al zapatisme no a una causa justa, sinó el crim messiànic".
La carta anima també "els que fan de l'exercici de la raó i l'art la seva feina" perquè contribueixin a enderrocar l'"halo sobrenatural del poder... i contribueixin així a fer tirar endavant un altre món, un de millor, on càpiguen tots els mons". El subcomandante Marcos defineix el treball de l'escriptor de "maça amb la qual va ensorrar murs", i suggereix que els que estiguin al poder siguin obligats a llegir, almenys, set llibres: "Un de poesia, un de contes, un de novel.la, un de teatre, un d'assaig, un de filosofia... i un de gramàtica". El zapatista conclou que si se li demanés una definició de l'escriptor desparegut diria "que va ser i és un pont".
L'homenatge es va acabar amb la intervenció de dos joves, un noi i una noia, per denunciar davant una sala abarrotada l'estada a la presó des del 28 de maig d'11 persones, detingudes en la manifestació convocada durant la celebració de la cimera de països iberoamericans i del Carib i de la Unió Europea, celebrada a Guadalajara. Els nois van passar la sol.licitud de llibertat dirigida al governador de l'estat de Jalisco als que ocupaven la presidència de l'acte perquè la firmessin.

L'homenatge va finalitzar, doncs, en to reivindicatiu, però havia començat més íntim, amb un repartiment de papers entre els presents a la taula. Pasqual Maragall va fer un succint repàs literari, des d'Educación sentimental fins a Milenio; l'escriptor mexicà Carlos Monsiváis es va centrar en el retrat ètic de Montalbán --"No va venir a Mèxic a enlluernar-se amb la utopia perquè res li impedia l'anàlisi"--; el Nobel José Saramago va parlar de la responsabilitat que l'escriptor barceloní sentia a l'escriure i va aconsellar que a més de llegir la seva obra es passi a estudiar-la; Rosa Regàs va parlar del Manolo polític --"Va ser el germen de l'home renaixentista d'esquerres perquè estava en totes les realitats"--; l'escriptor Jordi Puntí va citar el Montalbán articulista de futbol, i Anna Sallés, la dona de l'escriptor, va destacar la fidelitat als orígens i va acabar sol.licitant als presents que, a més de portar al cor Vázquez Montalbán, es mantingui la seva memòria al cap "per seguir- lo llegint".
Sin censura. Sobre información y mala leche
01 des 2004
Los hechos fueron éstos: hicimos un homenaje en memoria de Manuel Vázquez Montalbán en la Feria del libro de Guadalajara. Participaban Pasqual Maragall, Carlos Monsiváis, José Saramago, Rosa Regás, Jordi Puntí, y Anna Sallés. Yo coordinaría la mesa. Poco antes de abrir el diálogo, me enteré que el subcomandante Marcos había dirigido una carta a Anna Sallés, viuda de Vázquez Montalbán, para que se leyera en el homenaje. Le sugiero a Anna que la lea, y que cierre la mesa. Estábamos muy limitados de tiempo, y Maragall y Monsiváis se tenían que ir antes del cierre. Ella me pide, a su vez, que yo lea la carta, y me informa que ella misma me ha señalado los párrafos que debo leer. Los otros, me dice, se pueden omitir considerando la limitación del tiempo. Ha escogido lo que está relacionado con Manolo y quedará muy bien. De cualquier manera, continúa, se repartirán más de cien copias de la carta entre el público, y se dará a conocer íntegra a los medios de comunicación. Acepté leer con el argumento de que mi ''acento mexicano", no distorsionaría el mensaje. Transcurre la mesa, voy cediendo la palabra, arreglo mi propio texto para que sirva de entrada a la carta de Marcos, aviso que leeré sólo unos fragmentos, lo hago ciñéndome a las instrucciones de Anna Sallés, y ni siquiera me entero (pues no tengo tiempo) de cuáles párrafos se han omitido ni qué dice Marcos en ellos. El público aplaude, veo que entre ellos hay dos jóvenes ansiosos por participar, quedan pocos minutos, pienso que tienen derecho a expresarse y yo mismo les cedo la palabra. Hablan de los muchachos que están presos en Guadalajara por oponerse al movimiento globalizador, uno de ellos, incluso, pide firmas para apresurar la liberación de los chicos, tanto a los participantes como al público.

De estos hechos, el reportero de La Jornada concluye que yo censuré a Marcos y no permití que el público se enterara del contenido de la carta. Hace caso omiso de que se ha repartido la carta y que su periódico la publicará íntegramente. Pudo acercarse a preguntar (como hicieron otros reporteros) y consultar con cualquiera de los participantes qué pasó, por qué se omitieron ciertos párrafos. No lo hace y decide responsabilizarme. Más tarde, en la redacción deciden, nuevamente, que yo cargue el ''acto de censura". Pueden comunicarse conmigo, con José Saramago, con Pilar del Río, con quien hablan frecuentemente, o con la misma Anna Sallés para conocer su versión. No lo hacen por razones inescrutables.

Estoy acostumbrado a leer una prensa que informe y no que difame, una prensa que cuida sus fuentes, y cuando informa está en posesión de las pruebas que sustentan sus palabras. En este caso, nunca tomé una decisión sobre el contenido de la carta de Marcos y mucho menos censuré algo. Actué como lector de la misma y a eso me limité. En mi responsabilidad estaba dar a conocer que mi vínculo con Manolo Vázquez Montalbán había facilitado el contacto que él tuvo con Marcos, que publiqué su libro, Marcos el señor de los espejos, y que fui responsable de su difusión en América Latina y España. Me siento orgulloso de ello, y mi amistad con Manolo, si cabe, se incrementó en aquel entonces. En mi carácter de coordinador de la mesa estaba dar la palabra a quien lo consideré necesario, así lo hice, y por ello el público asistente se enteró de la situación de los muchachos presos en Guadalajara. El reportero de La Jornada no dice nada de esto en su nota. La verdad es que no se cometió ningún acto de censura y que nadie, mucho menos yo, actuó en perjuicio del público asistente.

Me consta que Pilar del Río habló con Carmen Lira y que ella le ofreció una rectificación. Espero que La Jornada publique esta nota en el mismo espacio y con la misma importancia que le dio a una noticia falsa, mal intencionada, y que me difama. De esta manera el público lector, y yo, podremos aquilatar la auténtica vocación para decir la verdad e informar, que debería tener La Jornada.


Diari La Jornada, México D.F. Miércoles 1 de diciembre de 2004
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Re: El Subcomandante Marcos s'afegeix a l'homenatge a Vázquez Montalbán
01 des 2004
Sealtiel Alatriste
Sin censura: sobre información y mala leche

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