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Notícies :: globalització neoliberal |
Tres ideas sobre la abolición de la Deuda Externa
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per Ibérica 2000 |
13 nov 2004
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TRES IDEAS SOBRE LA ABOLICIÓN DE LA DEUDA EXTERNA
Raúl Calvo Trenado
TRES IDEAS SOBRE LA ABOLICIÓN DE LA DEUDA EXTERNA
1) La negación a pagar la deuda externa he de ser una decisión colectiva de un número destacado de paÃses deudores.
No quiero eximir de responsabilidad a varios gobiernos que, bajo su palabrerÃa nacionalista o supuestamente izquierdista, esconden su sumisión al imperialismo y aducen como causas para pagar la deuda motivos tácticos, estratégicos, de compromiso, de imposibilidad de oponerse a las reglas colectivas del mercado internacional, etcétera.
Sin embargo, se debe entender que un gobierno, aunque verdaderamente sea de ideas avanzadas, apenas tiene capacidad para renegociar la deuda y mucho menos para negarse a pagar (1). Ese Estado disidente serÃa demonizado, condenado al bloqueo económico más absoluto e incluso desestabilizado o invadido.
No es una exageración, estas prácticas siguen siendo recurrentes. Por ejemplo, diversos analistas pensaban que en Latinoamérica quedó atrás el fantasma de las intervenciones pero el intento de golpe de Estado en Venezuela el 11 de abril de 2002 demostró lo equivocado de este planteamiento.
En Ã?frica los ejemplos actuales de intervencionismo son múltiples y tan evidentes que ni siquiera necesitan demostración. Y sobre Asia tenemos el ejemplo de Iraq, paÃs que molestaba por tener nacionalizado el petróleo y por estar convirtiéndose en una potencia económica regional que rivalizaba con Israel.
El Estado disidente que no pagase la deuda pondrÃa en peligro su supervivencia pues en ningún caso serÃa "la chispa que hará arder la pradera", pues es obvio que sólo encontrarÃa actitudes serviles frente al imperialismo de los gobiernos de los otros paÃses endeudados aunque contase con el apoyo de los pueblos.
La única posibilidad de resistencia frente al imperialismo y su ominosa deuda es la unión y la lucha colectiva de los paÃses endeudados que, juntos y como bloque, se opongan al pago. Pero en ese caso ya no estarÃamos hablando de gobiernos simplemente progresistas sino de clara tendencia antiimperialista.
2) Los pueblos de los paÃses acreedores deben luchar por abolir la deuda.
Los habitantes del denominado Primer Mundo deben luchar para exigir la abolición de la deuda. Es un error considerar que es una tarea exclusiva de los paÃses endeudados y que basta con prestarles "apoyo" o "solidaridad".
Igual de importante a que un grupo de paÃses se nieguen a pagar la deuda, es el que un paÃs la condone y renuncie a su cobro. Por supuesto, este Estado tampoco serÃa una chispa pero darÃa ánimos a los demás ciudadanos y ciudadanas de los otros paÃses acreedores para presionar a sus gobiernos. Evidentemente este paÃs sufrirÃa también un acoso, cuando menos, económico.
SÃ. Ni siquiera un paÃs de los llamados ricos, desarrollados u occidentales está exento del intervencionismo. Otro ejemplo: las veladas- o no tan veladas- amenzas a Bélgica por abrir la posibilidad de juzgar a Ariel Sharon; el paÃs fue amenazado hasta con su expulsión de la OTAN (no hagamos la broma fácil de decir que ser expulsado de la OTAN es un honor) y ser condenado al ostracismo. Bélgica tuvo que renunciar a la (remota) posibilidad de sentar a Sharon en el banquillo.
Es necesario, no obstante que sigamos presionando en nuestros respectivos lugares para que se condone la deuda. ¿Alguien se imagina el terremoto que significarÃa que un paÃs de la UE renunciase al cobro de la deuda?
3) La entrega de la deuda ha de ser incondicional.
Es decir, independientemente de quién gobierne en el Estado deudor. Es un error común, incluso en la izquierda, el oponerse a la condonación de la deuda señalando que, en la mayorÃa de los casos, los beneficiados son la burguesÃa local o los sátrapas que en ese momento ocupen la silla del poder.
La deuda afecta a un Estado en su conjunto aunque la decidan unos pocos, que son los que menos la padecen. Es necesario eliminar la deuda en todo ese Estado y que recupere lo que es suyo y allá ese pueblo si no lucha contra sus opresores de igual manera que el pueblo del paÃs acreedor debe luchar contra los suyos.
Pensar de otra forma es, en el fondo, realizar la misma polÃtica de genocidio que se ha realizado contra Iraq estos últimos años bajo el llamado régimen de sanciones.
Raúl Calvo Trenado
1 de Noviembre de 2004
(1) Por supuesto este argumento serÃa matizable- y quizá mucho- si nos refiriéramos a un pueblo y a un gobierno verdaderamente revolucionario. Por eso utilizo el muy ambiguo término de gobierno progresista o de ideas avanzadas.
TODO SOBRE LA DEUDA EXTERNA EN:
http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1938 |
Mira també:
http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1938 http://www.nuncamas.net |
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