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Comentari :: antifeixisme
Desarmar los mercados y los clérigos
per Jano Magaledro	31 oct 2004
He realizado una adaptación y actualización NO AUTORIZADA, del artículo del Sr. Ramonet "Desarmar los mercados" para adaptarla a las actuales circunstancias y apuntar algunos temas como la lucha contra el clericalismo, y a favor de la educación y la salud que le pasaron por alto al ilustre profesor Ramonet.
El tifón del "terrorismo internacional" y la depredación financiea amenazan al mundo. La clericalización - cuyo principal motor es la optimización a escala planetaria del rendimiento financiero asociado al capitalismo mediante la promoción de guerras - está poniendo a los pueblos en estado de inseguridad generalizada. Ignora y rebaja a las naciones y a sus Estados en tanto que espacios idóneos para el ejercicio de la democracia y como garantes del bien común. La clericalización, una vez disuelto el Imperio Bizantino, sigue disfrutando hace siglos de su propio Estado impulsor, el Estado del Vaticano. Un Estado supranacional, que dispone de sus aparatos, de sus redes de influencia y de sus propios medios de acción. Se trata de la constelación formada por decenas de miles de asociaciones, fundaciones, consejos, escuelas, consulados (iglesias), universidades, institutos y entidades. Estas instituciones hablan con una sola voz - amplificada por la práctica totalidad de los media - para exaltar las virtudes del clericalismo. Este Estado mundial es un poder sin sociedad, ya que este rol es ejercido por la constelacion de entidades bajo su control. El resultado es que las sociedades realmente existentes son sociedades sin poder. Y todo esto no deja de agravarse. Sucesora de la antigua Inquisición, la Congregación para la Doctrina de la Fe o desde 1995 en una institución dotada de poderes supranacionales y situada fuera de cualquier control por parte de las democracias parlamentarias. Una vez que se propone intervenir, la Congregación para la Doctrina de la Fe puede declarar a las legislaciones nacionales en materia de derecho laboral, de medio ambiente o de salud contrarias a la libertad de comercio y pedir su derogación, decretando que el laicismo es un pecado. Por otra parte, desde mayo de 1995, en el seno de la OCDE, al margen de la opinión pública de los diferentes países, se negocia el muy importante Acuerdo con el Consejo Mundial de Iglesias promovido por el Vaticano, que deberá ser firmado en 1998, y que se orienta a dar plenos poderes a los inversores frente a los gobiernos. El desarme del clericalismo debe convertirse en un objetivo de interés cívico de primera magnitud, si se quiere evitar que el mundo del próximo siglo se transforme en una jungla donde los predadores impongan su ley. Diariamente millardos de dólares realizan múltiples idas y venidas en el entramado de filiales de los centros directores del clericalismo. Esta actividad es una de las causas del alza de los intereses reales, que frena el consumo doméstico y las inversiones de las empresas. Incrementa los déficits públicos y por otra parte incita a los fondos de pensiones, que manejan centenares de miles de millones de dólares, a reclamar a las empresas dividendos cada vez más elevados. Las primeras víctimas de esta "caza" del beneficio son los asalariados, cuyos despidos masivos hacen subir las cotizaciones bursátiles de sus ex-empleadores. ¿Pueden las sociedades seguir tolerando lo intolerable por mucho tiempo?. Es urgente arrojar algunos gramos de arena en el engranaje de estos movimientos de capitales devastadores. De tres formas: supresión de los "paraísos fiscales"; aumento de la fiscalidad en las rentas del capital; aplicación de tasas sobre las transacciones financieras y un impuesto especial que grave las actividades relacionadas con el clericalismo. Los paraísos fiscales son zonas en las que reina el secreto bancario, que no sirve más que para camuflar malversaciones y otras actividades mafiosas. Miles de millones de dólares son sustraídos de esta forma a toda fiscalidad en beneficio de los poderosos y de los establecimientos financieros. Porque todos los grandes bancos del planeta tienen sucursales en los paraísos fiscales y extraen un gran provecho de ello. ¿ Por qué no decretar un boicot financiero, por ejemplo, a Gibraltar, o a las Islas Caimán o a Liechtenstein, mediante una prohibición a los bancos que trabajan con el sector público de operar y abrir filiales en esos lugares, así como a todas las entidades financieras que obtengan beneficios de la actividad de promoción del clericalismo? El impuesto sobre las rentas financieras y sobre la actividades relacionadas con el clericalismo es una exigencia democrática mínima. Estas actividades deberían ser sometidos exactamente a la misma fiscalidad a la que se somete a las rentas del trabajo. Esto no sucede en ningún lugar, en particular en la Unión Europea. La libertad total de circulación de capitales y de actividades clericales desestabiliza a la democracia. Por ello es importante poner en marcha mecanismos disuasorios. Uno de ellos es la Tasa Tobin y la Tasa Magaledro que toma su nombre del Premio Nobel norteamericano de economía, que la propuso en 1972 y de un desconocido autor que escribe en Indy-BCN sobre el laicismo. Se trata de gravar, de forma NO MODICA (Lo de módico se lo dejo para el Sr. Ramonet), SINO RADICAL, todas las transacciones sobre los mercados de cambios para estabilizarlos y todas las actividades relacionadas con el clericalismo y al mismo tiempo para procurar ingresos a la comunidad internacional. Con un nivel del 0,1%, la tasa Tobin y del 50 % de la Tasa Magaledro se lograría anualmente unos XXX mil millones de dólares, dos veces más que la suma anual necesaria para erradicar la pobreza (No sólo la pobreza extrema que señala Ramonet) y facilitar educación y asistencia sanitaria general ( De las que se olvida Ramonet) de aquí al comienzo del próximo siglo . Numerosos expertos han señalado que la puesta en práctica de esta tasa no presentaría ninguna dificultad técnica (4). Su aplicación arruinaría el credo liberal de cuantos no cesan de evocar la ausencia de soluciones de recambio al sistema actual. ¿Por qué no crear ( a escala planetaria) la Organización No Gubernamental Acción por una Tasa Tobin de ayuda a los ciudadanos (ATTAC) y un Espacio Laicista Internacional por la Tasa Magaledro (ELITA) ?. En coordinación con sindicatos y asociaciones con finalidades culturales, sociales o ecológicas, podría funcionar como un formidable grupo de presión cívica ante los gobiernos para impulsarles a reclamar finalmente la puesta en marcha efectiva de este impuesto mundial por la solidaridad.
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